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Mi Diario de un Despertar Zombie Cap. 11

en No Consentido

13- Enero 2015

Eran las 3 de la mañana cuando desperté asustada por una pesadilla, con la boca completamente seca, llorando y con cada poro de centímetro de mi cuerpo alerta ante cualquier amenaza.

En mi pesadilla, recuerdo claramente como era devorada por Paula convertida en un zombie, justo en esta cama, todavía casi siento sus dientes arrancando la piel de mi estomago, limpie mis lagrimas, y apartando su pierna desnuda, me levante para ponerme la piyama e ir a la cónica a tomar algo de agua.

Mi sorprendió ver a Anni de pie frente a la puerta dubitativa, con la chaqueta de cuero de su novio y con la pistola del policía en su mano, supe de inmediato lo que quería hacer, ir a buscarlo donde estuviese.

Yo sabía que ella lo amaba con todas sus fuerzas, y que salvo nosotras, era la única familia que tenia, así que me acerque a ella, y abrazándola fuertemente desde su espalda, trate de calmarla y evitar que se fuera.

-Anni, yo sé cómo te sientes, si alguna de ustedes estuviera fuera en estos momentos, te juro por dios que también querría ir a buscarla, pero tu novio sabe defenderse, y estoy segura que llegara pronto.- Mi voz fue dulce y pausada, quería que supiera que la entendía completamente.

-Tengo que buscarlo Rosy, no tengo idea donde esta, y no puedo seguir viviendo con esta angustia, no lo quiero perder.- Me contesto Anni antes de dejarse caer de rodillas entre llantos.

Me deje caer con ella, y duramos abrazadas varios minutos, hasta que escogí bien las palabras que debía decirle.- Escucha Anni, no puedes salir a la calle sola, llevándote el único armamento realmente usable por nosotras, en medio de la madrugada sin avisarnos nada, además, mañana debemos ir a casa de Aura para buscar más alimento, y ver si tenemos suerte conseguir las armas de su esposo, sin mencionar que debemos intentar entrar en casa de nuestros vecinos de frente para buscar su bomba eléctrica.- Le dije tratando de sonar calmada, y en control.

-Lo siento, pero ¿Y Juan? ¿Nunca lo voy buscar?- La voz de Anni sonaba casi como la de una niña regañada.

-Tranquila, haremos algo, si para mañana no ha llegado, te prometo que pensaremos en algo, mientras tanto, levanta ese ánimo que no estamos muertas, además, mañana será un día duro, tenemos que descansar.- Le dije yo intentando sonar más animada de lo que realmente me sentía.

Cada una se fue a su cuarto, y yo pase todo el resto de la madrugada sin poder dormir, sabía que el novio de Anni probablemente estaría muerto, o peor, ya sería uno de esos zombies, además seria imposible salir a la calle, la otra vez tuvimos mucha suerte de regresar todas con vida, así que solo en extrema necesidad lo pensaría realmente.

No me sentía para nada tranquila, las noticias (oficiales o no) que aparecían en los medios de comunicación nacionales eran cada vez más escazas, ya que no solo casi todos los canales habían dejado de trasmitir, desde hace un par de días no ha aparecido el presidente, o algún ministro hablando sobre la situación.

En las redes sociales la cosa no esta mejor, creo que ya todos los estados de este país, tienen algún reporte de zombies, incluso la ciudad de Paula, donde vive su mama y habíamos planeado huir en caso de que la situación en la capital no mejorara, ya ha presentado problema para controlar los infectados que se filtraron entre los refugiados de Caracas.

Internacionalmente la cosa no estaba mejor, prácticamente no aparecían noticias de Europa, y ya había varios casos confirmados en Asia y África.

A primera hora de la mañana decidí despertar a Paula acariciando sus hermosos glúteos y besando dulcemente sus mejillas.

-Pau, ya es hora, debemos prepararnos para salir.- Mi voz fue seda que intento acaricias sus sentidos, ella me regalo una de esas sonrisas que sin duda me quitaban el aliento, y abrazándome fuertemente, me contesto.-Yo me despierto, pero me tienes que dar algo a cambio.

-¿Si? ¿Cómo que? Si se puede saber, claro esta.-Le refute yo con mi cara más seria y mi voz más indiferente.

Ella se incorporo rápidamente poniéndose a gatas, con su sexo desnudo y su rostro pegado a la cabecera de la cama.

