miprimita.com

La medicina milagrosa.

en Hetero: General

Dios, he llegado a un momento en mi vida en el cual todo gira alrededor del sexo, ya no sé si soy yo que lo busco o es coincidencia o el destino, pero desde hace un tiempo mi vida sexual se ha convertido en mi vida en general.

Me llamo Iris, y a pesar de ser una chica gordita follo mucho más que algunas que pesen 50 Kg, no sé si será por mis tetas gordas, por mi culo respingón o por mi carita de niña inocente. Los que seguís mis aventuras sabréis que hace unos días tuve un encuentro con mi primo bastante guarro, acabé en mitad del campo llena de barro y eso me ha pasado factura, llevo desde entonces con escozor en mis partes bajas, lo tengo muy irritado y rojo, así que después de dos días así decidí ir al médico, él me podría recetar una pomadita o algo por que la verdad es que no podía ni rozarme, lo gracioso sería como le contaría al medico el por qué lo tengo así.

Esta mañana me he despertado, he desayunado y antes de ir al médico me he lavado bien el chochete como he podido, ya que escocía bastante, me he puesto mis braguitas de Hello Kitti y he ido para allá. Supongo que el médico de cabecera será suficiente, no creo que deba ir a urgencias. Llegué al final y me tocó esperar unos quince minutos, ya que como siempre llevaba retraso. Mientras estaba sentada pensaba en que no tenía que haber follado en el campo llena de barro, pero bueno... con una pomadita estaría todo listo.

La puerta se abrió y salió el paciente que iba justo delante de mí, me levanté y entré dentro sin saber aún muy bien que decirle al médico, dentro de la consulta se encontraba el médico sentado en su escritorio y a su lado un muchacho joven, de mi edad más o menos, supongo que estaría en prácticas para ayudar al médico a la vez que aprende.

-Hola Iris, cuéntame que te ocurre.

-Pues a ver doctor, la cosa es un poco complicada, desde hace unos días tengo un terrible escozor vaginal, estuve en una parcela con unos amigos y nos sentamos en el suelo, y creo que de la tierra se me ha debido irritar un poco.

Solté lo primero que se me pasó por la cabeza, pero para el caso... servía. El muchacho de prácticas miraba fijamente lo que el médico escribía.

  -Bueno Iris, pues vamos a ver que hay por ahí abajo, quítate los pantalones y las bragas y túmbate en la camilla.

Mierda, no había contado con una exploración de mi coño, y eso no era lo peor, lo peor era que estaba allí presente un chavalín de mi misma edad que me iba a ver todo, putos médicos de prácticas. Me levanté y me bajé los pantalones mientras el médico preparaba el instrumental, eché un vistazo al jovencito de reojo y pude ver como no me quitaba la mirada de mis muslos desnudos, y ahora tenía que quitarme las bragas delante de él. Me fui bajando despacito mis braguitas de "Hello Kitti" mientras instintivamente puse el culete en pompa sin darme cuenta, joder estaba tan acostumbrada a bajarme las bragas provocando cuando hay un chico delante que me salió sin pensar.

Me subí a la camilla y puse las piernas en unos hierros para que se me abrieran bien, se me quedó toda la almejita abierta. El médico se sentó en un taburete enfrente de mí mientras que el chavalín en prácticas se puse detrás de él. Ahí estaba yo con mi coñazo abierto de par en par, rojo como un tomate y los dos mirándolo fijamente.

-Vamos a ver, ¿te escuece?

-Sí, lo tengo muy irritado.

El chaval se asomó un rato y después de un minuto observando dijo el médico...

-Bueno pues creo que esto ya esta, es una irritación típica, te voy a recetar una pomada y en unos días estarás como una rosa, si no es así vuelve y te mando al ginecólogo, pero vamos... creo que no tiene más complicación.

Justo cuando creía que todo había acabado alguien llamó a la puerta y la abrió, era una doctora.

-Perdón doctor Sánchez ¿puede venir conmigo a la segunda planta?

-Si claro, presupuesto, aquí ya he acabado, Oscar encárgate tu de hacerle la receta a Iris, y usted ya puede vestirse y no se preocupe por nada, en dos días eso estará totalmente curado.

-Muchas gracias doctor.

Mientras el médico se iba y antes de bajar las piernas de la camilla algo me llamó la atención, miré al pantalón de Oscar, el chaval de prácticas, y vi un bulto enorme en su bragueta, jijijijiji, el futuro medico se había excitado al verme el coño, mmmmm eso me gustaba más, Me gusta ser yo la que tengo el control, y esa erección me lo estaba dando.

El médico salió por la puerta y nos quedamos Oscar y yo solitos y quietecitos.

