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Mis infidelidades-09

en Hetero: Infidelidad

Nos despertó Paula cuando el sol empezaba a molestar.

-Buenos días parejita!!! Alberto, espero que no te importe que te haya cogido una camiseta y un pantalón de pijama, pero es que no encuentro mi ropa.

-Tía, córtate un poco, coño. Podías haber llamado a la puerta, dijo Mercedes mientras nos tapaba con la sábana.

-A ver si lo entiendo. Tú le pones los cuernos a tu novio con tu profesor particular y tengo que ser yo la que se corte, ¿verdad? Además, ya os vi ayer en plena acción en el baño. Por cierto, Alberto, cuando quieras me lo puedes comer a mí también, a ver si me corro como ésta, jajajaja.

-Paula, joder, en serio. Córtate un poco que….

-¿Puedo decir algo?, musité con la boca seca y la voz pastosa. A ver, Paula, sal un momento que nos vistamos y ahora hablamos tomando un café, ¿ok?

Cuando salió Paula la cara de Mercedes era todo un poema. Intenté abrazarla pero no me dejó. Nos vestimos en un momento e intenté calmarla.

-Tranquila, Mercedes, no pasa nada. Imagino que ya os habréis visto más de una vez en pelotas. Y a mí no me importa en absoluto que me haya visto así.

-Mira que eres tonto!!! me gritó Mercedes. Eso me da igual. Pero Paula es una bocazas y con dos copas encima no me fío de ella…..Además, creo que le gusta mi novio y por eso me fío todavía menos.

-Bueno, vamos a salir y hablamos con ella, ¿vale?  le dije mientras la besaba con dulzura. Por cierto, que lo de anoche, todo, estuvo genial.

-A mí también me gustó mucho, me respondió mientras me correspondía besándome y abrazándome, pegando su cuerpo al mío. Vamos a hablar con Paula.

Cuando salimos, nos estaba esperando en el salón. Había preparado café y nos sentamos para tomárnoslo. Antes de empezar a hablar, Mercedes llamó por teléfono a la amiga con quien supuestamente habían pasado la noche Paula y ella para comprobar que todo estaba en orden. Tras una corta conversación volvió con cara de enfado.

-¿Pasa algo? preguntamos al unísono Paula y yo.

-Joder, qué mala suerte tengo! gritó Mercedes. Mi madre tiene que ir a recoger a mi padre y me tengo que quedar con el tonto de mi hermano. Me termino el café y nos vamos, dijo mirando con cara de pocos amigos a Paula.

-Bueno, yo necesito mi ropa, dijo Paula señalándose el pantalón de mi pijama.

Me dirigí hacia la secadora y saqué la ropa de Paula, limpia pero completamente arrugada. Cuando se la di, fue ella quien me miró de un modo raro.

-Yo esto no me lo pongo así ni de coña. Imagino que tendrás una plancha y……

-Tía, que nos tenemos que ir,  joder. Eres una niñata egoísta de cojones. Si ayer no te hubieras emborrachado……

-Tú no te habrías corrido del modo que te corriste en el baño y…..

-Bueno, ya está bien!!!! grité para que dejaran de pelearse porque el ambiente se estaba caldeando más de la cuenta. No me gusta meterme entre dos amigas, pero creo que deberíais hablar para solucionarlo. No creo que sea bueno que estéis continuamente de reproche en reproche. Me parece que sois lo suficientemente mayorcitas como para arreglar esto sin voces ni discusiones.

-Llevas razón Alberto, lo siento, dijeron algo avergonzadas y prácticamente a la vez.

-Me visto y nos vamos, dijo Paula cogiendo su ropa y marchándose a mi habitación.

Me pareció que Mercedes necesitaba un abrazo y la atraje hacia mí. Intenté calmarla un poco, diciéndole que no pasaría nada, que hablara con Paula y que todo estaría bien….

-Ya estoy, ¿nos vamos Mercedes?, nos interrumpió Paula. Por cierto, Alberto, muchas gracias por todo, eres un sol, me dijo mientras me daba dos besos.

-Ha sido un placer, jajajajaja, reímos los tres por la respuesta. Deberíais hablar, ¿ok?

-Sí, ahora nos vamos a mi casa y hablamos, ¿vale Paula? Alberto, si te parece bien, esta tarde te llamo, que creo que nosotros también tenemos que hablar.

