miprimita.com

El primer orgasmo de la tía verónica

en Amor filial

Relato contado en primera persona.

Mí tía era la lechera de la aldea. Se llamaba Verónica y la apodaban La Solterona. Tenía 38 años, era alta, morena, algo gordita, con buenas tetas, buen culo y muy malas pulgas.

Yo tenía dieciocho años y por follar ya follara lo mío.

Eran las nueve de la mañana de un sábado del mes de agosto que prometía ser muy caluroso. Mi tía ya repartiera la leche. Me estaba esperando en la puerta de casa sentada en uno de los escalones que había en la entrada con una sierra en la mano. Al llegar a su lado me preguntó:

-¿Desayunaste?

-Sí.

-Pues vamos al lío.

A rato estábamos cortando troncos sobre un caballete. Ella tiraba de un lado de la sierra y yo del otro.

Hablamos de mil cosas y mil veces le miré para las tetas.

A las once de la mañana paramos para el bocadillo.

Sentado a la mesa de la cocina vi como rellenaba dos barras de pan con mantequilla, lonchas de queso y anchoas. Al acabar de hacer los bocadillos los puso encima de la mesa. Le dije:

-Yo no voy a comer todo eso.

-Come hasta que te hartes.

Cogió un garrafón de vino tinto debajo de la mesa, le quitó el tapón y le echó un trago. Bebía como un cosaco. Se sentó y le metió un tremendo mordisco al bocadillo. Creo que el trago largo hizo que se le soltara la lengua.

-Mientras cortábamos la leña no parabas de mirarme para las tetas. ¿Andas salido?

-Pensé que no te dabas cuenta de que lo hacía. ¿Te molestó que lo hiciera?

-No, pero tampoco me agrado.

Entré a saco.

-¿Aún eres virgen,Verónica?

Se endemonió.

-¡La virgen se te va a aparecer a ti después de la hostia que te voy a meter!

Cogí el garrafón y eché un trago.

Me jugué el físico.

-¿Lo eres?

Mi tía seguía con cara de mala hostia.

-¡¿A ti qué coño te importa?!

-Es que si eres virgen, con lo cachonda que estás...

A mi tía se le escapó una sonrisa. 

-Con lo fea y gorda que soy querrás decir.

Me animé.

-¿Quieres estrenarte?

-¡No te meto ya la hostia porque te necesito para cortar la leña!

-Apuesto a que tienes más ganas de echar un polvo que de cortar leña.

Le metió otro tremendo mordisco al bocadillo, y con la boca llena, dijo:

-¡Lo que hacen algunos por no trabajar!

-¿Quieres que te deje mirando para Cuenca o no?

-¡Qué lengua tienes, condenado!

-Tengo, en tu coño haría estragos.

Mi tía ya echaba humo por las orejas con el cabreo que tenía.

-¡Me voy antes de que ocurra una desgracia. -se levantó- Te espero fuera.

Me levanté. Me puse detrás de ella. Le cogí por las tetas. Arrimé cebolleta y la besé en el cuello. Su voz se quebró.

-Deja, déjame ir.

Froté mi polla morcillona contra sus nalgas y le dije:

-Deja que te lleve al paraíso.

-Suéltame, -dijo, sin ofrecer resistencia- suéltame, pirata. 

Le metí la lengua en una oreja.

-Déjate tú.

-No soy una puta.

Le seguí magreando las tetas y besado la nuca, el cuello y frotando mi polla ya empalmada entre sus nalgas.

-Lo sé.

Mi tía, al excitarse, comenzó a sudar, su olor corporal era fuerte, olía como a mantequilla rancia. Le levanté el vestido y metí una mano dentro de sus bragas. Estaba empapada.Tapándose la cara con las manos, me dijo:

-¡Qué vergüenza!

-Es normal que te hayas mojado. Cierra los ojos y disfruta.

Se separó de mí.

-¡No! Soy tu tía.

La volví a coger, esta vez por la cintura. Le giré la cabeza. Quise comerle la boca y me hizo la cobra. Le bajé la cremallera del vestido negro con flores rojas que le llegaba casi a los tobillos. El vestido cayó al piso de la cocina. Le quité el sujetador y lamí su espalda de arriba a abajo. Le quité las bragas blancas, que tenía una tremenda mancha de humedad. Agachado, le abrí las nalgas y pasé mi lengua por el ojete.

