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AÑO 2112 - Capitulo VII

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CAPITULO VII

P- Buenos días Brian, ¿ya tienes los documentos del matrimonio?

B- Ayer los firmamos pero aun no nos los han devuelto del registro. Quiero agradecerle lo que ha hecho por ella.

P- Ella es la que tiene que agradecerte a ti lo que has hecho. Por cierto, necesitaría que me ayudases en otra cosa.

B- Claro señor Person, lo que necesite.

P- Bien, habrá que buscarle a esa chica un puesto más acorde a las circunstancias. Quizá de recepcionista.

B- Pero para ese puesto ya están las replicantes. Están programadas especialmente y conocen todos los idiomas del planeta.

P- Si, eso es cierto, pero es que le quedaba tan bien el uniforme que le pusiste…, además, no nos vendía mal la sensibilidad y el trato humano a la hora de recibir a nuestros clientes. No voy a tenerla escondida toda la vida en los sótanos, ¡y que narices!, es la mujer de mi mejor empleado, debe ocupar un puesto digno. Así que no se hable más, a recepción. Encárgate de que aprenda rápido todo lo necesario.

B- Gracias señor, es usted muy amable. ¿Esa era la ayuda que necesitaba?

P- No, claro, la ayuda. Es otra cosa. Me cuesta pedirte esto pero yo no puedo follar con Marie en mi despacho. Ya resulta demasiado evidente y más tarde o más temprano llegará a oídos de mi mujer. Si fuese replicante no me importaría, pero si descubre quien es en realidad… está en juego mi matrimonio, la empresa y el futuro de Marie. Necesito que los días que te lo requiera, Marie se quede en casa. Yo iré a visitarla, así será mucho más discreto.

B- ¿En mi casa?

P- Si, ¿te parece mal?

B- No, señor Person, en absoluto, Marie es suya, lo que usted decida está bien.

P- Te agradezco todo lo que haces, de verdad, me demuestras que eres merecedor de mi confianza. Hasta la fecha esta chica solo ha estado conmigo y preferiría que así siguiese siendo por el momento. Comprendo que convivir con ella y no catarla tiene que ser difícil para ti, pero si sabes esperar te llegará el momento y entonces será para ti solo. Para algo tiene que servir que sea tu mujer, ella te lo debe por todo lo que has hecho.

B- Claro señor Person, así lo acordamos, solo para usted, puede confiare en mí.

 

Brian tenía que comunicarle a Marie la nueva decisión de su jefe. Era duro entregar de esa forma a la mujer que amaba, pero se había comprometido y él era un hombre de palabra. Ahora era cosa de saber como decírselo.

 

B- Tengo bunas noticias para ti, Marie

M- ¿Si?, ¿me vas a hacer el amor esta noche?

B- Sabes que es lo que más deseo en el mundo, pero de momento no es posible. Ya hemos hablado de ello.

M- Entonces no sé cual puede ser esa buena noticia

B- Vas a salir de los sótanos, te destinan a recepción

M- ¿Yo a recepción?, pero si no hablo idiomas…

B- Ya lo se, pero eso no le importa al señor Person. Le gusta tu trato y piensa que harás buen papel en recepción. Además, ¿cuánta gente viene hablando otro idioma?, y si viene alguno para eso están las replicantes. Por otra parte yo soy el ayudante del patrón, mi mujer no puede estar limpiando los sótanos. Es una cuestión de imagen. También me ha dicho que te sentaba muy bien el vestido de recepcionista.

M- Sobretodo transparentando tetas.

B- Bueno, no había otra cosa para ponerte, ahora ya no enseñarás nada. Además estarás mucho mas entretenida.

M- ¿Y también tengo que seguir entreteniendo al señor Person?

B- No hables en ese tono del patrón, gracias a él podemos vivir juntos.

M- Pero no podemos acostarnos juntos. ¿Sabes?, por las noches me masturbo pensando que te metes en mi cama y que lo hacemos hasta caer rendidos.

B- Marie, por favor, no digas esas cosas, ¿crees que todo esto es fácil para mí?

M- Brian, cariño, no quiero volver a entrar en su despacho.

B-Escucha Marie, acordamos no hablar de ello, lo que ha ocurrido en ese despacho se queda dentro del despacho, no nos atormentemos con ello. Además, el señor Person me ha pedido otra cosa.

M- ¿Otra más?, ¿ahora que quiere de mi?

B- Nada, no quiere nada más, pero no podéis veros más en su despacho, estás dando que hablar y su mujer no puede ni sospecharlo. A partir de ahora te quedarás en casa cuando el patrón te requiera y él acudirá allí, al resguardo de todas las miradas.

M- ¿En nuestra casa?, ¿es que no puede ni respetar nuestro propio hogar?

B- Marie, esto pasará pronto, te lo prometo, y podremos estar tu y yo juntos, como marido y mujer, sin que nadie interfiera en nuestras vidas. Ten paciencia, esto es por nuestro bien.

M- Se nota que no es a ti a quien se folla.

B- No necesito saber los detalles, eso nos haría todavía más daño. Tienes que ser fuerte. A lo primero no ponías tantas pegas.

M- ¿Es que no te importa que ese hombre se folle cuantas veces quiera a la mujer que amas? ¡Deberías pedirle que parase de una vez!

B- Cielo, no pongas más difíciles las cosas. Se complaciente con él, eso es todo. De momento no tiene quejas de nosotros y es mejor que todo siga igual. Te juro que esto acabará pronto.

M- Se podría follar a todas las replicantes que trabajan en su fábrica y su mujer no diría ni mu, pero tengo que ser precisamente yo quien le de gusto a ese cerdo. ¡Sabes idiota, cuando por fin me tengas no te quedará nada para estrenar!

 

Y Marie salió corriendo para desaparecer entre los laberínticos pasillos del sótano.

Las duras palabras de Marie habían dejado muy tocado al pobre de Brian. Se sentía culpable por no haberse preocupado lo suficiente de los sentimientos de su amada. La había entregado y la había abandonado a su suerte. Todo el dolor que Marie había acumulado en su interior, explotó de golpe condensado en una sola frase, una frase que retumbaba en sus oídos y que le hacía imaginar las peores humillaciones a la que su querida Marie se habría tenido que someter. Y los más duro era aceptar que todo aquello no lo había sufrido por evitar volver al exterior, lo había sufrido porque le amaba.