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AÑO 2112 - Capítulo XXIII

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CAPITULO XXIII

 

Como todos los días, Carlota realizó la habitual visita a las oficinas de Jordan Componentes

C- ¿Qué tal lleváis lo de tener a Karen en vuestra casa?

B- Bueno, hemos perdido intimidad pero a Marie se le ve muy feliz

C- Y que, ¿ya la habéis invitado a vuestra cama?

B- No seas tan maliciosa. Karen duerme en el sofá hasta que podamos habilitarle algo mejor

C- A ver si ahora, con dos mujeres en tu casa vas a pasar de mí. Hace tiempo que ya no follamos y eso me tiene preocupada

B- Escucha Carlota, no sé si hacemos lo correcto viéndonos, siento que a Marie le preocupa que nuestra relación se vea afectada por acostarme contigo

C- ¿Y no le has dicho que no es así?

B- Se lo he dicho y ella sabe perfectamente que lo que hacemos es puramente físico, pero a pesar de todo siente que la hago de menos. Piensa que me veo contigo porque ella no me da todo lo que necesito

C- ¿Y lo hace?

B- ¡Por Dios Carlota!, como te gusta ponerme en apuros. No tiene nada que ver con eso, sois distintas y cada una me ofrecéis cosas distintas. Marie es mi esposa y la amo, eso tú no me lo puedes dar

C- Y entonces… ¿qué es lo que yo de doy?

B- Quizá deberías preguntarte que es lo que yo te doy a ti. Tú eres la que me buscas constantemente.

C- Yo no me pregunto ese tipo de cosas. Además, se perfectamente lo que tú me das; tu polla

B- Sabes, quizá sea por lo distintas que sois por lo que continuo viéndote. Marie es complaciente, incluso sumisa diría yo, algo insegura y siempre aceptando de buen grado todo lo que le propongo, y tú eres todo lo contrario, dominante, fuerte, tan segura de ti misma que anulas mi personalidad. Yo controlo la voluntad de Marie y tú controlas la mía.

C- ¿Si? ¿y a que no sabes cual es ahora mi voluntad?

B- Me lo puedo imaginar

C- Pues cierra la puerta y dile a León que nadie nos moleste durante un ratito

Brian dio instrucciones a su ayudante y cerró la puerta por dentro. Carlota se apoyó sobre la mesa y se levantó la falda

B- No llevas ropa interior

C- No la llevo casi nunca que vengo a verte, pero tú no te das ni cuenta

B- Eres una autentica zorra

C- Ojo con lo que me llamas. Tu polla es la única humana que conoce mis secretos.

B- ¿Y por donde quieres que te la meta?

C- ¿Vas a venir a dormir esta noche conmigo?

B- No

C- Pues entonces ya sabes por donde

Brian se sentía desvalido ante su presencia. Algo tenía esa mujer que le excitaba sobremanera y le obligaba a sucumbir a sus deseos. Pensó que lo mejor era no distraerse más y pasar a la acción lo antes posible.

Con cuidado se la introdujo en su carnoso sexo.

C- Ummm, que dura la tienes hoy ¿me echabas de menos?

Brian prefirió no entrar en sus provocaciones y siguió follándola sin mediar palabra. La imagen de su increíble culo vibrando acompasadamente mientras se la metía, le excitaba todavía más. Carlota por su parte se masturbaba para complementar el placer que la polla de Brian le proporcionaba. Los polvos en la oficina eran arriesgados, así que Brian no ponía mucho empeño en demorar su conclusión. Se corrió en poco tiempo.

C- Sigue Brian, no te pares ahora, estoy muy cerca

Y Brian continuó metiéndosela a pesar de que su virilidad se iba reduciendo paulatinamente.

C- Más deprisa, ya casi estoy –balbuceó Carlota presa de su excitación-

Brian incrementó el ritmo y mientras lo hacía notó como sus fuerzas le volvían con renovada intensidad. Aquello hizo que Carlota volviese a sentirlo dentro, lo que terminó por llevarla inevitablemente al clímax. Brian trató de silenciar sus gemidos pero ella parecía no ser consciente del lugar en el que estaban. Cuando hubo superado el orgasmo y se retiró, Carlota pudo comprobar que la polla de Brian todavía mantenía la erección y pensó que podía complacerla un poco más. Le empujó sobre el sofá y se sentó sobre él, volviendo a introducírsela nuevamente. Carlota le cabalgó mientras con cada movimiento se oía el chapoteo del semen que anteriormente le había eyaculado. Esta vez Brian tardó un poco más en correrse, pero finalmente lo hizo por segunda vez, volviendo a depositar todo su esperma dentro del sexo de Carlota.

