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Te Amo Tania (3): ella y yo, frente a frente

en Dominación

El reloj marcaba las 3am cuando me desperté de golpe. Había soñado con la situación vivida hacia unas horas, incluso mi mente había profundizado la humillación vivida, y entre imágenes de mi novia siendo brutalmente cogida por su ex, de Jorgito insultándome y riéndose de mi, de mi cola penetrada con el pequeño vibrador, y de mi cara llena de la leche de Jorgito desperté. Me di cuenta de que había tenido un orgasmo mientras dormía y soñaba con todo aquello. Que humillante fue darme cuenta y aceptarlo, y mas humillante aun fue estar bañándome para limpiarme la leche y sentir como mi pitito se ponía duro nuevamente mientras mi mente continuaba invadida por aquel sueño. Me negué a masturbarme, necesitaba quitar eso de mi cabeza y no seguir alimentándolo.

Intente volver a dormirme, pero no lo logre, no podía dejar de pensar en todo lo que estaba ocurriéndome. Continúe dando vueltas en la cama hasta que vi prenderse la luz de mi celular. Me asuste.  Eran las 5am, no había dudas sobre el remitente del mensaje. Lo abri, aunque no lo deseaba, sabia que no podía negarme. Lo que vi fue una foto de mi novia durmiendo desnuda. Le siguió otra donde se veía la mano de Jorgito abriéndole las nalgas para enviarme un primer plano de sus partes intimas, y otra de las tetas de Tania con rastros de leche seca.

Las lagrimas de dolor y humillación me caian por el rostro mientras miraba las fotos, y siguieron cayendo los minutos que el celular estuvo callado. Minutos después volvió a sonar. Lo que vi en pantalla fue la cara de mi novia durmiendo, con su boquita semi abierta, y la pija de Jorgito cruzando todo su rostro, y su cabeza apoyada sobre los labios de Tania. El tamaño sorprendia, esa verga cruzaba toda su cara, y su cabeza era enorme. Me quede impactado mirando la imagen hasta que volvió a sonar mi teléfono y apareció en pantalla un mensaje que decía “ya te lo dijo tania putito, sabes lo que tenes que hacer”. Lamentablemente lo sabia, y como un autómata sin voluntad lo hice. Me baje mis calzones y le tome una foto a mi pitito semi erecto. Junto a las risas que recibi como respuesta, pude leer: “espero que la bombachita de mi chica este limpita, descansa que en unas horas Tania la va a ir a buscar”. Por supuesto, no pude pegar un ojo.

Un rato antes de la hora en que tania debía llegar, me asegure como buena criada que la tanga estuviera bien limpia. Incluso me encargue de ponerle perfume. Me bañe nuevamente y me vesti bien, con las esperanzas de que Tania me escuchara y cambiara de opinión, y que esta humillante situación se acabara para siempre.

Estaba muy nervioso pensando en como seria la situación cuando escuche el timbre sonar. Abri la puerta y la vi allí parada completamente radiante. Tenia una camisa blanca finita y cortita. Se transparentaba un sosten rosa muy sensual, y los botones desabrochados de la camisa creaban el escote perfecto, coronado por una cadenita que caia justo entre sus pechos. Su pancita estaba al aire, luciendo un piercing, y tenia puestos unos jeans bien ajustados que le quedaban perfectos. Se quedo ahí parada, mirando mi cara de nervios y miedo. Atine a darle un beso, pero lo que recibi a cambio fue una bofetada. Me quede atonito mientras ella ingresaba a mi casa y me ordenaba cerrar la puerta. Entró como si fuera su casa, mientras yo me quede como una pierda junto a la entrada, solo mirándola. – te vestiste para mi? – me pregunto con saña. – si amor – le respondi tímidamente.  – que lindo… desnúdate. –

Al ver que yo no respondia ni me movia, me miro fijamente, se acerco varios pasos y repitió la misma palabra: desnúdate!.

Esta vez obedeci, y lo hice despacio y con mucha timidez y con la cabeza gacha, como si fuera la primera vez que me desnudaba ante ella. Me quite zapatos, medias, remera, pantalones, hasta quedar solo en bóxers. – sácatelos, dale- me ordenó. Lo hice bien despacio hasta dejarlos en el piso, aun entre mis piernas. – agarralos putito. Agarralos y damelos en la mano – dijo Tania fríamente. Yo lo hice, y con una mano cumpli la orden mientras con la otra cubria mi pequeño pito. En ese momento me di cuenta que me estaba filmando con su celular.

