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Mis infidelidades-06

en Hetero: Infidelidad

Cuando llegué a casa todavía me temblaban las piernas del polvo que había echado con Mercedes. Se estaba convirtiendo en una rutina eso de salir por patas de su casa para no ser descubiertos y esa mezcla de morbo y riesgo me empezaba a gustar. Me senté en el salón, aún con la respiración agitada y empapado en sudor. Debía ducharme, pero quería descansar un poco y pensar en lo que había sucedido. Empezaba a tener una nueva erección cuando aporrearon la puerta. A través de la mirilla pude ver a María, con cara de pocos amigos, la verdad.

-¿Qué haces aquí? le solté nada más abrir la puerta.

-Joder, vaya recibimiento, yo también te quiero, me recriminó María con un tono bastante agresivo.

-Déjate de tonterías, ¿vale? Hace un rato me has mandado a la mierda, y ahora te presentas en mi casa. ¿Se puede saber de qué vas?

-En primer lugar, fuiste tú quien sacó lo de estar un tiempo separados......

-Bueno, vamos a dejarlo en empate, la corté. Digamos que lo decidimos entre los dos, independientemente de las formas. ¿Me quieres decir qué haces aquí?

-Mi padre tenía que venir a recoger unos documentos para una reunión y le he puesto una excusa para venir a verte y que podamos hablar. No quiero terminar así contigo, Alberto, en serio. Pero no sé qué quieres tú. Antes todo iba bien entre nosotros, estábamos ilusionados con casarnos....

-Perdona María, tú estabas ilusionada, volví a cortarla. Yo simplemente me dejaba llevar por la situación. Si lo piensas bien, todo gira en torno a tu boda, en torno a tu mundo. Yo no soy más que un actor de reparto, tú y tu entorno sois los protagonistas. Salimos con tus amigos, vamos donde tú quieres ir, hacemos lo que tú quieres hacer.....Y yo sólo quiero recuperar el control de mi vida.

La cara de María era todo un poema mientras me escuchaba. Rompió en un llanto de desesperación y se abalanzó sobre mí.

-¡Eres un verdadero hijo de puta! ¿Por qué me has tenido engañada todo este tiempo? ¡Te odio, cabrón!

Conseguí detener el tortazo que pretendía darme y, asiéndola de las muñecas la atraje hacia mí, pegándola contra mi cuerpo.

-No lo vuelvas a intentar nunca más, ¿de acuerdo? le susurré a dos centímetros de su cara. Creo que deberías irte, entre nosotros ya no hay nada y si seguimos así podemos hacernos mucho daño.

-Está bien, tú te lo pierdes, me dijo con cierta soberbia, recompuesta de la escena anterior.

-¿Qué me pierdo, María? le respondí con el mismo tono.

-Pues para empezar, el trabajo que te tenía buscado mi padre, entrar en un mundo al que seguramente nunca podrás aspirar, tener una buena casa, dinero para hacer lo que queramos.......

-No has entendido nada. Todo eso me sobra si no soy yo mismo. Yo sólo quiero vivir, nada más, sentirme bien con lo que hago y hacerlo porque quiero, no porque esté establecido.Será mejor que te vayas. Si quieres, ya que vas en coche con tu padre, puedes llevarte los libros que le dejaste a mi madre y las otras cosas que tienes aquí. Por cierto, ¿viene a recogerte?

-Sí, he quedado con él a las 11, pero no te preocupes por mí, puedo esperarlo en la puerta la hora y media que falta. ¿Y de verdad quieres que me lleve todas mis cosas?, me dijo con una sonrisa pícara.

-Jajajajaja, me reí al recordar que tenía dos braguitas suyas en mi cuarto. Bueno, me podría quedar con algo de recuerdo....

-Jajajajajaaja, se rió también ella. ¿Sabes una cosa?, me ha gustado mucho la defensa que has hecho de tu posición. Te he visto firme, y eso me gusta en un hombre. Lo mismo quien se ha estado equivocando he sido yo. Si te hubieras puesto así más a menudo, no sé lo que podría haber pasado.....