C- Joder Brian, me has puesto perdida

B- ¿No es así como te gusta, que me corra dentro?

C- Si, pero hoy lo has hecho dos veces y me lo has dejado chorreando

B- No te quejes y lávate en el baño. Y la próxima vez te traes unas bragas y una compresa.

Cuando Carlota por fin salió del despacho de Brian, la mirada de León no podía ser más evidente. Sin duda había oído sus gemidos desde el despacho contiguo. La miró contonear el culo mientras se alejaba por el pasillo camino de la calle. León era una persona muy prudente y sabía que no debía entrometerse en los asuntos privados de su jefe.

- - -

La irrupción de Karen en la vida personal de Brian estaba rompiendo sus esquemas. Desde que residía con ellos, Marie ya no le recibía vestida con el uniforme de recepcionista, tal y como le gustaba a Brian. Cuando hacían el amor tenían que tener la precaución de no hacer demasiado ruido para no incomodar a su invitada. Las cosas ya no eran tan cómodas como antes. Le habían conseguido un trabajo en la empresa, el mismo que inicialmente desempeño Marie, la limpieza de los sótanos, a pesar de que con Karen no había necesidad de mantenerla escondida. Lo malo era que los horarios de los tres coincidían y difícilmente podían estar los dos solos. Esa coincidencia obligaba a que Brian y Karen hicieran juntos todos los días el recorrido desde su casa hasta el trabajo, lo que les permitía poder hablar y conocerse mejor.

K- Os estoy muy agradecida por todo lo que habéis hecho por mí, pero comprendo que os soy un estorbo para vuestra vida como pareja.

B- De verdad que no, la pena es que nuestro apartamento solo tenga un dormitorio, porque con un cuarto propio dispondrías de mayor intimidad.

K- Gracias por ser tan comprensivo, pero se lo que estoy diciendo. Algunas veces os oigo cuando hacéis el amor y me doy cuenta que procuráis no hacer demasiado ruido y eso no es bueno para vosotros. No debéis reprimiros por mi culpa, a mi no me molesta, ya se lo he dicho a Marie, haced lo que hagáis habitualmente como si yo no estuviese. No quiero ser un impedimento para vuestra relación.

B- No mujer, para nada eres un impedimento, nos gusta tu compañía

K- Ja, ja, ¿sabes que mientes muy mal? En este tiempo que vivimos juntos he hablado mucho con Marie y me ha contado casi todo sobre vosotros

B- Bueno, a veces Marie habla demasiado…

K- Pobrecita, no digas eso de ella. Nos hemos hecho muy amigas y ya nos confiamos casi todos los secretos

B- ¿Si? ¿y que secretos te ha contado?

K- Son cosas que se cuentan las amigas pero que no se hablan con los maridos de estas

B- Entonces juegas con ventaja. Tú sabes casi todo de mí y yo no sé casi nada de ti. Vamos a tener que equilibrar un poco la balanza.

K- ¿Y que quieres que te cuente?

B- Te seré sincero. No te he preguntado nada por respeto hacia ti, pero me gustaría conocer que te sucedió durante el secuestro.

K- No es algo que me resulte reconfortante comentarlo

B- Me lo imagino

K- Es difícil hablar de esto con un hombre, con Marie es distinto, pero creo que tienes razón. Vivo bajo tu techo y tienes derecho a saber a quien acoges.

B- Tampoco es una obligación

K- Desde que llegué a la residencial las cosas no me han ido demasiado bien

B- Esa parte ya me la contó Marie y quiero que sepas que nadie tiene derecho a comprar la virginidad de nadie, y menos aun a prestarte como si fueses de su propiedad

K- En la práctica era de su propiedad. O accedía o me volvía a los asentamientos, pero eso ya lo conoces.

B- Entonces te engañaron con un trabajo falso

K- Si, así fue. Cuando supe que no me iban a querer para la nueva boutique, estuve a punto de llamar a Marie, pero justo antes me ofrecieron un trabajo. No era gran cosa pero podría servir para mantenerme. El caso es que me dieron algo sin que yo me diese cuenta y me drogaron, y cuando recobré la consciencia ya estaba encerrada en un cuartucho, con solo un camastro y una bombilla como toda iluminación. Cuando me enteré para que estaba allí intenté suicidarme pero me lo impidieron. No quería volver a pasar otra vez por lo que me habían hecho en las fiestas a la que mi jefe me llevaba para que sus amigos me disfrutasen. Desde ese momento me mantuvieron atada y vigilada.

