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Mi compañero David, relatos de vida universitaria5

en Gays

Mario nos había estado viendo en plena acción durante bastante rato y nosotros sin darnos cuenta, no solo nos había estado mirando, sino que encima estaba disfrutando de ello, y se estaba haciendo un pajote el cabrón. David con su particular falta de vergüenza, dijo riéndose: “Vaya vaya, si parece que vamos a tener a otro compañero para entretenernos esta noche” Mario sonrió pero a la vez se puso un poco rojo de la vergüenza.

“Chicos lo siento, pero me he despertado, os he visto ahí en plena acción y me he puesto muy cachondo, y no he podido evitar tocarme” dijo Mario muy avergonzado.

“Pero chaval, no te disculpes, si este y yo llevamos unos días de los más cerdos, desde que volvimos del viaje en le casa rural con sus compañeros, empezamos a pejearnos y mira como estamos ya, comiendo rabo, jajajajaja. ¿Tú has hecho algo alguna vez con tíos o es que te hemos puesto cachondo y ya está?” David era tan natural como siempre a la hora de expresarse. Aunque alguna vez sonase un poco bruto, pero eran sus formas.

“Nunca me hubiese imaginado esto entre vosotros dos, además que os liais con tías de vez en cuando. Yo la verdad que nunca me he atrevido a decir nada en mi círculo más cercano, pero soy gay, lo llevo en secreto, sólo lo saben los 2 o 3 chavales que me han follado, he contactado con ellos alguna vez por chat y hemos quedado en su piso, no os penséis que es muy a menudo habrán sido en total 4 o 5 veces.” La revelación de Mario, hizo que tanto David como yo nos mirásemos y sonriésemos. Vaya con Mario, con lo bueno que estaba y el pollón que se gastaba y le gustaban los tíos, es más, le gustaba que le follasen el culo.

Este rato de conversación, hizo que tanto la polla de David como la mía se durmiesen un poco, pero ahí estábamos los tres desnudos, en la habitación de David. Mario seguía tapado con las sábanas y el bulto debajo de ellas había desaparecido un poco. Mi polla se había bajado, pero yo seguía muy caliente, el alcohol todavía hacia efectos en mi cuerpo, y creo que en el de mis compañeros de cuarto también.

“Yo no sé éste,- dijo David con cara de picarón mirándome a mí- pero yo quiero ver ese gran trozo de carne de cerca”. David dio un tirón fuerte a las sábanas y dejó el cuerpo de Mario al aire. La verdad que estaba bien bueno, el cuerpo marcado del deporte, los abdominales que se notaban firmes, ese hilo de vello rubio que bajaba desde su ombligo, esas piernas cubiertas de pelo y ese pollón medio dormido pero ya con un tamaño considerable. David tan decidido como siempre se subió en la cama, contempló de cerca la preciosa polla de Mario, la agarró con su mano, abrió su boca y pasó su lengua por el glande de Mario. En pocos segundos ese pollón había crecido hasta su máximo esplendor, cerca de 20 centímetros de polla, bastante gruesa, que hacía difícil que entrase en la boca de David.

Viendo la escena yo me había vuelto a empalmar, y me acerqué a la cama, arrimando mi polla a la cara de Mario, el sin decir nada, abrió la boca y comenzó a chupar, yo con una mano recorría el pecho de Mario y con la otra la cabeza de David. Menudo trio gay se había montado allí en un momento. David paró por unos momentos de mamar la polla de Mario y me dijo: “Ven tío, ayúdame a lamer este monstruo, que yo solo no puedo”. Hice caso a mi amigo, y sentado al lado del cuerpo de Mario, comencé a lamer. David a un lado y yo a otro recorríamos con nuestras lenguas el tremendo palo de Mario. Que delicia, lo estaba disfrutando al máximo, pero sobre todo cuando nuestras lenguas se chocaban lamiendo el glande. Mario por su parte también gozaba, pues los gemidos cada vez eran más pronunciados. Estuvimos jugando con nuestras lenguas y la polla de Mario por lo menos 10 minutos, el alcohol en nuestros cuerpos hacía difícil que nos corriésemos, pero nos excitaba muchísimo.

David se bajó de la cama y dijo: “Yo tengo ganas de probar algo más, y si a ese culo ya se lo han follado, yo también quiero”. David abrió el cajón de su mesilla, sacó una caja de condones y un bote de lubricante. Que bien preparado estaba el cabrón, sacó uno de la caja, lo abrió y se lo puso. Seguidamente sacó el lubricante y se embadurnó su polla, se volvió a subir a la cama, alzó las piernas de Mario, acercó su polla al culo y tras unos leves empujones consiguió penetrar por completo a Mario. Yo contemplaba de cerca la imagen, pues seguía mamando la polla de Mario como podía. Notar el cuerpo de David tan cerca, embistiendo a Mario, hacía que me pusiese muy cachondo. Yo la verdad que quería también probar que se sentía al follarme un culo, por lo que imité a David, fui a por un condón y me lo puse. Me acerqué a donde estaban ellos y dije a David que se apartase, que yo también quería probar. Él se rio, sacó su polla del culo de Mario, se quitó el condón y fue a que Mario siguiese dándole placer con su boca. Mi polla entró con mucha facilidad en el culo de Mario ya dilatado y bastante húmedo del lubricante. Que sensación más rica esta de follarme un culo, me estaba gustando la verdad. El sonido al golpear mis huevos contra el culo de Mario hacia que me pusiese más caliente aún.

