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Mi primer viaje en avión por trabajo.

en Hetero: General

Mi primer viaje en avión por trabajo.

Mi primer viaje en avión por trabajo fue a Palma. Estaba acojonado. No por el vuelo, sino por lo que pudiera encontrarme allí. Mi amiga, me envió por SMS una mini, mini, mini historia.

Me contó que había visto a mi ex. Había un concierto rock y ella fue con la furgoneta a llevar el agua. En la parte de atrás del escenario, algo escondida, la pareció ver a mi ex. Se acercó y se ocultó detrás de unas cabinas. Era ella. Sin duda.

Mi ex estaba subida, bueno, sentada más bien sobre unos bafles en la parte de atrás del tablao, en uno de los laterales, bajo las torres. El sonido salía hacia adelante. Estaban probando los instrumentos, era un ensayo.

Mi ex estaba sentada casi al borde. Tenía la blusa abierta. Del todo. Llevaba un mini bikini. A lo mejor era un top. (No creo, ella no los usaba). Apenas la cubría los pechos.

El sonido comenzó a tronar. Adentro no, pero afuera, en la plaza retumbaba todo. Levantó los brazos y empezó como a bailar. Con esas tetas y el mini bikini, a esta se la salen, pensé. A ver lo que la duran dentro, me escribió mi amiga como si me leyera la mente.  

Uno de… ¿los músicos? ¿montadores del escenario? ¿segurata? ¿un simple operario? se acercaba hacia ella. Llevaba una botella de cerveza en cada mano. Un tío cachas, con los brazos como mazas, y todo tatuados. Tenía un chaleco vaquero muy corto con el nombre del grupo grabado en la espalda. Solo le vio de espaldas. Desde luego estaba bailando para él.

Creo que se la salieron las tetas porque se colocó las manos delante, aunque siguió bailando. Pero los brazos ya no estaban para arriba…

El del chaleco se puso frente a ella. Casi me la tapaba del todo. Ella le rodeó con los brazos.

Estaba maniobrando algo por delante, a la altura de sus caderas. Si fuera mal pensada, juraría que el chico se estaba desabrochándose el pantalón. Ella le mira. Agacha la cabeza y al levantarla veo como sonríe.

No sé qué hizo el chico, pero se movió a un lado y vi como ella subía las piernas y las abrió apoyando los tacones en unos hierros. No me vio, pero yo alucinaba. Estaba subida con las piernas abiertas. Muy abiertas. Al borde. Las manos apoyadas hacia atrás. La falda toda recogida en la cintura. Se la veían los muslos. Juraría que no llevaba... ya sabes, bueno ya te imaginas lo que no llevaba. O lo que la habían quitado. No sé, solo sé que la entrepierna estaba muy oscuro (mi ex tenía una muy abundante mata de pelo en su sexo).

Sonreía.

El tipo se sitúa otra vez delante y ella le abraza, le rodea el cuello. Se están morreando. Una de las manos va directa a los pechos… Lleva ya un ratito allí. Se las está sobando más que a la masa del pan.

Se separan un momento. ¡Se las he visto! . ¡Se las he visto! . ¡Se las he visto! ¡Tiene los melones al aire!

Vuelven a morrease y la otra mano vuelve a hacer cosas a la altura de las caderas. Mueve el culo hacia atrás. Ella levanta las piernas y como que le va a rodear con ellas... Si, le rodea. Joder… Imagínate lo que la tiene que estar viendo. Ufff… Creo que se la va a ….

¡¡¡¡Maldita sea!!!! ¡¡¡¡ Se ha puesto una furgoneta delante!!!! No veo nada. Me cambio de sitio. Lo siento, ahora te cuento....

Pero no hubo más. Era el fin de la historia. No contestaba. Yo Insistí, insistí. Le dije que tenía que subir al avión, que me dijera algo. Tuve que apagar el teléfono.

Cuando bajé del avión volví a encender el móvil. Sabía que uno de los mayores sueños eróticos de mi ex era hacérselo en un concierto. Y sabía que era capaz, muy capaz de hacerlo. Ella y yo ya lo habíamos hecho.

Me pasé todo el vuelo imaginando lo que habría pasado, imaginando mil finales. Muchos demasiado excitantes. Bastantes guarros algunos. Obviamente estuve tentado de ir al W.C. Y a mitad del vuelo, cedí, claro que cedí.

Al aterrizar, en cuanto pude, encendí el móvil. Vi más mensajes. Había seguido cuando sabía que yo no podía leerlo y que lo iba a leer en el aeropuerto esperando a que vinieran mis jefes a recogerme.

Me decía algo así como que se veía vibrar un vaso que estaba sobre una columna de bafles.

Imagínatela, allí sentada, me contaba. Supongo que será como hacerlo sobre la lavadora... tiembla y da un gustirrinín".... ¿Te cuento un secreto? Me dijo mi amiga. Yo, muchas veces me siento desnuda sobre la lavadora solo para sentir las cosquillas “ahí”. Me pone muy cachonda. Muchos días me masturbo allí sentada, sobre todo cuando está en el centrifugado.

La llamé para decirla que había llegado bien. Mentira, la llamé para saber el final de la historia.

En serio, cuando empezó el concierto vi a tu ex bailando muy acarameladita con el chico aquel. Luego desaparecieron. Cuando la volví a ver, no tenía la blusa. No pienses mal, no estaba desnuda tonto. Llevaba puesta la camiseta del chico. Se fueron a la barra. Agarrados de la cintura y dándose algún morreo por el camino, él de vez en cuando, dejaba caer la mano sobándola el culito. Se lo agarraba “a puñados”. No se cortaba para nada.

Pasé a su lado. Ni me vio. Yo sí, claro. Debajo de la camiseta, se notaban los pechos libres, sin sujetador. El chico solo tenía el chaleco. Estaban muy sonrientes.

-. ¿tú crees que...?  Sí… que, si crees que se la folló, la pregunté esperando su respuesta impaciente y ansioso.

-.Ja, ja, ja, ja… ¿tú que crees? Bueno, luego te cuento, respondió. Y colgó.

Cuando la llamé desde el hotel para decirla que había llegado y que continuara la historia, que me contara el final, que me había dejado con las ganas... no paró de reírse. Era cierto, la había visto. Todo lo que me contó era cierto. Pero lo demás… ¿imaginaciones mías? El luego te cuento se convirtió en una pregunta sin respuesta. El objetivo era entretenerme en el vuelo. Jamás supe el final. Jamás supe si de verdad se la follaron o no en ese concierto.  (En otro, fijo, yo ya lo había hecho).

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