B- ¿Y que pasaba cuando tenías que atender a un cliente?

K- Lo hacía drogada, tal y como antes me habían llevado a las fiestas. Era una droga que anulaba mi voluntad y conseguía que no me apeteciera para nada revelarme. Sencillamente cumplía sus requerimientos sin más.

B- ¿Y que te obligaban a hacer?

K- De todo lo que te puedas imaginar, pero no creo que sea necesario que entre en detalles ¿no?

B- Claro, claro, nada de detalles

K- El problema es que con tanta droga mi aspecto físico se iba deteriorando y los clientes pagaban y exigían un cuerpo atractivo. De no haberme sacado de allí, al primer rechazo por parte de un cliente me hubiesen quitado de en medio. Yo no sé lo que cobraban por mi, pero la policía me dijo que muchísimo dinero, así que si ya no les servía, fuera y a por otra.

B- ¿Cuántas chicas estabais allí?

K- No lo sé. Se que no estaba sola, pero nunca pude ver a ninguna otra. Los servicios eran siempre individuales.

 

Las confesiones de Karen habían dejado a Brian bastante tocado. Nunca se hubiera imaginado que pudieran suceder este tipo de cosas dentro de la residencial. A partir de entonces su relación con Karen fue mucho más condescendiente.

A los pocos días, Diana tuvo que volver a Asia para resolver unos asuntos que habían quedado pendientes. Marie debía acompañarla. Carlota no quiso dejar pasar la oportunidad e invitó a Brian a que pasase la noche con ella.

C- He comprado una botella de ese vino que tanto te gusta para que sea una noche inolvidable

B- Lo siento Carlota, pero esta vez no va a poder ser

C- ¿Rechazas mi invitación?

B- No puedo aceptarla, está Karen en casa

C- Así que ahora es Karen quien calienta tus sábanas en ausencia de Marie

B- No digas tonterías, no puedo pasar la noche fuera estando Karen, Marie se enteraría

C- Pues díselo a Marie. No creo que le importe

B- No, Carlota, no en su ausencia. Me prometí a mi mismo que no lo volvería a hacer

C- Entonces no es por que esté Karen

B- Si, bueno, por las dos cosas

C- Entonces tendrás que venir a pasar una noche con Marie. Mi cama es grande y cabemos los tres. Con una buena copa de vino no tendrás problemas para atendernos adecuadamente a las dos. Y si quieres invitar a Karen también será bienvenida.

Brian sabía en su fuero interno que acabaría cumpliendo los deseos de Carlota, pero tenía que encontrar la ocasión propicia para proponérselo a Marie.

- - -

Cuando Brian y Karen regresaron a casa después del trabajo, se encontraron con la ausencia de Marie. Ya sabían que no estaba porque en ese mismo instante estaría volando camino de Asia, pero a pesar de saberlo su ausencia se hacía sentir. Era la primera vez que ambos se quedaban solos y se notaba cierta tensión. Brian le ofreció un refresco y se sentaron junto a la mesa.

B- ¿Y cual es tu historia? –preguntó Brian-

K- ¿A que te refieres?

B- Que cual es tu historia, que como llegaste a la residencial

K- Pues mi historia se remonta a cuando mi madre tenía dieciséis años

B- ¿Tan joven te concibió?

K- Si, aunque no por voluntad propia. Mi madre también estuvo en la residencial cuando tenía quince años. La cogieron como asistente y niñera en una familia importante de aquí, aunque no estuvo mucho tiempo, no llegó a un año y la devolvieron a los asentamientos

B- Vaya, lo siento por tu madre.

K- Así es la vida. Llegó para cuidar de un niño y se volvió con otro, es decir, con una niña

B- ¿Tu?

K- Si, yo

B- ¿Y entonces quien es tu padre?

K- Mi padre es un hombre admirabl, que acogió a mi madre embarazada siendo casi una niña y se desvivió por darle lo poco que conseguía

B- Me refería a tu padre biológico

K- Ya sé a lo que te referías, pero yo solo tengo un padre y es aquel que me crió, me quiso y me sacó adelante. ¿Quien dejó preñada a mi madre?, no tengo ni idea, nunca me lo dijo ni me interesó saberlo

B- Pero si consigues dar con tu padre biológico y reclamar tus derechos de sangre, podrías mejorar mucho tu vida

K- Te olvidas de que no soy ciudadana y de que no tengo ningún derecho ni posibilidades de investigarlo. ¿Qué más da quien puso el espermatozoide?

