miprimita.com

Cuidado con dormirte en una fiesta

en Hetero: General

Estando yo, reventado tras todo un día de duro trabajo, que no fuese irme a la macro fiesta que daba unos amigos en su casa aquella misma noche sin tan siquiera haber descansado algo. No pude, todo había salido muy precipitado aquel día y ya había quedado en ir. Por otro lado estuve esperando a llegar para divertirme. Había una movida estupenda en la fiesta pero a las dos horas ya estaba que me caía de sueño y supongo que las cuatro copas que me tomé no ayudaron después de todo.

Separándome de mi gente, vagué por la parte vacía de la casa en busca de un sitio cojonudo en donde echarme una siesta rápida y volver después a disfrutar de las últimas horas de la fiesta. Doblando un pasillo que me parecía largísimo (Tal vez por el alcohol) entré a un cuarto de baño por el que a su vez entré a un dormitorio con una cama de matrimonio. Fatigado, me senté en el lado más próximo de la cama y luego me desplomé hacia atrás. Lo último que recuerdo antes de quedarme dormido fue pisarme los talones para quitarme los botines y así sin más me quedé completamente frito. Ni tan siquiera había puesto el despertador del móvil como había pretendido.

Dudando si la sensación de zarandeo que sentía era soñado o de verdad, lo fui sintiendo más real hasta que no me quedó ninguna duda. Luchando por salir del sueño, notaban que me apartaban hacia los lados la bragueta del pantalón. También notaba una mano que me acariciaba mi vientre, dándome cuenta de que mi camiseta había sido subida hasta la altura del pecho. A lo primero no le prestaba mucha cuenta a todo aquello, pensando que no era real, hasta que comencé a estar lo suficientemente despierto. Estaba muchísimo más descansado tras el tiempo que hubiese estado durmiendo, fuese el que fuese, aunque la sensación de acaloramiento por alcohol seguía estando allí.

Gracias a algo de luz que provenía lejana del pasillo, levanté la cabeza para mirar que pasaba. Primero entre sombras, y luego ya más claro, vi a una chica morena, guapa a decir verdad, que estaba de rodillas en el suelo y entre mis piernas, manipulando mis pantalones con una mano mientras que con la otra acariciaba excitante mi abdomen. Sin entender nada, le pregunté que hacía pero ella me mandó a callar sin más y continuó con lo suyo. Apoyándome con los codos para mirarla mejor, le pregunté que si le pasaba algo. La chica aquella, sin darme tiempo a estar más espabilado, me quitó forzosamente uno de los dos botones de mi boxer e introdujo su mano por la abertura para hacer salir a mi polla que, por las caricias o el sueño, estaba medio morcillona. Seguí esperando a que me contestase a la pregunta que le había hecho, pero ella me mandó a callar otra vez pero llamándome por un nombre que en absoluto era el mío. Riéndose para si misma, volvió a sorprenderme lanzándose con la boca abierta a mi polla.

Estremeciéndome de puro y repentino placer, salí completamente de mi estado soñoliento. La chica no se andaba con ningún rodeo y si con bastante confianza a la hora de chupármela. Su boca aspiraba entre gemidos toda mi polla, de la punta hasta más de la mitad, mientras su lengua enloquecía por dentro contra mi capullo. Esforzándome por estar sereno, o todo lo sereno que pudiese estar, la tomé por los hombros e intenté hacer que me prestase atención, que parase un momento, y le dije que me estaba confundiendo con otro. Costándole el dejar de mamármela unos segundos, se separó de mi polla con un sonido de saliva y sin dejar de pajearme me dijo con voz erótica que me dejase de tonterías, llamándome otra vez por aquel nombre que no era el mío. Al escuchar que le costaba pronunciar aquello con una particular torpeza me di cuenta que aquella chica, que me había abordado de aquella forma tan temeraria, iba bastante borracha.

Intentando hacerla parar, la chica regreso con su boca a mi polla y me dio unas cuantas mamadas más con aquella ansiedad que mostraba. Admito que no usaba todas mis fuerzas para pararla, era genial lo que me estaba haciendo aquella desconocida (La mejor mamada que recordaba hasta entonces), pero la llamaba y la movía por los hombros para que me prestase atención. Cuando por fin pensaba que me echaba algo de cuenta, dejó de chupármela y se puso en pié. Llevaba un sencillo vestido bastante corto. Colocando una rodilla a cada lado de mi cintura, se sentó sobre mí y se agachó a besarme. Mis labios permanecieron quietos, demasiado sobrecogidos por lo que ocurría. Ella me besaba caliente, violándome con su lengua que se frotaba por el interior de mi boca. Su aliento a alcohol me dio un poco de nauseas con lo que fue todo un alivio cuando por fin dejó de besarme. Le dije que estaba borracha pero a este comentario ella asintió con la cabeza riendo. Su estado era un tanto lamentable. Los ojos apenas los tenían abiertos y tenía la falta de equilibrio que pudieses esperarse en su estado.

