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Es lo que soñé

en Hetero: Infidelidad

Es lo que soñé.

Soñé con ello esta misma noche. Ahora lo quiero escribir en la oficina para que no se me olvide ni un solo detalle.

No le veo, pero sé que él está allí, subiendo las escaleras. Yo tenía que estar desnudo. Y ella también. Sus órdenes aun resonaban en mi cabeza. "Escoge la ropa y desnúdame a esa puta para mí. "

Entrará en la habitación. La ropa ordenada sobre la cama. Sobre nuestra cama. Ella estará desnuda, de frente a ti. Así me lo has ordenado. De pie. En medio de la habitación. Avergonzada, tapándose con las manos su tupido sexo. Yo a su lado, un poco detrás. Mirando al suelo. Sin atreverme a mirarte a la cara. Sé que él estará riéndose, mejor sonriendo. Burlón.

"¿Esta es la puta que me vas a entregar?". Asiento. Despótico repite la pregunta. "No te oigo cornudo". No me queda más remedio. Tengo que responder en voz alta. Si.

"¿Sí qué?".

Sin levantar la cabeza le respondo… Esta es la puta que te vas a follar.

La miraré de reojo. No me atrevo a mirarla. Sé que es mi mujer, aunque en sueños no la vea la cara con claridad. No necesito mirarla para saberlo. Sus tetas no, sus tetas son las de mi primera novia. Pero su voz, su pelo largo y rubio es el de ella.

"Vamos puta acércate". Y ella sin quitarse las manos del sexo avanza hacia él.

Prepotente retuerce su pezón. Luego sopesa uno de sus pechos. Le da golpecitos desde abajo haciéndole botar. "Menudas domingas tiene esta zorra. Díselo cornudo, explícala a esta puta lo que voy a hacer con sus tetas".

Cariño tengo que dejar que te toque los pechos… Su risa, su carcajada. "Además de cornudo cursi", me dice despectivo mientras magrea sus pechos.

Ahora sus manos estrujan sin piedad sus pechos indefensos. Se deja. Algún quejido. Pero le deja hacer. No se mueve. Ella aun sigue tapándose el sexo.

"Ponte detrás".

Al hacerlo mi pene roza sus nalgas. Me excita. Me avergüenza pero me excita.

Sé lo que él quiere.

Levanto sus pechos y los ofrezco. Los pezones están rígidos.

Sigue sobando sus tetas. Ahora jadea con los manoseos, con los pellizcos que le da en los pezones.

"Mira… la gusta". Los pezones se recogen sobre las aureolas. Están puntiagudos. Mucho más de lo que yo consigo ponérselos.

Le está gustando, en eso tiene razón. Jadea. Gime de placer y a veces cuando el pellizco es fuerte, de dolor.

"Dala la vuelta, vamos a ver qué culo tiene esta zorra".

No dice nada. Te mira. Te examina.

Me obliga a besarte mientras le ofrezco tus nalgas. Las abro, las cierro. Clavo mis uñas en ellas. No puedo dejar de morrearla. Él me lo ha ordenado. Sé que siente mi sexo duro, erguido. Yo noto sus manos tapando el suyo. Podría hacerlo pero no me acaricia el pene. Le toca, le roza, pero le ignora.

Le veo coger mi cinto. Tengo que avisarte. Cariño… no me da tiempo a más. Un sonoro cintazo cruza tus nalgas. Chillas. Ahora lo repite desde el otro lado. Todo tu cuerpo tiembla, te convulsionas. Yo tengo que sujetarte y seguir besándote, es la entrega, la dolorosa entrega.

Llora, las lágrimas resbalan por sus mejillas. Pero no dice nada. Solo gimotea y se queja cuando la da cintazos.

Vas a ser suya cariño. Te voy a entregar. Eres suya. Yo te entrego para que te convierta en su puta. Tengo que repetírtelo cada vez que estrelle su cinto contras tus nalgas. Es un pacto no escrito que tú aceptas. Como yo.