B- ¿Y como es que después de la mala experiencia de tu madre, ahora lo hayas vuelto a intentar tú?

K- Se nota que no has vivido fuera y no conoces las penurias de los asentamientos. Mi madre no lo consiguió pero su única obsesión era luchar por que yo tuviera mejor suerte.

B- Entiendo, y para que lo lograses preservó tu virginidad

K- Eso es, aunque a ella de poco le sirvió ser virgen. En cuanto supieron de su embarazo le dieron la patada y se quitaron problemas.

B- ¿Y como se consigue ser virgen ahí fuera hasta los dieciocho o veinte años? ¿no te atraían los chicos?

K- Claro que me atraían, y el hecho de que fuera virgen no significa que no practicase sexo

B- Te refieres a que hay otras formas de tener sexo sin perder la virginidad vaginal

K- Por supuesto. Mi madre comprendió perfectamente que no iba a poder mantenerme apartada de los chicos, la adolescencia es lo que tiene, así que me hablo claro desde un principio y me explicó las otras formas de complacerles y de complacerme sin perder la virginidad

B- ¡Pues vaya con tu madre!

K- Precisamente gracias a ella y a sus enseñanzas pude conseguir entrar aquí

B- Interesante…

 

Ambos hicieron una pausa y tomaron un sorbo de sus respectivas bebidas

  

K- ¿Te ha gustado mi historia?

B- Es una historia de sufrimiento, sacrificio y superación. Os admiro por lo que habéis hecho. A Marie la abandonaron sus padres, ¿lo sabías?

K- Si, claro… nos lo contamos todo

B- ¿Todo, todo?

K- Ja, ja, si, todo, todo

B- Vaya, ahora me siento desnudo

K- No te preocupes, ya no me escandalizo por ver a un hombre desnudo

B- Lo decía metafóricamente… ¿y se puede saber que te ha contado?

K- Son secretos entre amigas

B- ¡Venga mujer! en todo caso son también mis secretos

K- Pues… no sé… me ha contado lo de las fiestas en casa de Carlota

B- ¡¡Lo de……!! ¡Pero como te ha podido hablar de eso!

K- Tranquilo Brian, no tienes porque preocuparte ni motivos para enfadarte. A mi me parece bien si eso es lo que os apetece hacer

B- ¿Y también te ha contado porque comenzaron de esas reuniones?

K- Algo sé

B- Que te ha contado, dímelo

K- Si te refieres a lo tuyo con Carlota sé que te ves con ella, que tienes citas, que os acostáis juntos y que es la mujer que más te excita

B- Eso no es cierto

K- Pues es lo que me ha contado

B- Me refiero a que no es la mujer que más me excita. La mujer que más me excita es Marie

K- Ves, nunca se pueden contar a los hombres los secretos de las mujeres. Siempre os molestáis

B- No Karen, no me molesto… en fin, es igual, no lo entenderías

K- Escucha Brian, Marie te quiere de verdad y su único deseo es que seas feliz a su lado, por eso acepta tus escarceos con Carlota y acude sin oponerse a las fiestas que organizáis. Lo hace todo por ti, para mantenerte a su lado.

B- Eso ya lo sé. A veces pienso que me aprovecho injustamente de ello

K- Marie ya lo tiene asumido, pero ten cuidado de que no se sienta segundo plato. Eso la destrozaría.

Brian se quedo en silencio, pensativo

K- ¿Sabes lo que me dijo una vez?

B- Que te dijo

K- Que si tú en alguna ocasión me buscabas para tener sexo y a mi me apetecía, que accediese, que a ella no le importaría

B- ¿Eso te dijo?

K- Como lo oyes

B- Ya, bueno… pues que sepas que tú eres mi invitada y que para nada se me pasa por la cabeza pedirte eso que has dicho

K- Marie es mi amiga y lo último que deseo es perderla por acostarme con su marido

B- Además soy tu jefe

K- ¿Y eso me sitúa en desventaja?

