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El buen hijo Cap. III

en Control Mental

Pasada la primera semana, todo había ido bien, necesitábamos salir, además tenia que comprarle algo de ropa, no tenia mudas ni pantalones y no iba a estar continuamente poniendo lavadoras, y tendiéndolas, otra de las cosas que me gustaban, desde que llego, el se encargaba de lavar, tender y planchar, se recogía el pelo y caminaba de aquí para allá como si lo hubiera hecho toda la vida, si le pongo una falda y con su aspecto, es como si fuera yo con su edad.

-          Elias podríamos salir esta tarde a comprar ropa y quien sabe a la peluquería a que te corten el pelo

Su cara era un poema, dejó de inmediato su lectura y se levantó, viniendo hacia mi, me dijo dos cosas que me confirmaron mis dudas de que algo faltaba por conocer.

-          Mama, ¿no te gusta mi pelo?, giró el cuello me lo enseño y con media vuelta se lo colocó, todo muy amanerado pero sin embargo sus gestos y voz no lo eran, era algo extraño

-          Y por la ropa no te preocupes inquirió, a mi no me importa lavar y siempre me puedo poner alguna muda tuya

-          ¿Mía? Di un grito que apague rápidamente

-          Bueno ¿y que? ¿Quién nos va a ver? Además yo no quiero perder un dia entero en la calle, quiero estar contigo

Se acero a la mesa y poniéndose de rodillas me abrazo y descansó su cabeza en mis rodillas, pidiéndome con todo el mimo, que nos quedáramos juntos y que lo que quería era su premio por haber realizado todas las tareas

Tienes razón, exclame!, ¿Qué podría ser?,…

Yo lo se mama, me duele la espalda y las piernas de tanto pintar y colocar cosas, ¿y si me das un masaje?

Me pareció justo, ven cariño vamos al sillón recuéstate aquí

Rápidamente Elías se tumbó en mis rodillas boca abajo y sin decir palabra se bajo sus bóxer dejando a mi vista su trasero y piernas. Me corte tanto que fui incapaz de decir nada, pero me pareció muy atrevido.  Tome el bote de aceite y comencé a acariciar sus piernas, suaves, depiladas como el resto del cuerpo, primero sus dedos que flexionaba, luego pantorillas, muslos,…oh…exclamaba…que bien

-          ¿Te gusta cariño?

-          Mucho mami eres la mejor

-          Bueno no creo que haya sido la primera

-          Si que lo eres, …eres…de hecho, eres… déjalo

-          No, dime me tienes intrigada,

-          Que no, que eso no te lo diré nuca

-          Que soy?

-          Que no que no te lo diré

-          Como que no, que soy tu madre, dije mientras sin querer derrame un poco por su glúteo que en un instante con mis dedos recogí, fue cuando me di cuenta que a la par, el dijo…

-          Ah..no…no me obli…

-          ¿Cómo dices Eli?

-          Nada, yo gracias por el masaje

Y fue a levantarse, pero lo apreté empujando su cintura a mis rodillas y le dije, todavía no hemos terminado, además ¿me tiene que contar algo, no cariño?

-          No tengo nada que contarte mama

-          No…? Y deje caer otras gotas de aceite, esta vez en medio de sus nalgas que con un dedo lentamente fui recogiendo y pregunte nuevamente, ¿..no cariño…nada que contar?

-          Ah..no..si…mff

-          ¿Me lo vas a contar?

Sus movimientos se hacían palpables empujaba hacia abajo y arriba y yo notaba su hombría crecer en mi falda. Estaba claro que se excitaba con una mujer y estaba claro que conmigo y estaba claro que me gustaba. Era increíble, cuando acariciaba su trasero era como si perdiera su control, quería confirmarlo

-          Elías,…cuéntaselo a mami, otra caricia por su canal, caricias continuas de un lado a otro, de arriba abajo…

-          Yo…yo nunca he estado…con..una…muj…

-          Esta es tu primera vez?

-          Si

-          Pero solo te estoy dando un masaje, ¿no es cierto?

-          Si

-          ¿Piensas que es algo mas?

-          …Si

-          …¿siii?...¿El qué?

Continué con mis caricias ahora con aceite en abundancia, que me hacia introducir mi mano por su nalga llegando a rozar el comienzo de sus testículos, mis manos resbalan y con cada caricia, mi control se hacía mas evidente, me apasionaba el juego, ¿podía controlarlo, preguntarle lo que quisiera?

-          Mmm…por fav…no..

-          Díiiimelo

-          Nyoo..me estas dando un masaje,…porque…aaahhh

-          ¿Por qué…cariño?

-          Quieres domin…rme, contr….me

Estaba en lo cierto, era divertido y excitante a la vez, me disponía a seguir cuando, mi hijo me interrumpió

-          Tengo…ahh… que darte algo, …mmff…me han dicho en el..en el.. colegio que te lo dé

-          Eso puede esperar, ¿no crees?

-          …Si

-          Si ¿Qué?

-          …Si… mami

-          ¿Sabes que eres un niño muy bueno?, aumente mis caricias, y avanzando con la palma de la mano, toque se pene totalmente erecto que empujaba mi falda

-          Ahh,…yo,…quiero se..ser…b

-          ¿Ser?

Comencé a masturbarlo. Mi lujuria apareció otra vez, esto me gustaba, tenia un hombre al que dominar, con el que podía hablar, compartir los días, y que me ayudaba y además hacia lo que quería. Que pena que se tenga que ir pero me ha regalado momentos inolvidables, justo es que lo recompense

-          Entonces ¿Qué quiere ser mi tesoro para mi?

