miprimita.com

Pablo y Alberto dos amigos en la universidad (2)

en Gays

Capítulo 2

Habían pasado varios días desde que pasó aquel incidente con Alberto, los dos habíamos intentado esquivarnos por el piso lo máximo posible, ante el no saber que decirnos, solo comíamos juntos, luego cada uno es su cuarto saliendo lo mínimo posible.

La situación no podía seguir así Alberto era mi amigo de siempre, y yo además quería que aquella situación fuese a más y que pudiéramos ser unos "follamigos", como se dice por aquí, pero por otro lado si el no quería, no podía dejar que nuestra amistad se rompiese, por haber hecho algo de lo que ambos habíamos disfrutado.

Llegó el fin de semana y Alberto se fue al pueblo, yo por el contrarío me quedé, durante todo el finde estuve pensando que decirle y armándome de valor para hacerlo. El domingo por la noche, cuando Alberto regresó, fui a su habitación mientras deshacía su maleta, con toda naturalidad como ocurría antes le pregunté que tal se lo había pasado, me dijo que no había salido en todo el finde de su casa que estuvo pensando, comenzamos a hablar sobre lo que pasó aquella noche.

Yo le dije que aquello que pasó me encantó, que era una cosa que llevaba esperando mucho tiempo, y que él me atraía, pero que si eso a el le incomodaba no volvería a pasar. El me dijo que todavía necesitaba tiempo para pensárselo, que a el también le gustó pero que sabia si era lo que quería o no. Poco a poco nuestra relación volvió a la normalidad, eramos tan amigos como siempre, pasaron por lo menos dos semanas normales, hacíamos vida normal, íbamos a clase, salíamos de fiesta los jueves con los compañeros, ect.

Por fin un finde volvimos a coincidir los dos en el piso, los exámenes se acercaban asique ya no era buena idea irse al pueblo para estar de fiesta todo el finde sin tocar los libros. Por la noche después de cenar nos pusimos a ver una peli en el salón, sólo teníamos un sofá pero muy amplio de tres plazas, estábamos viendo la pelí cuando poco a poco nos fuimos acercando, la verdad es que era Alberto que se acercaba mas a mí, yo deseaba tenerlo cerca, mejor dicho junto a mi, pero no quería forzar la situación.

Al cabo de un rato estábamos los dos juntos viendo la peli casi abrazados, yo estaba deseoso de darle un beso, sentir su lengua, pero no me decidía, poco a poco fui acercando mi boca a su oreja, comencé a darle suaves besos, a pasarle los labios por las orejas, para comenzar a excitarlo, yo no podía más sentir como estaba poniéndose cachondo me puso a mi mas, tenia una erección impresionante. Fui buscando su boca para fundirnos en un beso interminable dulce, jugando con nuestras lenguas.

Me tumbé boca arriba, con Alberto tumbado justo encima de mi, continuamos besándonos, yo pasaba la mano por encima de sus pantalones, tocando su bonito culo, empecé a hacerle caricias por debajo de su camiseta, toda su espalda de arriba a abajo.

El me quitó mi camiseta, dejando mi pecho a aire, comenzó a darme besos por todo el pecho, chupaba mis pezones, subía y bajaba una y otra vez, siguió deslizando su lengua hasta mi cintura, allí se encontró con un gran bulto dentro de mi pijama, lo comenzó a besar una y otra vez, lo bajó y continuó haciendo lo mismo con mis boxers, unos boxers negros con líneas amarillas y blancas, al cabo de un rato retiró los bóxer dejando mi polla al aire, la recorrió varias veces con su lengua, yo tenía las primeras gotas de precum saliendo, el me descapulló y se la metió en la boca por completo, chupaba con gran dulzura, yo estaba en el paraíso.

Después de gozar durante bastante tiempo con mi polla en su boca, decidí que era el momento de probar yo su trozo de carne jugoso y calentito, me levanté y tuve a Alberto en la otra dirección a la que me encontraba yo, subí su camiseta y le di varios besos por su torso, bajé a los pantalones y los bajé, me encontré con unos boxers negros con unas estrellas blancas grandes, los retiré un poco y allí apareció un precioso capullo rosa muy lubricado que no dudé en poner en mi boca, chupé todo el liquido preseminal que salía, era la cosa mas rica que había probado.

Al cabo de un rato chupando su preciosa polla, nos dimos otro gran beso, el retiró su boca de mi boca y comenzó a bajar hasta que encontró de nuevo mi polla, comenzó a chupar fuerte una gran mamada, de vez en cuando bajaba hasta los huevos y los comía con dulzura, yo podría aguantar mas, se lo indiqué y me dijo que quería que me corriese sobre su pecho, me masturbé durante unos segundos mas y al final tres chorros de espesa leche llenaron su pecho, el volvió a meterse de nuevo mi polla en la boca para limpiar los restos de semen, yo aunque había quedado exhausto de la mamada tenía que compensarle igual, me acerqué a su polla y la mamé hasta que sus respiración no podía mas, estaba a punto de correrse, me la saqué de la boca y le continué pajeando hasta que se corrió sobre mi cuerpo.

Al terminar nos dimos otro gran beso, yo quería seguir con aquella fiesta que habíamos montado los dos, pero el dijo que quería dejarlo así que fuésemos poco a poco avanzando en nuestras aventuras y que fuésemos probando poco a poco cosas nuevas.

Nos volvimos a besar y el se fue al baño a darse una ducha, antes de pasarse a su habitación en el pasillos nos volvimos a besar, y yo fui a ducharme, nos dimos las buenas noches, y cada uno nos fuimos a dormir mas felices de lo que quizás lo hubiéramos hecho nunca.