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Harry Potter y El Grial de la Hechicera (1)

en Otros Textos

Harry caminaba por un largo pasillo de Hogwarts buscando a Cho Chang. Creía haberla visto, pero ahora no estaba seguro.

Deseaba hablar con ella, sentirla cerca; estaba nervioso pero no quería dejar pasar la oportunidad de manifestarle sus sentimientos. De pronto la vio doblar una esquina para introducirse en otro corredor, así que apuro el paso para alcanzarla. Pero cuando dobló la esquina, se tropezó de frente con el profesor Dumbledore.

-Lo siento mucho profesor (dijo Harry apenado).

-No te preocupes Harry, sí yo fuera tú mi preocupación sería la de no equivocarme en la búsqueda.

-¿No equivocarme en la búsqueda?, no entiendo profesor.

-A veces Harry nos lanzamos en una búsqueda sin saber que es lo que debemos buscar; o persiguiendo el objetivo equivocado. A veces vamos muy lejos cuando en realidad lo que necesitamos está muy cerca.

Dumbledore hizo un ademán de despedida y continuo su camino. Harry se quedo desconcertado, pero no tuvo mucho tiempo para reflexionar sobre las palabras del Director de Hogwarts porque volvió a ver a Cho a la distancia; así que corrió para alcanzarla, pero una puerta se abrió de pronto y Harry se estrelló contra ella cayendo aparatosamente en el piso.

-¡Oh Harry, perdóname; lo lamento tanto! (exclamó Hagrid, al tiempo que salía de una habitación al pasillo y le tendía la mano a Harry para ayudarlo a incorporarse).

-No te preocupes Hagrid, no es nada (dijo Harry subestimando el dolor del golpe)

Harry se sacudió el polvo de la ropa y levanto la vista para mirar que Cho casi llegaba al final del pasillo; emprendió de nuevo la carrera para alcanzarla, pero oyó la voz de Hagrid detrás de él.

-¡Vas en la dirección equivocada!, ¿Lo sabes?

Harry se detuvo de golpe y giro la cabeza para ver a Hagrid, pero éste ya le había dado la espalda y se marchaba.

"¿Qué rayos habrá querido decir y que le pasa a todos?" se preguntó en su cabeza, pero volvió a su carrera para alcanzar a Cho. Ya casi la alcanzaba, extendió su mano para tocar el hombro de la chica antes de que cruzara otra esquina que daba acceso a otro corredor; sus dedos ya rozaban el cuerpo de Cho cuando ella doblo la esquina y entonces ¡desapareció!

Harry había cruzado la esquina casi al mismo tiempo que ella y al entrar en el pasillo se encontró frente a la nada. El estrecho y corto corredor estaba vacío; no había nadie en él, y lo peor es que no había puertas por donde hubiera podido escabullirse. Era como sí se hubiera evaporado en el aire.

Confundido y decepcionado Harry contemplaba el lugar vacío; cuando de pronto una mano extraña le quitó sus lentes desde atrás y otra mano cubrió sus ojos. Rápidamente la mano que lo había despojado de los lentes se unió a la otra mano cubriendo sus ojos; eran manos delicadas y suaves.

-¿Soy yo a quien buscas Harry? (dijo una bella y suave voz de mujer)

A Harry la voz le resultaba familiar, pero no lograba identificarla; aunque no estaba seguro que fuera la voz de Cho, presumía que era ella. ¡Quería creer que era ella! Emocionado y feliz no le salía la voz para contestar.

-Yo quiero ser la mujer de tus sueños Harry; (prosiguió la voz) quiero ser la mujer que se levanta a tu lado por las mañanas. Yo soy tu futuro, y compartiré contigo el peso de tu cruz. Daré mi vida por la tuya sí es necesario, porque TE AMO. ¿Cuándo lo vas a entender? Algún día espero que me ames; Te deseo, quiero ser tuya….

Harry temblaba y sentía un fuego que recorría sus entrañas.

-Harry, amor mío, cierra los ojos y no los abras por favor; no hasta que nuestros labios se separen.