-Hazme acabar como si hubiese mañana.- Sus palabras fueron casi una suplica desesperada, mientras su mano se metía entre sus piernas para acariciar su siempre hinchado clítoris.

Como si de una autómata me tratase, obedecí la orden de Paula metiendo mi rostro en su sexo húmedo, y teniendo una visión directa de su hermoso esfínter.

Mi lengua no tardó en recorrer cada centímetro de ese palpitante sexo, y con mis dedos rápidamente empecé a penetrarla profundamente, lo que hizo que Paula empezara a gemir cada vez más fuerte, por lo que tuvo que morder las almohadas para evitar que nos escucharan.

Lleve mi boca hasta su esfínter, para darle un húmedo beso negro, con mi lengua recorrí toda su circunferencia, mientras apuraba mi penetración, lo que hizo que mi Paula no tardara en llegar en un espectacular orgasmo que lleno toda mi mano con sus deliciosos jugos.

Si no hubiera sido porque Flor llamo a nuestra puerta, probablemente habríamos seguido en esa faena que no quería que acabara nunca.

Me vestí de nuevo para la ocasión, con mi chaqueta de cuero negra y mis levis gruesos y cuando por fin salimos del cuarto ya todas estaban listas, a Paula no le gusto mucho, pero seria ella quien se quedaría en la casa a cuidar de Lisett.

Flor le había prestado un traje de neopreno a Aura para que nos acompañara, tengo que decir, que esa mujer tiene un cuerpo espectacular, no entiendo como no había perdido la figura con la niña, conozco muchas mujeres que luego de dar a luz dejan de tener este tipo de cuerpo.

Se notaba que no se había puesto brasier porque sus pezones se marcaban completamente en el traje, además, pude ver como Flor no pudo disimular y se le quedo mirando en un par de oportunidades mucho más de lo que debería mientras desayunábamos para salir.

Como siempre, era Flor la que llevaba la escopeta, pero en esta ocasión,  Aura iba adelante con la pistola, su esposo le había enseñado muy bien como usarla, por lo que era la indicada para llevarla.

Anni y yo nos armamos con una pala y un tuvo de hierro respectivamente, llevamos la pala porque el policía guardaba su armamento en una caja enterrada en el jardín de su casa.

Por suerte no había zombies en las entradas de la urbanización, por lo que pudimos caminar mucho más tranquilas de lo que pensábamos.

No lo note hasta que nos acercamos hasta la entrada de la casa del policía, pero alguien había llevado el cuerpo sin vida del esposo de Aura hasta la otra entrada de la urbanización, supuse en ese momento que había sido Flor.

Entramos rápidamente en la casa de Aura, revisándola primero para ver si no había ningún peligro, ella luego de decirnos donde debíamos cavar para conseguir el armamento, fue a buscar los alimentos con Flor, además de ropa y artículos de higiene personal, tanto de ella como de su hija.

Anni empezó a cavar, y gracias a dios no estaba muy profundo, así que no tardamos mucho tiempo en sacar la enorme caja, en ella había 3 pistolas, varias cajas de balas, dos chalecos antibalas, un enorme cuchillo de caza, y algo que sabia que nos seria muy útil, un par de radios de onda corta.

Cuando por fin Aura y Flor salieron de la casa, decidimos llevar todo rápidamente a la residencia, ya que debíamos aprovechar el tiempo si queríamos entrar a la casa de los vecinos de frente y sacar la bomba eléctrica.

Solo que esta vez, solo fuimos Aura, Flor y yo, ya que Anni tenia una llamada perdida de su novio, y quería intentar llamarlo para saber del, lo que a la vez me tranquilizo mucho, ningún zombie es capaz de usar un celular, y pues, había tenido una llamada perdida, significa que este donde este, pudo tener el tiempo de llamarla.

Nos costo muchísimo entrar en la casa, aunque sus muros no eran muy altos, ninguna de nosotras estaba acostumbrada a eso, pero luego de varios intentos y esforzándonos bastante, logramos subir aprovechando un árbol que estaba justo frente a la casa.

Una vez dentro, descubrimos para nuestra sorpresa, que la puerta de frente no tenia seguro, lo que nos hizo pensar que tal vez había alguien dentro, y no nos habíamos dado cuenta de su presencia.

En ese momento me imagine la pareja de ancianos que Vivian en esa casa probablemente ni siquiera se había enterado lo que estaba sucediendo, sus hijos un par de veces al mes venían a visitarlos y traerles comida y todo lo que necesitaban para vivir, pero ellos siempre viajaban a que ello en fin de año, por lo que nunca pensamos que estaban acá.