Me dio un cálido beso y se fue con su amiga. Me tomé el café y me quedé dormido en el sofá del salón. Al cabo de un buen rato me despertó el sonido del timbre de la puerta.

-Hola Paula, ¿ha pasado algo con Mercedes? pregunté sorprendido de verla de nuevo en casa.

-No, no ha pasado nada, todo está bien. Hemos estado hablando y lo hemos arreglado. Es que tu casa me coge de paso hacia la mía y he pasado a  darte las gracias de nuevo por lo bien que te has portado y ver si podría planchar mi ropa. Me has librado de una buena bronca con mis padres y no quiero que empiecen a hacerme preguntas.

-Sí, claro, no hay problema, ahora mismo voy por la plancha. Y no hace falta que me des más las gracias, en serio. Puede que algún día te toque a ti hacerme el favor a mí. Además, la cosa tampoco ha salido tan mal, ¿no crees?, jajajaja.

-Jajajaja, sobre todo para Mercedes y para ti. Yo, en cambio, me he quedado a dos velas, y desde que os vi anoche en el baño estoy salida perdida, me dijo mirándome con lascivia y mordiéndose el labio inferior.

Fui por la plancha y al volver al salón me la encontré en braguitas y sujetador. Ya la había visto desnuda cuando la estaba duchando Mercedes, pero aun así no pude evitar una erección.

-¿Te gusta lo que ves?, me preguntó con una sonrisa y dirigiendo su mirada al bulto que se apreciaba en mi pantalón. Anoche no pudiste terminar de enjabonarme, ¿quieres hacerlo ahora?

Se acercó a mí y me besó, metiendo su lengua hasta mi garganta, a la vez que me sobaba la polla por encima del pantalón. Mi reacción fue apretar su culo, duro y redondo, atrayéndola hacia mí y notando el calor de su coño en mi polla a través de sus braguitas y mis pantalones.

-Vamos a mi cuarto, le dije mientras le desabrochaba el sujetador y ella seguía sobándome la polla, metiendo su mano dentro de mi pantalón.

Seguimos metiéndonos mano por el pasillo y al llegar al cuarto la humedad en las braguitas de Paula era bastante evidente. Me desnudó en un momento, se arrodilló frente a mí  y se tragó mi polla empezando una mamada con un ritmo bastante fuerte. Se la metía entera, hasta la garganta, provocándose alguna arcada y llenándome los huevos de babas que me resbalaban hasta el culo y caían al suelo. Literalmente se estaba follando la boca con mi polla.

-AGGGHHHHH, DIOSSSSSSSSS, SIGUE ASÍ PUTITAAAAAAAAA. COMÉTELA ENTERAAAAAA!!!!!!!

Mientras me la mamaba, Paula me miraba con cara de satisfacción, sabiendo que me estaba matando de gusto y sintiéndose dominadora de la situación. Cuando notó que mis huevos estaban completamente ensalivados con sus babas, empezó a amasarlos al mismo ritmo que se tragaba mi polla y llegando con su mano hasta la raja del culo. Usando su saliva como lubricante, en un momento dado, empezó a hurgar con su dedo corazón en mi ojete, haciendo que una oleada de placer me recorriera todo el cuerpo.

-JODERRRRRR, QUÉ GUSTOOOOOOOOOOOO, NO TE PARESSSSSS, SIGUE COMIENDO POLLAAAAAAAAA!!!!!!!!!

No sé cómo pudo hacerlo, pero imprimió más ritmo a la mamada que me estaba haciendo. Notaba como le llegaba hasta la campanilla, haciendo que sus arcadas fueran en aumento e incluso llorando, provocando que se le corriera todo el rímel que llevaba. Paula era toda una experta mamadora y, a la vez que tragaba polla, con una mano me masajeaba los huevos y con un dedo de la otra entraba y salía de mi ojete haciendo imposible mi resistencia a correrme.

-ME CORRROOOOOOOOO!!!!!!!! TOMA LECHEEEEE!!!!!!!!! TRAGÁTELA TODAAAAAAAA!!!!!!!!!!

Le solté cinco o seis lefazos en la garganta que, como buena putita, se tragó hasta la última gota, dejándome empapado en sudor y con las piernas temblando.