Sin darle tiempo de pensar la mujer le dio vuelta a Harry y lo besó en la boca. Un beso largo y apasionado; un beso en el que Harry pensó que se le iba la vida. Sus labios se fundieron y sus lenguas exploraban sus bocas mutuamente; sus cuerpos se apretaban en un fuerte y cálido abrazo. La excitación recorría el cuerpo de Harry, y hubiera querido hacerle el amor a la chica que lo besaba con aquella pasión desenfrenada.

De pronto el beso cesó y la muchacha lo apartó suavemente de ella; Harry abrió los ojos para descubrir a ¡Hermione!

Estaba bellísima, pero lo más sorprendente es que vestía con el hermoso vestido con él que había asistido al baile de invierno en compañía de Víktor Krum. Harry no entendía nada, ¿Hermione? ¿Hermione lo amaba? ¿Y él a ella?

-Creo que deberías contener un poco tu emoción (dijo Hermione entre risas)

Harry no entendió, pero instintivamente bajó la mirada para descubrir que tenía una erección y que ¡Estaba Desnudo!.......

Harry se levantó sobresaltado de la cama, y descubrió que estaba en la casa de sus detestables tíos.

"Otro sueño con Hermione, ¿Qué está pasando?" pensó Harry. En efecto había tenido muchos sueños románticos y/o lujuriosos con Hermione en todo aquel verano. Una noche si y otra no, sufría aquellos extraños sueños con ella; y siempre al final se despertaba desconcertado y lleno de preguntas.

Lo más intrigante es que las palabras de Dumbledore, Hagrid y otros "invitados" de sus sueños parecían sugerir que su enamoramiento de Cho era un error y que Hermione era su verdadero amor; al menos eso es lo que él podía interpretar. ¿Y que decir de el hecho de que a menudo Cho se convirtiera en Hermione en sus brazos?

Harry se levantó y caminó nervioso por la habitación. Hermione había sido su amiga desde que la conoció en Hogwarts, y para él era como la hermana que nunca tuvo; su amor por ella hasta ahora había sido filial. Era la última persona sobre la Tierra a la que desearía y de la que se enamoraría. ¿O No?

Hermione ya no era la niña medio "marimacho" que él y Ron estaban acostumbrados a tratar; Harry debió reconocer que ella estaba deslumbrante y bellísima la noche del baile. Incluso, Harry no tenía problemas en aceptar que el vestido que usaba esa noche (él mismo vestido de su sueño) la hacía ver como una chica muy "sexy".

Pero una cosa era que su amiga se estuviera convirtiendo en una mujer muy hermosa y sensual, y otra cosa muy distinta es que él se enamorara de ella.

"¿¡Yo enamorado de Hermione!? ¡Es ridículo!" pensó Harry tratando de burlarse de la idea; pero la sonrisa que intentaba esbozar en su rostro no llegó a aparecer. Aunque la idea le pareciera absurda, había "algo" inquietantemente autentico en todo aquello.

Tal vez todo fuera producto de las hormonas, un capricho pasajero de su subconsciente, o algún raro hechizo. Lo cierto del caso es que debía tratarse de algo pasajero, y seguramente todo terminaría cuando viera a Hermione y se diera cuenta que todo seguía igual entre ellos. Pero la idea de ver a Hermione lo ponía extrañamente ansioso y asustado; porque verle la cara después de aquellos locos sueños no sería tarea fácil.

Pero Harry sabía que tenía problemas mucho más graves que esos malditos sueños; Lord Voldemort había regresado del infierno para perseguirlo y estuvo cerca de matarlo. Desgraciadamente su secuaz había asesinado a Cedric Diggory, y eso era algo que Harry nunca olvidaría ni perdonaría…

No, ya su vida era muy complicada para agregarle enredos amorosos.

Dos días después Harry Potter estaba en el "El Caldero Chorreante"

Preparándose para volver a Hogwarts y reencontrarse con sus

Amigos.

Harry tomaba con desgano un té pensando en lo que le había ocurrido al desafortunado de Cedric; los sentimientos encontrados se agolpaban en su pecho. Normalmente estaría feliz de volver a ver a sus amigos y regresar a Hogwarts; pero el dolor que sentía por Cedric, y el miedo y el odio que le producían Voldemort y los traidores de sus cómplices le amargaban la existencia. Se levantó de su silla y se disponía a buscar su equipaje cuando una voz familiar lo llamó.