-¡Uyuyuyuyuy, que guarro!

Se lo follé con mi lengua.

-¡Ceeeeeerdo!

-Apóyate con las manos en la mesa y abre las piernas.

Hizo lo que le dije. Cogí la mantequilla, unté mi polla, luego le metí un dedo untado en mantequilla en el ano.

-Uyyyyyyyyyyyy, que cochino.

-¿Te gusta?

-Más que el vino.

Le froté en el ojete la polla mojada de aguadilla. Me dijo:

-¡Oh, oh! No sabes, Quique, por ahí no es... ¿O eres maricón?

La engañé.

-Maricón perdido.

Estaba tan cachonda que le dio igual.

-Bueno, que se le va a hacer, sigue. Ya que estamos...

Empujé y se la fui metiendo en el culo muy despacito. Al poco, su coño ya goteaba en el piso de la cocina. Sus pezones estaban tiesos y sus gemidos eran escandalosos. Apretándole las tetas y besándole la nuca, le pregunté:

-¿Te gusta o te duele?

-Me gusta y me molesta un poquito.

-¿Te correrás así, Verónica?

-Desde que me la metiste en el culo ya me estoy corriendo.

En los años 70, en Galicia, las mujeres de la aldea no sabían lo que era hacerse un dedo, y muchas casadas llevaban años pensando que se corrían desde que sus maridos se la metían hasta que se la sacaban, (confudían los flujos que causaba su excitación con correrse) por no hablar de las que pensaban que solo se corrían los hombres.

Cuando se la quité de dentro del culo no quedó muy contenta.

-¿Y ahora qué?

Le metí la lengua en la boca.

-¡Qué asco!

Le besé, lamí, chupé... Jugué con sus tetas un buen rato. Cuando me puse en cuclillas delante de aquel pequeño coño con una bella mata de vello negro, rizado, y la cogí por la cintura, vi que sus flujos vaginales le bajaban por las piernas y le llegaban a los tobillos. Abrí su coño con dos dedos. Estaba encharcado de mocos. Tan encharcado que no vi su vagina hasta que retiré los mocos con mi lengua. Mi tía, al sentir la lengua en su coño, comenzó a temblar cómo si tuviera frío. Le lamí el clítoris de abajo a arriba... De su garganta salió un gemido casi celestial. Supe que se iba a correr. Lamí rápido de abajo a arriba. Las piernas le comenzaron a temblar. De su coño salió cantidad de jugos. El placer era tan grande que se quedó sin voz. Quise sujetarla pero no pude. Cayó de lado sobre el piso de cemento,  se encogió y quedó en posición fetal con sus manos en el coño. De su boca no salía ni un gemido. Se sacudió como una epiléptica. Creí que se iba a quedar sin aire. Sus ojos estaban abiertos como platos, su boca abierta. Su ceño estaba fruncido y su cara al rojo vivo. Unos veinte segundos después, de su boca salió una especie de rujido:

-¡¡¡Arrrrrrrrrrrrg!!!

Cuando recuperó el habla y las fuerzas, respirando con dificultad, me dijo:

-El viiiino, dame el viiiiino.

Le di el garrafón. Se echó un trago de casi un litro, aunque parte de él le cayó por las tetas. Luego me dijo:

-¡Casi me muero de gusto! Ahora sé lo que es correrse.

Le di una mano para que se levantase. Al estar en pie le di un beso sin lengua. Me metió su lengua en la boca... Aquel día no cortamos más leña.

Quique.

Mas de QUIQUE

Adela

Bar de carretera

Un incesto muy peculiar

Orgía en el colegio

Jaqui

Virgos fuera.

Los ocho orgasmos de Ariadna

Aprendiendo a follar al marido de su prima

La joven venezolana

El obispo, el monaguillo y la monja albina

La Zurda, una guarra de cuidado

La cabrera y su hermano

Una historia diferente a todo lo que has leído

La bañera

Cuatro días de agosto

Jaqueline cumple una de sus fantasías

Pervirtiendo a Ángela

Mi obra más larga

La mudita

Amor de padre, amor sin límites

A ti, mujer.

