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Visitando a la familia en vacaciones

en Amor filial

Visitando a la familia en vacaciones

Hola de nuevo, soy Angie, la niña traviesa, la joven chica universitaria, orgullosa de su bisexualidad.

Las clases universitarias casi daban su fin, era el mes de diciembre y estaba en la decisión de ir a pasear un rato lejos de la ciudad, respirar aire puro del campo y que mejor decisión que ir a visitar a mis tíos, un bello lugar de la sierra peruana, donde la agricultura y la ganadería campean como medio de sostenimiento económico para los lugareños. Como soy una chica joven decidí que mi hermano fuera mi acompañante en dicho paseo.

Al fin llegamos al ansiado lugar, lejos del bullicio de la ciudad, a casa de mis tíos y de una prima maravillosa, llena de espíritu juvenil como yo, alegre, coqueta y muy extrovertida, Claudia y una hermosa mascota, un hermoso perro muy bien cuidado. Después de los saludos correspondientes quedamos instalados en la casa familiar, me tocó compartir habitación con mi hermosa prima, mi hermano Carlos la habitación contigua y mis tíos Manuel y Rocío en la principal al fondo de la casa, la subsiguiente.

Mis tíos, eran una pareja joven de 35 añitos ella y 38 años él. Y los días transcurrían en el cálido calor de hogar y los interminables paseos por el campo.

Mi tío era dedicado al ganado, era el día tercero de nuestra visita con mi hermano y tenía que viajar para arreglar un trato comercial con unos empresarios de ganaderos. Como estábamos en casa, la preocupación por dejar solas a mi tía Rocío, mi prima Claudia y la mascota de la familia no era tal. Antes bien resolvió llevar a mi prima con él en su viaje, qué pesar en mí ver partir a la prima, estaba tan buena con sus juveniles 19 añitos virginales, pero seguro que aguardaría con ansias su regreso.

Y quedamos en casa mi tía Rocío, la mascota que deambulaba por ahí, mi hermano Carlos y yo. La verdad es que no puedo con mi calentura, tenía ganas de coger con mi hermano pero estaba la tía Rocío y me propuse hacerla participar y armar un trío maravilloso.

Le sugerí a mi hermano que vistiera un short que le quede ceñido al cuerpo, un polo pegadito también, y se paseara por la sala provocando las miradas de mi tía. Pude convencerlo y le daba tratamientos a su verga con unas magistrales mamadas en la cocina de la casa que se le ponía dura, grande y la tenia algo gruesa, de unos admirables 22 centímetros de gozosa tranca; salía así hacia la sala de la casa donde estaba mi tía descansando leyendo una lectura ligera para entretenerse. Mi hermano Carlos le inquiría a mi tía sobre la zona, preguntas sin sentido solo para atraer su atención y pueda admirar la gran verga de mi hermano. Ella al responder cortésmente las preguntas de mi hermano se percató del bulto de su short que hasta una sonrisilla soltó. Vaya con la tía, estaba picando el anzuelo, íbamos bien.

Decidimos avanzar un poco más y entre los tres armábamos pequeños juegos donde participábamos y de a ratos mi hermano como por casualidad le daba una sobadita con su verga en el culo de mi tía, yo me hacía la desentendida pues sólo eran jueguitos de mano y demás, cómo se estaba poniendo caliente la tía, pero difícil de doblegar o quizás se intimidó por estar yo cerca de ellos. Así con una lectura de miradas entre mi hermano y yo decidí no hacer mal tercio y me fui a la habitación pero sin perder detalle de lo que estaba ocurriendo.

Mi hermano Carlos al lado de mi tía pues era un nene y ella lo retaba con demostraciones de fuerza, juegos de manos y seudo-torpezas de mi hermano para caer cerca de mi tía y rozarla con más fuerza con su verga. Así discurría todo por allí y de juego en juego mi hermano cogió por detrás a mi tía y le puso la verga en toda su raja y la apretó sujetándola con sus dos manos por el vientre diciéndole lo mucho que la quería tratando de hacer lentas sus palabras para permanecer más tiempo con su verga en el culo de la hermosa tía. Mi tía Rocío miraba a os lados tratando de buscarme con la mirada pero no me encontraba y sólo le sonreía a su sobrino que le estaba poniendo caliente. Sin ánimo de desperdiciar el momento mágico mi hermano liberó su mano derecha para acariciar su pecho derecho de mi tía, por encima de sus ropas, tenía unas grandes tetas, la blusa estaba que reventaba y se le veía un gran canalillo entre ellas, hasta a mi se me antojaban, pero tenía que aguardar mi momento.