-¡Harry! (exclamó la voz)

Harry se dio la vuelta y descubrió a Hermione que estaba a unos pasos de él. Ella se adelantó con paso firme y rápido, y antes de que él se diera cuenta ella lo abrazó con afecto y ternura. Luego lo besó en la mejilla y se apartó un poco de él sin quitar sus manos de la espalda del chico; la muchacha tenía una radiante sonrisa de oreja a oreja, mientras Harry sentía un calor que le recorría las entrañas.

-¡Harry, como te extrañe! ¿Cómo estás?

-Muy bien Hermione, ¿y tú?

-Ya me conoces, tu amiga siempre está bien (dijo al tiempo que lo soltaba) El verano me pareció eterno, estaba loca por volver a Hogwarts.

-Bueno, yo también quería volver a verte…y a Ron.

-Hablando de ese ingrato, no me respondió ninguna de mis cartas. No es que tú me hayas escrito mucho tampoco, pero al menos me respondiste dos o tres veces.

-Hermione, sabes que para éste verano no ha sido fácil para mí.

-Lo sé Harry (dijo ella con tristeza) ¿Todavía te atormenta lo ocurrido en el "Torneo de los Tres Magos"?

-Si, lo recuerdo como sí acabara de ocurrir; la muerte de Cedric y estar cara a cara con Voldemort…

-Harry no te deprimas; ya veras que todo sale bien. Encontraremos la forma de derrotar a Voldemort y a esos canallas que lo siguen; juntos vamos a salir de esto. No me gusta verte así, te veo cansado y ojeroso; ¿tuviste muchas pesadillas en el verano?

-No muchas (dijo Harry nervioso) Tienes razón, debo creer que éste será un buen año. ¿Cómo van tus estudios? ¿Muchos libros de hechicería en el verano?

Hermione comenzó a hablar sin parar de todo lo que había leído en el verano; Harry la escuchaba y de cuando en cuando intervenía en el diálogo. Veía a Hermione con una intensidad inusual, buscando indicios de que todo seguía igual entre ellos; queriendo convencerse a sí mismo de que todo había sido cosa de unos sueños estúpidos. Y poco a poco se tranquilizó pensando que era así. Luego llegó Ron y su familia, y Harry pensaba que habían vuelto a ser el mismo trío de siempre (Ron, Hermione y él).

Mientras esperaban el tren en el andén 9 ¾ Hermione conversaba con "Ginny" Weasley, la hermana de Ron.

-Hermione, ¿y como está Víktor Krum? ¿Aún te escribe?

El corazón de Harry se aceleró y sintió una repentina angustia que no comprendía.

-Si, me escribo con él (dijo Hermione al tiempo que veía el desagrado en la cara de Ron y luego se sorprendió al ver una mal disimulada angustia en el rostro de Harry) pero sólo somos amigos Ginny, no creo que Víktor y yo tengamos futuro.

Harry se apartó algo incomodo del grupo simulando leer un folleto; en realidad no entendía su reacción. Cuando Hermione salió con Krum, él no le dio mucha importancia; en ese entonces no le molesto para nada, a diferencia de Ron que parecía claramente celoso. Ahora sintió una especie de angustia al imaginarse una relación entre Hermione y Krum; ¿¡y todo por unos ridículos sueños!? Ahora estaba por creer que lo habían hechizado.

Como fuera llegaron a Hogwarts y con los días todo pareció volver a la normalidad; Harry no notaba nada extraño en su relación con Hermione a excepción de un pequeño pero significativo detalle: mientras que antes él era incapaz de recordar el aroma de Hermione, ahora podía percibirlo cuando ella estaba a varios pasos de distancia. Del resto Harry encontraba todo como antes, y los sueños con Hermione también desaparecieron; las cosas parecían volver a su cause. Si no fuera por Voldemort el mundo sería perfecto para Harry en aquel momento.

