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Mi compañero David,relatos de vida universitaria 2

en Gays

En mi cabeza, poco a poco, con más frecuencia aparecía la imagen de David con su cuerpo desnudo, mojado por la ducha, hasta tal punto, que muchas veces, esa imagen hacia que me excitase muchísimo. Cada vez era una obsesión mayor, no podía quitar esa imagen de mi cabeza, había pasado de masturbarme con videos porno hetero, a hacerlo con la imagen del cuerpo desnudo de David, imaginándome siendo yo quien recorría con mis manos  su cuerpo mojado, recorrer cada centímetro de su piel. Esta circunstancia hacia que en las duchas de la piscina cada vez me resultase más difícil contener la erección que me producía ver a mi amigo desnudo frente a mí.

Esto no podía seguir así, debía plantearme muchas cosas……

Es cierto, no podían seguir así las cosas, cada vez la obsesión hacia David se hacía más fuerte, era una cosa muy rara, cuando veía a más hombres desnudos no sentía ni el más mínimo interés por sus cuerpos, pero era verle a él y un estado de nervios se apoderaba de mi cuerpo, por no hablar la excitación que me producía. Varias veces debe haberse dado cuenta de esa excitación en las duchas, porque algunas veces por más que intentaba ocultarlo era imposible, el mero hecho de saber que íbamos a ir a la piscina hacía que ya por el camino me fuese excitando un poco.

En nuestra convivencia todo seguía igual, o mejor, cada día que pasaba estábamos más unidos, el estar con él, compartir momentos, era una cosa para mi única. Me sentía encantado de poder hacer tantas cosas con él. La vida amorosa de ambos también continuaba de forma similar, alguna chica de vez en cuando pasaba por el piso. Cuando era el quien tenía la suerte de pillar cacho, yo me sentía un poco celoso, no porque el ligase y yo no, sino porque me gustaría ser yo quien estuviese en esa situación íntima con él y no cualquier chica, en muchos casos desconocida.

A mediados del cuatrimestre, unos días que había sin clase decidimos ir de viaje algunos compañeros de la clase, y como David se llevaba bien con ellos, pues nos acompañó. Era un viaje económico a una casa rural de un pueblo de la sierra cercano. Fuimos 4 compañeros de clase, más David y yo. La casa rural era para nosotros solos, tres habitaciones de dos camas cada una, cada una con su baño privado. David y yo compartimos habitación y mis 4 compañeros se repartieron las otras 2. El primer día salimos por la mañana a hacer la compra para todos los días que allí pasásemos. Compramos comida y también varias botellas de alcohol para tomarnos algunas copas en la sobremesa. La verdad que el viaje se estropeó un poco debido al mal tiempo, todo el puente se tiró lloviendo y la verdad que no pudimos salir mucho de la casa.

Esa misma tarde sin ir más lejos, nos tuvimos que volver a la casa corriendo debido a la lluvia que nos pilló cuando íbamos a hacer una pequeña excursión. Ya sin plan para la tarde buscamos por la casa y encontramos varios juegos de mesa con los que entretenernos, pasamos así la tarde y tras cenar y recoger la mesa, decidimos echarnos unas copas y pasar por allí el rato. Alguno de los compañeros propuso beber a quien perdiese en los distintos juegos que hacíamos. Avanzaba la noche y las copas iban haciendo su efecto en nuestros cuerpos, como tampoco compramos mucho porque todo lo que habíamos comprado era para tomar algo tranquilamente después de comer, pues nos quedamos con ganas de beber algo más, pero ya las 12 de la noche en un pueblo tan pequeño en medio del monte pocos sitios había para ir a comprar.

Cada “pareja” se fue para su habitación, llevábamos en ese salón con la chimenea encendida desde las 5 de la tarde y ya no teníamos ni más ganas de jugar y sobre todo más bebida para seguir pasando la noche. Subimos a nuestra bonita habitación, era grande, tenía 2 camas bastante grandes juntas en el centro, una televisión y un baño muy chulo, con ducha de hidromasaje.

