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El Rompeculos

en No Consentido

¿Cómo coño había llegado a esta situación? Me estaba entrando miedo, pero, ahora no podía echar a empujones al tipo este de las alfombras. ¿Por qué le he dejado pasar? ¿Para qué quiero yo una alfombra? Y no calla el hombre este, que rollo tiene, ¿de donde será? Hindú, marroquí, árabe... esta gente me da miedo. ¿Será verdad lo que dicen de ellos? encima soy la hostia, si estoy casi desnuda con este albornoz. Va ha pensar que lo estoy provocando, esta nervioso y yo más.

Al final voy a tener que comprarle una puta alfombra para que no se mosquee. Una puta alfombra que no me gusta, joder. ¿Quién coño me manda meterme en estos líos…?

"Disculpe, son preciosas pero no me interesan, son muy caras"

Lo sabia, el tipo no se mueve ¿por qué me mira así? Ya le he dicho que no me interesan ¿Cómo le digo que no me gustan? A mí que me importa que estén hechas a mano, por mí, como si las ha tejido a mano el propio Sha de Persia. ¡Que no me gustan!

"¿Cuánto? Podemos negociar, diga cuanto…"

¿Cómo que podemos negociar? ¿A que se refiere? Noo, lo sabía, este quiere tema o me vende una alfombra o me folla, pero este no se va sin nada.

Me dirijo a la cocina a por un cuchillo y le invito a que se vaya de mi casa. ¿Por qué me sigue?

"quieto, no…"

Me agarra del pelo y me quita el cuchillo. Forcejeo pero es muy fuerte, no puedo con el.

"¿Qué piensas, Puta? ¿Qué voy a follarte? Estúpida."

"Si, esas son tus intenciones, te he calado desde que has entrado, hijo de puta"

"No será, zorra, que ¿lo estas deseando?

Ahh, me arrastra por los pelos y me tira sobre la mesa, me manosea el culo.

"Ni se te ocurra cabrón, suéltame"

Me sube el albornoz y me arranca el tanga como si fuera de papel. Me sujeta la cabeza pegada a la mesa, casi me esta arrancando la cabellera. ¡Ay! ¡Dios! por el culo no, que no me dé por el culo.

Me muerde las nalgas con fuerza, nooo, ¿Por qué es tan salvaje? ¿Cuántos dedos me esta metiendo? Me va a destrozar el coño. Estoy aterrada, me da miedo… el dolor, que me mate….

Vuelve a arrastrarme hasta el suelo y no me suelta el pelo, me esta haciendo daño. Ahora se baja los pantalones… ¡Joder! Que cacho polla tiene el tío, es inhumana. Estira el brazo y coge el cuchillo, me lo pone en la garganta. Esto no puede estar pasando… me brotan lagrimas de los ojos, de rabia, de impotencia, de miedo….

Agarrándome de los pelos y con el cuchillo en el cuello me obliga a chupársela, lo intento pero no puedo, una arcada me hace sacarla de la boca, no soporto su sabor, su olor, esta sucia…. Mis lagrimas son ahora un llanto de fluidos, compungida, lagrimas, mocos… babas en las que rebozo la polla dura y venosa… pero no se la chupo, no puedo, me limito a abrir la boca, y el se la folla hasta la campanilla. Tiene la polla tremenda, oscura, como de cuero y huele a rancio, a queso, a orina. Poco a poco el sabor se va disipando y cada vez entra con más facilidad y más profundamente, es un bulón brillante que se adentra en mí hasta el alma. Voy asimilando las arcadas, mareada, ahogada…

Vuelve a arrastrarme de los pelos sobre la mesa, cabeza abajo, siento como tantea en mi entrepierna. Me va a meter esa polla descomunal y sé, me consta, que no se va a andar con miramientos, me va a destrozar, me va a dar bien. Ahhhh, ahhhhh, ¡que hijo de puta! Me siento empalada, atravesada, ya no sé si me duele o me gusta ahhh, ahhh, me tiemblan las piernas, siiiiii, ¡dale! ¡Dale! Noooo, me voy a correr con este hijo de puta, no quiero…. Pero…… ahhhhh.

Estoy sobre la mesa respirando con dificultad, me la saca, pero él no se ha corrido. La sujeta con la mano y me frota con ella toda la raja de arriba abajo, le veo las intenciones, lo va a hacer, el pánico se apodera de mí. Instintivamente aprieto el culo "relájate" me dice él. Relájate me digo yo, pero no puedo. Apoya su polla a la entrada del pequeño y asustado orificio y se queda quieto, haciendo una pequeña presión, suave pero constante. Yo tengo mi culo tenso, apretado, pero cada vez que lo relajo un poco noto como va tomando terreno, como se va distendiendo mi ano y va asimilando la punta del ariete que espera para entrar arrollador. Todavía creo tenerlo apretado cuando siento como entra hasta dentro, ¡ayyyy! hasta el fondo. Noto algo caliente que desciende por mis muslos y me arde el culo, creo que me ha desgarrado, el dolor es horroroso, pero me excita… me odio…

Siento mi excitación elevarse, elevarme, y me avergüenzo, no quiero pero me excita, mucho… mucho… intento pensar en otra cosa… en el ginecólogo… en el medico mirándome las almorranas… pero es imposible, se me acelera la respiración y me odio a mi misma, por gozar, porque me gusta… me encanta ahhh, este tío me esta follando el culo como el mismísimo dios del sexo. Me voy a correr otra vez, nooo… otra vez y ahora me parece que me va a estallar algo… el culo, la cabeza, el corazón…. No se… ahhh ¡Dios! Siiiii… me corroooo.

El timbre, están llamando al timbre, ahora no, no. Ahhhhh, y el hijoputa no para, ahhhh, si, no pares, sigue, sigue siii, siii…. ¡Joder! el maldito timbre. Siii, no pares ahora, si, ahora noooooo, siii, ahhhh.

Bruscamente me despierto en la cama, el timbre suena escandalosamente hace rato, estoy empapada, me late la vulva, ardiente. Diosssssss. ¡Ala es grande!

Insisten con el timbre, me levanto de la cama y me pongo una bata, abro la puerta y es un joven moreno, alto, guapo con unas alfombras en el hombro.

-Bunos días señorita ¿Quere alfombras? Buenas, barato barato. ¿Quere que enseñe?

-No se… entra…

Fin