Entendí el último comentario como una insinuación y me lancé a por ella. La rodeé con mis brazos y la besé. Sorprendentemente ella me correspondió al instante, abriendo su boca y metiendo su lengua hasta mi garganta. La atraje todo lo que pude hacia mí y posé mis manos sobre su culo, amasándolo fuertemente.

-¿Vamos a mi cuarto?, quiero que nos despidamos como dios manda. Quiero saborearte....

-Vamos, quiero llevarme un buen recuerdo de ti....

-Pero antes, he de entrar al baño, le dije para lavarme un poco y quitar el sabor del coño de Mercedes de mi polla.

Llegamos al baño beándonos apasionadamente, con nuestras lenguas entrelazadas y sobándonos por encima de la ropa.

-DIOOSS, como me estás poniendo, cabrón, tengo los pezones a punto de reventar.

En un rápido gesto, María se quitó la chaqueta y el top que llevaba y se sacó el sujetador dejando al aire sus dos preciosas tetas. Mientras me quitaba el cinturón y metía su mano entre mis calzoncillos, me agaché para chuparle los pechos, lamiendo primero sus pezones y succionándolos después.

-AGGGG, JODERRRRRRRRR, QUÉ BIEN TE LAS COMES..... esto lo voy a echar en falta, cabrón, me pones como una moto, cachonda perdida.

Me separé de ella, le quité mi polla de su mano y empecé a orinar. María me miraba con los ojos como platos, creo que nunca antes había meado delante de ella.

-Dios, cómo me pones!!!!!! Joder, ya tengo las braguitas completamente mojadas.

Me senté en el bidé y me lavé la polla mientras María se quedaba completamente en pelotas y empezaba a tocarse delante de mí, cosa que tampoco antes había hecho. Cogí sus braguitas y me las llevé a la nariz. Estaban completamente empapadas y olían a hembra en celo. Mi polla se endureció al instante.

-Deja de tocarte y ven aquí, le ordené en tono enérgico. María me obedeció y se acercó hasta donde estaba.

-Ahora, coge una toalla y sécame bien la polla y los huevos. Me obedeció de nuevo, sin rechistar y mordiéndose el labio inferior en señal de lujuria.

Cuando terminó de hacer lo que le había ordenado me cogió de la polla y nos dirigimos a mi cuarto, los dos completamente en pelotas.

-Hoy te voy a follar, María, te la voy a clavar hasta las pelotas y me voy a correr en tus tetas.

-JODEERRRRR, me tienes como una perra, haz conmigo lo que quieras, FOLLAMEEEEEE!!!!!!

La tendí boca arriba en la cama y me situé entre sus piernas. Flexioné un poco sus rodillas y metí mi cabeza entre sus muslos. Con el primer lametazo en el coño casi llega al orgasmo.

-AAAAGGGGGGGG, DIOSSSSSS, QUÉ GUSTOOOOOOOOOOOOO, SIGUEEEEEEEEEEEEEEEE, empezó a gritar mientras me metía su clítoris en la boca y empezaba a chuparlo, mientras con las manos amasaba sus tetas, jugando con sus pezones entre mis dedos.

-JODEEERRRR, ME CORROOOOOOOOOO!!!!!!!!!!! DIOS QUÉ PLACER, AGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG!!!!!!!!!!!!

Quedó completamente desmadejada sobre la cama, mientras un pequeño reguero de flujo y babas le caía desde el coño hasta el culo. Tendría que volver a cambiar las sábanas, pero eso me importaba una mierda.

-TIO, VAYA PEDAZO DE CORRIDA!!!!! No sé lo que me ha pasado al ver cómo manejabas la situación, me he excitado como nunca antes lo había hecho. Y al verte mear, verte la polla así, cómo me has ordenado que te seque, joder, qué gustazo.

Mientras me decía eso, se incorporó un poco y sin tener que decirle nada se tragó más de la mitad de mi polla. Jugaba con ella, haciendo círculos con la lengua en mi glande y succionando un poco. Con las manos me amasaba los huevos y hasta llegaba a pasarme un dedo por la raja del culo.