-Joder, qué pedazo de mamada. Me has matado de gusto, le dije cuando pude recuperar el resuello.

-Ya te dije que estaba completamente salida y tú me pones mucho. Ahora te toca a ti, a ver si me lo comes igual de bien que a Mercedes.

Se quitó las braguitas, que ya estaban completamente empapadas y se tumbó en mi cama, boca arriba y con las piernas abiertas. La visión de ese coñito adolescente, completamente depilado y brillando por la presencia de sus propios jugos hizo que me arrodillara entre sus piernas y me pusiera a lamerlo como un perro. Iba dando lametazos de arriba abajo, abarcándolo por completo, sin dejar de saborear ni un milímetro del manjar que me estaba comiendo. Paula no mintió al decir que estaba completamente salida, porque a los pocos lengüetazos en el clítoris se empezó a correr a lo bestia, empapándome la cara con sus fluidos.

-UUUFFFFFFFF QUÉ RICOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!! YAAAAAAAA!!!!!!!! ME CORROOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Joder, qué ganas tenía de correrme. Anda sigue comiéndome el coño que aún no he terminado.

Aprovechando la humedad de su corrida, le abrí el coño  y le metí dos dedos, follándomela con ellos, a la vez que abarcaba con mis labios su clítoris, bastante grande por cierto, y succionaba a la vez. Esto debió gustarle bastante pues al momento empezó a gritar como loca que se corría otra vez mientras con sus manos me apretaba la cabeza contra su coño para que no dejara de chupar.

-OTRA VEZZZZZZZZ! ME CORROOOOOOOOOOO!!!!!!!!!! YAAAAAAAA!!!!!!!! DIOOSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!QUÉ GUSTOOOOOOOOO!!!!!!!!!

Tras esta segunda corrida se quedó desmadejada en la cama, con las piernas abiertas y con la respiración completamente agitada. Me tumbé junto a ella y nos quedamos los dos un rato en silencio mirando al techo, mientras nuestros cuerpos se calmaban. Al cabo de unos minutos, Paula empezó a pajearme lentamente mientras se pegaba a mí, haciéndome notar sus pezones, pequeñitos y duros, en mi pecho.

-No me voy de aquí sin que me la metas. Quiero sentir esta polla dentro de mí. Así que cuando quieras empezar….yo ya estoy lista, jajajaja.

Entre la paja que me estaba haciendo y lo que me acababa de decir, mi polla empezó a reaccionar de nuevo y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba lista para una nueva batalla. Con un rápido movimiento, Paula se puso a horcajadas sobre mí y empezó a restregarse mi polla por toda su raja, haciendo hincapié en su clítoris, que volvía a estar hinchado buscando placer. Mientras ella se pajeaba con mi polla yo empecé a amasar su culito, dándole alguna palmada que, a juzgar por sus gemidos, debían gustarle bastante.

-JODERRRR, QUÉ RICOOO!!! ME GUSTA TU POLLAAAAAA!!!! AZÓTAME EL CULOOOOOOOO!!!!!

Paula empezaba a desatarse de nuevo. Estaba descubriendo una verdadera putita y no estaba dispuesto a desaprovecharlo. Empezó a restregarse la polla por el coño cada vez más fuerte y con más ritmo, señal inequívoca de que estaba a punto de volver a correrse, junto con la humedad que sentía en los huevos de los jugos que iba destilando. Cuando noté que se iba a correr de nuevo, con un golpe de caderas se la metí hasta que mis pelotas hicieron tope con su entrada. Paula puso los ojos en blanco y empezó a correrse de un modo más bestia que las dos veces anteriores, gritando como una loca y saltando sobre mi polla.

-AAAAGGGHHHHHHHHH, ME CORROOOOOOOOOOOOOOO!!!!! FÓLLAMEEEE CABRÓNNNNNNNNNNN, PÁRTEME EL COÑOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!

Se salió de mí dejándome la polla empapada de su corrida. Sus jugos me resbalaban por los huevos y me llegaban hasta el culo. Se puso a cuatro patas, ofreciéndome una visión increíble de su coño, abierto y chorreando, y de su ojete, que también se abría y cerraba en pequeños espasmos.

-FÓLLAME EL CULO, me gritó mientras se abría con las manos las cachas. No te preocupes, que no es la primera vez; lubrícamelo un poco y ya está.

