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A merced de mi madrastra (2)

en Dominación

Clara, mi madrastra, mi mami, me soltó cuando terminé de limpiar sus tetas y tragar mi propia leche. Me tiré hacia atrás y caí al suelo aturdido. No podía creer que había comido mi propia acabada, y directamente de sus tetas.

Ella, sentada tranquilamente al borde de su reposera revisó que sus tetas estuvieran libres de todo rastro de mi semen; yo continuaba en el suelo, desnudo como ella, sin saber cómo reaccionar. Clara encontró en su pecho derecho una gota generosa de leche y me miró fijo.

-          Te faltó esto bebito – me dijo firmemente. Me puse de rodillas para acercarme de nuevo a su teta pero ella me detuvo. – ponete en cuatro juli – me ordenó, y a continuación abrió sus piernas de par en par.

Ante mis ojos apareció una conchita hermosa, completamente libre de pelos, rosada y apetitosa. Ella llevó su dedo a su entrepierna y esparció mi semen por su vagina.

-          Ahora sí, limpiala.

Me acerqué gateando hasta ella y miré hacia arriba buscando sus ojos, que me miraban fijo. Luego saque mi lengua y lamí. A pesar del sabor desagradable a mi propia lechita me sentía afortunado por estar lamiendo su conchita, y mi pitito reaccionó acorde. Empecé a lamer con más fuerza y con más calentura, casi desesperado. Pero en ese momento me alejó agarrándome de los pelos y cerró sus piernas, bloqueando ese hermoso oasis.

-          Ya esta limpita Juli, gracias. – me dijo burlona, y se acomodó de nuevo en su reposera, sabiendo que me había dejado excitadísimo. Permanecí unos segundos en suelo, desnudo y en silencio sin saber cómo reaccionar. Entre mis piernas mi pito seguía duro, y Clara lo notó, emitiendo una risita perversa.

-          Te vas a quedar todo el día en el piso? – me preguntó con tono severo, y me levanté. Giró la cabeza y me contempló durante un largo momento, de pie junto a ella como dios me trajo al mundo. – Hacele un favor a mami, Juli, preparame un daikiri de frutilla.

-          Si mami – conteste avergonzado.

Cuando me disponía a ponerme mis bóxers Clara me frenó en seco.

-          Ay hijito, como te vas a poner esos bóxers todos sucios y manchados de lechita? Tomá, ponete esto.

Me extendió su tanga violeta diminuta. Yo me quedé atónito, jamás me hubiera imaginado eso, pero en mi cabeza ya no existía la opción de resistencia. Tome su prenda íntima y me la puse. Me sentía absolutamente ridículo, o más bien ridiculizado, pero mi pito seguía durísimo.

-          Ay! Que linda te queda bebé! Te gusta?

-          ….

-          Te pregunté si te gusta – repitió Clara con tono más severo.

-          Si.

-          Si qué?

-          Si mami.

Se sentó en su reposera y me pidió que me diera vuelta. Lo hice y me acomodó la tanga, metiéndomela bien en la raya del culo. Mi humillación aumentó. Me dio vuelta nuevamente y empezó a manipular mi pito para hacerlo encajar bien dentro de la prenda. Le costó y eso la molestó.

-          Anda, ya vamos a solucionar ese tema. – dijo con un tono grave que me preocupó. Obedecí, y así entangado en mi propia casa con la bombachita de mi madrastra fui a hacerle un daikiri.

El resto de la tarde lo pasó recostada junto a la pileta, ignorándome, sólo llamándome para pequeños favores cuya verdadera intención era mantenerme excitado y humillado. Durante esas horas permanecí siempre desnudo, a excepción de la tanga violeta.

Al atardecer Clara entró a la casa y me encontró sentado en el sillón mirando televisión. Instintivamente me puse de pie al verla y a ella le agradó el gesto. Traía su bata de baño bastante abierta, dejando casi al aire sus pezoncitos, y el pelo recogido con un sexy rodete. Me contempló durante algunos segundos en los que mi pito comenzó a despertar, luego se acercó (demasiado) a mi, posó su mano en mi rodilla y la hizo subir por mi muslo hasta llegar a mi pecho, prestando especial atención a mi entrepierna y me dijo “que linda te queda mi tanguita Juli” y se fue. La vi subir las escaleras meneando ese culazo, y ella sabía que mis ojos estaban fijos en su cuerpo, por lo que levantó su bata dejándolo desnudo ante mis ojos meneándolo exageradamente en cada escalón. Y desapareció de mi vista.

