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Episodios nunca vistos en TV - Batman y el rey Tut

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EPISODIOS NUNCA VISTOS EN TV

BATMAN Y EL REY TUT

 

El batimóvil entró a Ciudad Gótica a toda velocidad.

La batiseñal aún iluminaba el cielo en esa cálida madrugada.

3:15 AM.

Tras un llamado telefónico al comisionado Gordon, Batman se enteró de lo que estaba sucediendo. Estaban asaltando el Banco Gótico en ese preciso momento. Era imperativo darse mucha prisa por lo que Batman apretó aún más el acelerador.

Quién era el malhechor esta vez?

Guazón no estaba en la ciudad. Acertijo estaba internado en el asilo. Pingüino se había "regenerado" y por eso era seguido muy de cerca por agentes enviados de particular por el jefe O’Hara. La mujer Gato estaba en prisión.

Vuelta a la esquina a toda velocidad y allí había un camión estacionado al frente del banco. El batimóvil se detuvo detrás de él y el Dúo Dinámico fue hacia el frente del edificio.

Batman dio instrucciones al Joven Maravilla, y se separaron.

Robin entraría por el frente, mientras el encapotado treparía las paredes por afuera e ingresaría por la azotea.

Batman extrajo su batiboomerang con lazo. lo insertó en el batilanzabatiboomerangs y disparó . Quedó incrustado en lo alto de la edificación, y en un santiamén trepó los cuatro pisos que lo separaban del techo del banco.

Robin, mientras tanto, ingresaba por la puerta principal que permanecía abierta. Con sumo cuidado, e intentando no hacer ruido, el Joven Maravilla se introdujo en el hall de entrada. Nadie estaba a la vista.

Batman se comunicó con su protegido por batiwalky-talky.


"Has visto a alguien, compañero?" preguntó.

"No. Santos cielos, Batman, aparentemente entraron por el frente. La cerradura de la puerta principal está desparramada por todo el hall." Susurró esperando ver a alguien en cada momento.

"Ten mucho cuidado, Robin, aún no sabemos quién está detrás de todo esto." Le advirtió mientras ponía un batiexplosivo en la puerta de la azotea para poder ingresar dentro.

"Un momento. Recórcholis, Batman. Cuidado... Es una..."

Silencio.

 

 

El encapuchado miró hacia la calle, aún vio el camión estacionado allí y cambió de estrategia. Se dejó caer al vacío sostenido por la soga, y en unos segundos ingresó al banco por el mismo lugar en que lo había hecho su compañero minutos antes.

Prevenido de que algo anormal estaba sucediendo, Batman tuvo especial cuidado. Alcanzó a ver gente moviéndose dentro del salón. Tres delincuentes bajaban de las escaleras, y divisó por lo menos a ocho personas más en el hall. No había rastros de Robin.

Qué estaba sucediendo aquí?

No parecía que estuvieran asaltando el banco. Estaban todos pendientes de la escalera.

Por supuesto, ellos pensaban que Batman bajaría por allí desde la azotea, y si eso era correcto, entonces contaba con el factor sorpresa.

Una batibomba de humo dejó el lugar que ocupaba en el baticinturón. El Hombre Murciélago la arrojó al medio del salón, y comenzó la batalla.

Uno tras otro comenzaron a caer los maleantes abatidos por los golpes enfurecidos de Batman.

PING! POW! KAPOW!

Aún no alcanzaba a ver a su compañero.

Más delincuentes aparecieron bajando por las escaleras. Definitivamente lo habían estado esperando por allí.

La lucha continuó.

PUM! TANG! SOK! ZAKATOW!

Ahora otros dos enemigos intentaban sujetar al otro yo de Bruce Wayne, y tras un esfuerzo descomunal, logró zafarse de la situación, para finalmente ser golpeado fuertemente en la cabeza.

Segundos antes de perder el sentido, Batman alcanzó a divisar la silueta de un hombre extremadamente gordo que cargaba con una sola mano a su compañero inconsciente.

