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Ana se va al mercadillo de su Ciudad

en Hetero: Infidelidad

Hola soy Ana como siempre ardiente y deseosa de tener una polla dentro que no sea la de mi marido, y salgo a ver si encuentro algunos trapitos en un Mercadillo de mi ciudad y descubro los placeres de ser mirada en los probadores improvisados de un mercadillo. A cambio experimento nuevas sensaciones con un jovencito mirón y un hombre con una gran polla, que son las que me gustan.

Como habréis deducido en mis anteriores relatos soy una mujer felizmente casada desde hace más de veinte años Ahora tengo 46 años y la edad no perdona estoy buenísima como me dicen los tíos. Mis pechos, bastante abundantes, hace tiempo que dejaron de mirar al frente, igual que mi trasero bastante ancho, pero aun firme. Soy muy morena de piel y tengo unos bonitos ojos marrones y el pelo corto. Estoy algo rellenita y tengo una frondosa mata de pelo suave que arropa mi coño.

Como todos los viernes acudí a la feria que hacen en la capital de la donde vivo. Un mercadillo de ropa y alimentación donde suelo comprar lo de la semana y conseguir algún vestido a muy bajo precio.

En uno de los puestos elegí varios vestidos y un bikini que estaban bastante bien de precio los necesitaba porque me había citado con un amigo a follar en una playa, sería la primera vez que le pondría los cuernos a mi marido y a mí me iban a meter una buena polla en mi coño.

La ropa pese a ser tallas menores a la mía. Dudaba entre comprarlos o dejarlos para otra ocasión cuando el vendedor, un gitano de unos cuarenta años que regentaba el puesto junto a su mujer y sus hijos, me sugirió que podía pasar a la furgoneta y probármelos tranquilamente en su parte de atrás.

Como necesitaba el bikini para ese verano y era una autentica ganga, entré por la puerta de atrás y pase a una especie de probador que tenían colocado en la furgoneta, bastante amplia y con una cortina que separaba la cabina de la parte trasera.

A mi lado había un espejo, y empecé a desnudarme no sin antes asegurarme de que la puerta estaba cerrada.   

Cuando me quité el vestido que llevaba, noté que había una pequeña abertura en la cortina y un ojo miraba a través de ella. Era el hijo menor de los dueños, que al parecer había decidido darse una buena razón de vista esa mañana. Pensé en marcharme y formar un escándalo, pero algo en mi interior me freno y seguí como si nada.

Mientras me probaba el primer vestido una sensación extraña me invadió, y note como se me humedecía el coño con la idea de pensar que alguien me estaba mirando y seguro que se estaba pajeando..

Decidí ofrecerle un espectáculo que no iba a olvidar fácilmente.

Tras quitarme el vestido preparé el bikini para ponérmelo. A simple vista, una mujer como yo, en un bikini tres tallas menor no era fácil deponérmelo..

En ese momento yo estaba en bragas y sujetador, y fui quitándome el sujetador, dejándolo caer hacía adelante mientras mis grandes tetas eran liberadas de su prisión. Lo dejé a un lado y me cogí los pechos hacía arriba, como había visto en alguna película porno.

Después, me coloque de espaldas por donde estaba el ojo mirándome y me fui bajando las braguitas dejándole ver una fantástica panorámica de mi culo. Incluso me abrí un poco de piernas para que pudiera apreciar parte de mi de los pelos de mi coño, estaba muy mojado, y deje que un dedo recorriera los labios de mi coño en un movimiento imperceptible para mi espía. Me abrí un poco más y deje que el agujero de mi culo asomara entre la carne de mis cachetes.

Me sentía como una puta, pero no podía contenerme. Me puse las dos prendas y me miré al espejo. El sujetador del bikini apenas podía sostener mis tetas, y mis pezones se salían de la tela, mostrando su dureza. En la parte de abajo, los pelillos de mi chocho marcaban el triángulo de la tanga blanco del bikini.

De repente oí un gemido a mis espaldas. Descorrí la cortina y me encontré con mi admirador.

