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Violación en el Apartamento 506

en No Consentido

"Violación en el Apartamento 506".

Esta historia ocurrió hace unos años, pero prefiero reservarme mi nombre por razones obvias. No hay mucho que decir de mi, soy un tipo promedio, demasiado promedio para mi gusto; no soy ni feo ni apuesto, simplemente termino medio; no soy flaco ni gordo, solamente un tipo normal con una pequeña barriga incipiente, típica en un hombre de mas de 30 años con una vida sedentaria. Como ven soy un tipo común y corriente, uno mas del montón.

Afortunadamente tengo mucho dinero y eso me salva de ser un perdedor total. Para cuando ocurrieron estos hechos yo vivía en un conjunto residencial superlujoso, ubicado en una de las zonas mas exclusivas de la ciudad; dos grandes torres llenas de apartamentos que parecían mas bien las suites presidenciales de hoteles de cinco estrellas, y cuyos precios eran inalcanzables para la gran mayoría de los mortales en mi pobre país.

Como es normal, en este ghetto de elegancia aristocrática vivían muchas mujeres hermosas, pero ninguna tenia el estatus de diosa. Hasta que un día se mudo a las residencias Annarella.

Annarella era una top-model, una de las modelos mas cotizadas del país, la imagen de muchas marcas famosas y la reina de la pasarela; también era una animadora muy popular de la televisión, dando la cara todo el tiempo en programas con muchos espectadores.

Es obvio que Annarella era una belleza espectacular: ella era muy exótica (como buen producto del mestizaje latinoamericano), tenia una piel que no era de blanca, negra o india, parecía la piel de una mujer blanca con un perfecto bronceado playero, lo que en mi país llaman trigueña clara (morena casi blanca), por lo cual su piel era bellísima y sensual. Tenia un cuerpo escultural, con unos senos grandes y firmes que lucían increíbles en los generosos escotes que usaba todo el tiempo; un culo grande y jugoso, unas piernas espectacularmente hermosas que lucia con unas minúsculas minifaldas, y un vientre plano sin gota de celulitis. Su cabello largo y liso, de color castaño era precioso; sus ojos grandes y verdes eran bellísimos y te hipnotizaban en instantes; su boca de labios gruesos y sensuales te invitaba a meter tu lengua; su dentadura perfecta y blanca era ideal para un anuncio de pasta dentrifica; sus manos eran las de una señorita aristocrática y sus pies eran los mas bellos y eróticos que he visto en una mujer. Esta mujer de medidas perfectas figuraba siempre entre las diez mujeres mas deseadas por los hombres del país en todas las encuestas, y sus afiches en minúsculos hilos dentales figuraban en las paredes de todos los talleres mecánicos y licorerías del país. En la época en que ocurrió lo que voy a relatarles ella tenia 28 años de edad.

Desde que vi a Annarella en el edificio me volví loco. Al principio era una reacción normal por vivir en el mismo edificio donde vive una mujer a la que todos los hombres del país quisieran cogerse, pero pronto era mucho mas; porque una cosa era verla en televisión, portadas de revistas, afiches, calendarios, y en cuanta valla publicitaria hubiera en cada autopista; y otra cosa era verla todo el tiempo en los pasillos, respirar su aroma en el ascensor, sentir la calidez de su cuerpo a centímetros de mi cuerpo, y verla de cuando en cuando en la piscina del conjunto residencial.

No se como, pero me fui obsesionando con ella; era una obsesión malsana y enferma. Todo el día soñaba con cogérmela, tenía fantasías eróticas con ella y solo quería tener su vulva alrededor de mi verga. Nunca he sido un santo, y he hecho cosas terribles por dinero y poder (soy abogado de gente corrupta y poderosa), pero Annarella me convirtió en un maniaco sexual. Toda mi vida he sido un poco resentido por tener que pagar para tener sexo con mujeres buenísimas, y siento envidia por los galanes que se las llevan a la cama gratis. Por eso, poseer a una hembra como Annarella era la forma de saciar mis instintos y vengarme de las hembras calientes y presumidas como ella.

En mi mente empezó a surgir la idea de violar a Anarella si tuviera la primera oportunidad; yo sabia que ella nunca se fijaría en un tipo como yo, y tomarla a la fuerza era mi única oportunidad. Pero sabia que no la tenia fácil.

Pero un día, escuche sin querer una conversación entre Annarella y una amiga suya. Yo estaba en el jardín adyacente a la piscina, y mientras Annarella y su amiga tomaban el sol (Annarella con un diminuto bikini que me ponía a millón) escuche como ella decía a su amiga que ese fin de semana tendría que pasarlo sola en su apartamento porque su novio (un maldito galán rubio, fornido y multimillonario) haría un viaje de negocios y ella tendría que trabajar el lunes siguiente. Además quería descansar porque estaba exhausta después del intenso trabajo de las últimas semanas.