 

 

 

 

 

"El Rey Tut" dijo sorprendido el jefe O’Hara en la oficina del comisionado.

"Efectivamente, y está más gordo que nunca" agregó Batman "me costó reconocerlo cuando recobré el sentido. Y tiene a Robin secuestrado".

"Pero qué diablos fueron a hacer al banco de Ciudad Gótica, Batman? " preguntó el comisionado Gordon, "si no se llevaron ni siquiera una moneda".

"Me temo que ha sido una trampa" dijo Batman consternado. "Nos estaban esperando. Robin me alertó antes de que lo descubrieran. Aún no sé el motivo. Pero por lo visto se proponían secuestrar a mi compañero y lo lograron. Pudieron llevarme a mi también, pero no lo hicieron. Discúlpeme comisionado, pero debo ir a la baticueva, donde intentaré averiguar por intermedio de la baticomputadora acerca de los últimos movimientos del Rey Tut. Tengo que localizar su escondite lo antes posible. Por el bien de Robin."

"Y por el bien de Ciudad Gótica! " agregó el jefe O’Hara.

 

 

 

El Joven Maravilla estaba maniatado en la silla, en una habitación que además sólo contenía una mesa enfrente de él.

La puerta se abrió, y el ser extremadamente obeso hizo su aparición.

"Zambomba!" Dijo Robin, "es el Rey Tut".

"El mismo, niño maravilla." Dijo en forma muy amanerada el gordo "Te han tratado bien mis secuaces?" preguntó con real preocupación "es que odio la violencia, sabes? Y menos en un niñito como tú ". Y le acarició el cabello.


"Pero qué estaba diciendo este hombre?" Pensó Robin sacudiendo la cabeza para quitarse la gorda mano de encima "Este tipo está demente. A mis quince años ya no soy un niño. Pero qué gordo que está. Hace tiempo que no lo veo, pero está el doble de gordo de cuando lo recuerdo. Cuánto pesaría? 180, 190 kilos, tal vez? No más de 1 metro 85 de altura. Además lleva una túnica tipo egipcia y sandalias. De dónde sale la gente así?"

"No te preocupes, niño" interrumpió sus pensamientos "yo no voy a dejar que te lastimen, siempre y cuando te portes bien conmigo".


Robin no terminó de entender, hasta que el Rey Tut se puso frente a él y se quitó la túnica quedando completamente desnudo.

"Santos cielos" atinó a decir Robin.


"A quién le hablas?" preguntó el villano "Me molestaría mucho que mis súbditos te trataran mal" continuó acercándosele, y tomándolo por la nuca lo apretó contra su inmensa panza y le dio un tierno beso.

El Joven Maravilla no podía creer lo que estaba sucediendo.

El hombre gordo estaba seduciéndolo.

Jamás había visto un hombre tan obeso, y mucho menos desnudo y enfrente de él. Y peor aún, a solas!!!!

Un escalofrío recorrió por su espalda. Se sentía indefenso, y por primera vez desde que se había unido a Batman para combatir el crimen, estaba aterrado.

Tenía un mal presentimiento.

Sabía que se corría un rumor extraño de su relación con su protector, pero nada de lo que la gente decía era verdad. A él definitivamente le gustaban las chicas. Aunque no tenía tiempo para ellas. Su lucha contra el crimen le ocupaba todos los pocos momentos libres que tenía, y aún no había debutado con el sexo. Pero ya le llegaría el momento.

"Tú sabes que desde hace tiempo ansiaba con este momento." Comenzó a decir de repente con voz pausada ." No veía la hora de tenerte para mi sólo. Es que eres tan lindo, niño maravilla"

Ahora sí, no le quedó duda alguna. Algo realmente malo estaba a punto por sucederle.

"Batman dónde estás?" pensó.

"Ya son más de las cinco de la mañana. Vamos a dormir y mañana te explico lo que quiero de ti." Dijo y lo levantó con silla y todo, transladándolo a la habitación contigua.

Allí había una cama de dos plazas.

De pronto cinco secuaces del Rey Tut irrumpieron en la habitación con sendas escopetas de caño recortado cada uno.


