miprimita.com

Mis infidelidades-05

en Hetero: Infidelidad

 

Llegué a casa con la idea de cenar algo e irme a la cama para descansar. Quería ir a la facultad por la mañana para sacar algún libro de la biblioteca que me sirviera para preparar la asignatura en verano.

 

- Veo que sigues empeñado en darnos disgustos a tu padre y a mí, me soltó mi madre nada más abrir la puerta.

 

- Vaya, creo que he vuelto a los quince años, dije con una sonrisa sarcástica.

 

- Déjate de tonterías, Alberto. Son casi las dos de la madrugada ¿Cuándo piensas empezar a estudiar? Porque ahora, con tu nuevo trabajo, dijo en tono burlón, las tardes las tienes perdidas. Y si sales todas las noches hasta tan tarde, no creo que por las mañanas estés en condiciones de hacer nada.

 

- Déjalo estar, mamá. No tengo ganas de más broncas. Si te quedas más tranquila, a partir de la semana que viene empezaré a estudiar. Quiero ir mañana viernes a la biblioteca de la facultad a coger algunos libros que me harán falta para preparar la asignatura. Pero ya te digo que este fin de semana me lo tomo de vacaciones, así que no me insistas más.

 

- Haz lo que quieras. Tu padre y yo nos vamos el fin de semana al pueblo a visitar a tu abuela ¿Por qué no vienes con nosotros? Podemos hablar de todo lo que ha pasado y arreglar las cosas que….

 

- ¿Arreglar qué? Dije gritando y haciendo aspavientos. ¡Por Dios, que solo es una puñetera asignatura! ¡Dejadme hacer mi vida, sólo os pido eso!

 

- A mí no me hables así…..

 

La dejé con la palabra en la boca y me encerré en mi cuarto pegando un portazo. Me metí en la cama pensando que mi madre estaba desarrollando la habilidad de fastidiarme cualquier cosa buena que me pudiera suceder. Lo que había pasado un rato antes con Mercedes había estado bastante bien; tan bien, que al recordarlo tuve una erección tremenda y sólo pude dormirme al hacerme una buena paja a la salud de mi nueva alumna.

 

Me despertó el teléfono, que sonaba sin parar. Mis padres no estaban y tuve que correr para descolgarlo antes de que se cortara la llamada.

 

-¡Hola, buenos días, soy María! Imagino que Alberto seguirá durmiendo y…..

 

- Buenos días, María, dije con una voz pegajosa y ronca.

 

- Hola, pensaba que era tu madre. ¿Te pasa algo, Alberto? Vaya voz. Seguro que anoche saliste de juerga y te levantas ahora mismo con un resacón de cuidado. Pues deberías estar estudiando, que vaya disgustos nos estás dando a todos últimamente.

 

Corté la bronca diciéndole que tenía que ducharme rápido porque había quedado con un amigo para ir juntos a la biblioteca de la facultad y se me hacía tarde.

 

- Está bien, luego te llamo. Y, por favor, céntrate en lo verdaderamente importante y no hagas más el tonto. Te quiero.

 

- Hasta luego.

 

Tras una ducha reparadora y un desayuno a base de café y magdalenas me fui a la biblioteca. Antes, en la cocina, había visto la nota que me habían dejado mis padres antes de marcharse al pueblo. Fue un alivio pensar que tenía todo el fin de semana para mí solito, sin tener que rendir cuentas a nadie.

 

La facultad estaba desierta. Sólo los alumnos que debían revisar alguna nota y el personal que trabajaba allí hacían acto de presencia en la primera semana de julio. Saqué un par de libros que me había recomendado el profesor de la asignatura y me volví rápidamente a casa para preparar la clase con Mercedes. Debo reconocer que estaba bastante nervioso por lo que había pasado la noche anterior; qué coño, nervioso y súper excitado.

 

Llegué a casa dispuesto a preparar algo de almuerzo, pero al buscar en el frigorífico vi que mi madre me había dejado comida preparada como para una semana y salí a tomarme una cervecita antes de comer. Al entrar en el bar de costumbre me encontré con Miguel.

 

-¿Qué tal compañero, cómo lo llevas?

 

-¡Hola Miguel! Bien, la verdad. Mis padres se han ido de fin de semana. Y como mi madre ha dejado comida preparada para un regimiento, estoy de aperitivo. Si quieres te invito a almorzar.

 

-Gracias Alberto, pero no puedo.Ya me iba. He quedado con unos amigos a comer. Luego nos vamos también de fin de semana. Por cierto, uno de nuestros alumnos ha tenido un pequeño accidente jugando al fútbol. Hoy ha aparecido con muletas.

 

-No me digas, me hice el sorprendido. Yo los dejé a los dos sanos y salvos ayer por la tarde, jajajaja. Por cierto, que tengo otra alumna; anoche no te dije nada, pero Mercedes, la hermana de Juan, me ha pedido que la ayude con las mates.

 

-Pues precisamente su hermano es el que se ha fastidiado el pie. Tiene un esguince bastante gordo.

 

--Vaya tela. Bueno luego veré a ver qué tal está.

 

-Te dejo, Alberto. El lunes nos vemos.