Inmediatamente vi mi oportunidad y empecé a maquinar mi plan. Por suerte Annarella y su amiga no se dieron cuenta de mi presencia, así que no sabían que yo estaba enterado de que el fin de semana estaría sola. Yo sabía que era muy peligroso lo que iba a hacer, y que posiblemente seria mi perdición; pero para mi era una aventura tan excitante que el riesgo solo le agregaba más interés a la aventura. Yo me sentía como los tipos que arriesgan su vida para obtener extremo placer.

El sábado puse en marcha todo. Metí al edificio de contrabando en el maletero de mi auto (para que los vigilantes del edificio no lo vieran) a un delincuente experto en desactivar sistemas de seguridad e irrumpir en cualquier edificio o casa. Conocía al tipo gracias a mi trabajo, y sabía que por dinero haría cualquier cosa. Lo lleve a mi apartamento, y aguardamos hasta la medianoche. Luego nos dirigimos al apartamento de Annarella (el 506) y el tipo hizo su trabajo. Después de un rato el tipo desactivo las alarmas y venció la resistencia de la puerta de acceso. Cuando tuve la entrada libre le di las llaves de mi casa al caco y le ordene que esperara allí.

Sigilosamente me introduje en el apartamento. En el ascensor me había puesto un pasamontañas y ahora avanzaba con una mochila en mi espalda y una pistola en mi mano para prevenir desagradables sorpresas. Mi corazón latía fuertemente y la adrenalina fluía como una impetuosa catarata por mi cuerpo. Lentamente me asome a las habitaciones hasta que hallé la de Annarella. Me acerque a su cama y la vi como dormía placidamente, inocente a lo que estaba a punto de ocurrirle. Salí al pasillo, puse mi mochila en el suelo y saque un frasco y un trapo. Impregne el trapo con la poderosa sustancia narcótica que contenía el frasco, y volví a la habitación. Me acerque a la cama, respire hondo para darme valor y me lancé al ataque. Puse el trapo en su cara, sobre su nariz y su boca. Por supuesto ella despertó asustada, y comenzó a luchar. Yo contaba con una encarnizada resistencia de una mujer joven y fuerte, pero me monte encima de ella y presione con todas mis fuerzas. La droga hizo efecto en pocos segundos y ella quedo inconsciente, a mi merced.

Me levante y por unos instantes contemple satisfecho a mi presa. Encendí la luz de la habitación para ver mejor todo; Annarella permanecía cubierta por las sabanas en su amplia cama. Me quite los guantes que había usado y el pasamontañas, y con el corazón palpitando desenfrenadamente me acerque y retire las sabanas suavemente.

Annarella vestía un sexy camisón corto de color blanco. Yo contemplaba extasiado sus hermosas piernas y sus senos que casi salían por su generoso escote. Deslice mis manos por sus piernas sintiendo el contacto con aquella suave piel; luego subí a sus muslos, para seguir a sus caderas. Tome los bordes inferiores de su camisón y muy despacio empecé a subir su prenda de dormir; primero vi sus pantaletas blancas, luego su vientre para finalmente sacarle el camisón por los brazos y la cabeza, dejando al descubierto su busto.

Mi verga se puso erecta cuando vi aquellas hermosas tetas. Puse mis manos sobre ellas y las apreté y estruje disfrutando de su tamaño y su dureza. Con mis dedos pellizque sus pezones, y con mi lengua tracé un circulo húmedo alrededor de cada uno de ellos.

Ahora deslice mis manos por su vientre hacia abajo, y tome los finos hilos de los lados de sus diminutas pantaletas. Le saque las pantaletas y las puse al lado; ahora vi su cuca, esa rica vágina cubierta de su escaso bello púbico. "Te depilaste para mi perra", dije mientras veía aquella mata de pelos, ese maravilloso triangulo con el que tantas veces había soñado.

Sin perder el tiempo saque de la mochila las fuertes cuerdas que traje para la ocasión, y enseguida amarre cada brazo y cada pierna de Annarella a una esquina distinta de la cama, hasta dejarla en forma de una equis. Le puse unas vendas oscuras alrededor de los ojos. Coloque una cámara de video sobre un mueble de la habitación, apuntando en dirección a la cama, la encendí y la puse a filmar. Entonces me quite toda la ropa hasta quedar completamente desnudo con mi gran erección. Acerque un frasquito con otra sustancia a su nariz, y la hice despertar. Ella tomo unos segundos para reaccionar, pero al darse cuenta que estaba con los ojos vendados, totalmente desnuda, y con brazos y piernas amarrados de tal manera que permanecía inmovilizada y con las piernas completamente abiertas; empezó a sacudirse con violencia y a gritar desesperada.

