miprimita.com

El buen hijo Cap. VI

en Control Mental

Domingo, día de paseo como Amparo acostumbra desde siempre, le pareció que sería un buen momento, para acercarse al parque, tomar aire fresco y comprar algún dulce para el almuerzo. Además tenia claro que iba a probar al hijo sumiso, lo que suponía no le daría ningún problema y podría hasta presentárselo a su amiga Vero.

Suavemente y con voz alta y clara exclamó “bonum mihi convertis submissam puer”

Elias abrió los ojos, se estiró y bostezó observando como su madre la miraba, quedo prendido de su mirada unos momentos, y le saludo con fuerte abrazo a su madre del cuello, que la empujo a la cama.

Comenzó a jugar con su madre, mami, muac muac, mami, otro beso mas,..

-          Para, para Elias por favor, que me duele el cuello, arréglate hoy daremos un paseo por el parque

-          Pero mamaaaa, yo no quiero (una voz mimosa expresaba las pocas ganas de salir) ¿no podemos quedarnos aquí?

-          No, hazme el favor de levantarte ya (quizás no escucho la palabra de activación, así que la repitió una vez mas)

Elias se desvaneció, pero al instante un nuevo bostezo y contestó, - enseguida estoy mami, como tu digas

-          Así me gusta date prisa

A media mañana, Amparo salió como de costumbre, falda plisada no mas arriba de sus rodillas, moño en el pelo y camisa discreta. A su lado un joven con coleta, vaqueros muy ajustado y camisa celeste con tenis blancos, muy juvenil

Caminaban por el parque contando banalidades, comentado noticias, Amparo estaba encantada, no solo Elias le daba conversación sino que se preocupaba de su paso, de que descansara en cualquier banco, hasta fue a buscarle agua a un kiosco cercano.

Mientras miraba el devenir de los pájaros, su amiga Vero apareció. – Vaya hola! Ya era hora no me coges ni el teléfono

-          Ay hija que quieres que te diga he estado muy ocupada

-          Ya se vé, ¿Cómo te va con el niño?

-          Bastante bien la verdad, no pensé que todo iba a ser tan emocionante, alegre, divertido…

-          Vaya Amparo ¿estas bien? Se te han encendido los ojos, tan buen chico es…

-          Una dulzura (dijo con una profunda respiración y recolocándose en el banco, y tocándose el pelo, gesto que no pasó por alto a su amiga)

-          ¿Seguro que me lo has contado todo?, …

Hola buenas tardes, soy Elias, el hijo de Amparo, una mano suave, pero firme se alzo ante los ojos de Vero, que elevó su mirada para observar un joven apuesto, sonriente y cuya luz de la mañana hacia reflejar sus claros ojos

-          Vayaaaa…. Quedo sin saber que decir

Este es mi hijo. - Elias, dale un beso a Vero. Con mucho gusto mama, Elias se acercó a su cuello y lentamente y apretando suavemente con sus labios entreabiertos la besó, y la besó por segunda vez, en esta ocasión rozando brevemente la punta de su lengua en su piel

-          Ah,. Ho,..hola.. que cariñoso..Que suerte ¿no? Tener un hijo tan educado y que…

Soy educado y cariñoso, y quiero dar amor (se sentó entre ellas, las cuales miraban con asombro su madre ya acostumbrada a estos juegos, y con erótica curiosidad su amiga atónita escuchaba), una amiga de mi madre es amiga mia, y yo a mi madre la quiero mucho, mucho, y quiero darle amor, todo el amor que como hombre pueda dar a ella y a su mejor amiga

-          Bue,…yo…es mejor que me vaya dijo Vero, ya te llamar…

Elias la tomo por la mano, y a su madre e impulsivamente, las dos se dejaron llevar en su caminar, ambas sin hablar, y sin vacilar, para cuando habían llegado a la puerta del domicilio, ambas mujeres andaban colgadas del brazo de Elias

Pasad al salón enseguida estoy con vosotras. Vero no salía de su asombro, miraba a Amparo con descaro esperando una respuesta, pero esta solo relamía sus labios deseosa de ver como continuaría esta situación.

Sentadas en el salón y con la luz tenue que las cortinas permitían apareció, Elias con una bandeja, algunos dulces, un poco de ponche, que ofreció a las dos mujeres.

Se había cambiado, ahora iba en pijama y el pelo suelto, puso algo de música y sin decir nada, se sentó en el suelo entre las dos mujeres a las que empezó a acariciar sus pies.