 

Me tomé un par de cervezas y me fui a casa al recordar que María me dijo que me llamaría. A las dos y media en punto sonó el teléfono.

 

-Buenas tardes, calamidad. ¿Se te ha pasado ya la resaca de anoche? Me ha llamado tu madre desde el pueblo.

 

-Ya está la patrulla del bien dándome otra vez la lata. ¿No tenéis nada mejor qué hacer?

 

-Tranquilo, chaval. Deberías valorar lo que nos preocupamos por ti. Yo solo quiero.....

 

-Mira, María, ya estoy harto de que me controlen todo lo que hago. Te lo dije ayer y te lo vuelvo a repetir hoy. Quizás lo mejor sea deja pasar un tiempo para que los dos nos aclaremos. Yo no quiero hacerte daño, pero tampoco puedo ser como mi madre y tú queréis que sea. Necesito mi espacio y.....

 

-¿Estás cortando conmigo por teléfono???

 

-No, María. Te estoy diciendo que nos demos un tiempo.

 

-Tú lo que quieres es tener todo el verano vía libre para poder follarte a quien se te ponga tiro y no tener remordimientos. Eres un puto salido que no valora lo que los demás hacemos por ti. Pero si es esto lo que quieres, por mi parte no hay problema. El lunes me voy a Londres y ya no te molestaré más. Adiós.

 

Y colgó. Me dejó mal cuerpo, la verdad. Es cierto que me estaba asfixiando en mi relación con ella, pero no me gustó nada el tono y el motivo que ella adujo para la ruptura. Joder, un puto salido, decía; ¡pero si aún no habíamos follado siquiera!

 

Me calenté algo de la comida que mi madre había dejado y me dispuse a almorzar. No dejaba de darle vueltas a la conversación con María. Mientras más lo pensaba, más me enfadaba. Coño, que el único sexo que teníamos era cuando ella estaba cachonda perdida y no paraba hasta que la pajeaba o le comía el chocho. ¿Y me llama a mí puto salido?.....

 

Tras tomarme un café me metí en mi cuarto a preparar las clases de la tarde. Estaba bastante nervioso y excitado por mi reencuentro con Mercedes. No quería meter la pata y no sabía cómo iba ella a reaccionar después de lo que pasó la noche anterior. En fin, que pase lo que tenga que pasar, me dije antes de salir de casa camino a mi nuevo trabajo.

 

La primera clase se me pasó volando. Mi alumno, imagino que por ser viernes, tenía pocas ganas de trabajar, así que fui yo quien prácticamente hizo los ejercicios que teníamos programados. Me pagó su madre, me comentó lo del accidente del hermano de Mercedes y nos despedimos hasta el lunes.

 

Me dio un subidón al entrar en el salón de la casa de mis alumnos. Me esforcé en no recordar lo que había pasado en el sofá que tenía delante porque mi polla empezaba a dar muestras de una erección considerable. La madre me contó lo del accidente y me dejó con Juan en el salón, diciéndome que para él era más cómodo porque podía apoyar la pierna en el sofá. La clase se limitó a que yo hiciera algunos ejercicios porque el chico, con la excusa de que le dolía bastante el tobillo, decía que no estaba muy concentrado. Me vino bien porque así tuve la cabeza ocupada toda la hora y no pensé en su hermana. Cuando terminó la hora, Juan llamó a su madre y le dijo que le dolía mucho. Tras una pequeña discusión, y comprobar que tenía el tobillo bastante hinchado, sus padres decidieron volver a llevarlo al hospital.

 

-Vaya, parece que se empeñan en dejarnos solos, dijo Mercedes cuando se fueron.

 

-Pues sí, dije yo bastante nervioso y excitado por la ocasión que se presentaba.

 

-Habrá que aprovechar el tiempo,¿no crees? volvió a decir mi alumna mientras me echaba los brazos al cuello y me besaba.

 

-He pensado mucho en lo de anoche, le dije mientras entrelazaba mi lengua con la de ella.

 

-Cállate y bésame, que llevo todo el día cachonda perdida. Me he tenido que masturbar tres veces de lo caliente que estoy.

 

La atraje hacia mí y la pegué a mi cuerpo para que sintiera cómo tenía la polla.

 

-UUMMMM, creo que mi amiguita está preparada y tiene ganas de fiesta, me dijo mientras me volvía a meter la lengua hasta la garganta.

 

Mientras la besaba, empecé a amasar esas dos tetas preciosas que tenía y que anoche me habían vuelto loco. Al principio por encima de la camiseta y el sujetador, pero en un momento las dejé al aire para poder disfrutar de ellas como se merecían.

 

-Dios, qué tetas más bonitas, me encantan, le dije mientras jugueteaba con sus pezones entre mis dedos.

 

Sin mediar palabra me metí uno en la boca y empecé a pasarle la lengua, sintiendo como se iba endureciendo con mis lamidas.

 

-AAAGGGGG, DIOS, QUÉ GUSTO!!!! me encanta como te las comes, me dijo Mercedes mientras llevaba su mano a mi paquete.

