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Residencia universitaria (2)

en Gays

Pasaron unos días desde el encuentro tan cerdo que tuve con mis vecinos de habitación, estaba deseando que se volviese a repetir, aunque ya había probado el sexo con tíos, nunca había disfrutado tanto como con Edu y Luis. Me molaba el rollo que tenían, eran muy majos y encima estaban tremendos.  Era una suerte inmensa haber podido conocerles.

Nuestra relación después del sexo de aquella noche se había fortalecido. Estábamos más unidos los tres y había más complicidad, nos pasábamos las horas hablando por WhatsApp. Por temas de estudios no habíamos podido quedar ninguna noche, esa semana estaba yo muy liado y llegaba muy tarde de la biblioteca. Por eso hoy que había llegado a la residencia a la hora de la cena, podría quedar con ellos.

Al bajar a cenar lo hicimos los 3 juntos. Estuvimos hablando un rato tranquilamente al acabar de cenar ya cuando quedaba poca gente en el comedor, comentó Luis, que por qué no íbamos a la habitación, que me habían echado mucho de menos días. Recogimos las cosas y nos fuimos para nuestros cuartos.

-“Chicos yo ahora voy, me ducho y me paso a vuestra habitación”, les dije.

Edu se acercó a mí y me dijo: “No seas tonto, vente a nuestra habitación, allí te duchas, que será más entretenido”.

Hice caso a mi vecino, no lo dudé ni un segundo, llegamos los tres al final del pasillo y pasamos a su cuarto. Luis lo primero que hizo fue encender un pequeño altavoz que tiene y poner algo de música.

-“Si tantas ganas tienes de ducharte, te dejamos que te duches tu primero, siente como en tu casa” dijo Edu.

-“Que cabrones, lo que queréis vosotros es hacer guarradas mientras yo no estoy”.

-“jajajajaja, que va, lo que queremos es hacerlas contigo” dijo Luis.

Pues como yo estaba también con muchas ganas de jugar, me quité la ropa allí mismo, deje todo tirado por el suelo y me fui a la ducha. Me metí en el baño, cerré un poco la puerta, abrí el grifo y me metí dentro del plato de ducha. No llevaría dentro ni dos minutos, cuando Edu y Luis abrieron la puerta de la ducha, los dos desnudos y se colaron dentro.

No era una ducha pequeña, pero obviamente con tres personas dentro, no quedaba mucho espacio, nuestros cuerpos desnudos estaban unos pegados a los otros. Los tres aún con nuestras pollas flácidas nos intentábamos colocar de la mejor manera. Yo quedé en medio de ellos, Luis por detrás de mí y Edu delante. Notaba la verga morcillona de Edu rozando la mía. Se acercó mucho más a mí, hasta que su boca estaba cerca de la mía, creí que me iba a comer los labios, pero no, fue girando poco a poco hasta llevar su boca a jugar con mi cuello. Esto hizo que me diese un escalofrío por todo el cuerpo.

Mi polla en ese instante se puso ya dura. Edu me daba besos por el cuello, mientras el rabo cada vez más duro de Luis, iba apretando sobre mi culo. Las manos de Luis recorrían mi cuerpo, cada vez estábamos los tres más juntos, yo aprovechaba para ir agarrando fuerte el culo a mis dos amigos, iba alternando, apretaba mis manos fuertes sobre sus nalgas.

El agua caía sobre nuestros cuerpos, dejé por unos minutos el culo de Edu para intentar agarrar su preciosa verga, no había mucho espacio para maniobrar pero poco a poco iba masturbando a mi amigo. Su glande salía con cada pasada de mi mano. Luis por su parte hizo lo mismo conmigo, me agarró fuerte la polla para masturbarme, eso sí con mucha delicadeza, poco a poco recorría mi tronco de arriba hacia abajo.

No sé en qué momento de la ducha o Edu o Luis nos empapó con el gel de baño, estábamos cubiertos de espuma, cada vez hacia más calor ahí dentro, por lo que decidimos aclararnos, salimos del plato de ducha y nos secamos. Dejamos las toallas en el suelo y salimos hacia la habitación. Antes de salir pude ver como Luis cogió un bote que había en el baño.

-“Ven túmbate, que te voy a dar un masaje bien chulo” – dijo Luis.