Mario por un momento se sacó la polla de David de la boca y le dijo: “Tío ponte otra vez el condón que me tenéis tan cachondo que quiero que me folléis los dos a la vez, llevo tiempo queriendo sentir dos pollas dentro de mí” David obediente, fue de nuevo a por otro condón se lo puso y le preguntó a Mario como hacerlo.

“Venid, tumbaos boca arriba, cada uno en una dirección de la cama, lo vi el otro día en una porno y me puso a 100”. Hicimos caso a Mario, nos tumbamos yo con la cabeza en la parte alta de la cama y David con la suya en la parte de abajo, nos juntamos todo lo que pudimos, entrelazamos nuestras piernas, Mario cogió el bote de lubricante, juntó nuestras pollas y con sus dos manos ayudado del lubricante, empezó a masturbarnos, puso un poco de lubricante en su culo también y se levantó para poco a poco ir sentándose en nuestras pollas. Tras varios intentos y creer que no podríamos, poco a poco Mario bajaba su culo se iba tragando nuestras pollas lentamente, tras algunos minutos, ya con las 2 pollas dentro y su culo bien aclimatado, empezó a cabalgarnos. Los tres gemíamos como locos, menudo calentón teníamos. Mario aparte de tener nuestras dos pollas dentro se masturbaba con locura.

Tras varios minutos así y yo a punto de correrme, les dije que parasen, nos separamos los tres, indiqué a Mario que se tumbase y me puse a un lado suyo, cerca de su cara para terminar corriéndome en su cara, David me imitó, situándose al otro lado. Mario de vez en cuando se metía alguna de nuestras pollas en la boca. David y yo a parte de masturbarnos y recibir la mamada de Mario, nos besábamos. Nuestras lenguas jugaban, yo iba a explotar y así lo hice, llenando la cara de Mario de una espectacular corrida. A los pocos segundos y tras limpiar bien Mario mi polla, recibió también en su cara la corrida de David. Los segundos que tardaba Mario en comerse la corrida de David, yo me bajé hasta tu polla y le hice una paja para que también el pudiese descargar. Así lo hizo, llenando su pecho de semen. Había sido espectacular, que follada le habíamos dado a Mario.

El pobrecillo cubierto por completo por las tres corridas en su cuerpo, se fue a la ducha para poder limpiarse. David y yo, aún desnudos nos abrazamos en su cama y nos dimos un apasionado beso antes de vestirnos.

Cuando llegó Mario a la habitación, David le dejó algo de ropa para que no pasase frio por la noche, “tu acuéstate en mi cama, -dijo David- yo me voy al sofá, no te preocupes”. David cogió una manta y se fue al sofá.

Y yo a mi cama, menudo día más intenso, yo estaba rendido, el alcohol y el sexo y la corrida había dejado mi cuerpo sin fuerza, por eso fue meterme en la cama y dormirme al instante. Cuando abrí de nuevo los ojos ya se oía ruido en el salón, miré el móvil para ver qué hora era y ya eran las 10:00h. Vi que Mario y David ya estaban desayunando. Mario estaba muy serio, como avergonzado de lo sucedido anoche, a David le noté tan normal como siempre y yo la verdad que el único pesar que recorría mi mente, era el resacón que tenía.

“Chicos, ayer con el alcohol, me abrí demasiado, no me arrepiento, pero espero que esto no salga de aquí, ni lo de que hemos follado, ni que lo he hecho con algún chaval más antes.” Llevaba razón, Mario estaba un poco avergonzado por la situación y con miedo por si la gente se enteraba que era gay.

“No te preocupes, si nosotros últimamente nos hemos vuelto un poco maricas, jajajaja. Si Pedro no pone objeción puedes venir por casa y animar nuestras convivencia cuando quieras, jajajajajajaja”. Estos comentarios de David rompieron la tensión que había en el salón. A Mario se le veía más relajado, terminó de desayunar y dijo que se iba a casa para no preocupar a su madre, se despidió de nosotros y se fue.

No habíamos hablando del tema David y yo, por lo que decidí hacerlo yo: “Tío, esto se nos está yendo un poco de las manos, bueno está lo de las pajas de la casa rural, pero nos estamos besando y comiéndonos las pollas, y anoche se la metimos a Mario, los dos a la vez encima, y parece que fuese la cosa más normal del mundo”.

“Para mi es que es lo más normal del mundo, somos amigos, y estamos experimentando cosas, y si a ti te está gustando, que parece que sí y a mí también, no sé qué problema hay. Nos damos placer el uno al otro. Además que yo desde que te he comido la polla te quiero más todavía, jajajajaja” Con David era imposible mantener alguna conversación seria más de dos minutos.

