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El hombre sin miedo IV

en Grandes Relatos

El hombre sin miedo IV

Las siguientes semanas fueron frenéticas, necesitaba prepararme un poco a fondo, porque si bien estaba muy en forma, no era menos cierto que necesitaba de cierto reciclaje en el manejo de armas, además de aprender a manejar los sistemas de mensajes y encriptación para no ser localizado. Dicho entrenamiento lo realizamos en una base de entrenamiento que dispone la “casa” en una zona poco habitada de nuestro país. Ahora estaba montado en el avión rumbo a Salzburgo para una entrevista de “trabajo” con el reclutador de la empresa de mercenarios. Os estaréis preguntando ¿cómo coño no me van a reconocer?, bueno es sencillo, nunca muestro mi cara real en las entrevistas, además me gusta mucho jugar con mi imagen, a veces me afeito la cabeza, otras veces me dejo melena o simplemente me pongo barba o perilla. No tengo ningún tatuaje, ni salvo la cicatriz de la pierna que sea característica, además no he salido más que un par de veces en la prensa y me he cuidado mucho de que me saquen de lo más normal.

De la falsificación de documentos y expedientes, se ha encargado el CNI, no creo que fueran tan tontos de encargárselo a un falsificador. Jacinto y yo quedamos por separado para evitar cualquier problema, nos la jugábamos desde el punto de vista que podía que nos enviaran a cada uno a una punta del globo distinta. Mi entrevistador era un alemán ya muy mayor con algún problema de obesidad y probablemente de alcoholismo, más que nada porque tenía el mapa de la rioja escrito en la cara, pero era un entrevistador muy hábil, si no hubiese estado preparando esta entrevista concienzudamente durante una semana, además de mi habilidad cogida durante los años de infiltración, creo que me hubiese cogido en más de un renuncio. Después de tres horas de entrevista, el señor Henning me dijo:

-        ¿Sabe?, es usted un buen candidato, ¿le importaría pasar las pruebas físicas y psíquicas, digamos ya mismo?.

-        No tengo inconveniente, pero mi avión de vuelta sale esta noche, si me quedo  haciendo las pruebas, no llegaré a tiempo.

-        Mire, andamos justos de personal, si entra, tendrá dinero de sobra para comprarse un avión para usted sólo, si no entra, mala suerte, usted decide soldado. –Me contestó el alemán.

-        Por mí perfecto, ¿dónde tengo que pasar las pruebas?

-        Bueno, el señor Frizt, le acompañará a las dependencias donde hacemos estas pruebas.

No os había comentado, pero el edificio donde estábamos estaba ubicado en una especie de zona industrial, nunca hubiese imaginado que lo que aparentemente era una nave industrial, dentro alojaba las oficinas centrales de una empresa de mercenarios internacionales. Pero entiendo que la discreción es importante en este negocio. Allí había oficinas con gente de varias nacionalidades, pero sobretodo había alemanes, ingleses, españoles y austriacos. Según fue contándome mi cicerone, tenían clientes de todo tipo, lo que más hacían eran labores de escolta, pero ahora con las guerras de Oriente Medio, los clientes eran las naciones que estaban en conflicto y eso les había hecho cambiar la visión de negocio.

Después de un pequeño paseo por varias dependencias, entramos en lo que era una pequeña enfermería con el material que se suelen encontrar para realizar pruebas de esfuerzo y demás analíticas. Fritz, me comento que me desnudara y me pusiera un pantalón corto que había sobre la camilla. Al cabo de un rato entro una rubia tipo walkiria ya entradita en años, me colocó un sinfín de cables por mi cuerpo y me montó en una bicicleta estática indicándome que pedaleara mientras me ponían una careta para controlar la capacidad de mis pulmones. Después de haber corrido un rato en bicicleta siguiendo las indicaciones de la teutona, me senté en la camilla  me sacó sangre, me inspeccionó la dentadura, la vista, el oído, para posteriormente meterme el dedo por el culo para un examen rectal de próstata. Una vez terminado, me vestí y me llevaron a una sala conjunta donde un señor con la pinta de loco me hizo una evaluación psicológica muy completa. Con innumerables preguntas, pruebas psicotécnicas, de coordinación y de memoria. Estas últimas eran un poco durillas, te ponían una imagen durante tres segundos y te hacía varias preguntas sobre la misma. Mi formación de periodista-boina verde hizo que se me diera bien.