Así que nada más entrar, intente llamar desde la entrada para avisar que estábamos dentro, Aura, que estaba justo frente a mí, se volteo para taparme rápidamente la boca, diciéndome al oído que no sabíamos si realmente estaban los ancianos o no.

Creo que ella no había terminado de decir esa frase, cuando escuchamos un ruido venir desde la parte trasera de la casa, y otro desde su segundo piso.

No sabíamos que hacer, ni locas nos podíamos separar, pero tampoco nos podíamos arriesgar a quedar entre dos de esas criaturas.

Así que se me ocurrió que subiéramos primero a explorar arriba, hasta donde sabia, los zombies no podían subir escaleras, lo que nos daría una ventaja, no nos tendríamos que preocupar de nuestras espaldas.

Así que nos pusimos manos a la obra, y empezamos a subir con mucho cuidado hasta el piso de arriba de la casa, esta era mucho más  grande que nuestra residencia, y la verdad era una casa muy lujosa, con muchos adornos que se notaban costosos.

Llegamos a un largo pasillo, y casi como en las películas de terror, la última habitación tenia la luz encendida y de allí provenía un ruido extraño como de alguien golpeando algo.

Flor se puso delante de nosotras, si se tratase de un zombie, podría golpearlo con la escopeta sin necesidad de disparar esa ruidosa arma dentro de la casa, y justo cuando empezó a cruzar el umbral de la puerta, pudo sorprender a un chico joven, alto y delgado, intentando abrir con un martillo una pequeña caja fuerte, que seguro era de los ancianos.

-Manos arriba!- Grito Flor, terminando de entrar en la habitación, y ya con Aura a su lado, ambas con sus armas apuntándolo, mientras yo me quedaba en el umbral de la habitación.

-¿Qué carajos?- Grito sorprendido el chico, e intentando coger su pistola que tenia sobre la caja fuerte.

-Ni se te ocurra carajito, si mueves solo un dedo, te vuelo la cabeza.- Aura sonaba amenazante, fuerte y decidida, sin duda, tenía la situación bajo control.

-¿Y quién se creen ustedes que son? ¿Los Ángeles de Charlie? Será mejor que nos dejen en paz, y se vayan por donde vinieron.- La cara de sorpresa del chico cambio en una sonrisa incluso macabra, estaba demasiado tranquilo como para tener dos armas apuntándolo directamente.

-El que se va a tener que ir de acá eres tu- Respondió Flor, acercándose a él con la escopeta en alto.

En ese momento fue que logre darme cuenta de algo, el chico no dijo que “lo” dejen en paz, dijo “LOS”, y justo cuando pensé en darme vuelta para observar hacia el pasillo, un hombre muy alto y ancho, logro agarrarme por detrás y sostener en mi cuello un enorme cuchillo de caza.

Trate de moverme, pero su enorme brazo me rodeo fuertemente el abdomen, fue tan brutal el agarre, que prácticamente me saco el aire, lo que no me permitió gritar.

Tanto Aura como Flor no se habían dado cuenta de la presencia de mi asaltante, solo el chico que muy tranquilamente se sentó sobre la caja fuerte con las piernas cruzadas.

-Buenas, buenas, disculpen la falta de cortesía, pero decidí unirme a esta fiesta.- La voz gruesa y aterradora del asaltante retumbo en la sala, y tanto Flor como Aura se sorprendieron cuando me vieron con el cuchillo en la garganta.

-ROSY!- Grito Flor, y en ese momento, el Chico aprovecho el momento de distracción para arrancarle la escopeta con un rápido movimiento.

-Hermosa escopeta de caza, será útil más adelante.- Dijo el chico detallando el arma con una calma que asustaba, parecía que hicieran esto desde que nacieron.

-Señorita, será mejor que baje el arma y se la entregue a mi querido hermano de lucha- Le dijo el enorme sujeto todavía sosteniéndome casi en alto.

Aura titubeo un momento, y luego de pensarlo bien, entrego el arma sin resistencia alguna al chico delgado.-Ya tienen lo que querían, por favor, déjenla ir.-A pesar de la situación la voz de Aura no se aminoro, y sonó tan fuerte y controlada como siempre.

-Por supuesto señorita, no faltaba más.-Dijo mi asaltante, luego de soltarme y empujarme contra mis amigas.

