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Te odio, por eso te... Cap. II

en No Consentido

No sabía que hacer, con la cabeza baja me quede plantado en la entrada del salón, de reojo pude observar a dos señoras, sentadas en el sofá, calladas no se oía nada, la tensión se notaba

Daría exclamó, – ¿Sorprendidas? ya os dije que tenía un amigo muy especial y aquí lo tenéis, os presento a mi chico, (iba acariciándome por la espalda, pasaba su mano por mis brazos que en cruz, tapaban mis partes)

Con total confianza y como quien vende mercancía, fue rodeándome y hablando de mi. – Es un chico muy bueno, se porta muy bien, y es muy obediente, ¿verdad que si?, plasss una fuerte palmada en mi culo sonó.

-          Si señora

Bien, ahora quiero que te vayas a cada una de ellas y le des un beso de bienvenida como te he enseñado, pórtate bien.

-          Si señora

Fui caminando muy avergonzado, en el sillón individual, había una mujer calculo que de unos 50 años, con un vestido de tiros muy veraniego, unas sandalias, y el pelo corto, gafas de miope muy gruesas y casi plana, apenas se le notaba pecho, en definitiva tan fea como mi señora, se notaba bastante ancha de cadera con un gran culo sin duda.

Poco a poco alcé la vista, ella me miraba y dijo – Daria pero ¿esto es legal, quiero decir esto,..no se que decir, tu crees que…?

-          Perdona somos mayores de edad ¿no?, y te aseguro que el está encantado, no sabes el desastre de chico que era antes y lo bueno que es ahora conmigo, ¿verdad que si, mi cosita? Me miraba lanzándome besitos, no pude mas y me fui corriendo hacia ella, me arrodillé y busque su escote, quiera chupar sus pezones, sentirme amamantado por mi señora, mis lagrimas corrían por su pecho.

-          Ya está, ya está...me decía mientras me acariciaba. Ahora haz lo que te he dicho

Me levante nuevamente, me acerqué a la de gafas miope y le dije, …buenos días… Ella alzó su mano y yo la besé

-          Uy que gentil, que caballeroso, mmm (se empezaba a encontrar cómoda)

Oí un garraspeo, procedente de la otra señora que estaba en el sofá, me acerqué igualmente y alcé la vista, me quería morir, noté mi cara caliente, roja, me faltaba el aire, unos brillantes ojos y una sonrisa maléfica me miraba, era Dunia, la vecina de mi madre, que horror, ahora si que estaba completamente perdido, me veía dominado por siempre, con lo estúpida que es esta mujer, solo me quedaban dos opciones. O a ella le va este juego o ese mismo día se enteraría mi madre, y todo el vecindario.

Dunia es lo que los hombres solemos decir “…pues ya la chupara bien porque…”, es una mujer a la que cuesta mirar, ojos bizcos, pelo rizado desaliñado, muy alta, demasiado yo diría que llega casi al 1,90, viuda y con cinco hijos a los que ya tiene a todos criados e independientes.

De Dunia, lo único que le salva son sus labios, muy carnosos y grandes, tiene unos pechos muy grandes, pero se notan que son caídos, porque sentada casi apoyan en sus muslos,…y lo sabe todo, sabe la vida de todo el edificio, sabía que notas sacaba en el colegio antes que mi madre, si había salido si había entrado, como mi señora pero en superlativo.

Cuando fui adolescente alguna vez me excité pensando en su boca, besando mi polla, me masturbaba pensando en ello, pero una vez se me pasaba el calentón es que no podía ni mirarla, ella siempre me saludaba con segundas, como si supiera algo que yo no, ahora desde luego lo sabía, y estaba perdido del todo.

Sentada al igual que su amiga, levantó su mano, llevaba una camisa blanca muy fina que dejaba ver su amplísimo sujetador, poco apretado con dos tetas caídas y una falda estampada, que divertida apresuró a remangarse, dejándome ver dos grandes muslos

-          ¿Y bien?

Yo me incliné y bese su mano y volví a mi posición, retirándome hacia atrás cuando Dunia dijo,

- Eh, eh de eso nada, apenas lo he notado, bésame otra vez.

Nuevamente me acerqué, me incliné y ella se acercó a mi oído y en voz baja me dijo. – Cariño, lo vamos a pasar muy bien tu y yo, ya lo verás, ¿no querrás que tu madre sepa nada de esto, verdad? ,…¿verdad? Y me rozó con la lengua el lóbulo de mi oreja

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, y le dije, - no…no quiero que sepa nada,…por…por favor

Ella se levantó y se reía muy alto, jajaja, la verdad Daria que lo tienes bien enseñado, y es lindo el muchacho, plasss otra nalgada fuerte en mi trasero, que dejo hasta marca

Daria me miró y me mando que me fuera a la cocina. Yo continuaba con la cabeza baja, salí de entre ellas recibiendo tortas en mi culo, solo la miope que no se como se llama, fue diferente, sujetándome de un muslo, paso su dedo índice por el canal de mi pompis, varias veces, hasta que notó que mi miembro palpitaba, en ese momento entre sorprendida y excitada, con su mano tomó mi cara y me beso en la mejilla fuerte como quien besa a un niño pequeño y me dijo – voy a aprender mucho de ti, estoy segura.