Pero un día Harry caminaba a solas por la orilla del lago cercano a Hogwarts; Ron estaba jugando ajedrez con un compañero de clases y Hermione debía estar con las chicas haciendo quien sabe que o estudiando. Harry iba pensando en sus padres, en su padrino y en Voldemort; recordaba el momento decisivo en su duelo con el asesino de sus padres, y se preguntaba sí sobreviviría al próximo encuentro con él. Absorto en sus pensamientos escucho un ruido en el agua que lo devolvió a la realidad, y prudentemente decidió ver que era.

Detrás de unos arbustos contempló el lago y entonces vio la fuente del ruido: alguien nadaba. La persona se acercó a la orilla con fuertes brazadas y de pronto emergió del agua y puso los pies en la tierra; ¡era Hermione! Llevaba puesto un diminuto bikini de color rojo, que permitía apreciar su hermoso cuerpo; tenía unos senos relativamente grandes y bien formados, un vientre plano, una cinturita estrecha y unas esbeltas y hermosas piernas. Cuando se dio la vuelta le mostró además un trasero más o menos grande y muy bien formado; como la parte inferior del bikini era casi un hilo dental, se veían sus duras nalgas. Era un cuerpo a mitad de camino entre una niña y una mujer muy sexy.

Harry se quedó impresionado y boquiabierto; nunca imaginó que Hermione ocultara aquel cuerpo bajo su uniforme escolar. El joven mago sintió que se excitaba y que esa excitación comenzaba a manifestarse debajo de su cintura; avergonzado quería marcharse, pero más podía su lujuriosa curiosidad. Cuando por fin intentó marcharse mientras Hermione se secaba con una toalla; tuvo la mala suerte de tropezar y caer sobre unas ramas que crujieron, lo que alertó a Hermione que rápidamente tomó su varita.

-¿¡Quien anda hay!? ¡Sí eres tú Draco te voy a matar sin importarme lo que me pase después!

-¡No, Tranquila Hermione! ¡Soy yo, Harry! (dijo mientras salía de entre los arbustos)

-¿Harry? ¿¡Tú me estás espiando!?

-¡No! ¡Claro que no!...¡Te juro que no! Yo…yo sólo escuche un ruido en el agua y me acerque para ver que era.

-¡OH! Lo siento Harry, es que pensé que algún degenerado me estaba espiando.

-Discúlpame tú a mí. No sabía que te gustaba la natación.

-Bueno, me gusta un poco. Lo que pasa es que Hogwarts no tiene una piscina deportiva donde practicar; y me daba algo de pena nadar al aire libre; me da un poco de vergüenza que me vean en traje de baño…

-No tendrías porque, tienes un cuerpo muy hermoso…(dijo Harry antes de darse cuenta de lo que acababa de decir, y se arrepintió de inmediato; pero ya era tarde).

-Gracias Harry, nadie me lo había dicho (dijo una Hermione tan sonrojada que parecía toda ella un gran tomate) Tal vez lo dices porque eres mi amigo…

-Sólo digo la verdad Hermione, nunca te mentiría (replicó Harry sin poder contenerse y tratando de no concentrar la vista en el cuerpo de Hermione) Pero, ¿Por qué hoy si nadaste?

-Es que estaba aburrida, y pensé que no habría nadie cerca; aunque ves que me equivoque (dijo la chica al tiempo que compartía una risa nerviosa con Harry) Pero me alegró que hayas sido tú (agregó mientras se sonrojaba de nuevo de pies a cabeza)

-Bueno, yo…te dejo…Voy a…practicar quidditch…Nos vemos Hermione.

-OK…Voy a ponerme la franela y el short y me voy…Nos vemos luego.

Harry dio la vuelta y se fue. "Maldito idiota, de donde te salió decirle que tenía un cuerpo hermoso; actúas como un idiota" pensaba mientras se alejaba. En cambio Hermione lo veía marcharse con el rostro aún sonrojado; y de pronto, cuando estuvo sola, se llevó la mano a la boca y comenzó a reírse entre feliz y nerviosa. Después se puso a recoger sus cosas.

A la distancia, detrás de los árboles del bosque alguien había observado toda la escena; una sombra muy oscura bien oculta entre la frondosa vegetación pero que no había perdido detalle de lo ocurrido. Cubierto por su negro ropaje, un Mortífago acechaba espiando los movimientos de la pareja de adolescentes…

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