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AÑO 2112 - CapítuloXXII

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CAPITULO XXII

  

Desde la vuelta de Asia Marie era una mujer distinta. Se sentía feliz y disfrutaba como nunca antes de su vida. Cada día le gustaba más el trabajo con Diana, de quien aprendía muchas cosas y para quien cada día se sentía más útil. La relación con Brian atravesaba uno de los mejores momentos, se querían y se necesitaban, lo que le proporcionaba una seguridad de la que hasta entonces había carecido. Todo parecía ir bien, quizá demasiado bien.

Una mañana, Diana y Marie visitaban como tantas otras veces el centro comercial. Al pasar por una zona en concreto, Marie le pidió permiso a Diana para ausentarse unos minutos y saludar a su amiga Karen. Cuando Marie llegó frente a la boutique se la encontró cerrada, con las luces apagadas y sin género en su interior. Aquello le preocupó. Sabía que la boutique se trasladaba a la nueva zona comercial junto a la zona exclusiva, pero le resultaba extraño que su amiga no le hubiese dicho nada. Preguntó en los comercios adyacentes pero nadie supo decirle nada más allá de confirmarle que habían cerrado. Intentó llamarla por teléfono pero su número no daba señal. Un mal presagio recorrió su cuerpo.

De vuelta con Diana le explicó lo sucedido y le pidió si podían ir al nuevo centro comercial. Diana comprendió la preocupación de su amiga y accedió de inmediato. Una vez allí trataron de encontrar la ubicación de la nueva boutique. Tal era su ansiedad que no reparó en el lujo que el novedoso centro ofrecía. Solo le interesaba encontrar a su amiga Karen.

D- Tranquilízate Marie, seguro que estará por aquí, en alguna parte –le dijo Diana tratando de calmarla-

Finalmente dieron con su ubicación. La nueva boutique era mucho más grande que la anterior y por supuesto mucho más lujosa, pero Karen no estaba allí. Las nuevas dependientas eran todas replicantes y no sabían informarle del paradero de su amiga. No estaban programadas para eso. Marie rompió a llorar temiéndose lo peor.

D- ¿Qué te ocurre Marie, porque lloras?

M- Karen no está, seguro que la han expulsado de la residencial

D- No mujer, ¿por qué habrían de expulsarla?, seguro que habrá encontrado otro trabajo

M- No Diana, no contesta al teléfono y todavía no tenía la carta de ciudadanía. Ella misma me lo dijo, temía que cuando cerrasen la boutique la dejarían en la calle y la expulsarían.

D- Pero no tiene porque haber pasado eso, tú no lo sabes, seguro que ha encontrado otro trabajo y te estás preocupando por nada

M- No Diana, ya me gustaría que tuvieses razón, pero mucho me temo que no es así.

Marie le contó a Diana como la había conocido y todas las desgracias que había tenido que soportar para finalmente poder encontrar un empleo digno.

M- Le prometí que si se quedaba sin empleo trataría de encontrarle otro. Tenía pensado recurrir a ti para que me ayudases, pero no me ha dicho nada, no me ha avisado y no he podido ayudarla.

D- Eres una persona de gran corazón Marie. Te puedo garantizar que a ti no te pasará nada parecido mientras estés conmigo y hasta que consigas tu carta de residencia.

M- ¡Pero por que no me ha dicho nada! No entiendo lo que le ha podido suceder. Es culpa mía por no haber hecho nada mientras tanto.

D- Tú no tienes la culpa de nada Marie, a veces pasan estas cosas. La vida no es sencilla y no hay posibilidades para todos, tú lo sabes mejor que nadie. Trataremos de averiguar lo que le ha sucedido y veremos si se puede hacer algo.

M- Gracias Diana, muchas gracias, Karen no se merece esto después de todo lo que ha tenido que pasar.

De vuelta en casa, Diana habló con su amiga Carlota.