-¿Qué pasa?, ¿Qué me han hecho?, ¡Suéltenme!, ¡por favor suéltenme!, ¡no me hagan daño!, ¡Auxilio!....

-Tranquila, todavía no te ha pasado nada, quería que estuvieras despierta Annarella para que tu también disfrutes como yo. No te haré daño, si te portas bien.

-¿Quién es usted?, ¿Qué quiere?

-Soy un admirador tuyo Annarella, alguien que desea conocer el cielo contigo. Lo que quiero es pasarla rico contigo.

-¡NO!,¡No por favor!, ¡No me viole!, llévese el dinero y las joyas, todo lo que quiera, pero no me toque, todo el mundo me conoce, ¡No lo haga!, ¡AUXILIO! ¡AYÚDENME!

-Annarella, no sirve de nada que grites, estamos tú y yo solitos. Estas paredes son muy gruesas y nadie te va a oír. Mejor resígnate y prepárate a gozar la mejor experiencia de tu vida, mi amor.

Me acerque a la cama y comencé a acariciar sus piernas y a pasar mi lengua por ellas. Ella lloraba y gritaba, temblaba toda y se agitaba mientras yo subía por sus largas piernas con mis manos y mi lengua. Hasta que llegue a su coño y lo empecé a lamer. Ella desesperada me rogaba para que parara, pero yo hundía mi lengua en su rajita y lamía con desesperación sus labios vaginales. Lo hacia como nunca lo había hecho antes en mi vida, le comía el coño como un maldito animal hambriento. Dure varios minutos así, y después le metí los dedos en su cuquita. Le hundí los dedos hasta el fondo sin importarme si la maltrataba.

Después de terminar la mejor mamada que he hecho en mi vida, todavía con el sabor de su coño en mi boca, deje correr mis manos por su torso hasta sus maravillosas tetas y las agarre desde la base hacia arriba. Las estruje y apreté, las estrujaba como un panadero a la masa, con rudeza; una y otra vez apretaba aquellos magníficos senos, y metía sus pezones en mi boca. Mamaba sus tetas con desesperación, como si fuera un bebe hambriento de leche, pero con la violencia de un chacal. Con mi lengua lamía sus ricos pezones, y luego subía a su cara para lamer sus lágrimas saladas, y besar su boca aunque ella intentaba apartar el rostro con asco.

Yo estaba encima de ella, y entonces tome mi verga erecta con la mano y la acomode en la entrada de su coño. Debo decir que estoy orgulloso de mi miembro, porque aunque no es anormalmente gigantesco como los que aparecen en las fantasías eróticas de las mujeres o en algunas películas pornográficas, si es mucho mas grande y grueso que el del hombre promedio (la única cosa en que no soy promedio). Como sea puse la punta de verga erecta en la entrada de su cuca, en esa divina rajita. Ella se estremeció asustada al saber lo que venia, e imaginar el tamaño de lo que estaba a punto de taladrarla.

-¡Por favor NO!, ¡NO LO HAGA!, ¡Deténgase, se lo ruego, váyase y no diré nada!, ¡No me haga mas daño!, ¡AUXILIO!....

-Tranquila, esto te va a gustar.

De un solo golpe, en una violenta penetración, le metí toda la verga hasta golpear los huevos contra su coño. La llene toda con mi miembro, como si hubiera llegado a lo más hondo de sus entrañas, hasta su vientre.

-¡¡NOOOOOO!....-grito ella desesperada, en un grito tan fuerte que casi tumba las paredes. Era obvio que sintió un gran dolor, porque no estaba lubricada ni dilatada, y con mi tamaño y la violencia de la acometida la había lastimado; sin querer ser presumido creo que fue la penetración más dolorosa en la vida de Annarella, incluso más dolorosa que cuando perdió la virginidad.

Eso me dio mas placer, y gozando con su dolor quise reventarla. Además me di cuenta que su chocho era muy cerrado, mucho mas de lo esperado; por supuesto que no era virgen, y seguramente había perdido el virgo hace varios años, pero era de ese tipo de mujeres que aunque tienen años teniendo sexo (e incluso tienen hijos) conservan la cuca relativamente cerrada y no abierta como un túnel. Claro que esto me alegro, al sentir mi caña atrapada en ese apretado agujero.