-Essssto... el Doctor ha dicho que ya podías levantarte.

-Si claro, pero es que tengo otro problema, no me ha dado tiempo a comentárselo a él porque se ha tenido que ir rápido pero no solo me duele la vagina por fuera, también me escuece por dentro.

Jejeje, soy una mentirosa pero... eso le haría asomarse otra vez y caer en mi juego.

-Vale, espera un momento que voy a llamar al doctor otra vez.

-No hace falta, tu estas estudiando ¿no? me fio con lo que tú me digas.

-Ya pero es que... es que sin él...

Que mono... como titubeaba, tenía que seguir utilizando mis armas hasta que se doblegara por completo, así que puse carita de niña buena en apuros y le dije...

-Porfi de verdad que me escuece mucho, y tu seguro que lo haces muy bien.

En cuanto le dije esto empezó a ponerse rojo y a intentar fallidamente apartar la mirada de mi coño abiertito.

-Bu... bu... bueno, vamos a ver que tenemos aquí.

Se enfundó unos guantes en las manos y agarró un instrumento que supongo que sería para abrirme el coño bien y verlo por dentro, se sentó en el taburete e introdujo muy despacito ese cacharro suyo.

-Hay hay.

-¿Qué pasa? ¿Te duele? ¿Te he hecho daño?

-No no tranquilo... no ha sido daño.

Jijijiji, ya lo tenía justo donde quería.

-¿Entonces?

-A ver, soy una chica jovencita abierta de piernas con un medico joven y guapo mirándola el chocho abierto, créeme que no ha sido dolor.

Oscar se quedo pillado, no supo que contestar y siguió mirando.

-Pues... es un fastidio tener el coño así, por no poder tener relaciones, pero bueno, siempre quedara el sexo anal ¿no?

Siguió en silencio, no sabía qué hacer, con eso que le había dicho era para que se hubiera corrido sin ni siquiera tocarlo.

-Bueno, bueno señorita cochina, parece ser que tienes el interior irritado así que... como tu bien dices no podrás tener relaciones en unos días

Aja, por fin había contestado, y en su forma de hablar se le notaba que estaba muy cachondo, y ya me hablaba con confianza, como tratando de ligar conmigo.

-¿Enserio? uff valla palo, de todas formas creo que probaré, y si no me duele mucho podría echar un buen polvo hoy mismo.

-No te lo recomiendo golfilla, te va a doler.

Todavía seguía abierta de piernas en esa camilla, y he de reconocer que este jueguecito con el chaval me estaba poniendo muy muy cachonda, de hecho no podía verme el coño pero notaba como no hacía más que producir una cantidad de flujo increíble, notaba como se me resbalaba hasta mojarme el ojete.

-No creo que me duela mucho, una vez que estoy cachonda segrego mucho flujo y eso ayuda a que hasta la polla más gorda entre sin problemas.

-Ufffff ya lo veo ya, pero ese flujo tienes que limpiártelo a menudo, no es bueno que se quede ahí, podría irritarte aún más.

Según dijo esto noté algo húmedo y blandito pasar por todo mi chocho abierto.

-Haaaaa, mmmm, pero bueno doctor, ¿acaba de lamerme el coño?

-Si jejeje, solo era para comprobar el PH vaginal, me temo que tengo que tomar más muestras.

Bajó otra vez la cabeza y me lamió el coño de arriba a abajo, joder el tenerlo tan abierto le facilitaba el acceso.

-Mmmmm ¿cómo lo tengo doctor? espero que esté bien y a su gusto.

-Ufff un chochazo tan gordo cuesta examinarlo entero, eso sí, el sabor es exquisito.

Podía notarlo todo, su lengua acariciando cada pliegue, sus manos agarradas a mis muslos y apretándolos cada vez mas y debo decir que se le daba muy bien comérmelo, incluso al tenerlo en esa posición tan abierto metió su lengua varias veces como si me metiera dedos, pero follándome con la lengua.

-Haaaaa haaaaaa que gusto joder, espero que no nos pillen porque quiero comprobar si se me irrita mas cuando me metas tu polla.

-No creo que nos pillen, tardará un ratito mas, mientras tanto... prueba esto.

Oscar agarró un bote de vaselina y se echó un poco en su mano derecha todavía con el guante puesto.

-¿Que vas a hacerme?

-Examinarte bien a fondo.

Me miró y se sonrió, y acto seguido sin ni siquiera ir probando me metió toda su mano dentro del coño, que dolor, la vaselina ayudó a que resbalara, pero no hay que olvidar que tenía el coño muy irritado.

-Haaaaa joder, me duele, saca eso de mi interior.