D- Necesito que me hagas un favor

C- Tú dirás…

D- Tienes que averiguar que ha sido de una tal Karen. No tengo más datos. Coincidió con Marie en los barracones y ahora está desaparecida. Necesito saber si sigue en la residencial o la han expulsado. De ser así tiene que haber algún expediente de expulsión.

C- ¿Otra vez quieres que piratee los registros de la base de datos? Si me pillan me puedo meter en un buen lío.

D- A ti no te pueden pillar, el programa es tuyo y sabes mejor que nadie como hacerlo. Se lo debemos a Marie, se trata de su amiga y está muy preocupada.

C- Bien, veré lo que puedo encontrar, pero si ya está fuera no habrá nada que podamos hacer.

 

La preocupación de Marie la había sumido en un estado de ánimo que no parecía ella. La alegría que últimamente llenaba su vida había dado paso a una tristeza que le impedía disfrutar de la vida que se había ganado.

B- Marie, por favor, lo que quiera que haya pasado con Karen no es culpa tuya, no puedes venirte abajo de esta manera. Piensa también en los que te quieren, verte así también es un sufrimiento para nosotros.

M- Tu no lo puedes entender Brian, hay que pasar por lo que yo he pasado para comprender lo injusto que resulta todo, especialmente para Karen. No se puede expulsar así a una persona después de todo lo que ha pasado. Ya no hay justicia ni humanidad.

B- Las cosas son como son. Ya llevas suficiente tiempo aquí como para comprenderlo. Tú que vienes de fuera sabes lo que significa tener un sitio aquí dentro, lo necesario que es mantener un equilibrio para que el sistema no se colapse y eso significa asumir que no todos cabemos dentro. Hay unas condiciones que hay que cumplir para que todo funcione correctamente y eso implica que algunas personas, justa o injustamente, se tengan que quedar fuera.

M- Pero a Karen no, a ella no, no es justo

B- Aun no sabes lo que le ha podido suceder. Tengo entendido que Diana ha contratado los servicios de un investigador privado para que averigüe el paradero de Karen. Tienes suerte de contar con una amiga como Diana.

M- Ya lo sé Brian, si no tengo ninguna queja de nadie, todos os portáis muy bien conmigo, solo os debo agradecimiento y a ti el primero de todos. Me resulta muy difícil de explicar lo que siento…

 

- - -

En la oficina, Brian se enfrentaba a otro tipo de problemas. La línea de producción de la BAR no estaba dando el rendimiento esperado. Las entregas de los pedidos locales se estaban retrasando y para colmo la línea asiática ya funcionaba a pleno rendimiento y con una producción superior a la prevista. Por supuesto los medios productivos no eran comparables, los asiáticos disponían de lo último en tecnología y él solo contaba con lo que había, con lo que siempre había tenido. Pero eso no era justificación para Brian, que estaba decidido a sacar el máximo provecho a sus antiguas instalaciones.

Por si fuera poco, también tenía que lidiar con las visitas de Carlota

C- ¿Qué tal Marie?

B- Está preocupada. Se siente responsable de lo que le haya podido pasar a Karen y no deja de darle vueltas a la cabeza con el mismo tema. Solo espero que este asunto termine bien porque de lo contrario no sé las consecuencias que puede provocar en Marie

C- ¿Y tú cómo lo llevas?

B- A mi también me preocupa su estado de ánimo, pero no puedo dedicarle la atención que merece porque aquí los problemas no me dan tregua. Si no consigo aumentar la producción de la línea no vamos a llegar a cumplir con todos los pedidos

C- Te veo muy estresado. Quizá necesites relajarte un poco

B- Ahora no, Calota, ahora no. Ya tengo suficiente con lo que tengo

C- No sé, a lo mejor te vendría bien venir a mi casa y tomarte una copa de vino

B- ¿Es que nunca tienes suficiente?

C- Venga Brian, ¿me quieres decir que no te gustaría repetir la experiencia? Ahora que ya te conoce mi culito está deseoso de volverte a tenerte.