-          Que haces con esa mano? Sacala de ahí… como si me fuera a sorprender por ver tu pitito… se lo veo a mi primito de dos años todos los días jajaja – comentó mientras guardaba mis calzones en su cartera. Yo ardia de vergüenza, pero obedeci. Agache mi cabeza nuevamente y puse mis manos detrás de mi espalda. – así me gusta putito – dijo mientras se aceraba a mi y con su manito comenzaba a jugar con mis huevos – que huevitos tan chiquititos tenes! Jajaja y encima se te pone durito, q lindo. – yo no reaccionaba, pero mi pito si. Me limite a cerrar los ojos y gozar sus caricias, gimiendo despacio. Ella me conocía muy bien y se dio cuenta que estaba al borde del orgasmo solto mi pene. Mi reacción fue la de rogar e intentar acercarme yo mismo a su mano para seguir sintiendo el contacto, su respuesta fue apretarme los huevos con una mano y con la otra cachetearme el pito repetidas veces mientras se reia y me insultaba. Solo atine a pedir pedon y piedad.

Cuando termino de reírse. Me miro fijamente y me dijo – que calor tengo, no sabes como esta la calle, me voy a bañar – mientras desabrochaba sus jeans. En instantes quedo con sus piernas desnudas, y solo una bombachita rosa semi transparente cubria su entrepierna. Sin dejar de mirarme desabrocho su camisa y la dejo caer al piso. Comenzó a reir de nuevo cuando noto que mi pitito reaccionaba nuevamente, y mordiéndose el labio inferio, quitó el gancho de su sosten, que cayo al piso deslizándose por sus brazos. Ante mi quedaron dos pechos hermosos, perfectos, deliciosos. Mis ojos estaban desorbitados, y mi pito completamente erecto de nuevo. Se acerco a mi, y su mano se deslizo desde mi muslo hasta mi ombligo, bien despacito y prestando atención especial a mi pito. – ni se te ocurra tocar esta mierdita de pija eh, te quedas acá paradito con las manos en la espalda – me dijo sonriendo. Dio media vuelta y comenzó su camino hacia el baño, moviendo sensualmente esa hermosa cola vestida con una preciosa tanguita rosada. Me había olvidado que tan loco me volvia ese culito. Escuche como se encendia la ducha, espere de pie como me lo ordeno, con mi pito a punto de explotar. Salió del baño varios minutos después, con su cabello aun mojado, envuelta en una toalla cortita. Se alegro de verme como me había dejado, de pie inmóvil y con el pito erecto. Se acerco nuevamente a mi, quedando a centímetros de mi cara, y dejo caer la toalla al piso. Ante mi volvieorn a aparecer esas hermosas tetas, con sus provocativos pezones rosados y duros. Yo seguía inmóvil. Dio un paso al frente y sus labios quedaron casi tocando los mios. Sus pechos estaban tan cerca que sus pezones me rozaban la piel. Nos miramos a los ojos, yo con una mirada llena de amor y adoracion, ella con una mirada malévola y divertida. – que tonta soy – comenzó a decir. – siempre te retaba por dejar tiradas las toallas y ahora soy yo la que la dejo en el piso- y con una risita que simulaba inocencia se volteo, y se agacho hasta el piso, apenas flexionando sus piernas. Como consecuencia de ese movimiento, su precioso culo se apoyo contra mi pija y se movio lenta pero firmemente sobre mi aparato. Llegue a sentir como sus labios vaginales se abrían y su interior se frotaba contra mi falo, que se llenaba de su humedad. Gemi profundamente y ella solo rio, quedándose así agachada, con su intimidad frotándose contra mi. – bueno, vamos a ver mi bombachita como la dejaste – me dijo mientras frotaba sus nalgas sobre mi. Luego se levantó, me miro fijamente y divertida me dijo – te sigo.-

Camine lentamente hacia el lavadero, con mi pito que no perdia ni un poquito su erección. Ella, jugando a la nena inocente, caminaba atrás de mi, cantando, con sus manos sobre mis hombros. Por momentos se pegaba a mi espalda y me hacia sentir sus pechos y sus pezoncitos. Me volvia loco, y era completamente consciente de ese poder.

Cuando tuve la tanga en mis manos, se la ofreci con la cabeza gacha. La tomo contenta, la inspecciono, sintió el perfume, y con una sonrisa de satisfacción me miró fijo. – así me gusta, que seas dedicado en las tareas que te mando – me dijo al tiempo que me daba una corta caricia en mi verga que me ponía mas duro todavía. Solo atine a suspirar y a decir gracias.

Era increíble, en tan poco tiempo nuestra relación de novios se había desintegrado. Me había transformado en un ente, en un perrito obediente que cumplia todos sus caprichos, y no mostraba ningún reparo en tratarme como tal. El problema era que aunque yo entendía que no había vuelta atrás en nuestra relación, aun la amaba con locura, aun la miraba como si fuera una diosa del Olimpo y moría por hacerla feliz.

