De como un estudiante de Psicologia Por Medio de Hipnosis y Programacion Neurolinguistica, logra vengarce de una compañera y hacerla su esclava. -con Fotos-
Nadamos un poco, nos secamos al sol y nos vestimos. La vi con su pantaloncito ajustado y su camiseta de tirantes, con bastante escote. La sentía tan dentro de mí, como si la hubiera follado horas y horas. Y sentía sus miradas y su mano, de ambas forma iba ella. Se movía con suavidad y iba tomándome de la mía (mi mano) yo la presionaba de la cintura. Me la volvía a poner dura, mi polla aun vestido se me marcaba muy fuerte, bajo mis tejanos. Sus pezones estaban duros y ella estaba cada vez más entregada y más receptiva
Estas húmeda, lubricada y estas enloqueciendo de ganas. Por eso, me alzo, voy a por la maleta, entro en el aseo, dejándote ahí en la sala de espera, esperando la intervención de amor. Y vengo con la fustita, de goma de doble lengua, con mango de figura de caballo y con otra más larga, y lengua doblada y de cuero. Son mis ayudas, para domarte y tomarte a ti.
Es una chica guapa, simpática y buena estudiante. Su manera de vestir es impecable y destaca su estilo en todos los ámbitos, ello dentro de un tipo fenomenal y un buen carácter. Yo no lo sabía, y no tengo por costumbre recoger con mi coche a nadie (que no sea amiga o conocida). Ello es válido, aun más cuando subo a la Facultad y, siendo nuevo en este curso. Pero a ella, si la tenía bien, de algunas veces. Y así, sola sin sus habituales amigas de compañía, se la notaba un triste y dolida.
Gay. Un hombre le da a otro una pastilla que hará que pueda controlar su mente y cuerpo a voluntad.
Penúltimo relato de la saga. El final de Sempere se acerca, esta vez, llegará más lejos.
El final de Sempere. Último capítulo de la saga.
Siguen las tétricas andanzas del señor Sempere, esta vez controlando a un nuevo cliente.
La historia como dominar ami amiga atravez de la hipnosis.
Segunda parte de las aventuras de Natalia. El influjo del señor Sempere parece que se extiende por toda la ciudad...
Alejandra, por fin estaria con quien hace tantos meses chateaba.
¿Qué no harías por volver a soñar sin pesadillas? Natalia está a punto de comprender que la poción que compró costaba mucho más de lo que su precio indicaba.
¿Esto es amor o pura obsesión frenética? No sé, pero siento algo por esa mujer, algo... que no había sentido antes.
Historia de Ficción. Un joven arquitecto cae bajo el control de una ambiciosa mulata.
¿Quién le iba a decir a Juan, que iba a conseguir todo lo que quisiera, simplemente con desearlo ?
El relato "Dejando de fumar", narrado por la hipnotizada.
Una mujer, como último recurso para dejar el cigarro, acude a un hipnotista, obteniendo muy buenos resultados.
Irene es mi esclava, con ella he logrado perfeccionar finas y sofisticadas técnicas de control mental y dominio sexual. Hoy se las quiero presentar...
Virginia Suzzane, tiene 27 años se cree una princesa, una mulata principal. Todo se arregla, le hacemos un atado. No podrá hacer las necesidades normalmente. En los momentos de entrar al lavabo sentirá que lleva las bragas o tangas pegadas a su intimidad (por delante y por detrás).
Una de las compañeras de colegio de mi hermano mayor, con la que soñaba de preadolescente, ahora que es sicóloga me ayuda a combatir el estres.
De como me logré follar a la amiga de mi hija por medio de trucos de hipnosis por mensajes subliminales.
Mis esposas, que ahora son tres Siempre presentaban la comida, en cinco platos (cuatro para nosotros y uno suplementario y que era servido por mí, para ofrenda a nuestro al Todo Poderoso). Bien era en acción de gracias o de pedida, lo dejaba estar hasta la siguiente comido y luego lo ponía en un horno hasta consumirlo, hacer cenizas y mezclarlas con tierra y la sangre almacenada
Yo, me reservo una parte para cada una de ellas, que debe de disponerse, junto a las otras e irse bajando las bragas, cerrar los ojos y sentir como le entra toda mi baba, frotando seguidamente sus muslos (sin que puedan soltar la braga/tanga). Mientras me dedico a las otras, para realizar la misma operación.
Tu Rosa Mª, eras mi jefa pero, cada vez te temía menos y en mis sueños te postrabas ante mí, y permanecía arrodillada como una perrita. Y además, yo mismo era atendido muy correctamente; recibiendo un trato, por las mujeres adultas semejante al de las siervas, para su señor. Pensaba en la suerte de tener este trato, que me hizo recuperar el optimismo y las ganas de comer.