Estaba como paralizado, incrédulo. Vistiendo una tanga en mi propia casa sin ser obligado, excitadísimo sin atinar a masturbarme, sucumbiendo bajo el poder de mi sensual madrastra. Subí las escaleras para dirigirme a mi habitación. En el aire aun flotaba el aroma de Clara, mezcla de bronceador con transpiración. Me volvía loco.

En el piso superior escuché la ducha del baño y supe que mi mami se estaba bañando. Extrañamente, la puerta de la habitación de Clara estaba abierta. Me acerque, no me pude resistir. Su cama gigante estaba inmaculada. Sobre ella descansaba un conjunto de ropa interior muy sexy tipo baby doll. Mi verga palpitaba mas fuerte que mi corazón. Me acerque y levanté la prenda entre mis dedos. Mientras la contemplaba descubrí sobre la cama un enorme consolador de color rosa. Jamás había visto uno en persona. Lo tome con curiosidad entre mis dedos. Con lencería en una mano y un juguete sexual en la otra me perdí en fantasías.

En ese momento sentí que la puerta de cerraba de golpe. Sin soltar las cosas di media vuelta y me encontré con mi madrastra envuelta en una toalla, mirándome con malicia.

-          Qué carajo haces en mi habitación pendejo?

-          Perdón Clara, es que yo…

-          Es que yo nada! como te atreves?

Agache mi cabeza y pedí disculpas.

-          Veo que te gusta lo que encontraste, no?

No podía mentir, mi pito me delataba. Mi madrastra se acercó a mí hasta pegar su pierna contra mi pija y me quitó las cosas de las manos.

-          Esto es para mami, putito – dijo mostrándome el baby doll – pero este juguetito lo podemos compartir. De rodillas, ya mismo.

Obedecí sin chistar. Ella dejó caer la toalla al suelo y ante mi apareció el cuerpo de una diosa del Olimpo. Unas piernas increíbles y un abdomen plano y sexy, con un piercing en el ombligo me obnubilaron. Cuando alcé la vista me encontré con una inmejorable vista de sus pechos desde abajo, con una caída hermosa que resistía su peso y dos pezones duritos y parados que completaban el contorno. Se puso su lencería y dio una vuelta para mí. La visión de ese culazo cubierto a medias por esa finísima tela semitransparente casi me hace explotar los huevos.

Me obligó a levantar la vista poniendo sus dedos en mi barbilla y me mostró el consolador. Lo hizo desfilar ante mis ojos a la vez que me miraba fijo y hacia con sus labios un pucherito provocativo. A continuación comenzó a pasármelo por la cara.

-          Te gusta, o no putito? – repetía mientras acariciaba mi cara con su juguete. Ante mi falta de respuesta recibí un cachetazo propinado con el consolador que dolió bastante.

-          Contestame puto!

-          Si

-          Si qué?

-          Si me gusta…. Mami.

-          Así me gusta Juli, ahora abrí la boquita.

Dudé, temí, pero obedecí.

-          Y mirame a los ojitos bebé – agregó mi mami.

De nuevo obedecí. Permanecí varios segundos así, arrodillado con la boca abierta y mirándola a los ojos hasta que se dignó a romper el humillante momento y metió la punta del consolador en mi boca. “Chupá”, me ordenó. Jamás había hecho algo así y no sabía cómo. Lo intenté como lo había visto en videos porno. Lo introduje en mi boca y comencé el mete – saca. Cuando noté que eso no la satisfacía cambié mi técnica y comencé a pasarle la lengua por la cabeza y por el tronco lo más sexy posible. Moría de humillación. Ella disfrutaba. Puse todo mi esmero en lamer aquel juguete como buena putita, tanto que me olvidé de mirarla a los ojos.

-          Sonreí putito! – me dijo Clara con gracia. Alcé la vista y me encontré con un celular que me filmaba. Me derrumbé, quise que me tragara la tierra, pero seguí lamiendo.

Mi madrastra moría de risa y repetía distintos insultos y burlas mientras continuaba filmando mi humillación.