Con total naturalidad, se puso la tanga delante mio y se la acomodo. Esa prenda le calzaba a la perfeccion. Era entendible que fuera la favorita de Jorgito. Mientras se la acomodaba hacia distintas poses para mi, poniéndose de espalda con las piernas un poco abiertas, sacando bien la cola con la espalda arqueada, y me preguntaba como le quedaba. Yo estaba embobado. Si bien la había visto desnuda muchas veces, e incluso habíamos tenido sexo, jamás había sentido lo que sentía en ese momento. En ese preciso instante ella estaba exhibiéndose ante mi, pero era completamente inalcanzable. Se estaba ofreciendo ante mi, y sin embargo me estaba mostrando cuanta distancia había entre los dos. Para ella yo no era mas que un perro excitado por su belleza, y así le gustaba tenerme. Con cada humillación mi excitación aumentaba, y mas ganas tenia de tirarme a sus pies y suplicarle que no me dejara nunca.

Se alejo de mi para ir a la cocina a buscar un refresco, por supuesto se encargo de agacharse bien para alcanzar la lata para lucir su preciosa bombachita. Sirvió el contenido en un vaso y se tiró en mi cama, con sus pechos desnudos contra mis sabanas. Al ver que yo permanecia inmóvil me llamó.

-          Todavía tenes mi crema humectante? – me preguntó, y al escuchar mi respuesta positiva me ordeno ir a buscarla. Cuando regrese con la crema en la mano, ella se encontraba boca arriba, con las piernas abiertas y los brazos relajados, con sus hermosas tetas apuntando al techo. – pasame la cremita – me ordenó. Comencé a pasar mis manos por su linda pancita, y fui subiendo hasta sus pechos perfectos. Solto un pequeño gemido en señal de aprobación. Continue con mi tarea, pasando delicadamente mis encremadas manos por su suave piel. Sus pechos carnosos se escurrían entre mis dedos y se bamboleaban. Luego de unos minutos así, me atrevi a apuntar a sus pezones, y viendo que ella no oponía resistencia, centre mi atención en sus dos botoncitos. Mis dedos los apretaban suavemente y los masajeaban. Incluso los estiraba un poquito. El hecho de saber (porque ella siempre me lo había recriminado) que no lograba satisfacerla sexualmente me llevo a buscar otras formas de hacerlo, y con el tiempo mis masajes y mi lengua en su conchita se volvieron mis fuertes a la hora de dar placer. Mis masajes la estaban exitando y entre gemido y gemido me decía:

-          Te gustan mis tetitas?

-          Si Tania, me encantan

-          Y mi colita te gusta putito?

-          Mucho Tania…

-          Contame por que putito!

-          Es que… la tienes bien paradita y firme, y…

-          Y que putito mio? Decime mmmm

-          Y.. tiene un tamaño perfecto, bien redondita. Me encanta acariciarla y besarla. Es que..

-          Es que.. te vuelve loco verdad? – tania pronuncio esas palabras a la vez que giraba sobre si misma, quedando boca abajo. Levanto la cola con su espalda bien arqueada y comenzó a moverla lentamente. Yo la miraba hipnotizado. Mirándome de reojo, mientras bebía su refresco me dijo – queres masajeármela putilin? – y yo solo pude asentir.

Puse mis dedos húmedos de crema sobre ese monumento a la belleza, y comencé a moverlos firmemente, recorriendo todas sus nalgas. Mi pito estaba por explotar ante tantos estimulos. Ver esa colita moviéndose para mi, enfundada en tan preciosa bombachita me volvia loco. –poneme crema en los pies- me dijo tania sin siquiera voltear la cabeza para verme, y flexiono sus piernas para dejar sus pies a mi alcance. Yo les coloque abundante crema en sus plantas, y luego no supe que hacer. – te gusta mi colita bebe? Mira como se mueve para vos. – yo escuchaba sin moverme, y sin apartar mi vista de semejantes nalgas. – te gustaría penetrarla verdad? Lastima que nunca lo hiciste ni lo vas a hacer jajaja. Le voy a pedir a Jorgito que me la desvirgue con ese pedazo de carne que tiene.- esas palabras me dolían, pero a la vez me exitaban, y no podía apartar los ojos de ese culo.

En ese momento sentí sus pies encremados posarse sobre mi pito duro. Di un respingo por la sorpresa. Ella comenzó a moverlos, frotándolos contra mis huevos y todo el largo de mi falo, esta que sus dedos llegaban a su cabecita y jugaban con ella. Y así estaba yo, desnudo ante el amor de mi vida, que se encontraba embadurnada en crema, vistiendo solo una tanguita y acostada a pocos centímetros mios, gimiendo mientras sus pies abusaban de mi pitito, que estaba cada vez mas duro.

Al ver que yo permanecia inmóvil, ella continuo con su tortura, tanto física como psicológica.