"No te preocupes, que sólo es para cuidarme." Explicó. "Espero que no tengan que usarlas. Realmente me daría muchísima pena" Agregó con su voz delicada.

El Rey Tut liberó a Robin de sus ataduras, y comenzó a quitarle la ropa con delicadeza. Le quitó la capa amarilla, el chaleco rojo y la camisa verde. Lo dejó con el pechito completamente lampiño al descubierto.

Robin se aterró aún más. Si le quitaba el antifaz le iba a descubrir su verdadera identidad.


"No te preocupes, bebé" dijo como para tranquilizarlo y adivinando su preocupación "que no me interesa para nada sacarte el antifaz. Te queda muy bonito, y gracias a él eres una de mis mayores fantasías. Realmente quisiera que cooperes conmigo en todo."

Antes de continuar con sus pantalones cortos, le rozó los genitales con el codo, y éstos respondieron pegando un salto.

"Uhmmmm" dijo el obeso "Veo que por lo menos te gusto."

"Ni pensarlo" pensó Robin. Estaba con el miembro duro, pero eso no significaba que le gustaba para nada. Al fin y al cabo él también era de carne y hueso, y sólo respondía a estímulos externos que lo llevaban a reaccionar con reflejos condicionados.

El Rey Tut no dejaba de hablarle con voz dulce, y a acariciarle todo el cuerpo a cada momento.

Tras quitarle los pantaloncitos, le tocó el turno a las botitas, quedando únicamente con su slip además del antifaz.

El obeso monarca permanecía completamente desnudo, excepto por sus sandalias. Se las quitó y se metió dentro de la cama. Le pidió a Robin que lo hiciera junto a él, pero éste se negó.

Un secuaz lo golpeó con la culata de su arma en las costillas.

El Joven Maravilla se retorció de dolor tirado en el piso.

"Pobrecito, mi niñito." Dijo Tut " Odio que te suceda esto, te tengo mucho aprecio, pero por favor, no me contradigas".

Robin no le quedó más remedio que obedecer. Se metió en la cama junto al gordo. Dos de los secuaces se pusieron a cada lado de la cama, y el restante se colocó al pie de ella, todos con las armas en posición de listos.

"Que no te distraigan, pero es para mi personal protección. Van a permanecer allí hasta que nos despertemos" aclaró el Rey Egipcio.

Dentro de la cama, el compañero de Batman, sintió que lo atrapaban un par de gigantes brazos, y unos igualmente descomunales muslos calientes estaban en contacto directo rozándole sus piernas. Tut tomó la mano derecha de Robin, y se la guió hasta sus propios genitales escondidos entre tanta carne y grasa. Bien profundo por debajo de ese colosal vientre, y muy dentro de su entrepierna. Robin tocó unos testículos pequeños, y un pene más minúsculo aunque apenas sobresalía de su descomunal cuerpo. El monarca cerró los muslos, atrapándolo y no dejándole sacar la mano de allí.

El villano por su parte, le introdujo una mano por dentro del slip, haciéndose cargo de un miembro que en este momento recomenzaba a cobrar una dimensión mayor. Mientras le daba besitos en la mejilla y en la frente primero, y le pasaba la lengua por toda la cara después, El Rey Tut lo comenzó a masturbar despacito, aumentando de a poco la velocidad de la sacudida. Con la otra mano, abrazó al minúsculo cuerpecito de Robin y lo apretó muy fuerte contra el suyo gigantesco.

"Te gusta, mi bebito?" le susurró al oído" Ya te han hecho ésto antes?"

"No" contestó Robin, comenzando a ruborizarse.

"Eres virgen aún, verdad?" Siguió preguntando el gordo Tut siempre susurrando al oído como para que los secuaces no escucharan su conversación."

"Sí" contestó el joven, ahora totalmente avergonzado.

