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Viaje de Negocios

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VIAJE DE NEGOCIOS

Hola, lo primero me voy presento, me llamo Alberto, tengo 27 años, soy moreno con ojos azules de muy buen ver, estoy fibrado pues voy al gimnasio casi todos los días después de trabajar que, por cierto, no os lo he dicho, trabajo para una empresa que no hace mucho acaba de nacer y de momento parece que va creciendo, pero aún así, anda escasa de recursos, por eso todos los viajes de negocios que debo hacer, los hago en autobús pues no hay dinero para coger aviones.

El mes pasado, me encargó mi jefe ir hacia el norte del país e ir a visitar varias casonas rurales para luego ofrecérselas a nuestros clientes. Mi viaje constaría de cuatro días, un día por casona que visitaba. El segundo martes del mes pasado hice las maletas, me puse ropa cómoda (pues el viaje era de 6 horas) y marché hacia la estación de autobuses.

Por culpa de una tromba de agua que cayó horas antes, apenas llego al bus pues había anegado las vías del Metro, mi único trasporte rápido para llegar a la estación. El autobús salía a las 13:35, llegué poco antes que se fuera, a las 13:30. Metí mi maleta en el maletero del autobús, enseñé mi billete al conductor y entré al autobús.

¿Dónde estaba mi asiento?, era el 14B, casi casi, al final del autobús. Recorrí todo el pasillo de pies hasta dar con mi asiento. Me quité al abrigo y lo dejé en la repisa que hay sobre las cabezas para dejar los bultos pequeños de mano. El autobús no estaba preparado para trayectos de largo recorrido pues la chica que había al lado de mi asiento era enorme y apenas cabía, por lo que se espatarraba hacia mi asiento dejándome apenas sitio para mí.

Bueno, el autobús arrancó y dejamos la ciudad atrás entrando en los terrenos de Castilla. En mitad de viaje, sobre las 16:00 o así, hicimos una parada de media hora. Medio autobús fe como loco al servicio, yo me estaba meando vivo pero como sabía que estaría hasta la bandera, decidí esperar 5 minutos.

Mientras esperaba, me compré un bocadillo de queso y una cerveza. Cuando me lo terminé me encaminé hacia la basura para dejar mi bandeja y de allí me fui al baño directo pues entre la meada que traía del viaje y la cerveza, estaba que reventaba.

Cuando entré al baño, me pude fijar que era inmenso, con muchas puertas en las que ponía en cada una de ellas lo que había dentro, me lo recorrí de arriba abajo cotilleando, había cinco duchas, ocho servicios con puerta y un montón de urinarios para mear de pie.

Ya no podía más, así que escogí sitio, el de más al fondo y me dispuse a mear, me desate el chándal que llevaba y me baje un poco los slip que llevaba, me saqué mi polla rugosa y ésta comenzó a soltar pis.

No me había dado cuenta, pero detrás de mi, había un chico en la ducha, que salió, se acicaló un poco el pelo y se puso a hacer pis junto a mí. Al poco tiempo pude ver como su rabillo del ojo hacía esfuerzos por verme mi cola, así que me hizo gracia y sin malos pensamientos me separé un poco del urinario para ver su reacción.

¿Su reacción?, ¿para qué ser disimulado?, me cogió mi verga con una de sus manos y empezó a meneármela para ponérmela dura. Lo estaba consiguiendo pues cuando paró, mi rabo estaba morcillón. Me miro fijamente a los ojos y me dijo, vamos a la ducha, ahí lo podemos hacer sin miedo. Me quedé flipado pues al verle la cara pude ver que era el conductor de mi autobús.

Yo, yo... esto... –no sabía que hacer- el conductor me agarró del brazo y me metió en la ducha. Yo me quedé inmóvil y el conductor me pregunto "¿qué pasa?, ¿no te apetece?", yo le dije que si pero que se nos haría tarde, alo que repuso que él era quien llevaba el autobús y que si yo me retrasaba un poco, no pasaría nada, pues él también y es el que tiene las llaves del autobús.

El conductor me echó sus manos a mi chándal, bajándome el pantalón y mi slip granates al mismo tiempo. Él se desabrochó el cinturón, botón y cremallera y se bajo su pantalón. Su polla debía ser bastante grande, pues en sus calzoncillos se marcaba un bulto descomunal.

El conductor se lanzó a mi polla de 15cm salvajemente, se la comió hasta que yo notaba su garganta rozar mi capullo. Esto me hizo ponerme a mil por lo que el conductor empezó a saborear mi lefa pues aunque no me estaba corriendo, de vez en cuando salía un trallazo que otro. Mientras el conductor se pajeaba con un ritmo irrefrenable, muy rápido.

Yo intentaba contener mis gemidos pero lo que si que se oía de fondo era la polla del conductor que le tenía llena de agua. Al cabo de un rato de mamada, más que trallazos, lo que me salían eran ríos de lefa de mi polla, el conductor dejo que cayera por su bigote y las gotas de lefa que se le escurría de él, se los lamía ansiosamente.

El conductor me dijo, quítate de ahí o te mancho, yo rápidamente me aparté, empezó a gemir en voz alta y al cabo de pocos segundos su cipote se llenaba de agüilla blanquecina con pegotes blancos que los dejaba caer al suelo.

Una vez que ya nos habíamos corrido los dos, yo abrí un poco el grifo y me limpié bien mi polla con agua templada y jabón. El conductor se miró el reloj y me dijo "¿ves?, todavía no es la hora, quedan tres minutos. Salte fuera y di a los demás viajeros que me retrasaré un poco. Voy a afeitarme el bigote y ahora partimos".

Yo salí de la ducha todavía con el rabo medio duro, salí de los servicios y me paré en la tienda. Entre montones de cosas que vendían, me sorprendió pues no sabía que Flimax tuviera discográfica. Cogí el disco y me puse a ver que traía, el disco se llama "Remixed Hits. Vol.2". Como no lo vendían muy caro, me lo compré para irlo escuchando durante el viaje.