-          Yo..quiero ser bueno..la crta,..la carta..

-          Que pesadito con la carta,…vale pues trae la carta

Lo solté de mi regazo, su cara era un poema, colorado, camino desnudo hacia su habitación y en un instante me trajo un sobre lacado de la residencia y volvió a tumbarse en mis rodillas

Extrañada lo leí, estaba dirigida a mi y ponía claramente confidencial. Me podía la curiosidad le dije a mi hijo que se levantara, fue a decirme que no, pero con mi habitual genio, le dije ¡obedece! y lo que sucedió, me dejó totalmente asombrada.

Elias comenzó a correrse sin llegar a levantarse del todo, intento taparse, pero su desnudez y vergüenza por ello, me excitó más que el olor de su lefa que impregnaba el ambiente. Me levante sin apartar mi mirada, el se dio cuenta y se quedo tumbado en el sofá, agarrando su miembro y sacudiéndolo poco a poco, quería terminar lo que yo había empezado

Me fui a mi habitación y cerré con llave, me di cuenta de los duros que estaban mis pezones y mis bragas resumían celo de hembra, pero antes de usar mis juguetes tenía que saber que decía la misiva.

Estimada Señora Milagros Durango

Hace años usted nos confío a su hijo para que esta exclusiva escuela se encargara de su formación, educación y comportamiento.

Debo decirle que nuestros métodos son fiables y contrastados y que su hijo ha sido uno de nuestros mas “dóciles” alumnos. Es muy especial.

Como sabe la finalidad de su educación no es otra y como indica la página 865, párrafo 4, sección 2.2.4, de nuestro contrato entregarle su progenitora un hombre totalmente, dedicado a su madre.

Milagros no se lo podía creer, bien es verdad que internó a Elias por recomendación de otras amistades con las que compartía vida social y que hace años ya no vivían en su entorno, pero esto era… y además ¿Quién iba a leer semejantes clausulas?, y siguió leyendo:

Elias ha sido completamente educado para ser su mas y mejor amigo, su buen hijo, su obediente hijo y sumiso, servil, educado y amante, hijo de su madre, quien la acompañe en su edad adulta y en el futuro, estamos seguros quedará completamente satisfecha en todo el amplio sentido de la palabra.

Tal y como establece las condiciones, dispone de de este mes para evaluar como continuar su formación, quedar con usted para siempre o reeducarlo nuevamente con nosotros hasta que le encontremos una nueva ubicación.

Las noticias no terminan aquí, tal y como usted indicó en el cuestionario previo, su ilusión era haber tenido una hija, por ello Elias es especial, habrá notado su aspecto andrógino y su pelo largo, que en ocasiones podría parecer por ambos sexos. ¡pruébelo! Dígale en cualquier momento “as play mirror” y verá como le pide hacer fiesta de disfraces.

Esta palabra y otras que encontrará en el manual adjunto sirven para una vez que lo decida, definir el carácter definitivo de su hijo, en todas ellas encontrará en cualquiera de sus formas a un gran amante por estrenar, el cual siempre la encontrará atractiva y deseada.

Nuestro método no usa electrodos ni implantes, se basa en la sugestión recibida en toda su vida y hábitos concretos, puede que haya notado que está predestinado a obedecerla.

Recuerde aunque proteste o exprese sus opiniones, usted siempre tiene el control y la última palabra, encontrará la manera de apaciguarlo o hacer que la obedezca, mediante sus caricias o sus expresiones, disfrute.

Puede definir su carácter como

-          Femenina:

  • Travesti, con apariencia femenina, deberá tomar hormonas, una amiga perfecta

-          Travieso:

  • Ligeramente rebelde, pero obediente ante sus regaños, un chico caprichoso al que hay que educar

-          Sumiso:

  • Totalmente obediente y pasivo, muy servil

-          Masculino:

  • El tiene el control e intenta imponerlo, pero amante de su madre

Le aconsejamos que deje pasar completamente el mes de prueba, una vez defina su carácter, quedará así para siempre.

Si pasado el plazo no reingresa a la escuela damos por terminado su proceso y dejaremos de pasar los correspondientes recibos

Atentamente,

Era demasiado, para ella, o sea que este colegio tan exclusivo,.. ahora… entendía a la presidenta del club benéfico, aquella pobre viuda, siempre acompañada de su hijo. O aquella joyera jubilada siempre en la tienda con su único hijo y por supuesto, quien me lo recomendó, la fea, estridente pero simpática vecina de mi marido, que se iba largas temporadas de vacaciones al Caribe, claro está con su hijo.

Si bien no he sido la mejor madre del mundo, es lo que quise, así he podido disfrutar de mi vida social todos estos años, ahora en mi madurez, no tengo que buscar a un hombre que soportar, tengo lo que quiero, y es mío. Solo debo saber cómo lo quiero – pensó Milagros con cara de lujuria, boca prieta y ojos cerrados mientras continuaba introduciendo a su amigo al que siempre tiene cerca, entre sus piernas, jadeando en silencio hasta el climax, que le hizo soltar la carta que arrugada en su mano la volvía a excitar.

Debo arreglarme rápido, lo he dejado al pobre solo y encendido en el salón. En un instante regresó al mismo para encontrar a su hijo dormido, todavía con su miembro cogido por su mano, respiraba profundamente.

Milagros ha rejuvenecido varios años, su cara ya no es de una separada en soledad, es de una madura, caliente y lujuriosa que se quiere divertir.