Ambas dos bebieron varias veces del licor sin hablarse, su madre, se descalzó y cómodamente se reclinó en el sofá mientras se dejaba hacer, su hijo realmente sabia como hacer relajar a una mujer, sus pies y sus rodillas lo agradecían, la prueba era evidente, su respiración se hacia mas lenta y mas profunda

Amparó miro a su amiga y le guiñó, ella no sabia como interpretarlo, ¿era a ella, era para que siguiera la corriente?, optó por descalzarse también

Elias ahora estaba frente a las dos arrodillado, mientras las acariciaba

Una sonrisa dio paso a una breve carcajada, el licor relajaba sus mentes, el masaje las excitaba. Vero tomó la mano de Amparo que con los ojos cerrados en voz baja decía, sigue…sigue…

Vero sabia que se refería a su hijo pero siempre había sentido algo por Amparo y aprovechó la vez y girándose hacia su ella, comenzó primero a rozar sus hombros con los labios para acto seguido, descubrir sus hombros mas allá de su pecho y suavemente succionar los pezones de esta. Amparo estaba tan embelesada que se dejó ir, cada vez se sentía mas cliente, su coño lo notaba tenso, movía sus caderas, quería abrirlo, liberarlo, acercarlo a…

Elías totalmente centrado en los pies de su madre, subía por las rodillas, mientras el olor materno que ella emanaba lo hacia salivar, tenia sed, sed de amor, de placer, querida dar placer, mucho placer, centrándose en la cara oculta de sus muslos, Elias apenas tuvo que abrir el monte y con ansía y desesperación chupo los jugos ahora abundantes, pasaba la lengua una y otra vez, breves besos, le hacían introducir mas y mas su lengua

Para este momento, Amparo había sido totalmente desnudada por su amiga, quien sin recato le introducía su lengua en su boca, a la cual ella correspondía con lujuria. Vero sin separarse se fue colocando encima de Amparo, de rodillas.

La vista era hermosa, Elías, comenzó a decir en voz baja, “…querer,..amar… querer…amar.. ser bueno….mami…”. Al retroceder para tomar impulso y aire, su nariz rozaba con las nalgas de su amiga, ahora en pompa, no lo pensó, besaba el coño de su progenitora y besaba el ano de su amiga, la suave brisa de la ventana, refrescaba tales flujos, aumentando más si cabe el placer que los tres sentían.

-          Oh cariño, cariño mío, decía Amparo, mientras alargando la mano, tomo la de Elías intentando atraerlo más hacia ella, hacia sus flujos que caían ante el.

Solo había un camino, se puso de pie, y abrazó desde atrás los pechos flácidos con grandes pezones de Vero, a la vez que introdujo su pene a punto de brotar en la vagina rebosante de su amada madre.

Varios movimientos, y repitió el mismo ahora en el coño de Vero, cada una de ellas clamaba con devoción al sentir las embestidas, en un principio tímidas, ahora embravecidas.

Vero succionaba y chupaba las tetas de su amiga, esta no soltaba la mano de su hijo, al que invitaba a acercarse sabiendo lo que significaba, besos en la espalda por parte de el, besos en la boca por parte de ella, pechos que se rozan, un pene que juega con las dos, el sudor de la piel condujo a un orgasmo casi al unísono por parte de las dos mujeres, que abrazadas, quedaron exhaustas, complacidas y abrazadas.

Elias de pie las miraba, satisfecho, contento, feliz, y preguntó – mama ¿me he portado bien?

Ella todavía agitada, la pegunta la hizo volver, miro a su amiga sonriéndola y todavía sobando sus pezones erectos, se repuso como pudo, Vero aprovecho para acariciar su espalda y besar su cuello, Amparo quiso resistirse, pero no podía dejar de mirar el miembro de su hijo, que muy pegado a ella, se lo mostraba orgulloso.

Mama, esto es por ti, estoy así por ti, ¿me he portado bien? Inquirió ahora con vos mimosa y retórica.

-          Muy bien, mama está muy contenta y… (viendo su polla muy tiesa, comprendió y aceptó la situación, estaba siendo una de las mejores etapas de su vida), y… muy orgullosa de lo hombrecito que eres, dijo.

Por eso creo… (habló lentamente mientras comenzaba a acariciar su miembro), que te mereces un premio, te has portado bien, muy bien (pudo apreciar un poco de liquido por el capullo atrapado en sus dedos), elevo su mirada a su hijo y le dijo con voz baja y melodiosa pero en tono autoritario…

Córrete, córrete para mama… (varios chorros al instante cayeron sobre sus pechos, muslos, y alguna gotas salpicaron a vero, que abrazada al hombro de Amparo, apoyaba su cabeza no queriendo perder ningún momento de lo sucedido).