Le hice caso, me fui a la cama y me tumbé boca abajo.

-“así no hombre, boca arriba, he dicho un masaje chulo, jajajaja” – dijo Luis.

De nuevo haciendo caso a las instrucciones de Luis, me di la vuelta y acercándome a él cerré los ojos, puse mis manos sobre mi cabeza y le dejé hacer. A los pocos segundos noté como me caía un líquido espeso y caliente sobre mi verga. Olía a menta. Tras dejar el bote en el suelo, sentí una mano acariciando mi polla, que poco a poco estaba volviendo a ponerse dura.  Una mano sujetaba mi verga y la otra los huevos.

Me estaba pajeando con mucha suavidad, dejando mi glande libre en cada pasada. También empecé a notar otras manos sobre mi pecho, recorría con la punta de los dedos todo mi torso. Cuatro manos sobándome estaban haciendo que me pusiese a mil.

Eso no fue nada cuando noté como como una mano me agarraba la base de la polla y otra comenzaba a jugar con mi glande. Al poco tiempo noté como más gel caía sobre mi verga. Estaba muy caliente, la palma de la mano de Luis hacia círculos sobre mi glande, mi respiración cada vez era más fuerte, estaba en un estado de placer inmenso. No podía estarme quieto, quité mis manos de mi cabeza para estirarlas y poder tocar a Edu. Como Luis no parase con el masaje sobre mi glande me iba a correr al instante. Estaba muy cachondo.

-“Tío para que me corro”, le tuve que decir sujetando su mano con la mía y quitándola de mi verga. No quería correrme tan pronto, quería disfrutar de las pollas de mis amigos.

Como Edu estaba a mi derecha, me abalancé sobre él, quedando mi cara sobre su pecho, empecé a besar su torso hasta llegar a su gran polla, blanquita, pero con ese glande rosa que aparecía por la punta. Abrí mi boca todo lo que pude para poder tragarme ese trozo de carne y empecé a mamar con fuerza.

Luis también se unió, su boca cerca de la mía recorría el pollón de Edu. Nuestras lenguas se juntaban lamiendo el glande. Estábamos saboreando con lujuria ese delicioso manjar.  Edu con sus manos acariciaba nuestras cabezas.

No pasamos mucho más tiempo así, Luis se levantó, volvió a coger el bote de lubricante, y le echó un poco a Edu sobre su polla. Se incorporó en la cama, sujetó la verga de Edu con una mano y poco a poco se fue sentando sobre ella. Era muy grande, pero con el lubricante y la facilidad del culo de Luis para tragarse semejante mástil, no tardó mucho en sentarse por completo sobre su verga.

Yo tumbado cerca de ellos contemplaba la escena. Pero no me quería estar quieto, me incorporé un poco. Y con mi boca fui a buscar el rabo de Luis.  No era el pollón de Edu, pero ese trozo de carne, también era una delicia. Luis cabalgaba a Edu, eso hacía que su polla no estuviese muy quieta y me costase mucho poder mantenerla dentro de mi boca.

-“Alex tío, fóllame tú también” dijo Luis.

Hice caso a mi amigo, me fui a la parte de atrás de la cama, me fui tumbando entre las piernas de Edu, me acerqué mucho a él. Luis se levantó un poco para que pudiese colocarme bien. Juntamos las vergas lo más que pudimos, Luis las agarró y de nuevo se fue sentando poco a poco. Era increíble la facilidad con que ese culo se trabaja ambas pollas. La mía era una cosa normalita, pero junto a la de Edu ya era un diámetro importante.

Luis empezó a cabalgar con más fuerza, gemía muy fuerte, seguro que le oía media residencia. Esta experiencia me estaba poniendo súper cachondo. Estuvimos así un rato bastante largo. Edu también gemía más fuerte cada vez. Tras varios minutos así Luis decidió parar.

-“Ahora me toca a mí” dijo Edu. “Fóllame Alex”.

Edu se atravesó en la cama, dejando su culo en el borde, yo me bajé por un lado, subí sus piernas y pude meter mi polla en ese culo que estaba con tantas ganas de ser follado. Luis por su parte, en la otra parte de la cama, acercó su verga a la boca de Edu. Yo agarraba con fuerza las piernas de Edu y le estaba follando con mucha fuerza, Luis por su parte hacia lo mismo con su boca, de vez en cuando se podía oír como Edu se atragantaba con el trozo de carne de Luis en su garganta.

