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Maestra poseida XX

en Dominación

 

Capitulo 20

 

El sueño de Puri fue inquieto, a lo mejor porque el persistente fluctuar de la televisión le recordaba lo que ella había hecho. Ella sofocó el pensamiento de que había disfrutado de todo hasta el punto de experimentar repetidos orgasmos. Aquí estaba, encerrada con llave, prácticamente desnuda, en una jaula para perros, y con un vídeo muy explícito de ella misma y otra mujer jugando una encima de la otra, y su coño estaba completamente empapado por su excitación. ¿Cómo podría alguna vez volver a una vida “normal”?.

 

 

 

Mientras estos pensamientos pasaban por su mente las luces se encendieron y oyó dos pares de pasos bajar por la escalera. No podía ver quién venía y esperó que uno de ellos no fuera Eugenia.

 

 

 

Yolanda apareció seguida por Ana con una cadena. Puri respiró tranquila. Ana abrió su jaula y Puri se arrastró fuera estirando sus piernas al arrastrarse fuera. Luego se quedó arrodillada esperando que ello agradara a la señorita García.

 

 

 

"Ana va a ayudarla a ducharse para que podamos salir esta noche, mascota. Quiero que usted le agradezca su ayuda. Use su imaginación. Le he mandado que después me informe y espero que no me decepcione."

 

 

 

Ana guió a Puri hasta el pequeño baño en el otro lado del sótano. Ella se arrodilló y quitó los tacones de Puri y las medias. Luego le que quitó el liguero y finalmente su collar. Ana se quitó su propio collar, excepto sus tacones, y llevó a Puri a la ducha diminuta después de ajustar el agua a una temperatura cómoda.

 

 

 

Ana tomó el jabón y enjabonó el cuerpo exhausto de Puri. Masajeó sus agotados músculos con sus manos resbaladizas. Una vez que Puri estuvo limpia, Ana empezó a darle masaje y a frotar sus pechos con los pezones hinchadas. Una mano resbaló hacia abajo y acarició su coño caliente. Mientras los dedos de Ana resbalaban de arriba a abajo por encima de su abertura y por encima de sus pezones, las caderas de Puri empezaron a oscilar de un lado a otro.

 

 

 

Rápidamente se perdió en una niebla mientras su cuerpo respondía a las expertas manipulaciones de Ana. En ninguna otra parte el cuerpo de Puri había experimentado un orgasmo tan intenso como ese, que hizo que sus rodillas se debilitaran y habría resbalado al suelo si no hubiera tenido empotrados tan profundamente en su coño los dedos de Ana.

 

 

 

"Ahora es su turno", le dijo Ana mientras suavemente empujaba a Puri en el hombro para que se pusiera de rodillas.

 

 

 

Con la caída del agua de la ducha calurosa encima de su cuerpo, Puri en una especie de deslumbramiento, se arrodilló delante de la chica y posó su boca en los abiertos labios del delicado coño de Ana, y empezó a recorrer su lengua de arriba a abajo por encima de su clítoris hinchado. Cuando Puri bajó de su nube se dio cuenta de lo que estaba haciendo y trató de retirarse, pero Ana mantuvo su cara firmemente sujeta contra su coño.

 

 

 

Las secreciones del coño de Ana fluyeron hacia los labios de Puri. Sus caderas empujaban hacia delante, apretando la cara de Puri en su coño mojado. Después de su orgasmo, Ana retiró a Puri retrocediendo sobre sus pies y le dio un duro y hondo beso al que Puri, para su desmayo, respondió entusiásticamente. Finalmente, Ana rompió el beso y terminó de ducharse con Puri. Las dos juntas salieron de la ducha y se secaron la una a la otra. Puri se desanimó al comprobar que realmente sentía una gran atracción por esta joven.

 

 

 

Ana se puso su collar y entonces ató el collar de Puri alrededor de su cuello. Puri se puso sus tacones bajo la dirección de Ana, y con Ana llevando las desechadas medias y el liguero, las dos salieron del baño humeante.