Ambas fueron a levantarse, necesitaban refrescarse sin dilación, pero Elias las retuvo, esperad, enseguida vengo

Pasados unos minutos, apareció en la sala con una palangana, varias compresas y aceites, con las que empezó poco a poco, a limpiar a su madre y refrescarla, perfumarla, colmarla de besos. A Amparo ya la parecía un poco sobrante tal muestra de devoción pero estaba agotada, espero a ver como el ritual continuaba con su amiga, para ir al baño, ducharse y vestirse.

No hubo que decir nada mas, Elias recogió todo el neceser, aireó la habitación, mientras las dos mujeres se contaban lo sucedido.

Elias apresurado fue a la cocina y un chirrido de platos y menaje sonaba

-          Elías ¿Qué haces ahora? – La cena mami, para los tres

-          Ay, no, no déjalo, ya hemos tenido suficiente por hoy, estamos agotadas todo bien, muy bien (decía con cierto cansancio, no tenia más ganas de mimos)

-          Elías caminó hacia ella, Amparo lo miró y con gesto inquisidor le dijo muy seria, Elías soy tu madre, y te he dicho que NO…

Elías intentó protestar, justo al acercarse a su madre, para decirle que lo iba a hacer. Amparo sin dejarle apenas espacio, y sabiendo ya lo que hacer, introdujo dos dedos por el canal de su culo, suave y esponjoso y acariciándolo, lo miraba, esperando y sabiendo su reacción, consiguió anular su queja, oyendo como volvía agitadamente a exclamar de forma vaga sus quejas…

-          No, …no quie…ro

-          ¿Cómo cariño…que has dicho corazón?, insistió con sus caricias ahora húmedas y lubricadas por el sudor

-          No..yno…yo…quie…

-          ¿Cómo dices, ….?

-          Yo..ahh…no..mffff…no..yo…yo…quiero,…quier…

-          Y ¿Qué es lo que no quieres?

-          No quiero preparar la cena,…ah…

Para ese momento ya había comenzado a acariciar su polla, que otra vez había cobrado vida, como cada vez que su madre la mimaba. Se sentía poderosa, era sencillo, divertido y muy sexual…

Ahora cariño, ve a descansar, despídete de Vero, y hasta mañana. Se acercó a su amiga, a la que obviamente besó en el cuello, gesto aprovechado por esta para con la palma de su mano, acaricia en toda su extensión la polla erecta, que contestó con un pequeño gemido.

La tentación era poderosa y aunque todavía sudada, le preguntó ¿solo un beso?, Elias volvió a besarla y esta a acariciar su miembro, que nuevamente saludo con otro gemido esta ya palpable en el sonido, y en los movimientos involuntarios de su pene en la mano de Vero, que sin pudor, ni rubor masturbaba otra vez

Vero por favor, creo que ya… Ay no seas boba así descansará la mar de bien y me encanta.

¿Te gusta Elias?, varios chorros de esperma brotaron en su mano, Vero reía sin parar y llena de lujuria, la llevó a su boca y se la limpió.

Amparo comentó todos los detalle a su amiga, quien exhausta y llena, no salía de su asombro, pero a medida que avanzaba la conversación la religión, las buenas costumbres, daban paso a cada párrafo, a caras de lujuria, depravación y deseo, eran depravadas, eran lujuriosas, así se sentían y querían aprovecharse de ello

-          ¿Y que vas a hacer por fin?,

No lo sé, aun me queda un tipo, el estándar digamos, el masculino, ya veremos, por ahora le desactivaré este modo. Me ha gustado mucho, pero no sé si aguantaría tanta servidumbre tanto si mami, si mami, no sé,…

Pasada media noche, Vero se despidió rogándole una mil veces poder ir a visitarla mas a menudo, cosa que Amparo le repitió que como amiga suya y dado lo ocurrido, podría venir pero ya le avisaría

Elias y su madre se retiraron a acostar, dándose un beso de buenas noches, inocente para ella, sexual para el, quien al despedirse, le tocaba una teta y le acariciaba el culo, teniendo que gritar su madre, ¡obedece! Para que instantáneamente se repusiera. Esto le encantaba a Amparo, (obedece, obedece), soñó con esa palabra, luego de repetir la clave a su hijo para que abandonara el modo, se retiro a su cuarto a descansar, realmente lo necesitaba.