Pero entonces movió su mano dentro de mí, y eso ya era otra cosa, abría y cerraba los dedos dentro de mi coño y también hacía círculos con la mano, eso era lo que más me gustaba, no podía controlarme, tenía que gemir pero no podía hacerlo muy alto, no quería que nos pillaran.

-Y ahora ¿te duele?

-No, no, así va perfecto, no pares, dios vas a ser un médico cojonudo.

-Mmmmm, jamás había visto una chica como tú, y si todas sois así estoy deseando terminar la carrera.

-No te equivoques, no creo que haya muchas chicas así, yo soy la mas cerda que jamás veras doctorcito, así que aprovéchame bien.

-Uffffff eso voy a hacer.

Sacó la mano de mi coño con un ruido bastante característico y morboso, se levantó y se desabrocho la bragueta, sin apartar la vista de su pobrecita victima jijiji se saco la polla. No era muy larga pero era gordita y seguro que sabría usarla a la perfección. Se la agarró bien y la puso en mi agujero presionando poquito a poco con su capullo.

-Fóllame vamos, ¿a que espera? tenemos que acabar rápido.

Dicho y hecho, me la metió de golpe, produciéndome dolor a la par que placer, aun estando mi coño empapado en vaselina y flujo todavía me dolía un poco, pero con lo cachonda que estaba, no repare para nada en ello.

-¿Así te gusta guarra? ¿O quieres más?

Cada embestida que me daba hacía que mis tetas intentaran salirse de mi sujetador, la camilla se movía con violencia y es posible que hasta nos estuvieran oyendo fuera.

-Dámelo todo, todo joder.

Estaba cachonda como una perra, follada en una camilla en la consulta de un medico y con todo mi coño expuesto, dios que morbo, me estaba envistiendo como un animal salvaje, y notaba como su capullo gordito tocaba un poquito el cuello de mu útero, para tenerla pequeñita llegaba donde tenía que llegar. Pero de pronto, empecé a sentir mucha más presión en mi coño.

-¿Qué haces?

-Tranquila, estoy a punto de correrme y quería probar antes una cosa.

El muy cabrón estaba intentando meterme sus huevos dentro, claro... con tanta vaselina en mi coño pensó que podría intentarlo.

-Para loco, te vas a hacer daño y me vas a destrozar a mí.

 -Calla puta que ya casi está.

Y...clack, sus dos cojones se metieron dentro de mi chocho, tenía por primera vez en la vida una polla y dos huevos dentro de mí, entre la presión que sentía y el morbo de pensar que tenía sus huevos dentro me empecé a correr.

-Me corro, me corro entera, embísteme fuerte.

-Hostia puta corrámonos a la vez que se me sale todo.

Me agarró los muslos y me empujó hasta que la camilla dio contra la pared haciendo un ruido brutal aunque no podíamos fijarnos en eso precisamente.

-Dios noto como se te sale la lefa, y como te palpitan los cojones dentro de mi haaaaaa haaaaaaaa ya me corro, ya me co........

Empecé a correrme, un pedazo de orgasmo increíble, pero algo salió mal, al correrme mi vagina se contraía y aplastaba sus huevos.

-Para, para que me muero de dolor.

-Aguanta un poco joder que ya casi estoy haaaaaaaa apriétame el coño vamoooooooossssss.

A pesar de que se estaba muriendo de dolor me dio una última embestida para finalizar mi corrida.

Termine de correrme, miré a Oscar y estaba blanco, después de su corrida le había tocado tortura de huevos.

-Sácalos ya, ya puedes.

Oscar se separó de mí y noté como si me vaciaran por dentro de golpe, sus huevos salieron casi a propulsión  y detrás de ellos y su polla salió un reguero de flujo que cayó al suelo acompañado de toda su leche.

-¿Estás bien?

-Sí, me duelen mucho pero ha merecido la pena, vístete que tengo que recoger todo esto.

Mientras Oscar colocaba la camilla y limpiaba el suelo yo me vestía rápido antes de que alguien viniera, es curioso de lo poco que nos preocupaba eso hace unos minutos.

Terminé de vestirme y me senté en la silla delante del escritorio del médico como una niña buena. Oscar termino de recoger y se sentó en la silla del médico, fue curioso también que a pesar de lo que habíamos hecho, a partir de ahí nos comportamos como personas civilizadas.

-Bueno, pues aquí tienes tus recetas.

-Muchas gracias, por cierto, me ha encantado como me has follado doctor.

-Gracias, usted también ha sido muy buena paciente, y recuerde... si nota molestias... por favor vuelva.

Mientras salía por la puerta giré la cabeza hacia él y le dije...

-Volveré, no dude de ello.

Beos.