Estaba sentado sobre sus rodillas y aferraba su polla semi tiesa entre sus manos manchadas de leche El chaval se había corrido a gusto mirándome e incluso alguna gota de su leche choreaban por la cortina, vaya cantidad de leche. Y le dije: ¡Serás pervertido!, le grité haciéndome la escandalizada. Lo siento, gimoteaba el chaval, nunca me había pasado, pero está usted buenísima.

Aquello me hizo sentir halagada, lo había puesto tan caliente que no había podido contenerse y se había hecho una paja a mi salud, pero decidí seguir con el juego.

Por supuesto, cuando se enteren tus padres te vas a enterar. Incluso puede que te denuncie a la policía

El chaval empezó a ponerse pálido y a gimotear suplicando perdón, clemencia, que sus padres no se enteraran o le darían una paliza. El chaval

Era jovencito pero muy guapo y su timidez me proporcionaba una perfecta coartada para mis planes.

Bueno – dije cambiando el tono – quizá haya un modo de reparar tu granujería.

Mientras decía esto me fui tumbado frente a él en el suelo de la furgoneta. Yo estaba cachondisima y deseando follarme aquel chaval.

Ya que tú te lo has pasado bien a mi costa, ahora es justo que sea yo la que disfrute, ¿no?

 Y diciendo esto me fui bajando la tanga dejando mi peludo chocho libre de toda presión. Con dos dedos me abrí mi húmedo coño y esperé que el chaval reaccionara. No tardó en reponerse de la sorpresa, y gateando se fue acercando hasta mi entrepierna, que estaba ardiendo, os lo juro, y pareció olisquear el material que le ofrecía. Me abrí aún más al notar su aliento en mi chocho.

A qué esperas para comerme el coño, chaval, quiero que me lo dejes limpio

El chaval pasó la punta de la lengua por mis labios de coño y un gustazo me traspasó la piel. Luego bajaba y subía su lengua, recorriendo el coño desde el agujero del culo hasta la pipa. Parecía querer meterse entre en mi coño.

Yo le cogía de la cabeza y lo atraía hacía mí mientras gritaba más y más cómeme bien el coño chaval, me sentía en el cielo. Que gustazo solo de recordarlo me pongo cachonda otra vez

Después un rato de estar comiéndomelo sentí que necesitaba algo más entre mis piernas y haciéndole parar me acerqué a su polla para calibrar el material., vaya que bien calzaba el gitanito tenía una polla que no estaba todavía tiesa del todo y tendría unos 18 cm.

 Estas muy bien dotado para tu edad, chaval le dije mientras cogía aquella maravilla de polla que estaba deseando tener en la boca.

Dicho y hecho, me la metí unos centímetros, solo el capullo y pude notar como aún quedaban restos de su anterior corrida. Una leche dulce y poco espeso, muy diferente al que solía darme de beber mi marido y otros. Me relamí y me la tragué hasta que noté sus huevos rozando mis labios. Luego empecé el sube y baja muy, muy lento, notando como su polla iba. Creciendo en mi boca y como cada vez me costaba más respirar y tragar aquella polla jovencita.

Cuando note que el chaval estaba a punto de correrse por segunda vez, paré bruscamente diciéndole Todavía no he terminado yo le dije, no te correrás hasta que yo te lo diga. Asintió con la cabeza, mientras yo volvía a colocarme abierta de piernas frente a él, notando como el frío suelo de la furgoneta erizaba el vello de mis piernas y como mi esplendoroso culo se amoldaba a los huecos que había en el suelo.

Luego me abrí todo lo que pude de piernas y le dije que se acercará. Agarré su polla, la más joven que nunca había tenido en las manos ni en el coño y la puse a la entrada de mi coño lleno de flujos que daban la impresión de que me había meado encima. El chaval fue metiéndomela lentamente en mi interior y su cara reflejaba la gana que tenía ya de correrse.

Fóllame, chaval, quiero correrme en tus cojones. Y que me inundes con tu leche, fuerte rómpeme el coño, hasta el fondo. Machote.