-¡Que rico, tienes la cuca cerradita!, que bueno mi amor, te voy a desvirgar por segunda vez-le dije con sadismo.

Comencé el mete y saca, dándole con toda mi fuerza. A veces mas rápido, y a veces mas lento, le empujaba mi verga dentro de su pobre coño. La taladraba sin piedad, no quería salir de ella nunca, y tampoco quería acabar. Con mis pies tomaba impulso para darle mas duro, quería clavarla lo mas hondo posible. Con mis manos no dejaba de apretarle y estrujarla las tetas, y con mi boca le lamía, mamaba y mordisqueaba los pezones. A veces la besaba a la fuerza en la boca. Ella lloraba, gritaba y luchaba para liberarse de las cuerdas, lastimándose las muñecas y los tobillos. Hice un gran esfuerzo para no correrme sino después de mucho tiempo; pero luego de 15 minutos sentí no podía mas y se lo dije a ella cínicamente.

-Mi amor, voy a acabar dentro de ti. Te voy a llenar toda de mi leche. Te voy a preñar para que tengas un hijo mío, un hijo de tu macho.

-¡NO POR FAVOR!, ¡No lo haga!, ¡SAQUÉMELO, SAQUÉMELO!

-¿Qué te lo que…?- dije entre risas.

-¡QUITESE DE ENCIMA!, ¡QUITESE!

-Lo siento mi vida, pero voy a acabar dentro de ti.

A los instantes acabe, eyacule un gran chorro de leche caliente dentro de ella, llenando todas sus entrañas. Siempre mis chorros de leche son copiosos, pero esta vez parece que hubiera liberado toda la leche del mundo. Satisfecho tarde un rato en liberar todo, mientras me deje caer cansado boca abajo sobre el cuerpo de aquella magnifica hembra. Ella lloraba y gritaba casi histérica.

-¡NO, NO, ME…QUIERO MORIR!

-Tranquila, ahora eres mi mujer y yo tu macho. Te llene de tanta leche que creo que te hice quintillizos, jajaja…No llores mí amor, seguro que fue tu mejor polvo; para mi fue el mejor de mi vida. Realmente estas muy buena, me encanta cogerte.

-¡MALDITO, DESGRACIADO, SUCIO, SÁDICO, …..!

-Calma, que esto apenas comienza.

Le saque la verga y le limpie los restos de semen con su vello pubico y la piel de su vientre. Luego me pare de la cama, fui al baño a orinar, y luego fui a la cocina a tomar agua. Volví al cuarto y me senté en una silla a descansar, viendo a mi dulce Annarella mientras seguía llorando. No se cuanto tiempo estuve así, el caso es que al recuperarme sentí mi pene erecto otra vez. Con una sonrisa camine hasta mi presa, y me lance sobre ella. La volví a coger por la cuca con furia, mientras ella lloraba histérica; cuando acabe dentro de ella por segunda vez, se desmayo. Repuse fuerzas de nuevo, impregne nuevamente el trapo con el anestésico y se lo puse en la nariz y boca para dejarla bien inconsciente. Entonces la desate y la lleve cargando al sitio que había visto en mi exploración a la cocina.

En esta ocasión la amarre a una pesada mesa de la sala, de tal manera que quedara inmovilizada en una postura donde me ofreciera su culo. Estaba toda doblada hacia delante, con el torso descansando boca abajo sobre la tabla de la mesa, las piernas estiradas como si estuviera de pie, y el culo expuesto totalmente. Parecía como si ella misma se hubiera recostado en la mesa para darme su culo. Puse la cámara de video sobre otro mueble para inmortalizar mi nueva acometida. Luego desperté a la bella durmiente con el otro frasquito.

Ella reacciono agitada cuando se dio cuenta de su nueva situación y comenzó a gritar desesperada. Yo le empecé a hablar.

-Tranquila mi amor, no te asustes, estoy aquí contigo- le dije.

-¡¿Qué me va a hacer!?, ¡SUELTEME!

-No te preocupes, te voy a hacer algo muy rico.

Entonces le empecé a acariciar sus grandes y ricas nalgas. Ella se agitaba y yo me excitaba más. Después de un ratito acariciándole las nalgas, le abrí el culo para contemplar su rico agujero; y luego comencé a meterle despacito un dedo en su hueco.

-¡NO!- grito ella- ¡Por hay No!, ¡DEJEME!