 

 

 

Cuando las dos esclavas desnudas entraron en el sótano vieron a Yolanda sentada en la cama, mirando la televisión.

 

 

 

"Su ropa para esta noche está allí, en la silla. Vístase y que Ana le arregle sus cabellos y cosméticos. Me arreglaré arriba mientras. Puse su bolso allí con todos los artículos que necesitará. Asegúrese de traerlo cuando salgamos. Ana, cuando termines, Alberto quiere usarte arriba en su cuarto. Asegúrate de ponerte un vestido antes de aparecer para que no asustemos a nuestra pequeña huésped."

 

 

 

"Sí, señorita García", respondieron las dos esclavas al unísono.

 

 

 

Puri se acercó a la silla y halló un par de tacones rojos de 12 cms., un par de vaqueros y un top. Puri se puso primero el top. Lo halló por lo menos 2 tallas demasiado grande. Después de atar las cintas encima de sus hombros, ajustó las correas para que se cubrieran sus pechos tanto como fuera posible, que no era mucho, y la cintura quedara en su lugar. Sabía que se la estaba preparando para una nueva tarde de turbación. Ella no estaba segura de que pudiera hacerlo de nuevo. Puso los tacones en sus pies y enhebilló las correas en sus tobillos. Sus pechos se le salían del top con el movimiento más ligero.

 

 

 

Expertamente, Ana le aplicó los cosméticos y arregló sus cabellos como a cualquier adolescente le encantaría. Se cambiaron sus pendientes por unos aros más grandes en cada uno de los cinco agujeros.

 

 

 

Cuando Puri se miró en el espejo se asustó al verse. Parecía más una adolescente que en alguna ocasión anterior con la ropa y los cosméticos. Los cabellos y los pendientes eran los toques finales. Los tacones y el top la hacían parecerse a una prostituta adolescente de ronda. No podía salir en público como estaba.

 

 

 

Ana resbaló un vestido por encima de su cabeza y le dio un beso fugaz a Puri y subió la escalera para encontrarse con su amo. Puri se quedó allí esperando a su dueña. Ella usó el tiempo para mirar su bolso y halló el consolador negro, su consolador anal, las pinzas de los pezones y 11 preservativos. "¿Qué habrá planeado para esta noche?", masculló Puri. “Espero que la comida sea parte de su plan. No he comido nada desde ayer y no fue mucho”.

 

 

 

Al poco, Yolanda bajó llevando una falda elegante y suéter con calcetines blancos y

 

zapatos de tenis. Verdaderamente estaba muy atractiva.

 

 

 

Agarró la traílla de Puri, "Vamos, mascota, tenemos lugares a los que ir y personas a las que ver."

 

 

 

Puri descubrió que caminar sobre los tacones altos hacía que su cuerpo oscilara de lado a lado ligeramente, lo que amenazaba con hacer que sus pechos se escaparan por los lados del top. Tendría que caminar muy cuidadosamente.

 

 

 

Mientras circulaban por el pueblo en el 4x4 de Alberto con Yolanda al volante, Puri esperó con miedo para ver qué había planeado su dueña para esa noche. No tuvo que esperar mucho.

 

 

 

"Bueno, mascota, esta noche vamos al "Cubo", un local para adolescentes con bolera, pizzería y sala de baile”.

 

 

 

Los mayores miedos de Puri se cumplían. Iba a ser expuesta ante una horda de adolescentes como una adolescente caliente que quiere acción.

 

 

 

"Primero vamos a tomar una pizza y unas Coca-Cola. Luego buscará por lo menos seis tipos diferentes y los llevará individualmente o en grupo fuera al 4x4 y muéstreles sus mejores encantos. Quiero 6 preservativos llenos y en su bolso para mí esta noche. Anúdelos firmemente para que así no goteen."

 

 

 

"Señorita García, su mascota no puede hacer eso. Hay niños de nuestra escuela que van allí."

 

 

 

"Pues será mejor que sea cuidadosa entonces. No querrá que nadie conocido la vea así, ¿no?".