B- Eso marca distancias

K- Pues en mi caso y en el de Marie no fue así

B- Yo no soy de ese tipo de jefes

K- Eso ya lo sé, tú no eres así y me alegro por Marie

 

Brian hizo una pausa para tomar un sorbo de su vaso y le preguntó a Karen

B- ¿Y después de todas estas experiencias por las que has pasado te sigue interesando el sexo?

K- Hasta el momento no me ha apetecido tenerlo, pero si es buen sexo y estás con la persona adecuada no veo porque no me ha de interesar. El sexo no es malo en si mismo, se puede convertir en algo malo cuando lo tienes contra tu voluntad y además te hacen daño, pero también puede ser algo hermoso y gratificante. Yo he tenido muy buen sexo.

B- Un tanto extraño, por lo que me has contado

K- No, ¿por qué? el buen sexo no tiene por que ser solo vaginal

B- Si, eso es cierto

 

De nuevo otra pausa para tomar un nuevo sorbo

B- Siento que hayas tenido que pasar por todo lo que has pasado, no te lo mereces, ni tú ni nadie. Pero eres hermosa y puedes encontrar a alguien para comenzar una nueva vida dentro de la residencial.

K- No sé todavía si quiero estar con alguien o vivir sola. En todo este tiempo solo he sido feliz cuando trabajé para el fotógrafo. Vivía sola, quiero decir con otras chicas pero no con él, y nos veíamos y hacíamos el amor cuando nos apetecía. Aunque viendo a Marie tampoco descarto casarme si encuentro alguien como tú

B- ¿Aunque se acueste también con otra y te lleve a participar de fiestas sexuales?

K- Eso es una decisión personal, Marie la acepta y yo no tengo nada que decir. Yo no sé lo que haría, dependería de muchas cosas…

B- Hasta el momento Marie solo ha estado con Carlota y con un replicante, aparte de mí y del Sr. Person, claro está. A veces pienso en la idea de compartirla con otro hombre y eso me excita. Se que está mal, pero me parece una experiencia muy excitante.

K- ¿Se lo has dicho?

B- Si

K- ¿Y que le parece tu idea?

B- No lo sé, creo que no le apasiona demasiado, aunque dice que si a mi me apetece a ella le parece bien. El problema es encontrar con quien.

K- ¿Cuándo hablas de compartirla te refieres a entregarla a otro hombre?

B- No exactamente, me gusta la idea de follarla los dos a la vez

K- ¿Doble penetración?

B- Si

K- ¿Y porque no se lo propones a Carlota y así no le complicas la vida a Marie?

B- No sé, con Carlota no me parece excitante, esto solo me pasa con Marie

K- Pues de esa proposición no me había contado nada

B- Estoy hecho un lío. Me gustaría que nada de esto me estuviese sucediendo pero son cosas que no puedo controlar. Es como cuando me provoca Carlota, lo hace de una forma que no puedo resistirme, me maneja a su antojo. Quería que esta noche la pasase con ella pero le dije que no, que en ausencia de Marie no, y que además estabas tú. Me dijo que entonces tendríamos que ir a pasar una noche a su casa, Marie y yo, con ella, y me dijo que si tú querías venir también estabas invitada

K- ¿También me invitó a mi?

B- Si, aunque lo dijo porque piensa que tu y yo… ya sabes… como no está Marie…

K- Te entiendo, está claro

B- Lo malo es que más tarde o más temprano sé que terminaremos pasando una noche con Carlota. Y también sé que aunque Marie lo aceptará sin rechistar, en el fondo preferiría que no fuésemos.

K- En este tema yo no te puedo ayudar. Tenéis que hablarlo entre los dos y hacer lo que ambos consideréis que más os conviene. Si os equivocáis vuestra relación podría peligrar.

 

- - -

 

Cuando Marie regresó de su viaje lo primero que hizo fue preguntarle a Karen

M- ¿Lo habéis hecho?

K- No, ¿acaso pensabas que lo iba a hacer?

M- No lo sé, no sé si Brian te desea

K- Tu marido ha sido muy amable y muy respetuoso conmigo. Por eso no debes preocuparte.

M- No me preocupa, de verdad, preferiría que se acostase contigo en lugar de hacerlo con Carlota.

K- ¿Te preocupa Carlota?

M- No lo sé. Tengo la impresión de que Brian no sabe resistirse a sus encantos y no sé hasta donde sería capaz de llevarle.

K- Brian me ha contado que Carlota le ha invitado a pasar una noche en su casa… contigo.