Tras las pruebas físicas y psiquicas, el señor Frizt me llevó a la cafetería del recinto para tomar un ligero refrigerio. Enseguida me di cuenta que era el poli bueno de la película, se hizo el enrollado y me preguntó cosas sobre el ejército español, sobre dónde había servido, en que guerras, que había hecho durante los últimos años, yo le respondí que había montado una pequeña inmobiliaria pero que había quebrado debido a que no era muy bueno con los negocios. Luego se acercó a mí como sincerándose y me preguntó:

-        ¿Por qué te enrolas en una guerra que nos van a disparar, la gente te escupe y te tiran piedras?, yo también estuve en Bosnia…………..eso fue una excursión comparado con lo que vas a ver en Irak o Afganistán, aquí tendrás que trabajar durante cuarenta y ocho horas seguidas sometido a una tensión terrible, no eres bienvenido ni siquiera entre las personas para los que trabajamos, por no hablar por las tropas regulares….nos odian a muerte, aquí la sanción es el despido fulminante y te puedes enfrentar a la justicia local, no es agradable las cárceles de allá, si te pillan los insurgentes te darán un tiro en la nuca y punto.

-        Mire Sr. Frizt, yo necesito el dinero debo mucha pasta y tengo que conseguir ganar lo suficiente para empezar de cero, además 10.000 euros al mes es mucho dinero, estoy desesperado……….era esto o dedicarme llevar maletas llenas de droga desde Colombia.

-        Pero del sueldo bruto tienes que descontar el armamento, el seguro de salud y el seguro de vida, al final te quedarán libres unos 8.000 euros. No es tanto, te lo aseguro. –Me rebatió.

-        Bueno, es el clavo ardiendo al que me tengo que aferrar, si tengo suerte y aguanto los tres años de contrato, me puedo llevar a casa cerca de doscientos de los grandes, suficiente para pagar lo que debo y empezar de nuevo. –Le contesté.

-        Te garantizo que no está pagado ni agradecido.

-        Mire Sr. Frizt, sólo puedo decirle una cosa, el único periodo de mi vida dónde las cosas me han salido bien y he sido feliz ha sido como militar. Cometí el error de salir del ejército, ahora por edad no puedo volver este es mi último tren.

-        Bien……………ha dado una nota muy alta en todos los aspectos, no hay resto de droga en su organismo además de haber superado con nota sus pruebas psicológicas. Eres muy equilibrado………..es más hacía tiempo que no nos entraba gente de tu nivel. Eso hace que seas un candidato genial y no como los descerebrados que nos vienen últimamente y nos están metiendo en constantes problemas. Como jefe de admisión permíteme darte la bienvenida a nuestra empresa. –Dijo él extendiéndome la mano.

-        Gracias, Sr. Frizt…..no sabe lo que significa para mí poder volver a la disciplina militar.

-        Una cosa más…….deja tu pasaporte en la entrada para que preparemos el visado para ir a Irak, vienes con mi contingente en dos semanas.

-        Gracias señor así lo haré.

Frizt, me acompañó hasta la puerta y me despedí de él hasta dentro de dos semanas, que nos encontraríamos en este mismo edificio para ir al aeropuerto.

Mi despedida española fue de lo más rara, nada más llegar a mi casa recogí mi teléfono estaba lleno de mensajes de Augusto, así que decidí ir al periódico nada más terminara de ducharme, a esas horas aún estaba en la redacción ultimando detalles. Así que le llamé al móvil.

-        Hola Augusto….

-        Hola….Montoya, dónde cojones te has metido, has estado fuera demasiado tiempo, tengo que hablar contigo urgentemente. Ven al periódico.

-        No, mejor te espero en el Restaurante de siempre a las nueve.

-        Vale, no me vendrá mal estar hablando contigo tranquilamente.

Salí de casa con mi fiel mini no sin antes cerciorarme que nadie me seguía, me había vuelto un paranoico, pero no quería cagarla a última hora. Durante el trayecto hablé con mi hermano para decirle que no iba a estar disponible durante un tiempo, él sabía que lo que hacía era peligroso, pero ni por asomo le conté nada de lo que iba a hacer, sólo me dijo que tuviera cuidado. No obstante quedé que con él que iría a pasar unos días con él y nuestra madre. La verdad es que solía ir a visitarla al pueblo como mínimo una vez al mes. Llegué al restaurante y el metre me dijo que Augusto me esperaba en un reservado. Cuando entré me encontré con una sorpresa desagradable, Lucía estaba con él, al parecer durante mi ausencia se había convertido en una tertuliana habitual de los programas del corazón. Había sacado una pasta con todos los programas en los que había estado.