Le dije a David que me iba a duchar, me quité casi toda la ropa ahí en la habitación y sólo con mi bóxer puesto me fui al baño a darme una ducha para despejarme un poco de las copas que llevábamos en el cuerpo. Cuando terminé de ducharme me sequé y volví a la habitación, deje la toalla sobre la cama y con mi cuerpo totalmente desnudo me puse en la maleta a buscar un bóxer limpio que ponerme. David hizo la misma operación que yo y pasó al baño a ducharse.

Cuando terminé de darme crema y vestirme pasé al baño con la intención de lavarme los dientes y porque no decirlo, por ver a David desnudo en la ducha. Mi sorpresa fue que al pasar al baño, encontré a David con los ojos cerrados dentro la cabina de hidromasaje y masturbándose lentamente bajo el agua y con su cuerpo cubierto de espuma, estaba el cabrón disfrutando de ese momento, y yo la verdad que también, ver a mi amigo en esa situación hizo que dentro de mi bóxer se produjese una gran bulto. Ese cuerpo que cada día tenía más definido, bajo el agua, depilado totalmente, y con su mano recorriendo su verga. El prepucio cubría y dejaba al aire un glande rosita la mar de apetecible a cada pasada de su mano. He de decir, que era la primera vez que veía a mi amigo así. Al igual que nuestros cuerpos parecidos, nuestros penes por lo que estaba viendo también eran de similares características. Unos 15 o 16 centímetros, sin circuncidar y depilados totalmente. De la excitación que esa escena me estaba produciendo que di sin querer un golpe al lavabo y David abrió los ojos, yo me di la vuelta rápidamente dándole la espalda y le dije con la voz un poco entrecortada: “Voy a lavarme los dientes y a la cama ya”.

Al poco rato el salió del baño y se fue a su lado de habitación y de espaldas a mí dejo caer su toalla al suelo, se agachó para coger un bóxer de su maleta, esa imagen hizo que me volviese a excitar más aún, se puso el bóxer y una camiseta de manga larga y se metió en la cama. Allí en la habitación no comentamos ninguno de nosotros nada de la escena de hace unos minutos en el servicio. Continuamos hablando como si nada raro hubiese pasado. Eso sí, yo no era capaz de bajar la erección que tenía, pero al menos debajo de las sábanas se disimulaba un poco. Al rato de llevar un tiempo hablando apagamos las luces y nos dispusimos a dormir, yo la verdad que no podía, entre las copas que nos habíamos tomado, la escena de la ducha y tener a David en bóxer a pocos centímetros de mí no ayudaba mucho.

Cuando desperté a la mañana siguiente de nuevo otra imagen hizo que me volviese a animar, estaba David en su cama, durmiendo, tumbado boca arriba, desarropado y con una erección mañanera que se marcaba perfectamente en ese bóxer de rayas verdes y blancas que tan bien le quedaban y se ajustaban a su cuerpo. Para imitarle me despojé de las sábanas y quedé como él, tumbado boca arriba. Comencé a tocar mi pene por encima del bóxer recreándome en la imagen que tenía tan cerca a mí, era tal la excitación que tenía y la tensión de aquel momento que mi corazón estaba a mil por hora, yo seguía viendo a mi amigo y seguía tocándome por encima del bóxer. Noté como poco a poco las primeras gotas de precum mojaban la tela del calzoncillo. Al ver que David comenzaba a moverse y podría despertarse me hice el dormido, retiré mi mano y dejé a la vista la erección que tenía.

David al despertarse, se incorporó en la cama, al moverse yo abrí los ojos y vi, que me estaba mirando, al verme despierto dijo: “¡¡Vaya!! Parece ser que no soy el único que se ha levantado contento, aunque yo tengo excusa que anoche me cortaste mi entretenimiento en la ducha, jajaja”

“Yo también la tengo, que llevo mucho tiempo a dos velas, jajajaja” Comenzamos a reír y nos levantamos para vestirnos, asearnos y bajar a desayunar con el resto de los amigos. El día amaneció lluvioso y para nosotros era una putada, nos deberíamos quedar encerramos en la casa. Por la tarde mejoró un poco, y como la temperatura era muy buena decidimos salir a continuar con el paseo que ayer dejamos a medias. Por un momento el tiempo acompañó, pero cuando comenzamos el viaje de regreso hacia la casa rural comenzó un diluvio que hizo que llegásemos a la casa calados hasta los huesos. Por eso nada más llegar fuimos cada uno directo a nuestras habitaciones para pegarnos una ducha y ponernos ropa limpia.

