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Frente al espejo

en Autosatisfacción

Me mire al espejo, coqueta, no estoy mal. Mis pechos pequeños pero duros, de pezones marroncito oscuro. Mi vientre plano, pese a la edad, 33 los que adornan mi osamenta. Mis caderas son rotundas, de esas que se dejan acariciar. Mi culo no muy grande pero respingoncito, como les gusta a ellos y ellas. Mis piernas esbeltas y largas. Mi pelo negro y algo rizado, cortado en melenita. Mis ojos almendrados, color miel, no muy grandes pero tampoco pequeños. Mis labios sensuales, gruesos, calientes.

 Me vuelvo a mirar y compruebo que mi pubis ya me está pidiendo a gritos algo de depilación. Me dirijo al baño y me siento sobre el bidet, espuma en una mano y maquinilla en la otra. Le doy al grifo y el agua fría me pilla desprevenida, dejando escapar un gritito de sorpresa de mi boca. La regulo y la pongo a una temperatura tibia.

Enjabono mi entrepierna con un jabón neutro, da gustito sentir mis dedos suaves recorriéndola entera. Soy caliente por naturaleza y esas situaciones me resultan excitantes. ¿te imaginas que entrara alguien en el baño y te encontrara así, toda espatarrada y con el coño bien a la vista mientras unos dedos lo frotan con ternura? uf, no quiero ni pensarlo.

Alejo esos pensamientos de mi cabeza y le doy de nuevo al agua para quitar el jabón. Una vez retirado agito el bote de espuma y pongo sobre mis dedos una cantidad generosa. Poco a poco la extiendo por mi pubis y alrededores, llegando casi hasta el culito. Me enjuago la mano y cojo la maquinilla de afeitar.

Comienzo a rasurar la parte más cercana a mi ombligo, arrastro la espuma y voy dejando mi piel tersa y suave a la vista. Con cuidado la paso alrededor de mis labios mayores,  siento un poco de nerviosismo al pasarla por esa zona.

 Abro un poco las piernas y la deslizo un poco mas abajo. Me valgo de un pequeño espejo para mirar. En el veo reflejado un coñito apretado, mono, delicado.

 Vuelvo a repasar un poco por todos lados por si algún pelito se haya quedado escondido. Una vez satisfecha vuelvo a darle al agua para quitarme los restos de espuma.

Me paso la mano asegurándome que no quedan rastros de ella. Es agradable sentir la piel suave al tacto.

Cierro los ojos mientras mis dedos vagan por mi rincón mas secreto. Unas perlitas de flujo asoman a la puerta de mis labios menores y mi clítoris se empieza a alzar, como reclamando atenciones. Mojo un dedo en mi boca y lo paso sobre él, haciendo dar un pequeño respingo de placer.

 Lo aprieto tiernamente y una sensación agradable me recorre entera. Me muerdo los labios mientras mis dedos se hunden un poquito en mi húmeda vagina ya completamente abierta a mis caricias.

La sensación de limpia la noto hasta en las yemas de los dedos. Aumento el ritmo de mi mano y tengo que agarrarme con la otra al lavamanos para aguantarme. Mis pezones están duros y los aprieto con ternura cuando logro soltar el lavamanos.

Mi mano sigue rápidamente torturando mi clítoris que late en cada pasada como si el corazón se me hubiese bajado hasta allí. Poco a poco siento nacer en lo mas profunde de mi coño un orgasmo electrizante. Me muerdo los labios para no gritar y aprieto mis pezones, retorciéndolos, mientras mi mano vuela sobre mi vulva mojada.

Allí esta, llega noqueando mis sentidos, mi boca se abre buscando aire y las piernas se doblan con espasmo incontrolables. La cabeza me da vueltas y por un momento pierdo la noción de donde estoy.

Poco a poco mi cuerpo se relaja mientras mi mano sigue apretando mi entrepierna, apurando los restos de placer que de vez en cuando me llegan como pequeños orgasmos.

 Le doy al grifo del agua fría y el golpe de temperatura me despierta del letargo. Dejo correr el agua un poco y cojo el jabón de nuevo para lavarme de nuevo, esta vez ya más relajada y procurando no rozar mi clítoris que ha quedado muy sensible después del orgasmo.

 Me levanto mientras me seco con una toalla, me miro al espejo y una cara picarona me devuelve la sonrisa placentera. Me dirijo al dormitorio y comienzo a vestirme. Hoy es sábado y saldré con mis amigas de cacería. A ver que me depara la noche.