Disgustada por que no estaba tan participativo como ella, esperaba que estuviese en aquella ebria fantasía suya, comenzó a frotarse mientras me decía lo caliente que estaba. Hablaba con un tono de lascivia juguetona dificultado por el alcohol. Estaba completamente decidida a follarme, o sea, a follar al tío ese con el que me confundía que debería ser su novio. A cada vez que intentaba incorporarme para quitarla de encima, ella me empujaba por el pecho y usaba su peso para impedírmelo. Yo me veía incapaz de usar toda mi fuerza por esa parte de mí a la que ella había puesto cachondo con lo que ya dejé de resistir cuando me agarró la polla por detrás e hizo apartar a un lado sus braguitas. Dejándose caer, mi polla fue entrando en su coño caliente, apretado y mojado. Ella se estremeció cuando ya la hube penetrado entera, sintiendo su culito caer atrás sobre mis huevos.

Haciendo un último intento, solo uno más, intenté reponerme agarrándola de las caderas para echarla a un lado sin que tuviese excito al recibir otro empujón suyo, claro que aquel había sido el intento mas flojo que había hecho. Ella sonreía sintiéndose dominante, cambiando su expresión a una en la que su boca se abría para gemir cuando hizo mover su culito adelante y hacia atrás. Su coño era especialmente rugoso por dentro, haciendo aún mas placentero cuando mi polla entraba y salía en movimientos cortos, haciendo que mi capullo se frotase fuertemente con las paredes de su vagina. Entre gemidos, ella dijo algo referente al tamaño de mi polla y mordiéndose el labio comenzó a dar mas fuerte. Ambos botábamos en el colchón, agarrándonos el uno al otro. Su entrega era tanta que iba a conseguir que me corriese dentro de poco. Le pedí que parase en tono serio pues estaba preocupado de que no llevaba condón ni tampoco conocía a la chica. Me llamó otra vez por el otro nombre, tumbándose sobre mí para decirme al oído que me corriese, y luego comenzó a chuparme la oreja. Ya no aguantaba más, me corría sin control dentro de aquella puta borracha que parecía también estar loca. Era brutal la corrida y no solamente por el orgasmo. Llevaba semana y media sin cascármela por el exceso de curro con lo que me estaba corriendo en cantidad en el coño de aquella desconocida.

Quieta sobre mí, esperó a que dejase de convulsionarme y correrme para ponerse de rodillas sentada como antes. Movió ella entonces la cintura en círculos, comprobando que mantenía mi erección. Jadeando y en silencio, la escuché pedir que la follase, reclamando así su momento. Se sujetó con firmeza a mi pechó, elevando un poco el culo para que yo fuese quien la penetrase. Hice un cargo de conciencia, a como se había desarrollado toda la situación, y me pareció una tontería negarme ya a esas alturas. Con ambas manos la agarré por su caderita y la empecé a follar. Al primer impacto, ella calló catapultada hacia delante, recibiendo mis embestidas sin parar. Lejos de conformase, ella pidió que fuese más rápido. Sacando fuerzas de todas partes, me puse a darle todavía mas fuerte.

Besándome, besándonos, nos movíamos junto con la cama. Los cachetes de su culo sonaba frenéticamente con cada metida. Me estaba dejando llevar hasta tal punto que gemía tanto como ella. Abrazándola fuertemente, la hice girar con migo sin dejar de follarla, estando yo ahora encima. Las piernas me sobresalían, dejándome poco punto de apoyo, moviéndome ahora con mas torpeza pero estaba demasiado caliente como para corregirme. Sobre la cama, su cabeza se tambaleaba a todos lados, demasiado suelta, y entonces me di cuenta que estaba como dormida. Bajando el ritmo le pregunté que le pasaba, llamándola un par de veces, pero no había forma, se había quedado dormida, incluso roncaba un poco.

Tras aquel corta-rollo total, paré de follarla y me fui a retirar. Mi polla salió casi flácida de su coño. Subiéndome los pantalones, caminé con ellos agarrados a media altura hasta el baño en donde me limpié y repuse la ropa. Regresando al dormitorio, vi a la chica en la oscuridad tumbada en la cama con las piernas fuera. Me acerqué y bajé el vestido por si entraba alguien. La dejé allí durmiendo la mona, regresando yo a la fiesta a por una copa. Y así hasta que terminase la fiesta. FIN.