Yo estaba a punto de terminar. Edu se masturbaba con fuerza mientras Luis le follaba la boca y yo el culo. Quería llenar a mis amigos de leche. Saqué mi polla del culo de Edu, me incorporé en la cama, puse mis piernas cerca del cuello de Edu, y comencé a pajearme. Luis también hizo lo mismo, sacó y polla de la boca y a pocos centímetros de la cara de Edu se estaba masturbando con mucha fuerza.

Pensaba que estaba a punto de correrme pero lo hizo Luis antes que yo, la cara de Edu quedó pringada de leche. El ver como Luis se corría hizo que yo me corriese al instante. Entre los dos habíamos cubierto la cara de Edu por completo con nuestras corridas.

Para mi sorpresa, Luis con su lengua intentaba limpiar la leche de la cara de su compañero de cuarto, dio un par de lametadas y lo tragó.

-“Si quieres leche espera que yo te doy la mía” dijo Edu. Luis se sentó en el suelo. Edu se bajó de la cama y tras varias sacudidas a su polla, cubrió su cara de leche.

-“Ya te puedes comer la leche si quieres” dijo Edu riéndose.

-“Que cerdos y que cabrones que sois, vaya dos vecinos buenos que tengo. Este curso va a ser una maravilla”.

Comenzamos a reírnos los tres. Yo poco a poco iba recuperando mi ropa del suelo de la habitación.

-“bueno cabrones, ahora sí que me voy a duchar a mi cuarto y limpiarme este olor a sexo y leche que me habéis dejando, jajajajaja. Mañana nos vemos tíos, no hagáis ya más guarradas hoy, y si las hacéis avisad”.

Me fui para mi cuarto, después de unos días con tanto estudio este relax de sexo me había venido de maravilla. Me di una ducha y a la cama pronto. No quería pensar tampoco mucho en mis vecinos que si no me pondría cachondo rápido.

La semana siguió con normalidad, estudios, deporte, trabajos y más trabajos. Estaba deseado que llegase el finde para poder desconectar un poco. Hoy viernes no había visto ni a Edu ni a Luis, supongo que al llegar de clase al medio día se habrían ido a su pueblo. Los viernes antes de comer se iban.

Justo me iba a ir a la piscina a nadar un poco, cuando recibí un WhatsApp de Edu, que se había quedado en la residencia, que había comido fuera. Que si tenía algún plan, que Luis se había ido el finde porque tenían una fiesta de cumpleaños de sus abuelos en otro pueblo y que él no quería irse.

-“Justo ahora mismo me iba a nadar un rato, no tengo ningún plan especial para el finde. Cuando quieras me escribes y quedamos, para salir a tomar algo”.

-“Ostias, pues si me esperas me voy contigo a la piscina, me traje el bañador y las gafas a principio de curso y no he ido nunca, vamos que no se ni dónde hay una piscina cerca.”

-“Venga va, aquí en mi cuarto te espero, cuando estés listo llamas a puerta y nos vamos”.

Al cuarto de hora, Edu llamó, y salimos en dirección a la piscina.

-“Joder tío, no nos habías dicho que ibas a nadar, que lleva el bañador ahí muerto de risa un mes”.

-“Pensaba que os lo había comentado, no voy mucho, y esta semana con el lio de los trabajos menos, pero sí que me gusta ir, sobre todo cuando no hay con quien ir a hacer otras cosas”.

-“Pues cuando vayas me avisas, que el único deporte que hago ahora es follar, jajajajaja.”

-“Como que es mal deporte ese cabronazo, jajajajaja”.

No tardamos en llegar a la piscina, estaba cerca. No era una piscina muy grande, pero no solía haber mucha gente. Aunque un viernes por la tarde siempre había varias calles ocupadas por gente haciendo cursillos.

El vestuario era una habitación rectangular, que tenía taquillas en las paredes, y en centro dos filas de bancos unos pegados al otro.