Yo le hundí el dedo más, hasta llegar a la raíz de mi dedo. Luego empecé a sacar y meter mi dedo cada vez más rápido. Después de un rato saque mi dedo y me lo lleve a la nariz para olerlo. Por supuesto que olía a culo, al conducto por donde sale la mierda, pero es increíble como ese olor es excitante cuando se trata de una mujer. Entonces le metí dos dedos en el agujero y seguí con el mete y saca. Cuando me canse de jugar con los dedos, busque un pote de crema lubricante y unte los dedos en ella, y me dedique a embadurnar su agujero con la crema. Después de llenar su hueco con el lubricante, coloque la punta de mi caña en su hueco y ella suplico desesperada.

-¡NO, Por Favor!, ¡POR HAY NO!, ¡NO LO HAGA!

-¡No me digas que nunca te han cogido por hay!, esos novios tuyos son unos maricones. Entonces eres virgen por el culo, ¡Me alegro!, voy a desvirgarte por detrás. No te preocupes, cuando te rompa el virgo te va a doler, pero luego lo gozaras.

La empecé a penetrar. Mi verga entraba forzada en el hueco, aunque estaba lubricado con la crema; pero empuje más y más fuerte, llegue a la mitad de mi caña y retrocedí para volver a enterrárselo con más fuerza. Y entonces se lo enterré todito y mis huevos golpearon en su culo. Ella grito de dolor y yo me sentía como en el cielo.

-¡ESE CULO ES MIO!- grite excitado.

Saca y mete, saca y mete; la estaba bombeando sin piedad, sacando y metiendo mi verga hasta el fondo de sus entrañas. Con cada embestida yo trataba de metérselo mas profundo, aunque sabia que se lo metía lo máximo posible. Yo imaginaba a mi verga removiéndole los intestinos, me gozaba en mis morbosos pensamientos. Imaginaba la envidia de todos los hombres del país de poder ver como me cogía a una de las mujeres más buenas del país. Si me vieran partiéndole el culo con mi palo, taladrándole el agujero sin compasión. Me sentía poderoso, el rey del mundo. Su dolor me excitaba más y más, y yo sudaba como un cerdo con tanto esfuerzo. Después de un rato muy largo no pude más y acabe dentro de ella. Largue un poderoso chorro de leche dentro del agujero de su culo, como ya había hecho dentro de su coño antes. Me derrumbe encima de ella, cansado y embriagado de placer, besando su espalda y acariciando su suave piel. Ella cayó en una especie de shock, agotada de llorar y gritar, sintiendo el fuerte dolor de la penetración no deseada y la humedad de mi leche en su cavidad, abrumada por el trauma de lo que vivía. Pero yo no había acabado con ella, saque mi verga luego de un rato y vi como el chorro de leche manaba de su agujero. Satisfecho descanse para recuperar fuerzas, y después la volví a violar por detrás. Esta vez ella ni grito ni se movió, parecía un cadáver.

Yo era un animal, si, un animal hambriento y salvaje. La drogue una vez mas, y para cuando recupero la conciencia estaba amarrada en una silla. Le puse un cuchillo en la garganta y le dije que mantuviera la boca abierta o la degollaría. Le metí toda la verga en la boca, le llene la garganta con mi caña. La folle por la boca, acabe y la obligue a tragarse toda mi leche, y así la cogí por su ultimo agujero. Ella vomito después y se cayó al suelo con silla y todo, como muerta. La drogue y la lleve al baño donde meticulosamente la bañe y le limpie todos sus orificios con abundante jabón; me asegure de borrar todo rastro de mi esperma. Yo sabia cuan importante era evitar dejar cualquier rastro de semen. La deje en su cama nuevamente, procure borrar todo rastro de mi presencia en el apartamento (incluyendo cosas que pudieran tener mis huellas digitales), y me lleve todas las joyas, dinero y cosas de valor para despistar. Ya salía el Sol y me apure a marcharme, dándole un gran beso en la boca de despedida a mi victima.

No los aburriré contándoles como me las arregle para no ser nunca inculpado del crimen. Solo les diré que sigo libre y feliz en otro lugar. En cambio la vida de Annarella nunca volvió a ser la misma y se fue por un precipicio; se convirtió en adicta a las drogas, protagonizo sonados intentos de suicidio, sus relaciones sentimentales son inestables y efímeras, y su carrera se fue en picada. Luego de años de infierno parece que por fin ha encontrado la luz y se esta rehabilitando (¡bien por ella!). Cuando veo los videos de aquella gloriosa noche, me siento muy excitado, lleno de un profundo e indescriptible placer; también siento un poco de culpa, se que soy un monstruo y quizás vaya al infierno, pero cada vez que recuerdo la sensación de mi verga dentro de su cuca y su culo pienso que valió la pena.

Quisiera oír sus comentarios sobre esta historia, mi E-mail es: adamrove1975@yahoo.com