Marie se quedó pensativa sin decir nada. Tenía miedo de que esta situación se le escapase de las manos y terminase por perder a su amado. Dudaba de lo acertado en consentir esa relación con Carlota, pero si se negaba a ella temía que las consecuencias fuesen peores.

 

Brian, que estaba duchándose en el momento en que Marie regresó, salió lo antes posible para recibir con un apasionado beso a su esposa.

B- ¿Cómo te ha ido?

M- Bien, aunque algo cansada… y preocupada.

B- ¿Preocupada?, ¿por qué?, ¿qué ha pasado?

M- Diana y Eduard pasaron la noche juntos.

B- ¿Han vuelto?

M- No lo sé, no hablamos de eso, no le quise preguntar a Diana, pero tienes que tener cuidado con Eduard, seguro que aspira a recobrar su puesto. No me fío nada de él.

B- No mujer, Eduard desempeña una labor muy importante en Asia y sus ingresos son cuantiosos. No creo que esté interesado en volver a la Residencial. Además, ¿qué tiene de extraño que una pareja que han vivido casados tanto tiempo se vean de nuevo? Diana está necesitada de un poco de cariño.

M- Pareces olvidar que esta empresa es el fruto del trabajo de Eduard. Tú solo eres su suplente.

Las palabras de Marie molestaron sobremanera a Brian.

B- ¿Estas diciendo que yo no pinto nada en la empresa?, ¿que solo soy un pelele?

M- No cariño, perdona, no quería decir eso, solo que Diana confía mucho en Eduard. El solo hecho de ponerlo al frente de Asia es un reconocimiento de la importancia que tiene para Diana.

B- Está claro que Diana confía en Eduard, pero ya no lo está tanto que tú confíes en mí.

Marie se sintió desolada. Había ofendido a su amado sin pretenderlo y eso le produjo un fuerte desasosiego.

Esa noche Marie tan apenas pudo pegar ojo. Brian le había negado el protector abrazo con el que todas las noches conciliaba el sueño. Aquel era su primer desencuentro con su esposo.

A la maña siguiente en la oficina, Carlota se presentó antes de lo esperado.

C- Buenos días Brian

B- Buenos días Carlota

C- ¿Qué tal el reencuentro con tu amada?

B- Si no te importa prefiero no hablar de ello

C- Vaya, ¿algo fue mal? ¿le molestó que te follases a su amiga?

B- Yo no me follé a nadie. Déjalo estar, por favor.

C- Vale, vale… aquí nadie se ha follado a nadie

 

Brian hizo un pequeño silencio

 

B- Eso no es del todo cierto…

C- ¿En que quedamos? ¿te la follaste o no te la follaste?

B- No me refiero a mi, fue Diana quien metió en su cama a Eduard

C- ¿Diana con Eduard?, ¿de donde has sacado esa tontería?

B- Me lo contó Marie. Pasaron la noche juntos en Asia.

C- ¡Joder con Diana! ¿cómo ha podido volver con semejante cabrón?

B- No han vuelto, solo ha sido un polvo ¿Por qué sois todas tan paranoicas?

C- Ahora lo entiendo… has discutido con Marie porque ella te ha sugerido lo mismo.

B- Mira Carlota, no me importa con quien se acuesta mi jefa… su vida no es cosa mía.

La tensión se podía cortar con un cuchillo. Carlota decidió relajar el ambiente

C- ¿Cuándo venís a pasar la noche a mi casa?

B- Ahora no tengo tiempo para pensar en esas cosas. Quizá más adelante.

C- ¿Traeréis a Karen?

B- A Karen déjala aparte en todo esto.

C- ¿Es que no te apetece follártela?

B- ¿Te piensas que todas las mujeres son como tú? Karen no flirtea conmigo, no me busca, no me incita como tú lo haces. No, no me apetece follármela.

Carlota se puso seria durante un momento

C- ¿Cuánto tiempo crees que vas a tardar en desearla teniéndola todos los día en tu casa y viéndola todos los días en el trabajo?

B- No me compliques más la vida de lo que me la estás complicando. Está en mi casa porque es la amiga de Marie, solo por eso.

C- Como tu digas, pero oyéndoos follar todas las noches tú y Marie y pasando todo el día sola en los sótanos, tarde o temprano buscará a alguien para que le calme. ¿Seguro que no quieres ser tú?

 

Carlota era un verdadero sufrimiento para Brian. No solo le ponía a cien cuando ella quería, si no que también sabía despertarle unas dudas que ni se había planteado.