Le veo caminar hacia el sillón.

Aun gimes. Tienes las nalogas completamente rojas.

"Ven aquí cornudo"

Tengo que desnudarle. Delante de ti tengo que desnudarle. No solo te entregará a él. También tengo que hacer de su mayordomo. Se sienta. Tiene su pene medio inflado. Le cuelgan unos huevos gordotes y redondos. Está completamente depilado.

Tenemos que ponernos a sus pies, los dos agachados. Nos mira. Se rie.

"Levántate puta."

Te agarra por un pecho y te atrae hacia sí. Te dice algo al oído. Te veo sonreír.

Ella se pone detrás de mí. Es ella quien sujeta mi cabeza. Sé lo que voy a tener que hacer.

¿Por cierto cómo sabrá el rabo de un tío?. Me empuja presionando mi nuca. Abro la boca. Lamo, chupo como he visto miles de veces que hacen las tías en las películas. Lo hago como todas mis amantes me lo han hecho a mi… Intento darle gusto. Me esmero.

No sé porqué pero le obedezco sumiso mientras mi mujer me sujeta la cabeza.

Siento como su pene se va hinchando, como va ganando dureza, turgencia. Cuando esté muy duro sé que empujará hasta ahogarme, hasta asfixiarme con su capullo. Lloraré de asfixia.

Me sorprende oír mis ruidos guturales cuando me la mete hasta el fondo. La retiene allí. Se me hace interminable.

Por fin me liberan de esa mordaza de carne. Jadeo, aspiro con ansia el aire. Ella sujeta ese terrible mástil. Acaricia sus huevos con suavidad. Les miro detenidamente. Si. Son grandes. Depilados. El escroto es redondo. Los sopesa dulcemente con la palma de su mano.

Otra orden. Tengo que ponerme a cuatro patas sin que deje de lamer su rabo. Ella me separa las nalgas. Veo como la da el cinto por encima de mi cabeza. Ahora es él quien sujeta mi cabeza y empuja con fuerza volviendo a clavar su polla en mi garganta. El primer cintazo. Sé que habrá más. Sé que su polla me ahogará y mis nalgas recibirán un buen castigo.

Por fin se detiene. No me saca el durísimo pene de la boca. Me separa las piernas. Todo me cuelga. Lo agarra. Me lo estruja dolorosamente. Con la otra mano, araña con sus uñas mis doloridas nalgas. Hurga en mi ojete. Siento entrar su dedo. Duele. No, no duele, es tan solo una sensación molesta. Retira toda la piel y deja al aire mi capullo. Estoy a punto de explotar. Seguro que cae alguna gotita. Todo mi cuerpo tiembla. Se convulsiona. No puedo correrme. Me está estrujando los huevos. Pasaría una y mil veces por lo mismo.

Miro hacia arriba, le veo sonreír. Algo le está diciendo por señas. Tal vez luego me estrenen el agujero y acaben de convertirme en un autentico cornudo.

Cuando se lo ordena, agarra mi cabeza tirando del pelo hacia atrás, otro cintazo.

"Muy bien cornudo, levántate, ya me has preparado bastante". Antes tengo que lamer sus huevos desde abajo. Arrodillado ante él, girando la cabeza en una incómoda postura. Mientras lo hago él se está morreando con ella.

La miro. Sonríe. Sigue tapándote el pubis con las manos, pero veo que sus tetas están llenándose de chupetones.

De un empujón cae de espaldas sobre la cama.

Aun se tapa pudorosamente el pubis. Con brusquedad la sujeta las dos manos por las muñecas y las coloca sobre la cabeza.

Se recrea mirando su cuerpo desnudo.

"Joder que felpudo más peludo tiene esta zorra", dice riéndose por su chisté fácil.

Coloca las manos sobre las rodillas y la abre las piernas. Veo como su polla tiesa se sitúa en medio. Rígida avanza hacia el agujero.