Cuando termino de entrar al cuarto pude detallarlos a ambos mejor, se notaba que no eran rateros normales, no solo estaban bien vestidos, hablaban educadamente y sus movimientos era demasiado precisos, como si esto fuera una situación normal para ellos, ambos eran hombres blancos, el  chico delgado de unos 20 años, y la mole como de 30.

Por un momento pensé que se irían de allí cuando terminaran de hacer lo que estaban haciendo, pero en un momento, el delgado se volvió a sentar, solo que esta vez en la orilla de la cama, mientras el grandote cerraba la puerta.

-Señoritas, no saben el placer que es para nosotros encontrarnos con tres hermosas mujeres, son casi un regalo del cielo, nos avisaron que en esta casa había oro y joyas, pero no imaginamos que alguien más todavía estuviera por estos lares, mucho menos luego de ver el cadáver de un tipo casi al frente de esta casa.- La voz de la mole era gruesa e intimidante, pero sabía que no era alguien ignorante, lo que me causaba mucho terror, sabia en carne propia que los hombres así podrían ser unos enfermos de campeonato.

-¿Qué piensa hacernos? Nuestros esposos no tardaran en buscándonos llegar.- Aura intento sonar lo más sincera posible, para ver si eso intimidaba de alguna menara a los asaltantes.

-Señorita, con mis respetos, se que ninguna de ustedes tiene esposo, porque no esta acá en vez de ustedes, así que no me mientan, nosotros solo somos humildes hombres que buscamos ganarnos la vida, y por supuesto, pasar un rato agradable y divertido.- Esta vez respondió el chico delgado, y a pesar de que su voz no era gruesa ni potente, incluso podía describirse como fina y educada, hacia que mi espalda se tensara por un escalofrió de puro terror.

-Así pues… por favor, les ruego que se desnuden y nos entreguen todo lo que tienen, no me importa de dónde vienen, o si alguien las está esperando, solo queremos divertirnos un rato con ustedes, así que háganlo sencillo, y nadie saldrá herida- Termino de decir el chico delgado, mientras nos apuntaba con su arma, y se acercaba a nosotras para que le diéramos nuestra ropa.

Ninguna de nosotras hizo algún movimiento, si algo me había enseñado lo que viví con María por mi jefe, fue que debíamos intentar manejar la situación, y hacer todo lo que nos pidieran, para así aprovechar cualquier oportunidad de sobrevivir.

Los rostros de Flor y Aura estaban llenos de rabia y furia, sabía que ninguna de ellas cooperaria con esos hombres, pero también sabía que ellos serian capaces de matarnos acá mismo si no lo hacíamos.

Así que con todo el dolor de mi alma, tuve que abrir mi chaqueta y dejarla caer al suelo, al tiempo que me quitaba las botas.

-Pero miren a la chiquita, jamás pensé que sería usted quien empezara, incluso pensé que tendríamos que obligarlas, por cierto, sus pecas son preciosas.-La voz fina del chico delgado me golpeo con una brisa de sadismo y terror horrible, pero yo seguí con lo mío.

Tanto Aura como Flor estaba sorprendidas.-¿Qué coños estás haciendo Rosy? No le des el gusto a estos hijos de puta.- Me dijo Flor intentando detenerme.

Ya estaba solo en ropa interior cuando le respondí.-Flor, Aura, si no hacemos lo que nos dicen, nos ira mucho peor, se lo que les digo, ya yo viví esto.-Mi voz sonó fuerte y decidida, quería que tanto ellas, como esos tipos supieran que no era ninguna tonta.- Además, ellos me prometerán que se irán nada más terminemos acá ¿verdad?- Termine de decir, mirando fijamente a ambos asaltantes.

-Claro señorita, no faltaba más, terminamos acá y pueden irse tranquila a su casa, pero tienen que portarse bien con nosotros.-Esta vez fue la mole quien contesto agarrándose fuertemente su paquete.

Me quite el brasier y baje de golpe mis pantis, el hombre delgado saboreo sus labios al verme desnuda, y no pudo evitar concentrar su mirada en mis pequeños senos,  yo como pude evite el instinto de taparme ante esas miradas tan sádicas, y mantuve mi postura firme y tranquila.

-Es usted todo un primor, somos hombres afortunados, me encantan sus pecas y como se le nota su vagina entre las piernas, grande y apetecible.- Las palabras finas del hombre delgado casi logran hacerme acobardar, sabia que de los dos era el más peligroso.