-        ¿Qué hace ella aquí? –Dije mientras me daba la vuelta para marcharme.

-        Espera, dijo Augusto….

-        No me espero, le respondí, ella es una guarra sin principios, no quiero tenerla ni a cien metros de mí. –Le contesté mientras salía del local con Augusto detrás de mí.

-        ¿No lo entiendes verdad?...

-        No, no entiendo que hace esta puta con nosotros…..yo quería hablar sólo contigo.

-        Mira Montoya, estoy en una encrucijada, el periódico está mal económicamente y esta tía es la única que puede atraer lectores, por desgracia toda esta chusma es lo que vende, actualmente su columna en internet es la más leída del país.

-        ¡No sabes hasta dónde me ha jodido!....mira seré franco…me voy a Miami, he aceptado un trabajo de una agencia y estaré fuera mucho tiempo, sólo quería despedirme de ti, pero visto que te ha salido un grano el culo…..mejor me marcho. Adiós Augusto.

-        ¡Espera!, no te vayas así joder.

-        Llevas razón, no puedo enfadarme contigo, tú no tienes la culpa. Pero déjame que esta vez de yo el consejo, Lucía es como la muerte de la rana.

-        ¿Qué quieres decir?

-        Si quieres matar a una rana con agua caliente, no la puedes tirar con el agua hirviendo por que salta y se escapa, la mejor manera es meterá en el agua e ir calentando el agua poco a poco la rana cada vez irá encontrándose mejor hasta que al final cuando se quiere dar cuenta está muerta. Tu eres la rana y ella maneja el hornillo. Esta mujer te complicará la vida, es extremadamente ambiciosa, te irá pidiendo más, pero su objetivo es ser la nueva estrella de la tele por lo que te dejará tirado y con tu gente de toda la vida en contra tuya como ya lo ha hecho conmigo.

Sin más nos fundimos en un abrazo y me largué de allí, me volví a casa. Con el arrebato decidí hacer la maleta e ir a pasar un par de días con mi madre y mi hermano al pueblo, por lo que me acosté para poder salir temprano. Decidí que iba a ir con mi joyita, mi viejo Volvo P-1800, era una tradición aunque mi madre nunca entendía como no me compraba un coche nuevo. Era algo divertido ver su cara de extraña cuando me veía aparecer con el coche.

El viaje fue una liberación, necesitaba encontrarme con mi gente. Llegué tras cinco horas de viaje, en un coche normal serían cuatro, pero con mi joya no era cuestión de joder el motor por ir dándole caña. Nada más llegar, mi madre corrió a colgarse de mi cuello y a comerme a besos, con las típicas frases, ¡qué guapo estas!, ¡estás muy delgado!, etc…. Me instalé en mi habitación, duchándome y afeitándome, cuando salí mi madre me tenía preparado un pequeño refrigerio a base de jamón, tostadas de aceite con pan de pueblo bien rico y un buen tazón de café con leche. Estuvimos hablando durante toda la mañana, mi madre no sabía lo que iba a hacer pero le explique que iba a trabajar para la televisión en Miami, ella se puso tan contenta porque por fin iba a tener un “trabajo fijo”, tal y como ella siempre había deseado. Luego pasamos al área sentimental, ella me preguntó si había alguien en mi vida, con cara divertida le contesté que sí……lo menos cuatro mujeres. Ella se enfadó, como siempre, recriminándome que lo que más quiere es tener nietos míos. Estábamos enfrascados en la conversación cuando sonó el timbre. Salí a abrir y me encontré con una sorpresa mayúscula, una chica preciosa de veinticinco años con unos shorts para sordomudos y un top de escándalo.

-        Hola, ¿está María?, preguntó ella con cara extrañada.

-        Sí……pasa…….mamá te buscan.

-        Hola, Gabi. Pasa hija pasa, mira este es mi hijo mayor Paco. –Dijo mi hija con cara divertida.

-        Hola, encantada. –Contestó ella dándome un beso en cada mejilla.

-        Igualmente. –Le respondí.

-        ¿No te acuerdas hijo?

-        No, la verdad es que no….

-        Hijo, es la hija pequeña de la vecina de Paquita….

-        Jo, Mamá es que la última vez que la ví llevaba coletas.

