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Escapada morbosa

en Fetichismo

El fin de semana pintaba muy romántico para Sandra y su marido. Una compañera de trabajo de Sandra le había cedido su piso en la playa para que se fuesen solos a pasar dos días, y ella había accedido encantada. Tanto Sandra como su marido eran muy liberales en cuestión de fantasías sexuales, así que de camino al apartamento, a Sandra no le extrañó que su marido le preguntase acerca de Pilar.

 

"Pues es un encanto de mujer, hay quien dice que está un poco rellenita, pero tiene un cuerpazo. Además, tiene unos ojazos que te gustaría". Su marido ya estaba poniéndose sólo de oir a su mujer echar piropos a Pilar, así que cuando Sandra hacía mención explícita a las caderas de su amiga, pilló a su marido sobándose el paquete: "Joder tío, te vas a hacer una paja con Pilar?". A lo que él le respondió que si era tal y como la describía, a lo mejor caía una. Sandra le dijo: "No desperdicies, esta noche te dejo pensar en ella cuando vayas a correrte"...

 

Al llegar al apartamento, Sandra se tumbó sobre la cama mientras su marido sacaba las maletas. Llevaba un top corto y se quedó sólo con un minúsculo tanga. Su marido empezó a curiosear, mientras ella descansaba: "cariño, no revuelvas sus cosas, tenemos que dejar la casa como está" Entonces su marido entró en la habitación con el cesto de la ropa de lavar, y dirigiéndose a su mujer le dijo: "Cielo, vas a ser mi Pilar hoy". Y diciendo esto, sacó del cesto unos pantys usados y llevándoselos a la boca le dijo a su mujer: "Si revolvemos su ropa usada, no notará nada...".

 

Ella le dijo: "deja eso tío, no me digas que te pone oler sus pantys". Y mientras lo decía, se dió cuenta de que su marido tenía la polla completamente erecta, mientras aspiraba profundamente los pantys y unas braguitas que había sacado del cesto. Entonces él le tiró encima de la cama los pantys y una faja reductora y le dijo que se lo pusiese. A Sandra eso le dió mucho morbo, y se puso primero los pantys, sobre el tanga, y luego la faja, que se ajustó a sus caderas con total perfección. Se tumbó boca arriba, entreabriendo las piernas lo justo para dejarle a su marido una vista perfecta de su vulva, y observó divertida como ése se masturbaba mientras olía las braguitas de Pilar, como si ya la conociese.

  

Él se acercó para rematar con su mujer, pero ella le dijo: "cariño, déjame una siesta y luego echamos un buen polvo. De momento si quieres hazte una paja con las bragas de Pilar, pero en silencio.". Así que dicho y hecho. Sandra se volvió, poniendo el culo en pompa, y su marido se dedicó a mirarle las piernas, que brillaban por los pantys, y centrando su vista en la entrepierna de su mujer, perfectamente moldeada por la faja, empezó a acelerar el ritmo, a la vez que ella se quedaba plácidamente dormida sobre la cama. Justo cuando ella se dormía, y se volvía, exponiendo su ajustada entrepierna a la vista de su marido, éste recordó la descripción de Pilar en labios de su mujer, y aspirando profundamente las bragas usadas, sintió sobrevenir el orgasmo, y varios chorros de semen salieron disparados para marcar el cuerpo de su mujer, culito, caderas y entrepierna, para traspasar muy despacio la lycra de la faja, adentrándose hacia su piel...