"No te preocupes, mi niñito maravilla"finalizó mientras seguía masturbándolo." Yo te voy a enseñar muchas cosas. No sabes lo mucho que me gustas"

En el preciso momento en que Robin comenzó a eyacular con grandes espasmos dentro de su slip y por sobre toda la mano del obeso, el Joven Maravilla sintió cómo su propia mano comenzó primero a humedecerse, y posteriormente a inundarse de un líquido caliente y pegajoso. Aún tenía esa mano aprisionada por los gruesos muslos apretados entre sí, y no la podía retirar de allí.

Esperó que le llegara la orden de limpiarse, pero nunca sucedió.

El Rey Tut comenzó a roncar exactamente en esa posición, y con las manos de ambos mojadas por el esperma del otro, y aún tocándose los genitales mutuamente.

 

 

 

 

 

 

Batman, estaba desesperado.

Alfred lo estaba ayudando para recoger toda a la información disponible, e ingresarla a la baticomputadora.

Veamos.

Hace exactamente siete días, el Rey Tut había llegado en barco desde Egipto. El mismo día de su arribo, tuvo una reunión con todos sus secuaces en los fondos del almacén general de Ciudad Gótica. Local que horas después fue visitada por el Jefe O’Hara y varios policías más, por sospechar de la reunión secreta.

Nadie había sido visto allí.

Al otro día, un soplón confesó al Comisionado Gordon que el Rey Tut se reuniría nuevamente con sus cómplices en los galpones del puerto de Ciudad Gótica. En esa redada tampoco pudieron ver al obeso monarca, pero dos de sus secuaces fueron capturados para ser investigados por el supuesto cargo de confabulación para delinquir.

Nada fuera de lo normal se pudo extraer de ellos.
No hablaban de que se fuera a cometer algún crimen, y en efecto nada sucedió durante el resto de la semana. Ninguna acción anómala hacía sospechar algo del Rey Tut, por lo que dejaron de preocuparse en seguirle los pasos.

"Alfred, estoy realmente preocupado, y temo por la vida de Dick" confesó a su fiel mayordomo.


"Señor Bruce, permítame decirle que él se sabe defender muy bien. Usted mismo le enseñó todo lo que sabe." Intentó en vano tranquilizar al señor Wayne.

 

 

 

 

10.59 AM

Robin despertó.

A su lado, escuchaba los ronquidos del Rey Tut.

Su mano seguía allí mismo donde había quedado al dormirse, y estaba aún más mojada que cuando recordaba. Las sábanas estaban inundadas del semen del obeso delincuente, por lo que podía sacar en conclusión, que el gordo había tenido múltiples eyaculaciones.

La mano de él seguía tomándole los genitales por dentro de sus propios interiores, pero ya estaba seco.

"Buen día, mi niño maravilla" le dijo mientras le apretó los testículos.

Robin no contestó, pero notó cómo comenzaban nuevamente los latidos del minúsculo órgano genital de su secuestrador, y su propia mano se llenaba de esperma otra vez. Ahora, El Rey Tut tomó la mano mojada del joven, abrió un poco los muslos para dejarla escapar, y se la llevó cerca de la boca. Con la lengua, tocó un poco de su propio semen y exclamó:

"MMmmmmm, delicioso. Prueba tú" le dijo, mientras le acercó la mano a sus labios".

"No." Dijo Robin, con cara de estar al borde de vomitar.

Uno de los guardias que aún permanecía al costado de la cama, le propinó un brutal golpe en un glúteo con la culata de su rifle.

Para apagar el grito de dolor de Robin, El obeso Rey Tut lo besó en la boca, y le introdujo toda su gruesa lengua dentro. Sin sacar su boca de allí, puso un muslo encima del joven maravilla, se levantó el vientre y apoyó sus órganos genitales en el delicado cuerpo del compañero de Batman.

Nuevamente, le ofreció la pequeña mano mojada de Robin para que finalmente se la secara él mismo con su lengua. Esta vez, obedeció sin ofrecer resistencia.

El Rey Tut, volvió a insertar su lengua en el interior de esa boquita inocente humedecida por su propio esperma, mientras se empezó a mover en forma muy sensual. La cama crujía espantosamente.