Mi tía se estaba poniendo fuera de si y empezó a mover su culo sobre le verga de mi hermano, a lo que mi hermano aprovechó para hurgar el canal de sus tetas con uno de sus dedos y de inmediato meter toda mano para amasar esas grandes y hermosas tetas, se decidió por tomar la izquierda que le daba más movilidad, como la sobaba y con los dedos le jalaba su pezón. Ya estaban disfrutando de la pasión, la lujuria y el deseo. Hasta este punto mi hermano empezaba a acariciar los muslos de mi tía y el recorrido de su mano intentaba sobarle el coño. Mi tía se sobresaltó de gusto, entonces mi tía tomó conciencia que estaba en casa y se dirigieron a su habitación no sin antes percatarse que estaba descansando en la mía para dar rienda suelta a sus deseos. Ya en la habitación mi hermano le levantó la faldita desde atrás para tener una buena visión de su hermoso culo, masajeándole las nalgas.

Para no perder detalle, me puse a espiar por detrás de la puerta de la habitación y tocándome de la excitación por el momento. Mi tía y mi hermano se habían despojado de todas sus ropas, él se daba un gusto con las tetas de la tía Rocío, mamando sus tetas y mordiendo sus pezones mientras ella me acariciaba la verga como deseando tenerla dentro ya.

Mi hermano posicionó a mi tía al filo de la cama con las piernas abiertas, yo estaba que ardía y no tardé en quitarme la ropa mientras espiaba y la dejaba a un costado de la puerta. Estando echada mi tía en la cama y con las piernas bien abiertas mirando hacia el techo de la habitación y con la complicidad de mi hermano entré en la habitación y me posicioné en el coño de mi tía, le di unas lamidas, le metí dos dedos al coño, le masajeaba con la lengua el clítoris. Mi tía excitada decía:

  • Oh, Carlos, qué gusto me estás dando, estoy que casi me corro, qué rico me comes el coño.

Mi hermano que estaba en el otro extremo de la cama sentado en el piso, se limitó a responder:

  • Si supieras tía que el placer te lo está dando tu sobrina Angie.

En ese momento mi tía se percató que mi boca estaba en su coño y veía a mi hermano que se estaba haciendo una masturbada a nuestro honor. Para acortar la interrupción decidí reanudar la comida de coño y empezar a meterle un dedito a su culito mientras mi hermano decidió ir por sus tetas chupándoselas con ganas para después ponerle la verga en la boca para que le diera una chupada de aquellas. Ya estábamos entregados al placer y debíamos disfrutar el momento.

Pusimos a nuestra tía a los pies de la cama y me subí en ella para comernos el coño a placer, como me gusta hacer un buen 69, de modo que quedara mi culo expuesto para que mi hermano le de unas excitantes lamidas, besadas con la introducción de sus dedos, me lo estaba preparando para encularlo. Se estiró lo más que pudo para poder penetrarme mientras mi tía y yo nos comíamos el coño deliciosamente.

Luego de un rato mi hermano dejó de encularme al tiempo que me separé de mi tía para sobarle la verga en el coño a la hermosa tía Rocío y metérsela con fuerza y desesperación. Mi tía gemía de placer y para no ser menos posicioné mi coño en su boca para que lo chupara a gusto.

Poco tiempo nos duró la tía pues de un momento a otro, ella se puso rígida por el orgasmo que experimentaba, sus ojos vidriosos de placer. Pero mi hermano aún se encontraba con ganas de dar marcha. Mi tía se encontraba ya en medio de la cama con las piernas cerradas y me subí encima de ella pero sin tocarla con mis piernas abiertas teniendo las suyas en medio de las mías, mis manos cerca de sus hombros pero sin tocar su cuerpo, estaba en cuatro, mi hermano vino por detrás y me la metió en el coño. Mi tía en medio de nosotros reponiéndose y mi hermano que me daba rico por el coño en un mete y saca cada vez más rápido y ruidoso. Cuando su verga estaba latiendo por sacar su lechita, me la sacó, me deslicé hacia un costado de la cama y mi hermano derramó toda su lechita en las tetas de nuestra amada tía Rocío, se apoyó en la cabecera de la cama con sus dos manos y le puso la verga en la boca a mi tía para que se la limpiara con la boca. Después de esta sesión de amor nos pusimos uno a cada lado de mi tía para pegarnos a ella en un necesitado descanso…

Los siguientes días nuestras habitaciones permanecieron vacías pues dormíamos con nuestra tía, si a eso se le llama dormir, cogiendo como animales en celo, sin importar la hora en que dormíamos o la hora en que despertáramos. Éramos un trío de amor y sexo, él único espectador de nuestras lujurias era el engreído perro de mi prima Claudia.

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