Terminé de recoger el desayuno y para distraerme un poco, me puse a limpiar el salón del botellón de anoche, que aún había rastro. El domingo trascurrió lo más normal que pudo, y la semana con las clases también. David me dijo que había estado con Mario en clase y que no había pasado nada raro, seguía la amistad como había estado antes.

Se acercaba de nuevo otra época de más exámenes por lo que salir de fiesta lo habíamos eliminado de nuestras agendas, la verdad que desde que habíamos empezado a tener estas cosas entre David y yo, él había abandonado un poco el tema de la natación. Yo con tanto estudio y sin salir lo necesitaba para despejarme y como a él parece que le habían desaparecido las ganas del deporte yo sí que seguí frecuentando la piscina. Era donde me relajaba y porque no decirlo donde disfrutaba viendo alguna polla en las duchas.

Desde que me había liado con David, y mucho más desde el trio con Mario, había empezado a fijarme cada vez más en las pollas de los tíos en los vestuarios. No me excitaba, pero me gustaba mirar, y la verdad que había algún chavalín que estaba para hacerle un favor ahí en la ducha.

Un día estaba tan agobiado con el estudio, que antes de cenar decidí ir a darme un baño y nadar un poco para despejarme, había mucha gente en la piscina, pero era sobre todo cursillos, de algún club de natación o algo parecido. Terminé de nadar y al poco de llegar al vestuario para ducharme, escuché que desde la piscina se oía mucho jaleo, mucha gente hablando fuerte, al poco tiempo se abrió la puerta y entraron 8 o 10 chavales, de 18 a 20 años que eran los que estaban nadando.

¡Ostias que sorpresa!, uno de los chavales era un chico de mi bloque, vivía un par de pisos más arriba, lo sé porque algunas veces habíamos coincidido en el ascensor. Nos saludamos y me fui a la ducha rápido para coger sitio y no perder detalle. Me situé en una de las duchas del centro para poder tener buena perspectiva de todos los chavales. En poco tiempo las duchas se llenaron de cuerpos de escándalo. Al final me iba a empalmar con ese desfile de pollas del que estaba rodeado, había de todo, circuncidadas, otras no, rasuradas, con vello, en definitiva un catálogo de pollas la mar de apetecibles todas, pero la verdad que había un chaval que tenía un rabo espectacular, debería ser más grande que el de Mario. Me quedé embobado mirándolo, asique antes que alguno se diese cuenta o antes que mi polla se despertase decidí salir de las duchas e irme a mi piso.

Una vez estaba vistiéndome en el cuarto donde estaban los bancos, llegó mi vecino y se puso junto a mí y me dijo: 

-“Hola, ¿tú vives en mí mismo bloque no?”

-“Sí, yo en 4º”

-“Cuando he entrado y te he visto me ha sonado, tu cara. Yo vivo en el 6º. Bueno yo me llamo Dani”

Me dio la mano, y yo le correspondí. “Yo Pedro, encantado. Siento tener que irme ya, pero llevo un poco de prisa, estoy con los exámenes y tengo que estudiar”.

-“Ya sabiendo que eres nadador, luego podemos quedar un día y nos venimos a hacernos unos largos”

-“ok, por mi vale, bueno tío, encantado de conocerte, un placer. Nos vemos en otro momento. Hasta pronto”.

Me vestí rápido y salí de la piscina, aunque antes había podido hacer un escáner general al cuerpo de mi vecino. Estaba bien bueno la verdad, rubio, piel clara, sin un pelo en todo el cuerpo y una polla que sería muy parecida a la mía.

Salí rápido de la piscina para cenar y no llegar muy tarde a casa y que me diese tiempo a darme un repaso antes de irme a la cama. Al llegar a casa, fui directo al cuarto de David, que aún seguía estudiando.

-          “Vamos estudiante, que tenemos de cenar, ¿no me has hecho la cena aún?”

-          “Espérate un momento, que termino estoy y voy y te hago lo que quieras, y de cenar también, jajajaja”

-          “Que tonto eres macho, siempre igual, jajajaja, por cierto en la piscina he coincidido con el vecino este rubito, que vive arriba nuestro. Vive en el 6º y se llama Dani, me ha parecido muy majo la verdad”

-          “¿Y qué tal estaba desnudo?”

-          “Te vas a quedar con las ganas de saberlo, otro me acompañas a la piscina y ves lo bueno que está en persona, jajajaja. Voy a hacer la cena”

Estar ahí en la habitación de David y pensar en el vecino hacía que me pusiese cachondo, solo de imaginarle ahí desnudo como estuvo el otro día Mario. Hice la cena, y tras reposar un rato me fui a mi cuarto a estudiar. Cuando me cansé me fui a dormir, pero una imagen me vino a la cabeza, era la de mi vecino desnudo. Ojalá pudiésemos vernos alguna que otra vez desnudos, y porque no en esta cama.

CONTINUARÁ…….