Nada más entrar David y yo a la habitación, nos desnudamos para dejar la ropa que llevábamos en el suelo, y secarnos un poco. Yo le dije a David que pasase al baño y se duchase primero, mientras yo llamaba a mis padres. Tras un rato de charla con mi madre contándole como iba el viaje de momento colgué el móvil  y al ver que David no salía del bañó, medio en broma medio en serio, le dije desde fuera:

-“Deja de pelártela como un mono que voy a pasar”.

A lo que David respondió: “no te preocupes, acabo de descargar todo lo que tenía acumulado, jajajaja”

-“Serás cerdo, ahora me voy a duchar yo con tu corrida en la ducha”

Nuevamente como esta mañana los dos comenzamos a reír, la verdad que tantos años de amistad, y algunos meses de convivencia nunca habíamos tenido este tipo de conversaciones, siempre habíamos sido bastante discretos en el tema de las masturbaciones y relaciones con las chicas. Debe ser que algo estaba cambiando entre nosotros.

Entré en la ducha, y nada más pasar y comenzar a caerme el agua caliente por mi cuerpo, empecé a imaginarme ahí a David, como le vi ayer y como había estado minutos antes, comencé a echarme gel por mi cuerpo, cuando llegue a la verga, empecé a deleitarme, descubrí mi glande y poco a poco fue creciendo hasta alcanzar su máximo esplendor. Estaba disfrutando de ese momento, el agua caliente sobre mí, mi polla dura como una roca y en mi mente a mi amigo David desnudo masturbándose. Tardé muy poco en correrme sobre la mampara de la ducha. Espero que ese alivio hiciese que mi cuerpo estuviese más tranquilo, que los días pasados.

“¿Qué pasa cabroncete, que te ha dado envidia y te has hecho un buen pajote en la ducha?” Así de directo fue David cuando salí del baño. Me sorprendía ese cambio de actitud en él. Pero me gustaba que se mostrase más abierto en esos temas. En tono de broma, aunque fuese verdad, le dije “No ves que me pusiste muy burro anoche, he tenido que aliviarme un poco, jajajaja”.

Al terminar de vestirme bajamos a cenar con el resto de los colegas, tras terminar la cena, nuestro plan para esa noche fue poner una peli en la televisión del salón y encender el fuego de la chimenea. Al terminar la peli cada cual se fue a su cuarto. La verdad que era pronto y tanto David como yo no teníamos nada de sueño. Nos pusimos nuestros pijamas, bueno mejor dicho, nos quitamos la ropa, porque el pijama era dormir en calzones y con una camiseta.

-“Oye Pedro, me gustaría comentarte una cosa, somos amigos desde hace muchos años, pero desde hace unos meses, con la convivencia, empiezo a notar cosas distintas cuanto estoy contigo, y si a eso le unimos que desde que vamos juntos a la piscina te pones palote en las duchas cada dos por tres, te quedas embobado en el baño viendo como me masturbo como anoche y te tocas mirando mi cuerpo como esta mañana en la cama, pues hace que yo me imagine cosas que antes ni podía ni se me pasaban por la cabeza”

No sabía que decir, mi mejor amigo, casi mi hermano, se me había medio declarado. Mi cara debió ser un poema, y mi silencio aún más. “bueno chico, di algo, que no sabía cómo soltar esto y ahora vas tú y te quedas como un pasmarote”

“David, la verdad que desde que comenzamos a ir a la piscina y con el paso de los días he comenzado a sentir algo distinto hacia ti, me excito al verte desnudo y esa imagen la tengo luego en mi cabeza y no puedo sacármela. Quiero pasar cada vez más rato contigo, pero ni por asomo se me había pasado por la cabeza decirte algo así, por miedo a como reaccionarias y sobre todo por miedo a que nuestra amistad se deteriorase.”

“Pues tú me dirás que hacemos ahora” dijo David.

La cosa había dado un giro de 180º………..

CONTINUARÁ