El pene del obeso maleante otra vez estaba erecto. Lo siguió frotando sobre Robin hasta que volvió a vaciarse por enésima vez, en esta oportunidad sobre todo el cuerpo de su secuestrado.

El Joven Maravilla, estaba sorprendido de la capacidad de excitación que tenía este obeso. Se preguntaba cuántas veces había eyaculado en tan pocas horas y hasta cuándo lo tendrían allí cautivo.


"Ahora sí, chúpame "ordenó Tut señalándose la entrepierna" Por favor, no quiero que obligues a mis secuaces a que te vuelvan a hacer algo que odio."

Lo pensó un segundo, y decidió no volver a contradecirlo, ya que los golpes lo dejaban sumido en un dolor espantoso.

 

"Santos cielos" pensó Robin al borde de las náuseas."Y lo peor es que tengo que hacerlo, sino me volverán a lastimar."

Mientras iba a cumplir con lo solicitado, Robin no dejó de percatarse de todo lo que hasta ese momento no había advertido.

El Rey Tut, lo trababa realmente con mucho cariño. Se ve que a sus secuaces les enfurecía que lo contradijeran. No olía nada mal este obeso, al contrario, tenía un leve pero agradable perfume esparcido por todo el cuerpo. Un cuerpo extremadamente obeso, anormalmente grande, pero que se contradecía con los modos muy educados, tiernos y muy amanerados con los que se expresaba.

Por lo menos, hacia él.

Llegó a la entrepierna del gigantesco gordo. Éste se levantó el vientre con la mano y separó lo más que pudo esos descomunales muslos, para dejar expuesto sus partes más íntimas. Robin se acercó a los testículos mojados, y los lamió.

Cuando terminó de secarlos, El pene de Tut estaba nuevamente duro. Robin también lo lamió hasta secarlo.

"Métetelo en la boca, mi niño" le rogó.

Así lo hizo, y al instante, sintió cómo un líquido caliente estaba llenando su cavidad bucal.

"Oh, Santa calentura" pensó el enmascarado" Otra vez más. Esto es increíble."

"Ahora es tu turno, mi bebé maravilla" dijo el Rey, y se incorporó con mucho esfuerzo hasta quedar con la boca de frente al slip de Robin. Se lo lamió, adivinando que por dentro, su miembro cobraba aún un tamaño mayor. Comenzó a chupar los interiores del joven, hasta tener todo el pene dentro de la boca. Finalmente, tras mojarlo casi completamente con su saliva, muy dulcemente se lo quitó, y el órgano viril del Joven Maravilla saltó sin mucho esfuerzo para ver la luz del día.

Sintió una lengua carnosa y tremendamente gruesa sobre sus genitales. Sus testículos fueron lamidos con embestidas entre ternura y salvajismo. Su pene comenzó a ser succionado por dos labios gruesos que lo apretaron como para no dejarlo escapar. La lengua ahora estaba explorándole el glande.

Robin sintió una mamada antológica, de una boca desesperadamente golosa y completamente fuera de sí.


"Quiero descubrirte ahora la cabeza y conocer realmente quién eres, qué ocultas detrás de esa capucha." Dijo.

"Qué capucha? "pensó " si yo uso un antifaz".

Sin sacárselo de la boca, el obeso egipcio le tomó el pene con una mano, y suavemente comenzó a empujar la piel hacia abajo dejándole la cabeza al descubierto. Su lengua ahora más excitada aún, lo recorrió en toda su dimensión, hasta que Robin le eyaculó dentro de la boca.

El rey Tut engulló todo lo que consideró un néctar de un solo trago.

Ordenó a sus compinches que abandonaran la sala.

"Pero, jefe" dijeron los desorientados maleantes "No es conveniente dejarlo a solas con él."

Insistió.

Cuando todos salieron, y la puerta se cerró, el Rey Tut, abrazó bien fuerte a Robin, y sin soltarlo lo besó y le dijo casi como susurrando:

"Seguro que tampoco te han hecho ésto, verdad, mi bebito maravilla?" preguntó conociendo la respuesta de antemano.