-        Claro, si vinieras a verme más a menudo la hubieses conocido, pero no te quedes ahí, ¿qué querías Gabi?.

-        No, que mi madre le dice que si le puedes prestar un par de huevos.

-        Claro hija, claro. ¿acabas de llegar?

-        Sí, María….llegué anoche de Londres, pasaré un par de días con mi madre.

-        Sabes hijo, es modelo…

-        A sí..-Le respondí.

-        Bueno, aquí los tienes.

-        Esto Paco….¿el coche de fuera es tuyo?

-        Sí…dije sonriente.

-        Me podrías acercar al hiper-mercado para hacer la compra, el mío no arranca.

-        Acabo de llegar….-Dije haciéndome un poco el remolón, pero es que me sabía mal salir nada más llegar.

-        No hijo….me vendría bien que me hiciera compra a mí también, así mientras te preparo unas judías estofadas que tanto te gustan. –Dijo mi madre con una sonrisa maliciosa.

-        Bueno, pues cuando quieras nos vamos.

-        Pues espera que me ponga una camiseta y unos vaqueros y nos vamos.

Nos subimos en mi coche y ella, al igual que mi madre me dijo si no tenía un coche un poco más nuevo, yo me reí y le dije que sí, pero es que este era mi coche favorito de siempre. Durante el trayecto, le pregunté sobre su trabajo. Ella me contestó que lo de modelo fue algo accidental que era la manera de poder hacer lo que más le gustaba el arte, le encantaba pintar y allí podía compaginar sus estudios de arte con el modelaje. Tenía un sentido del humor muy ácido, casi mordaz, me fascinó por su conversación inteligente y fluida. Ella me preguntó sobre mis trabajos e investigaciones, parece ser que mi madre era mi mejor “relaciones públicas” en el pueblo. Me comentó que le encantó el reportaje que había hecho sobre los políticos y la droga. Yo le dije que sentía no poder saber de su trabajo, no era muy dado a seguir las modas. Así pasamos el resto de la mañana entre risas y gracias pasándolo bien. Después de terminar las compras nos tomamos una caña y seguimos hablando. Yo estaba absorto, como alguien con una camiseta blanca de algodón y unos vaqueros y el pelo recogido en una coleta, sin maquillaje, podía ser tan guapa. Tenía una sonrisa que desprendía un halo especial. No era una tia buena, era una mujer guapa, además con una conversación inteligente.

Cuando llegamos a casa, me dio un beso en la mejilla y me dio las gracias diciéndome que hacía tiempo que no había estado con alguien tan agradable. Al llegar a casa mi hermano ya había llegado con su mujer y mi sobrino Paquito, nos abrazamos y nos sentamos a comer. La comida fue divertida, mi sobrinillo, menos mal que había pasado por el centro comercial y le había comprado algo si no el pobre….vaya padrino cutre que se había echado, pero estaba encantado con el equipo de espía que le había comprado. Una vez terminada la comida, mi hermano y yo nos fuimos al casino a charlar más tranquilamente….

-        Bueno, hermano…..dime ¿En qué andas metido ahora?

-        A mamá le he dicho que me voy a Miami, pero a ti te tengo que decir que en dos semanas me voy a Irak, estoy investigando un tema que traerá cola.

-        Joder hermano, ¿estás loco?

-        No, me enrolo en una compañía de mercenarios para investigar un tema raro. Estaré ausente mucho tiempo, si sale bien es posible que ya por fin siente la cabeza.

-        Si no te la vuelan antes, eres gilipollas.

-        Lo sé, por cierto…..¿has visto a la vecina?, le dije yo haciéndole un guiño.

-        Sí, claro…..jajajaja

-        Mira hermano, le dije esta vez con la cara seria, es peligroso si me pasara algo malo, esta llave es la de la caja seguridad donde guardo mis cosas, todo lo que tengo será para que a mamá no le falte de nada. ¿Me lo prometes?

-        Sí……..claro.

Estábamos hablando con un gin tonic cada uno cuando mi nueva mejor amiga apareció por la puerta acompañada de su primo, que habíamos sido grandes amigos de niños, les invitamos a sentarse con nosotros y pasamos una fantástica velada recordando nuestras travesuras infantiles, ella se partía de la risa, al final mi hermano se tuvo que ir y el primo de Gabi le acompañó. Nos volvimos a quedar solos, un par de gintonics más y decidí que nos podíamos ir a cenar algo por ahí, ella accedió encantada, mi madre también estaba encantada al saber que iba a cenar con ella. Estuvimos tapeando y saludando a gente que conocíamos en el pueblo, nos lo pasamos muy bien, ya volviendo para casa, pasamos por un parque allí nos sentamos en un columpio y mirándole fijamente le besé en la boca. Ella me correspondió, con un beso largo, “me gustas” le dije.