-Son unos cerdos!- Grito Flor, pero para su sorpresa Aura le puso una mano en el hombro, y dándole una mirada de resignación, se quito la camisa de neopreno, dejando libre y a la vista sus enormes senos.

La mole prácticamente alucino con el tamaño de esos blancos senos, y no pudo evitar abrir su pantalón de vestir, para sacar una monstruosa polla que sin estar erecta era muy gruesa y larga, lo que me causo un terror extremo.

En ese momento Flor con lágrimas en los ojos también empezó a quitarse la ropa, sus senos desnudos, que aunque un poco más pequeños, no tenían nada que envidiarle a Aura, hicieron que la mole perdiera cualquier control, masturbándose mientras la miraba.

Las tres quedamos completamente desnudas, Aura entendió lo que quería hacer, y también se mostraba inexpresiva y en control, solo Flor estaba completamente nerviosa, incluso llorando, claro, era entendible, ella se supo lesbiana adolescente, por lo que nunca tuvo novio, así que era la primera  vez que un hombre la veía desnuda.

Lo que mas me asustaba, era ver al chico delgado tan tranquilo y calmado, como si no hubieran tres mujeres desnudas frente a el, y lejos de mirar a Aura y Flor, se quedo concentrado en mi, como detallando cada reacción de mi rostro.

Sus ojos eran oscuros, daban la impresión de ser alguien de mucha más edad, pero sus facciones delataban que solo era un chico, en ese momento fue el quien hablo.- ¿Saben? Mi amigo y yo somos personas a quienes les encanta mirar, además, se que probablemente prefieren hacer algo entre ustedes a con nosotros… así que, ustedes dos.- Dijo señalando con la pistola a Flor y Aura.-Quiero que toquen y chupen sus grandes senos, claro, si no es mucho pedir.

Realmente pensé que les iba a pedir que se besaran, pero pude con esto pude confirmar que este tipo no se iba por las ramas, si no hacíamos lo que ordenaba, nos iba matar solo por diversión.

Flor y Aura duraron unos segundos mirándose, se notaba la incomodidad entre ellas dos, además, hacia apenas un día el esposo de Aura se había convertido en zombie, y si no fuera por nosotras la hubiera devorado a ella y su niña.

Flor hizo un amago de negarse, pero el chico delgado rápidamente se abalanzo sobre ella y agarrándola por su corta cabellera la hizo agacharse frente a la mole.-Si no quieres jugar con tu amiga, te tocara jugar con nosotros, así que o te metes la tranca de mi amigo en la boca, o las tetas de tu amiga, tu decides.-La enorme polla de la mole prácticamente estaba a centímetros de su rostro, creo que incluso llego a tocarla en algún momento.

Aura rápidamente reacciono.- Flor, por favor, ven para acá, hagamos lo que el dice y saldremos más rápido de este infierno.- La voz de aura fue tranquila y serena, el chico delgado levanto a Flor del suelo y la empujo contra ella.

-No nos hagan perder nuestro tiempo, si nos aburren algo encontraremos que hacer con ustedes.- Creo que esa amenaza del chico fue mas atemorizante que cualquier golpe que pudiera darnos.

Con delicadeza, fue Aura la que empezó a acariciar a Flor, primero en los brazos, luego hacia sus senos, muy lentamente como queriendo calmarla.

Flor mantenía sus ojos cerrados, y su cuerpo todavía temblaba, por lo que Aura tomándola del rostro pego sus labios a los de ella para darle un tierno beso, que hizo salir del letargo.

Aura era quien llevaba el control del momento, luego de besarla bajo su rostro hacia los senos de Flor, que empezaban a erizarse por el contacto.

La mole empezó a aupar y decirles cosas obscenas a las muchachas mientras seguía masturbándose con el espectáculo, pero para mi sorpresa, el Chico delgado estaba concentrado en mirarme, incluso sin ver un segundo a las chicas, lo que me congelaba de miedo.

-Ahora quiero que se acuesten y tu le comas el coño a tu amiga.-Dijo el chico delgado sin dejar de mirarme un solo segundo.

-Tranquila Flor, no pasa nada.-Le dijo dulcemente Aura, antes de acostarse en la cama con las piernas abiertas, mostrando su sexo con una fina capa de vello bien recortado.

Flor titubeo un momento, pero poniéndose a gatas sobre Aura, metió su rostro entre sus piernas, y aunque Aura parecía inexpresiva, sus mejillas ruborizadas daban a entender que las caricias de Flor la estaban excitando.

