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Correli: Fotocopias

en Gays

CORRELI: FOTOCOPIAS

Después de la siesta, sobre las 17:00, me puse a estudiar matemáticas pues dentro de dos días, tenía un examen global del curso. Al cabo de unas tres horas, sobre las 20:00 más o menos, me acordé que debía hacer unas fotocopias de lengua del cuaderno de Gloria, pues yo había estado enfermo. Así que me vestí con lo primero que pillé, calcetines blancos, camiseta naranja pastel, pantalón corto de algodón y zapatillas de deporte, bajé corriendo a hacer las fotocopias pues ya debían de estar cerrando.

Me dirigí a Correli: Fotocopias pues era el local que me pillaba más cercano, estaba frente a mi casa. Cuando llegué a la puerta, vi a Nacho que estaba echando ya la persiana para cerrar. Nacho me debía de sacar unos seis años, nos conocíamos desde que éramos pequeños.

Le pedí por favor que si me podía hacer las fotocopias pues las necesitaba para el día siguiente, Nacho se sonrió, abrió un poco la persiana y me dijo "anda, pasa mientras cierro esto", gracias, le contesté yo. Pasé al local y me puse a mirar las hojas que tenía que fotocopiar. Me entró la curiosidad de cómo se harían con usas pedazo máquinas que tenían así que con confianza, me puse detrás del mostrador y me puse a toquetear una de las máquinas.

Cuando Nacho entró y cerró la puerta le pude observar tranquilamente, llevaba unos náuticos, pantalones vaqueros grises marcando el paquetorro que tenía y una camiseta verde desteñida. Me dijo, ¿en qué te ayudo chiqui?, en unas fotocopias de lengua que tengo que entregar mañana, respondí. Nacho se puso ya a mi lado y me dijo "vale, déjame ver cuales son", le indiqué las hojas y se dispuso a hacerlas pero se quedó quieto unos momentos y me dijo "como te veo aquí atrás... ¿quieres hacértelas tu mismo?, yo respondí "¡vale!". Nacho se puso detrás de mí, el hueco, no era muy grande pues la máquina estaba muy cerca de la pared por lo que con mis pantalones de algodón podía notar perfectamente su paquete. Aquello me excitó muchísimo, él me cogía con una mano mi mano y me la llevaba a los botones para que la máquina empezara a hacer su función. Como tenía que estar pasando las hojas pues Nacho se movía de vez en cuando, rozando su sexo contra mi culo, yo, como había salido pitando de casa, ni me había puesto mis slip de siempre, así que mi erección era totalmente visible. Cuanto más rozaba, más ponía mi culo duro y lo echaba para atrás para sentirle mejor.

Acabé de hacer las fotocopias y me dijo "bueno, ya están", ¿cuánto te debo?, le dije, Nacho fue a la caja y me dijo 0,23 €... cuando me fui a echar mano al bolsillo me di cuenta que por no coger, no había cogido ni la cartera... me puse rojo y le dije "Nacho, tío, lo siento, salí a toda pastilla de casa para llegar a tiempo y no he cogid..." él se acercó a mi y me cogió por las caderas y me plantó un pico que me dejó atónito. Yo no sabía cómo reaccionar, Nacho me dijo "no te preocupes tonto, ya me lo darás otro día", yo le dije que vale pero que aún así, me daba mucho corte.

Yo ya no me acordaba ni que mi rabo palpitaba en mi entrepierna. Nacho se acercó más a mí y juntó su paquete con el mío y me dijo "bueno, si quieres lo podemos arreglar, ¿quieres pagarlo en carne?", yo no sabía que hacer, pues la verdad que me apetecía muchísimo pero a la vez estaba totalmente cortado pues Nacho siempre me había gustado desde que era niño.