Desvirgando a Sarita en el camposanto

Volver

Una virgen con tremendas ganas de ser desvirgada

Una tía necesitada y un sobrino complaciente

Bañada de semen en el cementerio (bien escrito)

De honrada a putón llegó con un calentón

No era un chalet, era una casa de putas

Era, es... y seguirá siendo preciosa

Laurita, el san bernardo y yo

Katiuska

Dos bombones de honduras

Mariel

La recatada, la chismosa y los pajilleros

Maricarmen

La media santa

Muñequita

Viciosas

Dos extraños

Sor anabel, pilar y el cura

Mi hermano, mi amante

Fin de semana en londres

El crucero

Trío inesperado

La francesa

De corrida en corrida a la hija se le iba la vida

¡que bonito es soñar, coño, qué bonito es soñar!

Fina

Llámame j

Monjas calientes 2

Dos curas, un monaguillo y un viejo cura

Monjas calientes

El secuestro de rosa la mimosa

Esther, casada y mal follada

Carolina

El ladrón

Julia

El padre sabía de rectitud, la hija sabía latín

Viendo y hablando se puede acabar follando

Hacer el amor y follar todo es empezar

Sarita

La hija rebelde

Bañada de semen en el cementerio

Dos cuñadas y un destino

Dos vampiras mexicanas

María

Esther y su padre... un incesto inevitable

La trampa

Una noche movidita

Jugando con fuego

Lina maría

Eva - la osa

Un trío de sueño

Pablo y la obsesión por las tetas de su madre

La princesita de los dedos de oro

Una burra y un caballo para tres

Follando a bordo en el yate britania

La encerrona

El relato de los relatos

El fantasma

Riadna

Eusebio, su madre y sus perversiones

Mini orgía en el monte

Una noche inolvidable

Incesto tras incesto

Roxi

La roja, la rojita y la chochona

De orgasmo en orgasmo

La monja

La muerta de la curva

Greta y concha

¡¿no sabes meter con más ímpetu, capullo?!

Historia de un incesto

El encanto de los juegos de rol

Un encuentro en la isla de la toja

La viuda

Mi cuñada teresa y mi hermana lola

Incestos a pares

Del polvo en el cementerio a los polvos en mi cama

Desvirgando a mi sobrina nina

La morena

Dos historias paralelas

Violeta

Bajo los cerezos

Ocurrió en Venecia

Dulce

Fantasía

Ella y él

Princesa

Chiquita

Diana

La peregrina

Fin de semana en Caracas

Las 24 fantasías eróticas de rosa

Samanta, Hugo y sor piedad

Bella

La tía, el sobrino, la criada y el jardinero

De incesto en incesto

La cabaña

Angelita

Gordi 2

Gordi

Tigresa blanca

De chapero de aldea a gigoló de capital

La noche de las confesiones incestuosas

Yenny , la historia de un incesto

Atilana

El sueño

La cama de helechos y hojas de roble

Chus y cholo

Gigoló y pintor

Roxana

Lorena y gerardo, más que hermana y hermano

Estrella

Úrsula

Desvirgando a la hermana del cura

Chiquita

Marisa

Eva maría y enrique

Leonor

Mamba negra

La orgía

El cura vicioso

Adelita

Mimitos

Claudia. andrea. vicenta y mónica g t.

Tita

Virgen y cuarentona

Bibi

Las testigos de jehová

María

Incestos en la noche

Polvazos incestuosos

Don rubén ríos

Alma - belén el bomboncito y la yogurina

Lobas (el ermitaño 2)

El ermitaño

Juliana

Hace más de cuarenta años... 2

Hace más de cuarenta años...

Casilda

Muñequita 3

Muñequita 2

Muñequita

Aura

Mónica galán

Pajas con una lectora

El sonambulo

Trío interracial

Virginia

Emails reales (con la autorización de rita)

Gigoló por un día

Las 10 primeras veces de sara

Abigaíl

Ana

Bea, nina y su tío

Fresita, la lagarta, la bicha, y yo

Cosas de casa

Luisiña

Lidia, rebeca y una sorpresa

Rebeca y lidia - la gorda y la flaca

Venancia

Estefanía pervierte a su tía

Estefanía

La confesión

Leila

De virgen a putón verbenero

Loba ardiente ii

Loba ardiente

Celia

Eran las nueve de la noche

Tasy y zorra plateada ( anastasya y odette)

Berta, cenicienta de aldea

De sueños y brujas

Esperanza y caridad

Albina

Abi

Juana, la princesita de papá

De las pajas de gloria y otros vicios

Sor... presa

Conchita

El primer orgasmo de rocío

Andrés, roncaba

Aida

Agripina

Gloria

¿quién?