-          Métetelo enterito en la boquita, dale hijito.

Obedecí y lo metí hasta mi garganta. Una vez cumplido el objetivo la miré a los ojos. Estalló de risa.

-          Qué lindo mi bebé! Ahora, así como estas, quiero que digas que sos el putito de mami.

-           Sgg l pttto dg mmgg – dije casi llorando. Y ella rió aún más. Retiró el juguete dejando solo su glande de plástico en mi boca y me obligó a repetirlo mirando a la cámara.

-          Soy el putito de mami.

-          Así está mejor bebé. Ahora decí “voy a obedecer a mami en todo y complacerla siempre”

-          Voy a obedecer a mami en todo y complacerla siempre.

-          Jajaja que lindo sos hijito. Ahora mandale un saludo a tus seguidores y contales q sos una putita come vergas.

-          Soy una putita come vergas… un saludo a todos mis seguidores.

Mi pito explotaba dentro de la tanga. Mami metió de nuevo el consolador en mi boca y lo lamí con desenfreno ante su sorpresa y sus risitas. Cuando se aburrió de la escena me tomó del pelo y me obligó a ponerme en cuatro patas sobre su cama. Se colocó del lado de mi culo y comenzó a masajearlo comentando lo linda que me quedaba su tanguita.

-          Que bonita colita bebé! Movela para tus seguidores y contales cuantas pijas se comió.

-          Ninguna mami.

-          No le mientas a mami putito.

-          Te lo juro mami.

Me corrió la tanga, se metió un dedo a la boca y lo apoyó en mi ano. A continuación comenzó a empujar. Me estremecí.

-          Upa! Mi hijito tiene la colita virgen! – su dedo entró de golpe hasta el fondo y yo gemí de dolor e incomodidad.

-          Jeje que colita golosa putito! – dijo comenzando a meter y sacar su dedito. – movela y pedime mas! Gemí como buena nenita!

-          Mmmm mmmmm ayyyy…. Mas mami, por favor, massss..

De repente sacó su dedo de mi culo y no supe si sentirme triste o aliviado.

-          No te preocupes putito, que mami tiene algo más lindo para vos!

Temí lo peor y trague saliva, pero no me moví ni un centímetro. Vi como tomaba de un cajón un pequeño aparato rojo del tamaño de una pila y sonreía con sus ojitos brillando. El tamaño me tranquilizó. Lo acercó a mi boca y me hizo chuparlo.

-          Esto te va a encantar, putito goloso – dijo entre risitas y me lo metió de una en el culo. Sentí como mi ano se abría y se volvía a cerrar, dejando en mi interior aquel pequeño juguetito cuyo cable salía por mi agujerito al exterior. Se puso con su celular delante de mi cara, filmando en primer plano mi rostro y apretó un botón en su otra mano. El aparato comenzó a vibrar fuertemente en mi interior. Fue una sensación extrañamente placentera que me hizo retorcer. Por sus risas deduje que mi cara en ese momento debió ser un poema. Me tomó de la barbilla y levantó mi cara dejándola de frente a la cámara.

-          Te gusta el juguetito de mami, bebe?

-          Mmmmm siii, si mamii. – subió su potencia.

-          Agradeceme entonces!

-          Aaaaaa… mmmm… graciasss mamiii

-          Gracias por qué bebito?

-          Gracias por hacerme tu putito!! Mmmm

Se colocó nuevamente del lado de mi culo y comenzó a darme fuertes nalgadas pidiéndome que lo moviera como buena putita para mis fans. Lo hice con esmero. En ese momento me sentía cómodo interpretando mi papel de putita golosa.

Empujó mi cabeza hacia abajo hasta pegarla contra el colchón, obligándome a levantar bien el culo, luego me quitó la tanga. Su mano agarró mis huevos. Esa nueva sensación, sumada al vibrador, me hizo dar un respingo y gemir, cosa que le pareció tierna. Sus caricias en mis huevos seguían aumentando a la vez que me pedía que abriera las piernas. Mientras movía el consolador con una mano jugaba con mi pito con la otra. Yo estaba en el cielo. Comenzó a masturbarme cada vez mas fuerte mientras su celular filmaba la escena desde abajo, apoyado sobre el colchón.