Me quedé bastante sorprendido de su petición, pero como es lógico no iba a desaprovechar el ofrecimiento. Me arrodillé detrás de ella y volví a lamer aquel coñito que no dejaba de chorrear. Iba desde el clítoris hasta su ojete, acumulando en él el mayor número de fluidos y de mis babas. Al llegar a su agujerito marrón me paraba e intentaba follármelo con la punta de la lengua, provocando que Paula gimiera cada vez más fuerte. Cuando noté que estaba lo suficientemente lubricado, empecé a meterle el dedo corazón. Entró con una facilidad pasmosa, así que lo intenté con dos dedos, obteniendo el mismo resultado. Empecé a follarle el culo con los dos dedos, primero lentamente y luego con un ritmo mayor, para que su ojete se fuera acostumbrando a lo que le esperaba. En ese momento, Paula llevó su mano hasta su coño y empezó a restregarse el clítoris a un ritmo bestial, pajeándose como una loca.

-JODERRRRRR QUÉ RICOOOOOOOOO!!!!!! METÉMELA YA CABRONNNNN!!!!! PÁRTEME EL CULOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!

Sin pensarlo dos veces apunté con mi verga en su culito y apreté un poco. Entró con la misma facilidad con la que entraron los dedos y, con un golpe de caderas, se la enchufé hasta los huevos. Empecé despacio, pero poco a poco fui aumentando el ritmo de la follada, sacándosela casi por completo y empotrándola cada vez más fuerte hasta que mis huevos chocaban con su culo.

-JODERRRRRRRRR QUÉ GUSTOOOOOOOOOOO!!!!!!!!! TE ESTOY PARTIENDO EL CULOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!

Mientras le partía el culo, Paula seguía pajeándose, cada vez a mayor ritmo, gritando como una loca y chorreando jugos que resbalaban hasta su ojete y facilitaban la enculada que le estaba haciendo.

-NO PARESSSSSSS!!!! SIGUE CABRONNNNNNNNNN!!!!! ESTOY A PUNTOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!

Aumenté todo lo que pude el ritmo de la follada y en cuatro o cinco movimientos empecé a correrme, llenando el intestino de Paula con mi leche.

-ME CORROOOOOOOOOOO!!!!!!!!! TOMA LECHE PUTAAAAAA!!!!!!!!!!!!! TE LLENO EL CULO DE LECHEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!

Al notar la descarga, Paula empezó a convulsionar, corriéndose como una fuente y gritando obscenidades.

-ME CORROOOOOOOOO!!!!! HIJO DE PUTA QUE GUSTOOOOOOOOOOO!!!!! QUÉ PEDAZO DE POLLAAAAAAAAAAA!!!!!! ME HAS LLENADO EL CULO DE LECHEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!!!

Caímos los dos en la cama, deshechos, agotados y empapados en sudor. Durante un buen rato, Paula estuvo con espasmos, como si tuviera pequeñas réplicas del orgasmo brutal que había tenido amtes. No se la saqué del culo hasta que volvió a su tamaño normal, al cabo de bastantes minutos. Al hacerlo, los restos de semen salieron de su culito, cayendo en la cama. Nos abrazamos y nos besamos dulcemente.

-Alberto, ha sido el mejor polvo de mi vida. Esto no tiene nada que ver con follar con los niñatos de mi edad, que no aguantan nada y que solo quieren metértela y correrse en un momento. Me puedes follar cada vez que quieras.

-La verdad es que yo también he disfrutado muchísimo. Además, ha sido el primer culito que me he follado, y me ha encantado. Ha sido todo muy intenso.

Estuvimos un rato más en la cama, abrazados, hablando de todo lo que había sucedido. Llegamos a la conclusión de que sería mejor que Mercedes no se enterara porque Paula creía que se estaba colgando de mí. Se dio una ducha, se planchó un poco la ropa y nos despedimos con un buen morreo, sabiendo que lo volveríamos a repetir. Salió pitando para su casa, para llegar antes del almuerzo y evitar broncas con sus padres.

Cuando me quedé solo y pensé en todo lo que me había pasado en menos de una semana, empecé a reírme. Me di una ducha rápida y arreglé la casa antes de que llegaran mis padres. Me quedé dormido pensando en María, Mercedes y Paula. ¿Qué me esperaba con cada una de ellas?

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