Al llegar no había nadie cambiándose, mejor, así podría observar a Edu desnudo tranquilamente. Nos pusimos uno al lado del otro y nos empezamos a desnudar, íbamos colgando nuestra ropa en la percha. Poco a poco nos íbamos desnudando por completo. Edu llevaba un bóxer blanco muy ajustado que marcaba todo su pollón.

Estaba tan embobado que no me di cuenta que llegaron otros dos chicos más o menos de nuestra edad. Pusieron las mochilas cerca de donde estábamos nosotros pero en los bancos del otro lado. Se empezaron también a desnudar, nosotros ya llevábamos el bañador puesto.

Yo me hacia el remolón por si podía ver desnudos a los chavales que acababan de llega, pero no hubo suerte, llevaban ya puesto el bañador de casa. Edu y yo salimos a la piscina y justo había 2 calles vacías para poder nadar. Nos metimos juntos y estuvimos un rato largo nadando.

Casi una hora después, ya bien cansados decidimos irnos a la ducha. Camino de los vestuarios, vimos como de las calles del fondo salían 10 chicos y chicas bastante jóvenes dirección a los vestuarios también. Quizá la suerte que no habíamos tenido antes de ver a esos dos chavales desnudos la tendríamos ahora.

Sacamos nuestras mochilas de la taquilla y nos fuimos a la ducha, con nuestro bañador, la toalla y el bote de gel. Allí en la habitación de las duchas, no había separación, unas doce duchas, seis en cada pared con un perchero en otra de las paredes para colgar las toallas. No había nadie, solo Edu y yo, los otros chicos aún no habían pasado. Nos quitamos los bañadores, y empezamos a enjabonarnos.

-“¿¿Vamos a alargar un poco la ducha, a ver qué tal desnudo tienen los chavales eso no??” dijo Edu.

- “Menos mal que lo has dicho tú y no soy solo yo el tiene la mente sucia, jajajajaja”.

En menos de un minuto oímos las voces de los chicos del curso de la natación. Poco a poco vimos cómo iban llegando a las duchas, nos iban saludando según llegaban. Unos frente a nosotros y otro en nuestro mismo lado empezaron a ducharse. Ya desnudos pude contemplar aquella delicia de vista. Cinco chavales con unos cuerpazos formados de la natación, depilados totalmente. Qué maravilla poder contemplar aquello, uno a uno fui revisando sus pollas con la mirada. Ninguna era como la de Edu, pero había de todos los tamaños.

 -“bueno vámonos que me estoy empezando a poner malo”, me dijo Edu muy bajito.

Salimos de aquel cuarto, pero ojala no hubiésemos salido nunca. En mi sucia mente una orgia con todos aquellos chavales, hacía que mi polla fuese cogiendo tamaño. Anudé mi toalla a la cintura y salimos al vestuario a vestirnos.

Ya fuera de la piscina me dijo Edu.

-“Tío, me he tenido que dar la vuelta en las duchas que tenía ya el rabo morcillón”.

-“A mí me ha pasado lo mismo, tanto chaval buenorro junto no es bueno, aunque de todas maneras, ninguno tenía un rabo como el tuyo, jajajaja”

-“Si quieres tienes todo el finde para disfrutar de él”

-“Pues en cuanto lleguemos a la resi vamos tu cuarto y jugamos con tu rabo un poco, jajajajaj”

Llegamos a la residencia, era viernes por la tarde, no había casi nadie. Subimos al cuarto de Edu y nada más pasar y cerrar la puerta, me empujó sobre la cama, caí sentado boca arriba. El no tardó en arrodillarse, y bajar mi chándal hasta los pies. Empezó a sobarme el rabo por encima del bóxer. De un tirón también lo bajó. Mi polla estaba ya casi dura. Se la metió en la boca y comenzó a hacerme una mamada espectacular. Hacía tiempo que nadie me la comía así, con tanta lujuria. Se notaba que Edu estaba más caliente que nunca.

Yo también estaba muy caliente, por lo que como pude intenté quitarle la camiseta a Edu. Viendo que mis maniobras no eran lo suficiente para desnudarlo, se incorporó y se desnudó por completo. Yo hice lo mismo, y cuando estábamos de pie, fui yo esta vez quien empujo a Edu sobre la cama. Me tumbé encima y comenzamos a besarnos con mucha fuerza.