B- No le dije a Marie que había pasado la noche contigo. No tuve el valor de decírselo.

C- Pues que no lo sepa, no hace falta contárselo todo

B- Pero yo no quiero que lo nuestro se convierta en una relación a sus espaldas. No me parece justo

C- Es que no es a sus espaldas. Ella sabe lo nuestro y lo acepta. No veo el engaño por ninguna parte

B- A veces me pareces muy cruel. Creo que Marie se merece más respeto, tanto por mi parte como por la tuya

C- ¿Cruel yo? ¿Acaso no me preocupo por ella? Para que lo sepas, ya he indagado en el expediente de Karen y no ha salido de la residencial

B- ¿No? ¡Eso es una excelente noticia! ¿Has averiguado entonces donde está?

C- Todavía no lo sabemos. Hay un investigador trabajando en el tema y cuando sepamos algo definitivo se lo diremos a Marie. De momento es preferible que no sepa nada.

B- ¿Por qué? ¿Le ha podido pasar algo malo?

C- Aun no sabemos nada con certeza. Como te digo se está investigando y todavía no hay resultados concluyentes

B- Pero algo sabes y tienes que contármelo

C- Si tanto te interesa ¿por qué no vienes esta tarde a mi casa y te cuento lo que sé?

B- Ya te veo venir, un polvo a cambio de información

C- O dos, si se tercia

B- Hoy no puedo. Tengo que solucionar antes los problemas de producción

C- Como tú quieras. Me avisas cuando tengas tiempo

 

Las veladas insinuaciones de Carlota sobre el paradero de Karen le habían dejado preocupado. Era obvio que algo sabía y no parecían indicios demasiado esperanzadores. Al menos todavía no había sido expulsada y eso podía considerarse una buena noticia.

Cuando Brian finalizó su jornada que se había extendido unas horas más de lo previsto y volvió a su casa, se encontró a Marie vestida con el uniforme de recepcionista que Brian le había pedido que se pusiese, pero que en los últimos días no había vestido a causa de su pobre estado de ánimo.

M- Hola Brian, hoy llegas muy tarde

B- Si, perdona por el retraso, pero las cosas se me han complicado en la empresa y no he podido salir antes

M- ¿Has visto a Carlota?

B- Si, ha estado esta mañana dando la vuelta de rigor

M- ¿Y por la tarde no has estado con ella?

B- Hey, hey ¿qué es lo que insinúas? He estado trabajando hasta ahora. Si piensas que vengo tarde porque he estado con ella te equivocas.

M- No me importa, de verdad, sabes que no me importa que te veas con ella. Además en estos últimos días te he tenido muy abandonado y entiendo que necesites desahogarte.

B- Que no, en serio, que no he estado con Carlota. Yo también tengo muchas preocupaciones como para perder el tiempo con ella. Yo con quien de verdad quiero estar es contigo.

Sin mediar palabra, Marie se situó de rodillas delante de su esposo y con mucha parsimonia le quitó los pantalones. Brian permaneció de pie, inmóvil, contemplando como su amada le desvestía de cintura para abajo. Con mucho cuidado cogió su pene y lo miró detenidamente. Alzó la vista y tras obsequiarle con una sonrisa se lo metió en la boca. Brian no dijo nada, simplemente se dejó hacer y se entregó al disfrute de una felación como solo Marie se las sabía hacer. Al instante todas sus preocupaciones se disiparon y en su mente no había otro pensamiento que el placer inmenso que la boca de su amada le proporcionaba. A Brian le encantaba ver como se lo hacía, tan despacio pero tan profundo, deleitándose con cada milímetro de su pene, mirándole fijamente a los ojos como queriendo adivinar la intensidad del placer que le proporcionaba. La veía desaparecer dentro de su boca mientras sentía las caricias de su mano en sus testículos.  Desde aquella primera vez que se lo hizo bajo las sábanas, no había día que no desease entrar en su boca, sentir la lengua acariciando su glande y vaciarse por completo mientras ella continuaba chupándosela hasta terminar de derramar la última gota. No tardó en correrse, una vez más, directamente en su garganta.