El chico delgado se acerco a mí, y antes de que pudiera hacer nada, me agarro por el cabello casi arrancándomelo de raíz, y me apretó fuertemente uno de mis pezones, al punto que no pude aguantar y gritar de dolor.

-Sabia que eras solo una mascara perra, de tus amigas, eres la más débil.- El chico me lo dijo prácticamente al oído y dándome un fuerte golpe en el estomago me hizo caer de rodillas al suelo para intentar recuperar el aire.

Aura se dio cuenta de lo que pasaba. -¿Qué crees que estas haciendo? Esto no fue parte del trato.-Grito Aura todavía con Flor inclinada sobre su sexo.

Y justo cuando Flor empezaba a incorporarse, la mole la agarro por sus caderas y prácticamente de golpe busco penetrarla, lo que hizo que gritara crudamente por el dolor de esa enorme polla queriendo robar su virginidad.

Aura con un rápido movimiento se puso de pie, y justo cuando se abalanzaba sobre el, recibió un disparo en el hombro por parte del chico.-Quieta perra, tienes suerte de que ande de buen humor, porque en otro momento te hubiera matado de una vez.

Yo estaba aterrorizada, ese tipo había logrado dispararle a Flor sin inmutarse, y todavía aferrado a mí cabello.

-Ahora, tu.-Me dijo escupiendo en mi rostro.-Baja mi cierre, saca mi polla y te la metes a la boca.- el arma ahora pegada a mi frente.

Trague largo, mis lagrimas ya brotaban, y prácticamente temblaba como una hoja, abrí torpemente su pantalón de vestir y bajando su bóxer una polla aun mas grande que la de la mole salió liberada.

Note que la mole había dejado de intentar entrar en Flor para mirar si era capaz de hacerlo, y la verdad que mis nauseas en ese momento casi me hicieron vomitar.

Rodee el tronco con mis manos y acerque ese enorme trozo de carne a mis labios, pero antes de hacerlo vi que había dejado de apuntarme con el arma, esta seguramente iba ser la única oportunidad que tendríamos de salir vivas de esto.

Solo pude meterme la cabeza de esa enorme polla a la boca, pero antes de cualquier otra cosa, apreté mis dientes lo más que pude, incluso hasta sentir que la sangre brotaba de su carne.

El chico soltó el arma e instintivamente me golpeo tan fuerte en el rostro que casi pierdo el conocimiento.

Justo pude ver cuando la mole se acercaba a mi con su cuchillo en el aire, y escuche como alguien abrió la puerta con fuerza y con un par de disparos elimino a nuestros captores.

Lo próximo que recordé fue despertar en mi cama, tenía un ojo prácticamente cerrado y Paula estaba a mi lado, un fuerte dolor de cabeza, me hizo tener unas horribles ganas de vomitar.

Sentía que mi estomago dolía, y rápidamente recordé lo que había pasado. –¿Dónde están las muchachas? ¿Qué paso con esos cabrones?- Le pregunte a Paula al tiempo que intentaba incorporarme.

-Quédate acostada preciosa.-Me dijo Paula mientras me acomodaba en la cama, en ese momento entraron todas, incluso a Aura con una su hombro ya vendado, y también pude ver a Anni aferrada de su novio.

-Juan llego al rato que ustedes se fueron, pero cuando escuchamos el disparo que le dieron a Aura el fue a buscarlas, realmente fue pura suerte.- Me dijo Anni con una dulce sonrisa y sobando mi rostro.

-Salvaste mi vida Juan, gracias, pero coño, ¿no podías haber llegado más temprano?- Mi voz salió con un fino hilo, pero a todas les dio mucha gracias mi comentario.

-Lo siento, de verdad, me costo muchísimo llegar acá, además, si no lo hubieras distraído, haciendo lo que hiciste, probablemente me hubieran matado nada más entrar al cuarto, esos tipos eran asesinos profesionales, la única heroína acá fuiste tu misma.- Lo que me dijo Juan me hizo recordar el sabor de la sangre de ese tipo, pero me lleno de orgullo saber que había logrado ayudar a las muchachas.

Me dejaron descansar un rato más, y note que ya había pasado un día entero desde que estuvimos en esa casa, lo positivo fue que Juan logro obtener la bomba eléctrica, por lo que ahora estábamos más tranquilas, y en lo que tuve la oportunidad, aunque en el fondo no quería, escribí esta entrada.

Y así terminaron dos días aburridos, entre villanos, héroes y heroínas.

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