"No" confesó Robin, con más pudor.

"Mira, siempre me han gustado los niñitos inocentes, pero desde que te vi a ti por primera vez, me volviste loco. Tú peleando junto a Batman, con tu antifaz que te hace mas sexy. Siempre me has gustado, pero nunca me había animado a hacer esto. Si me equivoco contigo, y no quieres verme más, sólo me lo dices, y no volveré nunca más a Ciudad Gótica, aunque eso me daría muchísima pena. Si por el contrario, sientes al menos un poquito de lo que yo siento por ti, dímelo, y te voy a hacer muy feliz. Sé que estoy muy gordo, asquerosamente obeso, y no voy a adelgazar, me gusta sentirme obeso, sacudírmela con mucho esfuerzo y sentir cómo se moja mi mano con mi propio semen sin poder vérmela. Soy un perverso, un pervertido, verdad? Pero así soy yo, y si te gusta como soy, si te gustó lo que hicimos hoy, si quieres ser mi bebito, si necesitas un papito que te cuide, sólo me lo tienes que decir."

Robin quedó anonadado. Pero no por lo que el Rey Tut le acababa de confesar, sino porque sus sentimientos hacia ese obeso que estaba compartiendo la cama con él había hecho que entrara en conflicto consigo mismo. Estaba sintiendo algo muy pero muy extraño por ese hombre, y no lo podía explicar.

"Pero y si Batman se entera de esto?" dijo Robin al fin " "me moriría de vergüenza".

"No te preocupes, bebito, que si me pides que me quede, será un pacto sólo entre nosotros. Nos veremos en secreto todas las veces que tú quieras, y nadie más se va a enterar. Viviré sólo para satisfacerte y para que lo hagas conmigo. Qué decides, quieres que me vaya para siempre o me quedo contigo"

"Por favor, no se vaya" dijo finalmente, ya totalmente quebrado y entre sollozos Robin, apretando ahora él también muy fuerte a ese gigantesco cuerpo contra sí. Empezó a experimentar ese sentimiento paterno que no sentía desde que sus propios padres habían sido asesinado un par de años atrás.

 

 

 

 

 

13.55 PM.

Batman continuaba trabajando en la computadora, y estaba totalmente aturdido, molesto y finalmente resignado. No había ni la más mínima pista para ubicar el paradero del Rey Tut. Estuvo toda la noche allí, haciendo caso omiso de los consejos de Alfred para que por lo menos descansara un par de horas. Tomando bastante baticafé se mantuvo despierto desde la madrugada.

El fiel mayordomo, ahora le alcanzaba un batisandwich para que por lo menos se alimentara un poco.


Se accionó el batitubo.

Batman y Alfred se sorprendieron, y de repente el Joven Maravilla bajó a la baticueva.

"Señorito Robin!" exclamó al mayordomo.


"Compañero" dijo Batman," Qué te ha sucedido? Qué quería el Rey Tut de ti? Te han lastimado?"

"No, Batman, Santos Cielos!. Fue todo un malentendido. Tú sabes, el Rey Tut no es una mala persona. Los secuaces me querían lastimar, y él se los impidió. Me querían matar en el banco mismo, y el Rey los convenció para que me llevaran con ellos como rehén y así podrían escapar. Hizo eso, para mantenerme con vida. En el escondite, esperó el momento adecuado, que sólo llegó hace como una hora y me dejó escapar. Me trató muy bien. Pude dormir lo suficiente como para descansar y me dio alimento. Sinceramente, temía por mi vida. Si no fuera por el Rey Tut, no sé qué hubiera sido de mi. Él me hizo sentir realmente bien a pesar de la situación. Batman, aunque sea difícil de creer, el Rey Tut, cuidó de mi." Mintió.

Mintió realmente?

No, absolutamente no.

Estaba diciendo la verdad.

No toda, porque ocultaba una gran parte de lo acontecido. Pero así había ocurrido realmente.

El Rey Tut cuidó de él.

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Fin

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