 

En un momento me desabrochó el cinturón y me bajó el pantalón mientras yo iba alternando las lamidas en uno y otro pezón.

 

-UFFFF, SIGUE, NO PARES, COMÉTELASSSSSSSSSSS, gritaba Mercedes mientras metía su mano en mis calzoncillos y sacaba mi polla.

 

-JODER, QUÉ DURA.

 

Mientras Mercedes me empezaba a pajear de un modo rítmico, abandoné sus tetas y empecé a bajarle el pantaloncito que llevaba junto con sus braguitas.

 

-A ver qué tenemos aquí, dije mientras posaba mi mano derecha en su coñito que ya estaba completamente empapado.

 

Antes de que dijera nada empecé a acariciarla, despacio primero y luego con más ritmo, llevando mis dedos hasta su clítoris, lo que hizo que empezara a gritar de placer.

 

-SIGUEEEE, NO PARESSSSSS, SIGUE TOCÁNDOME HASTA QUE ME CORRA, me gritaba mientras aumentaba el ritmo de la paja que ella también me estaba haciendo.

 

-DIOS, QUÉ RRRIICOOOOO!!!! como sigas así me corro ya mismo.

 

-Espera, vamos a mi cuarto.

 

Sin soltarme la polla me llevó hasta su cuarto y al entrar en él me tumbó en la cama. Me sacó los pantalones y los calzoncillos, ella se se quedó completamente desnuda y se acercó de rodillas a mí, metiéndose la polla hasta la garganta.

 

-JODERRRRRRRR, QUÉ GUSTAZOOOOOOO. DIOS, QUÉ BIEN ME LA CHUPAS

 

Se la tragaba hasta la garganta y se la sacaba por completo, dejándome un reguero de babas que caían hasta mis huevos. En un rápido movimiento se dió la vuelta y se colocó encima de mí para que yo también le comiera el coño. Se lo abrí con los dedos y le pasé la lengua de arriba a abajo, desde el clítoris hasta el culo.

 

-AAAGGGGG, SIGUE,SIGUE, CÓMEME EL COÑOOOOOOOO!!!!!!!

 

Mientras me decía esto aumentaba el ritmo de la mamada y me di cuenta de que no iba a tardar mucho en correrme. Así que se la saqué de la boca como pude y le dije:

 

-Hoy no me voy sin follarte. Quiero clavártela hasta el fondo y correrme en tus tetas. Así que ven aquí, preciosa.

 

Tumbado boca arriba como estaba, con la polla mirando al techo de su cuarto, Mercedes se subió a horcajadas sobre mí y se dirigió la polla a la entrada de su coño.

 

-Puedes correrte dentro si quieres, tomo la píldora desde que tengo novio.

 

Empezó a jugar con mi polla, restregándosela por la entrada de su encharcado coñito, mientras gemía de placer.

 

-JODEERRRR, QUÉ GUSTOOOOOOOO, QUÉ PEDAZO DE POLLAAAAAAAAAA, ME CORRRROOOOOOOOOO!!!!!!!!!

 

En ese momento se la clavé de golpe, hasta los huevos. Le entró con una facilidad pasmosa debido a lo mojada que estaba, tanto, que su corrida empezaba a resbalarme ya por las pelotas y estaba poniendo perdida su cama.

 

-DIOOOOSSSSS, QUÉ COÑOOOOOOOOOOOOO, JODERRRRRR, TOMA POLLAAAAAAAAAAAA

 

-NO TE PARES AHORAAA, SIGUUUUUEEEEEEEE, ME ESTOY CORRIENDO OTRA VEZZZZZZZZZZ

 

Empalmó un orgasmo con otro y empezó a soltar flujo como una fuente, mientras le temblaban las piernas y sus pezones se ponían como piedras de duros.

 

-AAAAGGGGGGGG, ME CORRROOOOOO YO TAMBIENNNNNNNNNNNN, TOMAAAA LECHEEEEEEEEEEEE

 

Tuve una corrida brutal. Varias ráfagas de leche inundaron el coño de Mercedes, que entre mi corrida y la suya estuvo un buen rato soltando líquido, mojando mis pelotas y dejando una buena mancha en sus sábanas.

 

-Dios, qué pedazo de polvo, me decía mi alumna con la respiración entrecortada y abrazada a mí.

 

-Joder, ha sido genial, le decía yo casi sin poder hablar por el esfuerzo y besándola dulcemente.

 

-Creo que deberíamos vestirnos y tú deberías irte. No es que te quiera echar ni mucho menos, pero ya ha pasado con creces la hora de la clase y vaya a ser que vuelvan mis padres.

 

-Sí, llevas razón. Este fin de semana estoy solo en casa. ¿Te apetecería volver a repetirlo?

 

-Joder, pues claro, me pones como una moto. Iré luego por el pub de anoche, aprovechando que mi novio se ha ido de fin de semana.

 

-Luego nos vemos, preciosa.

 

Me despedí con un buen morreo y me fui a mi casa a ducharme y a pensar en lo que había pasado.

 

El fin de semana no había hecho más que comenzar y estaba saliendo genial. Luego vendría lo de María, pero eso os lo cuento en la próxima entrega.

 

Espero comentarios