-SIGUE ASÍ, PUTITA, lo estás haciendo muy bien, chupámela hasta ponérmela bien dura. Ahora, los huevos.

De un modo sumiso, María se la sacó de la boca y empezó con mis pelotas, succionándolas y lamiéndolas como nunca antes lo había hecho. Me sorprendió un poco que incluso llegara con la punta de la lengua muy cerca de la raja del culo. No quise forzar la situación, pero me hubiera encantada que me hubiera comido el ojete. Cuando llevaba un rato con mis huevos en la boca, dí el paso que llevaba esperando tanto tiempo.

-Ahora voy a coger un condón y te voy a follar, ¿de acuerdo?

-SIIIII, FÓLLAME!!!!!QUIERO SENTIR TU POLLA EN MI COÑOOOOOOO

Cogí un condón, me lo puse ante su mirada atónita y la besé cálidamente.

-No te preocupes, no te dolerá, te lo prometo. Lo haré con mucho cuidado.....y tienes el coño encharcado, así que no te preocupes.

-Confío en ti, mi amor, me dijo con cara de sumisión y lujuria.

Me situé entre sus piernas de nuevo y empecé a pasarle la punta de la polla por los pliegues del coño, subiendo y bajando por él. Era una visión fantástica. Un coñito virgen cuyos labios mayores se abrían al roce de mi polla, completamente mojado y esperando que se la clavara.

-JODERRRRR, QUÉ GUSTOOOOOOOOO!!!!! como sigas así un poco más me voy a volver a correr antes de que me la metas, me dijo María completamente fuera de sí.

-SIGUEEEE, SIGUEEEEEE!!!!!!!!!!!!! AAAHHHHHHHHHH, QUÉ GUSTOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Yo tenía la polla a punto de reventar, y estaba viendo que como siguiera mucho tiempo así me iba a  correr sin metérsela. Así que me puse sus piernas en mis hombros, la besé de nuevo cálidamente y empecé a clavársela muy despacio.

-PUFFFFFFFFF, ME DUELE UN POCOOOOOOOOOO!!!!!!, PERO NO PAREEEEEEEEEESSSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!! LA SIENTOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!

-DIOS, QUÉ GUSTAZOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!, QUÉ COÑÑÑOOOOOOOOOOOO MÁS ESTRECHITOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

-SIGUEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!! SIGUEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!! YA CASI  NO ME DUELLLEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!

Mientras se la terminaba de clavar, empecé a masturbar su clítoris con mi mano derecha, haciéndole una paja bastante dura.

-AAAAAGGGGGGGGGGGGG!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!, ME CORRROOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!, SIGUEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!!! ME CORRROOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Se la terminé de clavar con un golpe de caderas. Cuando noté que mis huevos chocaban contra su culo, empecé a empotrarla de un modo bestial.

-AAAAAAAAAAAGGGGGGGGGGGGGGGG, JODERRRRRRRRRRRRRRRRRRRR, QUÉ GUSTAZOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! SIGUE FOLLÁNDOMEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!

-ME CORRRRROOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!, MARÍA, ME CORROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Varios chorros de leche salieron de mí y llenaron el depósito del condón, justo cuando María conseguía su tercer orgasmo. Quedamos los dos desmadejados encima de la cama, sudando a chorros y respirando con dificultad.

-Te quiero, Alberto, te quieroooooooooo, me soltó María llorando y abrazada a mí.

Al salirme de ella, el condón tenía un pequeño hilo de sangre que cayó sobre la sábana.

-Me has hecho tuya, y ha sido lo más maravilloso que me ha pasado nunca. ¿Qué vamos a hacer ahora?

-De momento lavarte un poco. Tu padre está a punto de llegar.....Con respecto a lo de antes, mañana hablamos y tomamos una decisión, ¿vale?

La despedí en la puerta, justo cuando su padre llegaba a recogerla. No quise salir a saludarlo, ni él tampoco hizo el ademán de querer hacerlo. Entré en la casa, me metí en mi cuarto y me dormí sobre los restos de lo que había sucedido, sin pensar siquiera que había quedado con Mercedes.

Eso queda para la próxima entrega.

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