Dos muchachos, una muchacha y un mirón.
Le llené el coño de leche. Al acabar de correrme y levantarse pensé que mi sobrina iba a comerle el coño, pero no era ese su pensamiento. Le dio la vuelta e hizo que pusiese el coño en mi boca... Con la leche de mi corrida cayendo sobre mi lengua le comí el coño...
Diez o quince minutos más tarde, con el coño y el culo rotos. Rita tuvo su primer orgasmo no lésbico.
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-Córrete dentro, hijo.-¿Y si quedas preñada? -Lléname y no hagas preguntas.
-Me gustaría saber que se siente. -¿Qué se siente? No te entiendo. -Que se siente al tener un orgasmo anal. -Cuando lo tengas me dices que sentiste. La besó en el cuello...
Estaba cómo loco. La siguió follando duro y cuanto más su madre chillaba, más fuerte se la clavaba.
Mercedes, parecía interesada. -¿Y eso cómo sería? -Yo te beso, dos te comen las tetas, mi hermano te mete la polla en la boca y otra te come el coño hasta que te corras.
Al coger la cinta roja, mi polla comenzó a latir. Me encantaba que fuese mala, y lo iba a ser. Me ató las manos por las muñecas. Quitó un cordón de uno de mis zapatos y me ató los pies por encima de lo tobillos.
Esteban, se envalentonó y le dio a su tía, le dio duro y le dio suave, y se la quitó y le comió el coño... Y la tía lo cabalgó al trote y al paso, y se la quitó y se la chupó... Y ella se corrió seis veces y Esteban le llenó el culo de leche tres veces...
Una lectora jovencita me cuenta cómo le comió el chocho a una amiga.
Luisiño, acariciando las tetas de la Rojita, estaba perro, más que perro estaba cómo un lobo en celo. Me dijo: -¡¡Métesela, carallo, desvírgala, si no la desvirgas tú la desvirgo yo!!
Me sonó el móvil. Era un mensaje de whatsapp, que ponía: "Necesito verte. Necesito que me rompas el coño. Necesito que me rompas el culo. Me aburro follando con mi marido."
Al acabar de correrse, quitó los tres dedos del coño y los separó. Entre ellos había cantidad de diminutas lianas de jugo blanquecino. Miró los dedos. Los llevó a la boca, y cerrando los ojos disfrutó del dulce sabor de su corrida.
-Me voy a correr y aún o sé tu nombre. -Me llamo Eduardo, pero mis conocidos me llaman el Joyero.¡Me voy a correr en tu boca, Eduardo! -Córrete, bonita, córrete
... Sí, estoy mojada. -¿Cómo de mojada? -Siento cómo me salen los jugos de coño y me mojan el ojete.
Puse mi mano en su chochito y mientras ella temblaba de placer, recogí sus jugos en la palma de la mano. Al acabar de correrse se los mostré. Los lamió cómo una perrita...
No te corras aún, hijo, no te corras aún que mamá también necesita correrse.
El juez, el que decía no poder ver a los libertinos, era uno de ellos y deseaba que Elvirita lo azotara. No llevaba ropa interior y al quitar la toga su polla tiesa apuntó a la boca de la muchacha. Elvirita, le largó con la regla en ella.
Wanda, le folló el culo dándole caña de la buena. Diana me la dio mí, hasta que levantó la cabeza, y exclamó: -¡¡Yaaaaaaaaaaa!!
La Viuda se había vuelto una cerda de mucho cuidado desde la última vez que follaran. Se ve que el viejo cacique, antes de palmarla, cómo no se le levantaba, para despreciarla, meaba por ella, y eso acabara por excitarla, o eso pensó Sindo, cuando le dijo:
-¡Oh, oh! No sabes, Quique, por ahí no es... ¿O eres maricón? La engañé. -Maricón perdido.
¿Que dijiste que no te oí? Teresa ya estaba desesperada. -¡Qué me la metas en el coño, en el culo o donde te salga de lo cojones, pero métemela, hijo de... Hijo de tu madre.
Llenando su coño con mi leche, mis ojos se cerraron... Al abrirlos vi que mi tía tenía lo suyos en blanco.
Volvió a poner su ojete en mis labios. Se los seguí follando con la punta de mi lengua hasta que me dijo: -Me va a venir. ¿Quieres que me corra en tu boca, bandido?