Ellas quedaron en el salón charlando, ambas amigas insistían en saber que como se había atrevido, que si lo había hecho desde siempre, que como lo había conseguido, a cada pregunta mas interés demostraban y mas emocionadas estaban

Daria se aseguró de que yo oyera su explicación.

-          Como ya sabéis vivo sola, demasiado tiempo sola, dos personas me rechazaron y nunca he tenido pareja, pero no será por ganas. Y resulta que vi un documental que hablaba precisamente de la sumisión y de la cara oculta de las personas, que muchos lo desean o se sienten cómodas

-           Venga ya (decía Dunia, tu has visto mucha tele)

-          ¿Tu crees? La prueba está ahí, total, que hija una ya tiene una edad que le de igual todo, y no sé, saqué mi instinto y me dije a ver si puedo controlar a un hombre, y resulta, jajajaja que es mas fácil de lo que pensaba, no es tan diferente como cuando daba clases antes de jubilarme.

-          Tu crees? Decía la miope

-          Te lo aseguro, un hombre, tu marido, tu hijo incluso, los hombres quieren ser dominados, van de gallitos, pero no se pueden resistir a la autoridad de la mujer, eso les excita sobremanera, te aseguro que lo vas haciendo a tu forma y en poco tiempo tienes un corderito.

Las tres viejas sin nada mejor que hacer que ver pasar los días, se estaba diviertiendo con la situación y como decía mi señora unas ya tienen una edad que todo les da igual asi que…

Yo escuchaba desde la cocina, cambie la posición en la silla, pues me sentía incomodo y me di cuenta que me estaba masturbando, el sentir que era yo el que estaba dominado, me hizo empalmar, recordaba los meses atrás cuando me instalé, y lo insoportable que era esta mujer y ahora esas verrugas que me repugnan, solo quería besarlas y besarlas, dormir abrazado a ella, quería penetrarla, cumplir sus deseos.

…Obedecerla,….pero enseguida me di cuenta de que tenia un futuro incierto sus dos amigas, ¿Qué querrían de mi, me entró pánico y sollocé?

Mi  señora mando callar y me llamó, yo fui al salón y ellas me esperaban sentadas todas en el mismo sofá

-          ¿Qué te pasa? Dijo Dunia, ¿estás llorando como una nena?, todas rieron

-          No,…yo…nada…mi señora

Vaaaayaaa, ¡mi señora! Pues si que lo tienes bien educado (Daria asentía), ella la miró y le dijo ¿puedo…? Claro que si contesto Daria

-          Ven aquí cariño, estas descalzo vas a coger frio, toma ponte mis bailarinas

Yo hice lo que me ordenó sin titubear y me las calcé, eras unas bailarinas blancas, que dado el tamaño de su dueña, me quedaban casi bien, estaban bastante sudadas y calurosas, pero me reconfortó.

-          Pues no lo quedan mal, dijo mi ama, quizás te debería comprar unas, camina un poco por el pasillo

Yo hice lo que me dijo, mientras ellas iban vitoreando, aplaudiendo, se lo pasaban bien, - pero mira si hasta mueve las caderas, jajaja. Luego de unas vueltas la miope me llamó

Yo fui hacia ella, y me mando subir mis manos a la cintura, - Haz lo que te digo quiero ver que tenemos aquí

Mmmm, depilado completo, hasta los testículos, (ella tocaba, subía mi pene, lo movía, agarraba mis huevos)

Dunia me llamó, ven quiero ver como de depilado estás, recuéstate encima mía boca abajo.

Yo me tendí, quedando mi barriga encima de mi señora que estaba en medio y mi cara en la miope, que aprovecho, la muy hijap…, para abrir el botón de su pantalón, bajarse la cremallera y descubrir la mitad de sus bragas

Dunia me acariciaba mi culo, con su gran mano, movía y apretaba un moflete de mi trasero y luego el otro, así estuvo un buen rato, mientras mi señora y la miope, hablaban de banalidades y de vez en cuando alguna me tocaba el hombro, me acariciaba la espalda…

Dunia seguía tocándome detrás y empezó con su gran mano, a acariciar mi canal, empezaba desde arriba e iba bajando, mientras la oía pronunciar,…a ver que tenemos aquí,…. Muy bien, depiladito completo, muy bien

Cada vez acariciaba mas abajo, con sus dedos, ya en varias ocasiones me tocaba el principio de mis testículos, cada vez que sentía sus dedos, yo abría un poco mas mis piernas, como invitándola, ella aprovechaba y me rozaba el pene, primero con un dedo, luego de unos minutos, yo me sentía muy caliente, mi boca olía las bragas de la miope, ella se encargaba de que lo hiciera, pues me acariciaba el pelo y presionaba.