Camila -2-

Camila

El sueño de una tarde de verano -9- teatro -telón

El sueño de una tarde de verano - 8 - teatro

Elizabeth

Isidoro, marta, carol y aurora

El sueño de una tarde de verano - 7 - teatro

Jacinta, la mujer del capador

Las hermanastras - 3 -

El sueño de una tarde de verano - 6 - teatro

Las hermanastras - 2 -

Las hermanastras

Sebas y soraya

Don josé y las sumisas

El sueño de una tarde de verano - 5 - teatro

Jennifer

Casilda

El sueño de una tarde de verano - 4 - teatro

Mejillones para seis

Polvo para estrenar el año

Mejillones par seis

El folla abuelas

¿alguna vez has follado así ?

Marta y rosalía

Una novia para tres hermanos... y una hermana

Las trillizas se desmadran

Las trillizas

Alguien voló sobre el nido de arsenio

Andrés las náyades y la arpía

Chelsea

Asunción

Tres días de diciembre

El primer orgasmo lésbico de julieta

La virginidad de la sobrina de mi mujer

Mi tía virginia -6-

Abril -3-

Mi tía virginia -5-

Mi tía virginia -4-

Abril -2.

Mi tía virginia -3-

Mi tía virginia -2-

Mi tía virginia

Salomé

Salomé -2-

Abril

Josefa

El duque, la duquesa, el mayordomo y eva

Mejillones para cuatro -3-

Mejillones para cuatro -2-

Mejillones para cuatro

Carta de toñito a su padre

Susanita

Inés - 2 -

Inés

Las cuñadas

El vampiro vikingo - 3 -

La beata

Las hermanas

Obra de teatro - el sueño de una tarde de verano

El sueño de una tarde de verano - 3 - teatro

La pimera vez de rosaura

El sueño de una tarde de verano - 2- teatro

La noche de halloween

Kristel

La jaca

Tasy

De orgasmo en orgasmo

Muñeca

La puta de lujo

La rusita

Un viaje alucinante -2-

Un viaje alucinante

La vecina - 3 .

Olaf

Tres noches con luz

Rebeca

Cuatro días de primavera

El vampiro vikingo

Las primas - 2 -

Las primas

La juez del placer (n.o)

La revancha de estrella (nalgadas orgásmicas 2

El tenorio don quijote de la mancha 1

Historia de una muerte anunciada

4 días de invierno

Disfrutando del regalo

Ayla

Carmuchiña

Nalgadas orgásmicas

4 noches de veranio

Perdición

Nora

Obsesión

Spanish slipper - capítulo final

Spanish slipper - 4 -

Spanish slipper -3-

Spanish slipper -2- (zapatilla española -2-)

Spanish slipper

Las hijas de papá -2-

Confesiones entre una hermana y un hermano

Las hijas de papá

La noche de san juan

El hijo y la hija del conde

El maclaren

Lili -2-

La pulga

Lolita -2-

Julián. marta y sus hijos -2-

La putona de mi tia y la calentorra de mi prima

Julián. marta y sus hijos

El enano

Amalia

El eyaculador precoz

Sonia la sumisa -2-

LUISITA (Micro relato)

Sonia la sumisa

Sexo en acapulco

ZORRA PLATEADAo

El ladrón

Odette

Elvirita

Elvirita

Carolina -2.

Sonia -2-

Sonia

Carmiña

Lucrecia

La adivina -3-

Lolita

La vecina (2)

Lili

La vecina

La adivina -2-

Cristina -4- la verdad sobre cristina

Carolina

La adivina

Cristina -2-

Cristina -3-

Cristina -1-

Sandra

La sobrina de mi mujer

A mi amigo lo sedujo su hija