Nacho no esperó a mi respuesta y me metió la mano dentro de los pantalones para tocar mi erección, "por tu erección y lo mojadita que la tienes creo que si, ¿no?" me dijo, así que me bajó los pantalones y me empezó a bajar la piel hasta llegar al final, primero poco a poco y luego, cada vez más salvajemente, mientras, su lengua me recorría todos los entresijos de mi sexo. Yo, no podía aguantar y gemía cada vez más fuerte. Nacho, se separó un poco de mi porra y pude ver como un hilo de le lefa se quedaba colgando entre su boca y mi pene.

Nacho se levantó, se quitó la hebilla del cinturón y se bajó los pantalones, pude ver que sus boxer también estaban mojados, éstos, también se los bajo dejando al aire unos preciosos huevos y un rabo, no muy grande pero si gordote, lo justo para gozar con él. Nacho me cogió y me dijo "quítate por completo los pantalones, dejándome así en camiseta y los calcetines", me cogió en brazos y me puso sobre a fotocopiadora donde habíamos hecho anteriormente las copias de lengua.

Me abrió de piernas y me empezó a comer todo mi culete, metiéndome bien la lengua y haciendo dilatarme por momentos. Se empezó a machara su polla y al cabo de un rato corto, la enfilo hacia mi agujero, me la empezó a meter poco a poco, con mucho cariño mientras me besaba y me acariciaba todo el cuerpo. Yo le dije "oyes, jo, no quiero ser aguafiestas niño, pero es que me duele", así que Nacho me sacó la puntita que me había metido y me dijo, "no te preocupes chiqui, ahora vuelvo", fue al cuarto de baño y volvió rápidamente, en su mano traía jabón líquido que unto en mi culo y en su rabo.

"Ahora va entrar como la seda, pequeño" me dijo, y así fue, poco a poco me la fue metiendo hasta notar que sus huevos rozaban los míos. "Esperaremos un poquito a que me dilates bien y ahora empezamos a disfrutar los dos, ¿vale?", y así fue, al cabo del rato, empezó un mete saca con el gozaba de aquella manera.

La situación no podía ser más morbosa, yo, sobre aquella máquina de hacer fotocopias, abierto de piernas y Nacho, metiéndome su rabazo en mis entrañas.

Nacho, a medida que se iba excitando más y más, me la metía más bruscamente, sacándola del todo y metiéndomela fuertemente hasta que nuestros huevos se chocaban con brusquedad. Nacho, empezó a gemir "aaaah, siiiiii, ahh, como me gusta tu culito Carlos, mmmm, chiqui... aaaaaa, me... me corroooooo", yo noté como su calor se apoderaba de mi por instantes pero cuando eyaculó por completo no paró, sino que me empezó a embestir con una furia brutal.

Yo me apoyé las manos atrás pues a éste paso me iba a tirar de la máquina. Sin tocarme lo más mínimo, empezó a salir largos chorros de mi espesa y caliente lefa, empapando así, mi camiseta, los apuntes y parte de la máquina. A Nacho eso le excitó muchísimo así que sin esperarlo, volví a notar como en mi interior, volvía a subir la temperatura por su leche. Las corridas de Nacho fueron tan grandes que toda su leche no cabía en mi pequeño agujero así que ya rebosaba, cayendo a sus huevos.

Nacho me la sacó, yo me bajé de la máquina como pude y como niño hambriento, le empecé a comer toda la lefa que había caído de mi culo a sus huevos, una vez limpios, me levanté, y nos fundimos en un pedazo morreo.

Nacho, me indicó donde estaba el baño, para limpiarme más o menos. Cuando salí del cuarto de baño, éste ya había limpiado la tienda y me esperaba apoyado en el mostrador, sonriente y con mis pantalones sobre su brazo. Me los puse y le dije, "gracias, me ha gustado muchísimo", a lo que Nacho me respondió, "a mi también, Carlos, me gustaría que lo repitiéramos en otras ocasiones, toma, éste es mi móvil, llámame el próximo finde pues mis padres se irán al chalet y me quedaré sólo en casa, ¿vale?".

Cogí mis apuntes manchados de rica leche y salí de la tienda. Nacho no se metió de nuevo hasta que me vio desaparecer por mi portal.

 

 

 

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