Mi señora parecía no ver toda la situación o si.

Dunia seguía acariciándome ahora el pene, al que agarraba con dos o tres dedos, de arriba abajo y rodeándolo, yo ya había puesto instintivamente el culo en pompa y me gustaba, quería que siguiera, ohhh, que placer…

Pues si que te portas bien decía la miope y en tiempo record,…ooohhhh….sigue sigue…. Yo hacia minutos que dejando caer mis babas en su braga, ella casi sin darse cuenta se las había ido casi quitando, yo enterraba mi boca en su coño, primero mojando bien sus pelos, ahora buscando con mi lengua su clítoris, que me fue mostrando cada vez mas con total descaro, yo lo besaba y metía mi lengua como podía, mientras Dunia me estaba haciendo una paja en toda regla, mi señora la ayudaba, pues me agarraba del culo, casi metiéndome un dedo, para que no lo bajara

La situación era increíble, yo estaba totalmente dominado por esas tres feas mujeres, que me tenían, desnudo, empalmado, excitado y a su merced.

Y yo…me sentía feliz, usado como un muñeco, presto a ellas. No pasó mucho y me corrí, notaba como salía mi leche caliente y caía por las manos de Dunia, ella seguía bombeando, y yo seguía chupando el clitoris de la miope, hasta que mis músculos se relajaron y caí rendido encima de ellas con todo mi peso. Yo seguí besando el coño de la miope, mi señora me acariciaba el pompi y me decía, - sssshhh, buen chico, buen chico, muy bien

Yo estaba contento me había portado bien y era lo mas bonito, obedecer a mi señora y que ella estuviera contento de mi.

Mi señora me hizo levantar y despedirme de ellas pero tenia que hacerlo como un caballero tiene que hacer a su amada. Lo comprendí al instante.

Ayudé a ponerse el pantalón a la miope a la que tome por la cintura, la bese en la boca, y le dije lo guapa que era, lo bien que olía y que me había encantado conocerla. Ella quedo con una sonrisa como nunca nadie se la había hecho tener supongo

Mi señora me guiñó un ojo, lo había hecho muy bien.

Luego fui a Dunia, (ya totalmente entregado con mi situación), tome su mano machada y la lamí, mientras la miraba, ella estoy seguro quedó sorprendida, luego me senté en sus rodillas cara arriba, me acurruqué en sus brazos y saque un pecho de su camisa, lo chupe y entre medias le decía al oído, con ojitos, que no le dijera nada a mi madre, que yo sería lo que ella fuera pero que no dijera nada y que me podría usar siempre que quisiera, podría ser su niño pequeño si quería (esto lo sé, porque le encantabas los niños pequeños, de hecho fue matrona muchos años, de ahí sus grandes pechos caídos)

Ella no contestaba pero ahora sofocada, tragaba saliva y me miraba, yo para conseguir un si, de aprobación tome su mano y la lleve a mi entrepierna, ella la posó tapando mi polla y mis huevos, yo notaba el calor de su mano y seguía bebiendo de aquellos cantaros.

Ahora volví a poner mi mano en la de ella, acaricie su dedo corazón  anular y lo empuje a mi ano, para que los metiera, ella paro por un momento, yo me quedé quieto

Pero Dunia aceptó el trato, sonrió levemente e introdujo sus dedos todo lo que pudo y empezó acurrucarme,…..mmm, mira por donde tengo un bebito…mmmm

Así estuvimos bastante tiempo ella me amantaba y con absoluta autoridad era dueña de mi ano, con esta postura no tardé en empalmarme de nuevo, hecho que notó mi señora y desconsolada tomó su turno, recostándose junto a nosotros acercó su boca y se metió mi pene hinchado y lo besaba y succionaba, no taré mucho y también le regale a mi señora toda la leche que pude.

Llegada la noche, me mandaron a mi casa a lavarme, mientras ellas se aseaban, me puse mi tanga y me fui.

Las oía hablar en voz baja, (en esta casa se oye todo), escuche un portazo, debía haberse marchado Dunia, ¿contaría algo? Espero que no.

Mas tarde mi puerta se abrió, era mi señora, con una bandeja, yo me puse a sus pies, pero ella me tomó por la barbilla me levantó y me dijo

-          Te has portado muy bien, hoy cenamos juntos en la cama, buen chico aprendes rápido

Yo dejé la bandeja en la mesa, la besé en la boca, tome su mano y la puse en mi polla, subí mis brazos y la miré y le dije. ¡Te quiero! Y bese sus verrugas con pasión

Ella metió la mano por debajo del tanga y me agarro apretando fuerte, me miró y me dijo

-          ¿De quien eres ahora?

-          De ti

-          ¿Quién manda en casa?

-          Tu

-          ¿Y en tu casa?

-          …Tú

-          Que soy yo para ti

-          La mujer mas guapa, mas bella mas buena del mundo, y quiero que me sigas enseñando a comportarme

Buen chico, contestó mi señora con absoluta autoridad hacia mí, la autoridad que yo le había cedido y regalado.