Cuando hubo terminado, Marie se retiró con la misma suavidad con la que había comenzado, y todavía de rodillas le preguntó

M- ¿Te ha gustado?

B- Ya sabes que me vuelve loco todo lo que me haces

M- Carlota no te lo hace tan bien como te lo hago yo ¿no?

B- Marie, yo solo te quiero a ti, ten eso siempre muy presente

M- Eso ya lo sé, por eso no me preocupa que te acuestes con ella, pero si hay algo que ella te haga que te guste más quiero que me lo digas porque haré lo que sea necesario para mejorarlo

B- No me gusta que digas estas cosas, no tienes que competir en nada con ella, nadie puede competir en nada contigo. Si no volviese a ver a Carlota en toda mi vida no pasaría nada, pero si tú me faltases tan solo un día, mi vida carecería de sentido. Si no quieres que la vuelva a ver dímelo.

M- No se trata de eso, puedes verla tantas veces como quieras, de verdad que no me importa si eso te satisface. Solo quiero que cada noche vuelvas conmigo, a mi lado, y que cada vez que hagamos el amor sea como el primer día. Con eso ya soy feliz.

B- Si lo que te preocupa es que tu destino acabe como el de Karen, no tienes nada que temer

Nada más terminar la frase, Brian se dio cuenta de lo inoportuno de sus palabras.

B- Perdona Marie, no quise decir eso

M- No importa, se que lo dijiste sin mala intención

B- Esta mañana Carlota me ha dado una buena noticia

M- ¿Si? ¿Ya la han encontrado?

B- Me dijo que no te contase nada porque todavía no saben nada concreto, pero por lo que ha podido averiguar Carlota en los registros de entradas y salidas, Karen todavía permanece en la residencial

M- ¿Pero saben donde está?

B- No, todavía no, pero lo están investigando. Es muy posible que se encuentre bien.

Brian pensó que era mejor una mentira piadosa que contarle las malas impresiones que había tenido de su charla con Carlota. A la definitiva no había nada en concreto y mientras no se conociese su paradero todas las posibilidades estaban abiertas.

- - -

La situación económica de Jordan Componentes estaba mejorando como la espuma. Desde Asia llegaban los beneficios continuamente y la producción local parecía estar remontando, lo que también suponía que los ingresos subieran como la espuma. Acababan de comenzar y ya tenían pedidos para varios años.

B- Me alegro enormemente de que las cosas vayan tan bien, Diana, y también me alegro por el Sr. Person que logró su sueño y de paso remontar la difícil situación económica en la que se había quedado.

D- Siempre has sido un fiel ayudante de mi ex, lo que te honra, pero ahora estas al frente de la empresa y los éxitos también son tuyos.

B- Gracias Diana, hago todo lo que buenamente puedo por ayudar a hacer crecer tu empresa

D- Nuestra empresa, Brian, nuestra empresa. Y como las cosas van mejor de lo que esperaba, quiero celebrarlo con todos los que hacéis posible este milagro. He dado orden al banco para que te ingrese una paga extra equivalente a un año de salario, y otra para Marie. No solo de palmaditas en la espalda vive el hombre…

B- Gracias Diana, de verdad, muchas gracias, pero no era necesario. Mi compromiso con esta empresa es total aun sin pagas extras

D- Ya lo se, ya lo se, pero esto se ha conseguido gracias al trabajo de todos y te la mereces. Hazle un bonito regalo a Marie y llévala a cenar a un lujoso restaurante. Te aseguro que le encantan los productos naturales.

 

En ese mismo momento el teléfono de Diana sonó

D- ¿Quién?

D- ¿La habéis encontrado?

D- ¿al hospital?... si, si, salgo de inmediato

Brian enseguida comprendió de qué se trataba

B- ¿Ha aparecido Karen?

