Cada rincón de mi ser está lleno de dolor, siento mi corazón destrozado, Ella…. me dejo.
La amo, cada vez más, y sé que seguiré luchando hasta conseguir que regresemos, porque entiendo mi error(s), y quiero pagar con creces todo el daño que le hice.
Para quien nunca me ha leído, soy una Dominante de 28 años, Venezolana a mucha honra, no soy voluptuosa ni modelo y mis 1.51mts de delgada y blanca figura, pueden engañar, pero nunca me rindo ante nada ni nadie.
Tengo, bueno, tenía una relación formal con la chef más bella de toda Venezuela, Ella aunque también pequeña, es mucho más alta que yo, y a pesar de eso, era también mi sumisa.
Ella fue mi primera vez en muchos sentidos, yo era heterosexual, y una noche de copas con amigas en común, cambio mi vida para siempre, al punto que podría decir que la mañana siguiente éramos novias, y al mes siguiente ya estábamos viviendo juntas.
Fueron cosas del destino, o tal vez el morbo que sentía atrapado en mi interior, pero Ella descubrió que en el pasado practique el BDSM como sumisa, y a pesar que nuestra relación era completamente versátil, termine siendo yo la Dominante..
Podría describir cada centímetro de su blanca piel, el olor de su corta y negra cabellera, sus envolventes ojos, sus hermosos lunares…. Sus besos, dios, sus besos, eran sencillamente perfectos, nadie me ha besado como Ella.
Era impresionante la combinación entre ternura, pasión, desenfreno y erotismo que marcaba cada beso suyo, como empezaban siempre tan fuertes que casi dolía, para pasar al más profundo y romántico momento, cuando nuestras lenguas se tomaban el tiempo de explorarse, y al final el tierno beso suave, mientras nos miramos a los ojos.
La amo, y por siempre la amare, tal vez me tome un tiempo para escribir mas relatos, pero quería sacar de mi interior estas líneas, prometo que luchare por regresar con Ella, y se que esa será una historia digna de contar…
Por siempre suya…. Aleida