Era la primera vez que me besaba con un tío en mucho tiempo, nunca era algo que me había llamado la atención, pero era tal la calentura que teníamos los dos que nos comimos la boca como nunca lo habíamos hecho.

Tras un rato jugando con nuestras lenguas tenía ganas de jugar con su precioso y gran rabo. Poco a poco fui besando su torso desnudo hasta llegar a ese gran mástil. Con una mano lo agarré y acercando mi boca a su glande empecé a chupar como si fuese un helado.  Intentaba meterme ese pollón entero en la boca, pero no era capaz, al llegar por la mitad, me ahogaba y tenía que dejarlo.

Algunas veces Edu me agarraba la cabeza y movía su pelvis para follarme la boca, lo que producía arcadas de vez en cuando. Tenía que retirar la cabeza de su rabo.

-“Alex tío, me muero de ganas por follarte”

-“No sé yo si ese pollón va a entrar con facilidad en mi culo”

Yo estaba tan caliente que quería sentir ese trozo de carne dentro. Me tumbé boca arriba, subí las piernas para dejar mi culo libre y accesible a Edu. Para mi sorpresa él se agachó y empezó a comerme el culo, pasaba su lengua y lo humedecía. Tras un rato lamiendo, intentó meter un dedo, pero no era capaz.

Se levantó a su mesilla, sacó el lubricante del otro de Luis, y me dijo: “Relájate y disfruta”.

Me empapó el culo de lubricante, estaba muy caliente, lo repartía con sus dedos por mi agujero. Ahora sí que entraban los dedos con más facilidad, primero uno y luego dos o tres. Tras un rato follándome con sus dedos, se incorporó, se llenó bien su rabo de lubricante, y poco a poco fue acercando su punta a mi culo.

Notaba como la puntita se iba abriendo camino. Me producía dolor, cada vez más, a medida que iba metiendo su polla dentro, notaba como el culo me ardía. Creía que me iba a partir en dos. Con suavidad iba metiendo la polla, poco a poco. Al cabo de unos minutos ya me había clavado por completo su mástil en mi culo.

Estuvo así sin moverse un rato, con su polla dentro de mí, yo poco a poco iba notando el culo más relajado, el dolor iba desapareciendo. Edu iba empezando a moverse, con delicadeza, despacito. Cada vez iba aumentando el ritmo, sin darme cuenta, ya me estaba follando bastante rápido. El dolor había desaparecido o mi mente lo había hecho desaparecer.

Las embestidas de Edu cada vez eran más fuertes, al igual que mis gemidos, no me había tocado la polla por lo menos en diez minutos y notaba como me iba a correr de seguir así bien pronto. Yo no quería acabar nunca, estaba recibiendo tanto placer que no quería que eso acabase.

Le dije a Edu que parase y se tumbase en la cama, quería cabalgar sobre su gran rabo. Y así hicimos, agarré el rabo de Edu con una mano y poco me fui sentando. Ahora sí que entraba con facilidad en mi culo. Empecé a moverme con fuerza sobre su rabo. El mío por el contrario rebotaba sobre mis piernas  y mi pecho. Estuvimos así otro par de minutos, ya sí que notaba que me iba a correr. Edu con sus gemidos también advertía que estaba cerca de culminar.

No imaginaba lo que iba a pasar, pero al poco tiempo de estar pajeándome para correrme sobre el pecho de Edu, noté como varios chorros de semen llenaban mi culo. Al notar esto mi leche salió disparada empapando a Edu por completo.

Quedamos rendidos los dos, uno encima de otro, nuestras bocas cerca una de la otra pero sin llegar a tocarse. Nuestra respiración aún estaba agitada y sin darnos cuentas de tanto desenfreno nos quedamos dormidos uno sobre el otro.

A las varias horas despertamos, abrazados y pringados de leche. Nos miramos y comenzamos a reír.

-“Creo que va siendo hora de levantarse, ducharnos un poco y bajar a cenar. No sé si quedará alguien en la residencia, pero oírnos, nos han tenido que oír hasta en la calle, jajajaja.”

Nos duchamos, nos vestimos y nos bajamos a cenar.

No había empezado mal el finde. Tras una semana dura de estudio, creo que me lo merecía.