D- Si, pero todavía es todo muy confuso. La llevan al hospital, así que no creo que sea conveniente que Marie venga conmigo. Hazla subir a tu despacho que yo saldré sin que me vea. No le digas nada, en cuanto sepa algo os llamo.

B- Claro Diana, por supuesto.

Los minutos pasaban y la inquietud crecía en Brian. Mientras tanto Marie, ajena a los acontecimientos, no dejaba de examinar meticulosamente el despacho de su esposo, el mismo que antes fuera del Sr. Person y del que no guardaba precisamente muy buenos recuerdos. A ella no le gustaba subir a ese despacho, prefería esperar siempre a Diana en recepción, charlando con las replicantes que un día fueron sus compañeras. Como el tiempo pasaba y Diana no aparecía, Marie preguntó.

M- ¿Donde ha ido Diana?

B- Pues no lo sé. Recibió una llamada y salió de inmediato. Me dijo que te quedases conmigo

M- Será algo muy privado porque siempre voy con ella a todas partes

B- No lo sé, yo a mi jefa no le pregunto esas cosas

Marie pareció conformarse con la respuesta. De repente, se levantó de la silla en la que esperaba y se tumbó boca abajo sobre la mesa del despacho.

M- Aquí mismo perdí mi virginidad

Brian no supo que responder

M- En esta misma posición tu querido jefe me la metió por primera vez mientras tú esperabas fuera.

Brian trató de reaccionar antes las palabras de Marie

B- Eso ya me lo has contado

 

Marie se incorporó y se situó frente a la ventana.

M- Al principio el Sr. Person me pareció una buena persona. Había pagado por mí y yo lo entendía, estaba comprando con mi virginidad el billete a la residencial. Recuerdo que cuando me desvirgó trató de ser delicado conmigo, aunque eso no evitó que aquella primera vez resultase dolorosa. Era el precio que tenía que pagar y no me quejé por ello. Pero después las cosas cambiaron. Dejo de ser delicado y ya no le importaba que me pudiese hacer daño. Me forzaba a hacerle cosas que me desagradaban o para las que no estaba todavía preparada.

Marie se dio la vuelta y se quedo frente a Brian, mirándole a los ojos.

M- Cuando volvía a casa contigo tenía que disimular mi estado de ánimo. Tú eras muy bueno conmigo y por eso acabé enamorándome de ti. Pero a mi me tocaba sufrir por los dos, por lo que el Sr. Person nos hacía a ambos, guardando silencio por el propio dolor sufrido y tratando de ser amable y de alegrarte cuando disfrutaba de tu compañía. Me enfurecía no poder darte lo que tu jefe me arrebataba por la fuerza.

 

Brian trató de asimilar las dolidas palabras de su esposa

B- No debes pensar más en ello, siento enormemente haber sido tan idiota de no darme cuenta de lo que estabas sufriendo, pero todo aquello ya pasó, ya es historia y no debe afectar a nuestra relación.

M- Eso es lo que pienso yo, pero tú me has preguntado muchas veces por lo que pasaba dentro de este despacho, eras tú quien se resistía a olvidar

B- No pequeña, no es eso, no me gusta revivir los momentos difíciles, pero de alguna manera me resulta morboso imaginarte haciéndolo con otro y a veces me obsesiono con esa idea

M- ¿Por eso buscas a Carlota, porque yo no te despierto el morbo que ella te da?

B- No Marie, no es por eso, no me lo pongas tan difícil, haces que me sienta un pervertido

 

La conversación se vio bruscamente interrumpida cuando el teléfono de Brian sonó. Era Diana.

B- Dime Diana

B- Si, está conmigo…

B- Vale, salimos de inmediato

Marie se quedó expectante

B- Era Diana. Han encontrado a Karen. Tenemos que ir al hospital

M- ¿Al hospital?