 

 

 

"Por favor, señorita García, su mascota ruega ir a alguna otra parte."

 

 

 

"Basta de gimoteos. Quiero ir allí y allí iremos. Si no puede o no hace cuanto se le dice se le castigará severamente y entonces se expondrá su historia pictórica. Papá hizo varias copias de su vídeo."

 

 

 

"Señorita García, su mascota hará lo que se le mande, pero ruega por su compasión y comprensión."

 

 

 

Yolanda estacionó el 4x4 en una esquina oscura y le quitó el collar a Puri. “Venga, vamos a comer primero, porque tiene mucho que hacer esta noche y necesitamos anunciar que está aquí.”

 

 

 

Puri siguió a Yolanda al "Cubo", muy consciente del despliegue de sus pechos bajo el top demasiado grande. Yolanda halló una mesa en el centro de la pizzería y envió a su mascota a pedir unas porciones de pizza con una Coca-Cola y agua.

 

 

 

Puri caminó hacia la barra muy consciente de que sus tacones hacían que su trasero oscilara y de que sus pechos amenazaban con salirse del top en cualquier momento. Hizo su pedido y se quedó esperando de pie, tratando de esconderse mientras lo esperaba. Inspeccionó la muchedumbre buscando caras que pudieran reconocerla y necesitaba evitar y también buscando perspectivas para completar su misión. Su cara se ruborizó cuando se dio cuenta de que estaba examinando un cuarto lleno de muchachos adolescentes para hallar a seis tipos que la dejaran recoger su semen.

 

 

 

Cuando le sirvieron el pedido, Puri volvió con la pizza y las dos bebidas a la mesa. Yolanda le indicó que debía estar de pie y le dio un pedazo de pizza.

 

 

 

 

 

"Ésto debe darle bastante energía para acabar la tarde. Coma rápido y luego póngase en marcha. Tiene 2 horas."

 

 

 

Una agradecida Puri se comió la pizza, aunque no la saboreó. Su mente estaba en lo que se la obligaba a hacer ahora. Se espantó también porque podía sentir el crecimiento de la humedad en su coño mientras pensaba en lo que ella iba a hacer. En cuanto terminó la pizza, Puri se encaminó al área de juegos. No tenía ni idea de cómo empezar para que el primer muchacho la acompañara al 4x4. Cuando estaba diseñando su estrategia, oyó que alguien le decía "hola". Se volvió y se halló cara a cara con un joven bastante bien parecido.

 

 

 

"Hola", contestó.

 

 

 

Iniciaron una conversación agradable y Puri se dio cuenta de que sus ojos parecían ser constantemente arrastrados a sus pechos semidesnudos. Después de aproximadamente 10 minutos de charla, Puri finalmente hizo acopio del valor necesario para preguntarle si le gustaría dar un paseo. Naturalmente que estaba más que deseoso. Cuando salieron, Puri se dirigió hacia el 4x4. Esperó tener el valor de llegar hasta el final.

 

 

 

Cuando estaban al lado del 4x4, Puri se tragó su orgullo e inclinándose hacia él, le dio al joven un beso con lengua. Dejó que sus manos vagaran libremente por encima de sus pechos. Puri estaba avergonzada de sentirse excitada por esta acción perversa, pero ella se convenció de que se la forzaba a hacer ésto. Abrió la puerta del 4x4 y se introdujo en el vehículo con su compañero. Después de cerrar con llave la puerta Puri supo que completaría su “trabajo”.

 

 

 

Puri resbaló las cintas de sus hombros dejando que el top cayera, desnudando sus pechos para su joven aspirante. Él empezó a chupar sus pezones y ella abrió su bolso y sacó el primer preservativo. Puri había pensado que chupársela a los seis tipos no estaría demasiado mal porque ellos simplemente iban a llenar de semen un preservativo y eso era, en su mente, aceptable. Pero su coño no hacía más que enviarle señales a su cerebro de que necesitaba ser penetrado. Puri se quitó sus pantalones mientras su amante se sacó su polla gruesa y dura de los suyos.