Volvimos andando cogidos de la mano y la despedí en su portal dándole otro beso intenso. Al darme la vuelta vi como alguien corría el visillo de mi casa, era mi madre que nos estaba espiando. Al llegar a casa, ella se había hecho la dormida en el sillón. Yo la desperté con un beso en la frente.

-        ¿lo has pasado bien hijo?

-        Sí muy bien mamá.

-        Hijo, Gabi es una buena chica, ¿verdad?

-        Si, mamá.

-        Pues, no te pases con ella. Me dijo mientras me daba una colleja.

-        Buenas noches…..mami.

Al día siguiente, decidí ir de compras con mi madre quería comprarle algo bonito, pero ella se negó. Gracias a que llamé a Gabi y le dije que íbamos a ir todos en su coche, sí la madre de ella también. Allí le pude regalar gracias a los consejos de mi chica unos pendientes preciosos y un conjunto de traje de chaqueta para que pudiera ir bien elegante, luego las invité a comer a un buen restaurante. Una vez terminada nuestra jornada, nos fuimos a casa. Otra curiosidad fue que decidí ir a correr un poco y estaba saliendo cuando me encontré con Gabi, salimos a correr por el campo, al llegar al paraje del rio. Ella con cara traviesa me dijo:

-        ¿te atreves a bañarte?

-        Sí……… le dije yo quitándome la camiseta y metiéndome en el río.

Nos metimos los dos, nos lo pasamos de cine, luego salimos y nos tumbamos bajo una encina, ella se quitó la ropa quedando completamente desnuda dejando la ropa a secar, haciendo gestos de frío se puso a mi regazo y nos besamos mientras ella me fue bajando el pantalón de deporte para ir poco a poco deslizando su lengua hasta mi polla que todavía no se había recuperado del baño de agua fría, con dos lametones estaba más dura que un mástil. Yo le agradecí el detalle comiéndole sus pezones morenos, tenía unos pechos duros, no muy grandes como los que suelen tener las modelos, pero preciosos. Luego mi mano bajó hasta su rajita, cuidadosamente rasurada y mi dedo índice comenzó a jugar con sus labios para ir poco a poco a pasar a su clítoris, se corrió de manera escandalosa y descarada arqueándose de manera que parecía que se iba a partir. Estaba listo para el siguiente paso….ella se subió a horcajadas sobre mí mientras me apoyaba mi espalda en el tronco del árbol. Mis manos arroparon a su culo duro como una piedra y comenzó la larga cabalgada que le proporciono un par de orgasmos más hasta que yo no pude más y me corrí dentro de sus entrañas. Nos quedamos así hasta tarde los dos abrazados sin decir nada.

Los días pasaron volando y yo tenía que irme después de seis días que los que me había divertido como hacía años, la última noche durante una cena romántica a la luz de las velas, me sinceré con ella.

-        Gabi, tengo que contarte algo importante…

-        Dime cariño.

-        Mañana vuelvo para Madrid, pero al contrario que piensa mi madre, no voy a trabajar a Miami, voy a Irak a realizar un reportaje y estaré fuera mucho, mucho tiempo.

-        Joder, Paco..sabía que esto era demasiado bonito para durar, ¡siempre me pasa lo mismo!…dijo ella mientras se asomaba una lágrima por su mejilla.

-        No podré contactar contigo, lo digo para que no pienses que esto es un si te he visto no me acuerdo, pero quiero que sepas que me gustaría continuar con nuestra relación una vez termine el trabajo, si quieres claro.

-        Sí, te prometo que esperaré, pero júrame que tendrás cuidado, que sepas que no pienso cuidar de un tullido.

-        Lo juro, soy un GOE, ¿lo recuerdas?

Aquella noche estuvimos en vela hasta el amanecer, tuvimos nuestra ración de sexo, mi madre no puso mayor objeción a que durmiésemos juntos en mi habitación, pudimos amanecer los dos abrazados. Ella quería ver el amanecer y se levantó desnuda a correr las cortinas ver su cuerpo desnudo corriendo las cortinas es la imagen que me acompañaría el resto de mi misión cada vez que me acordara de mi chica.

Continuará…..