B- Si. No me preguntes porque no sé nada más. Allí nos contarán lo que ha ocurrido

En la sala de espera del hospital estaban Diana, Carlota, el investigador al que habían contratado y un inspector de la policía. Nada más velos Marie se abalanzó hacia ellos.

M- ¿Qué ha pasado? ¿Cómo está Karen?

D- Tranquilízate Marie, Karen está bien, ya ha pasado todo

M- ¿Pero que le ha sucedido?

Diana les presentó al policía que había llevado el caso

D- Os presento al inspector Robson. Él os dará todos los detalles

El inspector se llevó aparte a Marie y Brian. Les explicó que Karen había sido secuestrada por una organización de trata de mujeres a las que obligaban a prostituirse. Al parecer, el empresario que la contrató era un cliente asiduo de la organización y fue él quien planeo su secuestro. Cuando cerraron la boutique la engañaron ofreciéndole un empleo y la secuestraron manteniéndola oculta en unos sótanos donde era entregada a los clientes que pagaban por tener sexo con humanas.

M- Estaba segura de que Karen no se habría ido sin decírmelo. Sabía que algo malo le había sucedido. ¿Puedo verla? –preguntó al inspector-

R- Eso lo tienen que decir los médicos

Marie se volvió rápidamente para hablar con Diana

M- Gracias Diana, muchas gracias por haberte preocupado por Karen. Sin tu ayuda seguiría en manos de esos secuestradores. Te lo agradezco como si me hubieses salvado a mí.

D- No tienes que darme las gracias por nada, tú hubieses hecho lo mismo por mí si las circunstancias fueran al contrario. Me alegro de haberte sido de ayuda a ti y a tu amiga.

A los pocos minutos se presentó uno de los médicos

ME- Bueno, no hay de que preocuparse. Le hemos hecho una revisión a fondo y se encuentra perfectamente. Un poco aturdida por las drogas que le hacían tomar pero físicamente está bien. Se recuperará en unos días.

M- ¿Puedo verla?

ME- Por supuesto, aunque ahora necesita mucho descanso, así que no la atosigue con demasiadas preguntas

A Marie le faltó tiempo para acceder a la habitación donde se encontraba su amiga

M- ¡¡Karen!!

Ambas amigas se fundieron en un intenso abrazo mientras sus lágrimas evidenciaban la emoción del reencuentro.

M- ¿Cómo te encuentras? –preguntó Marie ya con un tono mucho más tranquilo-

K- Estoy bien, solo un poco mareada

M- Me tenías preocupada. Estaba segura de que no te habrías ido por las buenas, sin decírmelo antes

K- Ahora no tengo muchas ganas de hablar de todo esto. Necesito pensar sobre todo lo ocurrido para tomar una decisión cuando salga de aquí

M- ¡Que decisión! Eso ya está decidido. Te quedas conmigo

K- No sé Marie, ahora todavía estoy confusa, no sé si merece la pena seguir luchando por algo que no me ofrece mas que sufrimiento

M- Todo eso ya se ha acabado. Ya no tienes de nada que preocuparte. Yo me ocuparé de todo. Ahora descansa. Cuando te recuperes hablaremos. Ya verás como a partir de ahora todo te va a ir bien. Confía en mí.

 

Cuando Marie regresó con Brian y el resto de la gente, sus vidriosos ojos reflejaban una alegría de la que había estado privada en las últimas semanas.

B- Que tal has visto a Karen –le preguntó su esposo-

M- Está bien, un poco decaída pero se recuperará pronto

Y dirigiéndose a Diana le dijo

M- Diana, necesito un último favor. Tienes que buscarle un empleo a Karen para que no la expulsen. Lo que te cueste me lo descuentas de mi sueldo.

D- De eso ya hablaremos. Ahora la que necesita un poco de descanso eres tú. Tomaros el resto del día libre y mañana ya veremos lo que se puede hacer.

 

Brian y Marie abandonaron el hospital abrazados y satisfechos por haber encontrado a Karen.