 

 

 

Puri abrió el preservativo y se lo puso delicadamente en la polla del muchacho. Entonces se echó de espaldas, abrió sus piernas y tiró del joven sobre sí misma, guiando su polla hacia su agujero humeante. El muchacho estaba tan excitado por el hecho de estar follándose a aquella muchacha mayor que duró sólo unos 15 minutos antes de eyacular en el preservativo. Él se derrumbó sobre una frustrada Puri. Acababa de entrar en el ritmo cuando él terminó. Forcejeó para salir de debajo del joven y cuidadosamente le quitó el preservativo de la polla y con mucho cuidado ató el extremo para que nada goteara fuera.

 

 

 

Puri se apresuró a vestirse y hacer que el joven se fuera para poder volver a entrar a buscar al segundo, con el que esperaba poder apagar el fuego de su coño. Ella miró su reloj y se asustó al ver que había estado con este tipo 45 minutos. Ella sólo tenía

 

1 hora y 15 minutos para llenar otros 5 preservativos más. No podía creer que tuviera que degradarse hasta el nivel de “recaudar” semen para agradar a su dueña. Pero tenía que proteger a su familia. Apresuró el tipo para que saliera del 4x4 y rápidamente regresó al local para buscar al segundo “donante”.

 

 

 

Puri se decidió por una aproximación directa dado que su tiempo volaba más rápido de lo que esperaba.

 

 

 

Vio a un tipo rubio, alto y musculoso cerca a la puerta y caminó directamente hacia él con sus pechos amenazando con salirse por los lados de su top en cualquier momento.

 

 

 

"¿Podría ayudarme?", preguntó.

 

 

 

Una rápida mirada a la prácticamente desnuda maestra y él contestó, "Seguro. ¿Cuál es el problema?".

 

 

 

"Necesito algo de ayuda en mi 4x4", respondió la avergonzada maestra. No podía creer que se estaba ofreciendo a este joven sólo para ordeñar su polla para obtener un preservativo lleno de semen. No reconoció a esta persona que había llegado a ser. Puri tomó su mano y lo lleva fuera al parking.

 

 

 

Cuando Puri llegó al 4x4, abrió la puerta e invitó al asustado muchacho a que entrara. No podía creer que ésto le pasara a él.

 

 

 

Puri cerró la puerta y resbaló las correas de sus hombros mientras besaba apasionadamente al asombrado muchacho, metiendo su lengua en su boca. Sus manos empezaron a acariciar y apretar los pechos de Puri y sus pezones hinchados mientras luchaba por quitarse sus pantalones y sacarse la hinchada polla. Una vez hubo liberado su dura polla de sus vaqueros, ella inmediatamente le colocó un preservativo al excitado muchacho.

 

 

 

"Por favor, no eyacules demasiado pronto", jadeó mientras tiraba al muchacho entre sus piernas.

 

 

 

Puri podía sentir el roce del preservativo encima de su clítoris y penetrando hondo en su agujero en ebullición. Gracias a los movimientos de caderas de Puri, alcanzó un orgasmo intenso rápidamente y envolvió sus piernas alrededor del confiado muchacho rubio para darle un descargo rápido. A ella le asombró que tuviera tanta resistencia y la llevó a un segundo y más poderoso orgasmo antes de hacer erupción en el preservativo.

 

 

 

Puri estaba débil por sus orgasmos y se quedó recostada calladamente durante varios minutos con la joven polla encogiéndose todavía en su coño antes de darse cuenta de que necesitaba ponerse en marcha de nuevo. Cuidadosamente salió de debajo del muchacho y le quitó su lleno preservativo y lo ató firmemente. Mientras volvía a ponerse el top, Puri miró su reloj y se asustó al ver que este tipo había usado 35 minutos de su tiempo. Se puso frenética cuando se dio cuenta de que sólo tenía 40 minutos para llenar 4 preservativos más.