-          Que chiquitito es este pitulin! Lo voy a perder entre los dedos de mis piecitos jaja. Me encanta tener tu pijita entre los pies, porque ahí es donde pertenece, abajo mio! Para que yo me divierta con ella y la pisotee cuando tenga ganas. Entendes putito mio? – las palabras de Tania eran como puñales de humillación y exitacion, y yo solo podía asentir diciendo “si tania, si mi amor”. –tu pijita va entre mis pies – contnuaba diciéndome mientras aumentaba el ritmo y la fuerza de la paja que me estaba haciendo. –en cabio el rabo de Jorgito va en mi boquita. Me encanta lamérsela toda.. de arriba a bajo recorrerla con la lengua, y meterme la cabeza en la boca y esucharlo gemir y decirme que soy su putita. Y después ponerme en cuatro patitas y pedirle por favor que me la meta, que me llene de pija y me de el placer que tu no me puedes dar con esa verguita de bebe! – sus palabras iban subiendo de tono al igual que el movimiento de sus pies contra mi pija. – y pronto le voy a pedir que me chupe bien la colita, para después apoyar esa cabezota contra mi ano, y hundirla centímetro a centímetro en mi interior. Le voy a pedir que me parta al medio, que me destroce mi colita virgen. Y vos vas a estar mirando bien de cerca, para no perderte ningún detalle, para observar bien como ese nenito se lleva el premio mayor, como me coje la colita, esta colita que a vos te vuelve loco pero nunca vas a poder tener!!! – en ese momento mi humillación y mi placer colisionaron y generaron una explosión, un orgasmo tremendamente potente. Sus piecitos empezaron a masajear mis huevos y la leche comenzó a dispararse a chorros, en una cantidad impresionante que cayo casi toda sobre su preciosa cola. Su risa lleno el silecio de la habitación – parece que te entusiasma la idea de ser un cornudito bebe! Nos vamos a divertir mucho! – decía mirando de reojo como las ultimas gotitas de leche colgaban de mi pitito que iba perdiendo dureza. Llevo un pie a la cabecita de mi herramienta, recogió con el la gotita de leche, y lo dirigió directamente a mi boca. Sin encontrarse con resistencia de mi parte, se abrió camino por mis labios hasta llegar al interior. Yo simplemente lo lami, sin esperar indicaciones.  – parece que te gusta! – comenzó a decir Tania entre risas. – entonces vas a tener tu premio por ser un putito tan servicial. Te vas a agachar y me vas a limpiar la cola con la lengua. – me quede duro como piedra. Una cosa era lamer su dedo manchado con mis gotitas finales, un dedo que ella misma había metido en mi boca, y otra muy distinta era  inclinarme ante esa manzana preciosa y comerme mi leche por voluntad propia. Realmente estaba helado, pero Tania simplemente giro la cabeza hacia su refresco, y sin siquiera miramre me dijo “ahora.” Solo eso basto para que, como el buen putito en el que me estaba convirtiendo, acercara mi cara a esas nalgas, abriera mi boca, y con mi propia lengua comenzara a limpiar la leche tibia que hacia instantes había derramado sobre su piel. El sabor salado y su textura viscosa me resultaban desagradables, pero el hecho de estar lamiendo mi propio semen de la cola de Tania hizo que mi pitito reaccionara nuevamente. Tania solo movia lentamente su cola ya que le parecía divertido sentir como mi lengua se movia tras ella buscando obedecer su humillante orden. Cuando finalmente volteo para verme, me encontró lamiendo su culo apasionadamente, mientras una de mis manos jugaba con mi pitito. Eso pareció enfurecerla, y con los mismos pies que antes me había dado un orgasmo, me regalo una tremenda patada en la entrepierna. Cai al suelo doblado de dolor. Se levanto de la cama, se acerco a mi y con rabia me piso la pijita y me dijo: - parece que todavía no entendes! Vos sos mio, sos mi putito. Tu cuerpo es mio, tu pijita chiquitita es mia, y tu placer es mio! – a continuación, se agachó, tomo de su bolso el cinturón de castidad que anteriormente había utilizado en mi, y me lo coloco nuevamente.

Cuando el dolor calmó abri los ojos nuevamente y pude verla justo sobre mi cara, con sus piernas a ambos lados de mi cabeza. Vi como su tanga se deslizaba por sus piernas hasta caer en mi cara. – toma putito, la vas a tener que lavar de nuevo – me dijo con voz enfadada. – y mas te vale que quede perfecta, sabes que a Jorgito le encanta, y mañana la vamos a usar jaja.

Permaneci quieto en el piso, con la bombacha cubriendo mi cara. No me animaba a quitarla. Escuchaba como ella se vestia mientras el olor a su sexo y a mi leche se desprendía de la tela e invadía mi olfato. Luego escuche el sonido de la cámara de su celular, y las palabras “Esta le va a encantar a Jorgito! Hasta mañana putito mio!. Luego la puerta. Luego el silencio.