-          Que lindo pitito bebé, que durito está! De quien es?

-          De mamiiiii uffff

-          Que cosa es de mami? – dijo Clara ejerciendo más presión en sus masajes

-          Mi pititooooo… mi pitito es de mi mamiii.

-          Te faltó decir que era chiquitito, bebé.

-          Mi pitito chiquitito… ufff… mi pitito chiquitito es de mi mamiiahhh

-          Y esta colita?

-          De mi mamiii

-          Y que puede hacer mami con ella? Expláyate más putito, pareces tontito.

-          Mami puede hacer lo que quiera con mi colita!!!

-          Y Juli que quiere que haga mami con ella?

-          Mmmmmm, quiero q mami me meta los deditos!

-          Que mas?

-          Que me pegue! Que me coja como a una putita golosa!

-          Queres que mami te desvirgue? Que te haga su putito oficial? -  dijo aumentando frenéticamente el ritmo de la paja a la vez que subía al máximo la potencia del vibrador.

-          Siiiiii quiero que mami me rompa la colitaaa.

-          Y tus seguidores?

-          Si mami, también!! Uffff quiero que me cojan todos, quiero ser su putitaaaghhh

Y así, gritando esas palabras para mis “seguidores” exploté en un orgasmo bestial que mi mami recogió con su mano antes de que tocara el acolchado de su cama. Las piernas se me vencieron, caí rendido sobre el colchón mientras el aparato seguía vibrando en mi interior.

Mami se acercó a mí con su celular en la mano, me obligó a levantar la cabeza de la cama y me refregó mi leche por la cara. Me obligó a limpiar su mano. Luego me hizo mirar a la cámara:

-          Agradecele a mami, dale bebé.

Mi calentura se había desvanecido con el orgasmo y comenzaba a sentir infinita vergüenza y humillación, pero no me atreví a desobedecerla.

-          Gracias mami por cogerme, gracias por hacerme cada vez mas putito. – dije con la cara llena de leche y roja como un tomate.

-          Y a tus seguidores que le vas a decir amor?

-          …… gracias….

Me pegó un cachetazo.

-          Así les agradeces? Putito desagradecido? Se mas cariñoso!

-          Gracias a todos por ayudarme a ser una buena putita.

Complacida me empujo sobre la cama. Caí agotado boca arriba, con mis piernas abiertas y ya sin fuerzas. Clara se acercó con su cámara a mi pija y comenzó a jugar con ella usando sólo dos dedos.

-          Ay miren lo que es esta cosita, es tan lindo!! Parece el pitito de un bebé, les gusta?

Yo moría de humillación, pero no tenía ni coraje ni fuerzas para cubrirme; solo la dejé hacer lo suyo. Cuando se aburrió me tiró la tanga y dijo “aséate un poco y ponetela bebé, te espero abajo”.

Me quedé solo, desnudo y humillado, con mi cola adolorida y mi cara llena de leche. Tardé varios minutos en incorporarme y, con mucho pesar, ponerme la tanguita de mami. Me lavé la cara y bajé las escaleras.

Cuando llegué al living me encontré con mi mami sentada en el sillón, con su bata abierta y sin ropa interior. Sus piernas estaban abiertas, sus dedos jugaban en su entrepierna y en la tele se desarrollaba un espectáculo único: el video de mi reciente humillación.

-          Veni Juli, sentate con mami a ver esta peli! – me dijo con un tono malicioso que jugaba a ser inocente.

Resignado me senté junto a ella. Me costaba muchísimo sostener la mirada en la pantalla, pero sabía que sería peor si no lo hacía. Verme a mí mismo en cuatro patas con un vibrador en el culo y pidiendo por favor que me cogieran fue terriblemente humillante, pero mi pitito se levantó de nuevo haciendo presión contra la tanga. La mano de mi mami se metió debajo de la tela y se encontró con mi miembro.

-          Que golosa resultaste putita!! Quedate tranquilo, que ya le mande tu material a un seguidor y le encantó. Seguro va a cumplir tu deseo! Jajaja.

Esa afirmación me petrificó de miedo, pero no atiné a decir nada. Clara soltó abruptamente mi pija y se fue. Yo me quedé ahí sentado, nuevamente frustrado, mirando atónito la película que yo mismo (yo mismo?) protagonizaba....