 

 

 

Agradeció al muchacho su “ayuda” y se dio prisa en regresar al local. En cuanto entró vio a un grupo de muchachos de su escuela. Sabía que no podía permitir que la vieran, así que retrocedió a toda prisa hacia el parking. “¿Qué voy a hacer ahora?”, deseó saber.

 

 

 

No se necesitaba ser muy inteligente para saber que si no cumplía su “misión”, su dueña la castigaría severamente, así que detuvo a dos muchachos que iban a entrar en el local.

 

 

 

"¿Podríais ayudarme con mi 4x4?”, preguntó. Odió haber permitido que la forzaran a hacer aquello, pero no tenía alternativa.

 

 

 

"Seguro", contestaron mirándose de soslayo el uno al otro.

 

 

 

Puri los llevó al 4x4 y abrió la puerta, invitándolos a entrar. No podía creer que actuara de esta manera, pero les dijo a los muchachos. "Necesito polla", dijo ella mientras alargaba la mano hacia sus cremalleras.

 

 

 

Los muchachos la ayudaron a sacar sus pollas fuera y acariciaron sus pechos que se le habían salido fuera de su top mientras le colocaba un preservativo a cada muchacho. Dio puntapiés para apartar la ropa y sentó a un muchacho en el asiento trasero del 4x4 y le dijo al otro muchacho que se colocara con ella en la parte posterior. Guió al muchacho para que penetrara su coño mientras recibía en la boca la polla del otro muchacho.

 

 

 

La pura depravación de su posición la hizo experimentar otro poderoso orgasmo mientras un muchacho disparaba su carga en su coño y el otro bombeaba una carga espesa en su boca.

 

 

 

Sabiendo que su tiempo se acababa, la cansada maestra “coleccionó” los dos llenos preservativos y empujó los muchachos fuera del 4x4. Examinó el parking y vio a tres tipos que estaban aparcando su coche cerca al 4x4. Le quedaba tan poco tiempo que no tenía alternativa. Se acercó a los muchachos y pidió su ayuda con el 4x4. Ellos miraron su apariencia y sus pechos casi fuera del top, y prontamente estuvieron de acuerdo.

 

 

 

Puri llevó a los tres muchachos al 4x4 y les ayudó a quitarse sus pantalones. Después de ponerles preservativos a los tres muchachos, Puri se colocó en la misma posición otra vez y guió a uno hacia su coño y tragó la segunda polla mientras sujetaba la tercera polla caliente en su mano, masturbándole despacio.

 

 

 

Como su coño estaba empapado con sus jugos, el muchacho que se la estaba follando duró bastante tiempo, durante el cual siguió chupando la polla del otro chico y masturbando al tercer muchacho. Finalmente, el muchacho disparó su carga de semen en su coño y, casi al instante, eyacularon los otros dos, y ella rápidamente recogió sus llenos preservativos y besó a cada muchacho despidiéndoles.

 

 

 

Puri se arregló tanto como le fue posible y cautamente fue al local para hallar a su dueña.

 

 

 

Puri encontró a Yolanda sentada a la misma mesa hablando con dos muchachas que no reconoció. Fue hacia ella y se quedó de pie silenciosamente, esperando que Yolanda la reconociera.

 

 

 

Yolanda la ignoró durante 10 minutos antes de mirarla y preguntar, "¿Ha hecho lo que se le dijo que hiciera?".

 

 

 

"Sí, señorita García."

 

 

 

"¿Se ha dado cuenta de que algo ha manchado su pantalón?", preguntó Yolanda con una sonrisa perversa.

 

 

 

Puri se miró abajo y vio en la entrepierna de sus pantalones una gran mancha oscura. Su cara adquirió varias tonalidades de rojo cuando la vio.

 

 

 

"Vaya y espéreme en el 4x4. Y recuerde que se ha retrasado 10 minutos."

 

 

 

Puri contestó, "Sí, señorita García."

 

 

 

Con los ojos bajos y muy agitada, Puri regresó rápidamente al 4x4 sabiendo que no había tenido éxito en evitar el castigo.