Sé que esta dura, mi boca la ha probado, mi boca la ha preparado.

Entra a lo bestia. Sé que lo hace intencionadamente. Quiere que mi mujer grite. Lo consigue claro, sé que él me lo dijo. "Cuando me folle a esta zorra la voy a hacer gritar, la vas a ori gemir desde el primer momento cornudo".

Empieza… veo subir y bajar su culo. Veo como entra en ella. Como hunde su polla. Sus enormes cojones bambolean colgantes. La levanta las piernas sujetándoselas por las pantorrillas.

"Ven aquí cornudo, mira como bailan estas peras". Me hace ponerme delante, quiere que vea los meneos de sus pechos.

Pero sé que lo que de verdad quiere, es que vea su carita. Los ojos cerrados. La boca entreabierta, gimiendo, jadeando… De vez en cuando, cuando sus embestidas son muy fuertes aprietas los ojos en un claro gesto que parece de dolor… o de placer…

"¿La ves? ¿Ves cómo la gusta?¿Ves como se mueve esta zorra?.

No sé qué decir. Te está barrenando el coño a lo bestia. Empuja con fuerza. Y tú, so puta, mueves las caderas acompañando sus movimientos, buscando que las penetraciones sean más y más profundas. Buscando rozar tu clítoris con su depilado pubis. Te haciendo gemir. Todo tu cuerpo se convulsiona. Te está echando un polvo salvaje.

Oigo como gimes mi amor. Te está follando a lo bestia. Metiéndote su polla hasta los huevos… no solo lo veo, el muy cabrón lo pregona en voz alta.

"¿Te gusta zorra? Díselo a tu maridito, dile que te está gustando"…

Y lo dices… claro que lo dices… Gritas al llegar a tu orgasmo. Y gritas sin parar. Y lo repites una y mil veces… Te están follando y estás disfrutando como nunca… te está jodiendo mejor que yo… te está haciendo disfrutar…

Veo bailar tus tetas, veo como se hunde la cama una y otra vez… Se están cepillando a mi mujer, me están poniendo los cuernos y estoy excitado como nunca.

Sé que en algún momento se acabará. Por un lado lo estoy deseando, por otro lo temo. Nadie me lo ha dicho, pero sé que será así. Sacará su rabo duro y excitado y se sentará al borde de la cama.

"Ven aquí so puta", y tendrás que agacharte para lamerle los huevos y luego chupar con suavidad su capullo. Hasta que se vacíe completamente en tu boca. Sé que su semen resbalará por tu mentón y caerá sobre tus pechos.

Y se correrá en tu boca riéndose de mí, mirándome burlón. Luego tendré que basarte con su sabor en tu boca. Lo sé.

Y tendré que vestirte para él. Medias, liguero… Sujetador y tanga a juego. Una faldita y una blusa.

Te irás con él, te llevará para hacer de ti una puta. Te lo ha dicho mientras te follaba, justo instantes antes de correrte… Y tú has dicho que si. Hasta se lo has suplicado.

Mientras lames su polla, pienso en que te veré caminar a su lado y él agarrándote por la cintura, bajando de vez en cuando la mano a tus nalgas…

Os veo caminar por el pasillo. Alejándoos de mí.

"Cuando vuelva tendrá el culo estrenado" me dice al salir de casa.

En ese momento es tal mi excitación que me despierto. Te encuentro a mi lado. Mi pene está a punto. Tengo que follarte. Ronroneas mientras te coloco. Estás medio dormida. Sé que no te gusta que te lo haga así. Pero no puedo controlarme. No estás dilatada. El coño está seco.

Mientras te penetro repito todas y cada una de las escenas del sueño en mi cabeza. Mi semen sale disparado. ¿Qué ya estás a gusto? De mal humor te das la vuelta y vuelves a dormirte.

csdsumiso@hotmail.com

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