El chaval no se hizo de rogar y empezó a bombear con fuerza y el sonido de los caldos de mi coño entre su polla (un chip, chip escandaloso) me ponía aún más cachonda. Cada clavada me hacía ver las estrellas llegaba hasta el fondo y le clavaba las uñas en la espalda mientras él se aferraba a mis tetas como un bebe. Mordía y chupaba al ritmo de la follada, que me estaba dando. Nuestras piernas enlazadas impedían que la saque.

Yo le decía en la oreja a fin de provocarlo aún más.

"Te voy a enseñar lo que es una hembra con gana de macho de verdad", "te voy a dejar los huevos tan secos que no te vas a poder correr en una semana", "follame fuerte esa polla tan joven y dura que tienes, más más hasta el fondo campeón que gusto me estás haciendo correrme".

Sentí que me iba a correr como nunca antes y le apreté el culo contra mí y le ordene que se corriera ya, que llenara con toda la leche que tenía en los huevos, llevaba más de diez minutos de follandome fuertemente el coño y su polla cada vez más dura por su juventud.

Estando yo corriéndome, noté como un chorro de leche ardiente me quemaba todas las paredes de mi coño y me dejaba sin respiración, parecía el chorro de una manguera a presión. Parecía no acabar nunca de soltar leche y tuve que meterle mis bragas en la boca para evitar ser descubiertos por sus gritos cuando soltaba tanta leche en mi interior.

Los dos nos quedamos unos instantes uno dentro del otro, mirándonos a la cara como dos chavales y le llevé mis tetas a su boca para que calmara sus gritos

Mis pezones, duros como piedras, recibieron su lengua que poco a poco fue regodeándose entre la leche y los flujos con los que mis manos untaban mis Tetas.

Nos quedamos medio adormilados y al rato me saqué la polla, ahora flácida, del coño y me vestí, no sin antes pasarme las bragas por entre las piernas, limpiando el coño de leche y demás fluidos y se las dejé al lado saliendo sin despertarlo, porque se había quedado durmiendo ja ja.

Al salir le entregué los vestidos al padre del chaval y le dije que ninguno me convencía, pero que volvería otro día a ver si había más suerte.

 El padre sonrió y mirándome descaradamente, me saludo y me guiñó un ojo, haciéndome un gesto de que tenía algo en la cara.

Me llevé la mano a la cara y recogí una gota de leche que se escurría cerca del labio. Sonreí y recogiendo la gota me la llevé a la boca, el padre me dijo que yo estaba muy guapa y había visto la follada que me acababa de dar y por eso me iba a regalar un bikini pero se lo tenía que probar dentro de la furgoneta, me hice un poco la dura pero al fin acepté para ver la cara que pondría cuando me viera con esa prenda puesta, abrí la puerta y entramos, lo hice que se pasara al otro lado de las cortinas, ya el hijo se había marchado para la casa muy contento con la follada que me había dado, me puse el bikini de color morado tanga hilo dental que solo tenía un pequeño triángulo adelante que tapaba poco la mata de pelos y detrás la tira se perdía en la hendidura de mis nalgas, la parte de arriba dejaba ver bastante de mis grandes tetas y solo tapaba la zona de mis pezones, le dije que pasara para que me observara pero que no tocara, se quedó admirado de ver mi hermoso cuerpo a pesar de mi edad, en ese momento, me dijo que tenía muy bonitas piernas, y que mis tetas eran muy hermosas y deseaba estar mamándomelas en ese momento, se quedó observando el tanga por enfrente y me dijo que se me veía muy bonito mi abultado coño para meterme su polla, me di vuelta y de espaldas quedaban mis nalgas al aire completamente ya que solo era una tira delgada la que las separaba, me pase las manos sobre ellas y le hice unos movimientos como si tuviera una polla bien metida en mi coño y le hice unos paso de modelo para que observara el vaivén de mis hermosas tetas, me paré frente a él y le sopese mis tetas hacia delante, le di la espalda y le hice movimientos circulares con mis nalgas y movimientos hacia delante como si estuviera otra vez follando, eso lo puso a mil y se me acercó por la espalda apretándome contra él y pude sentir su gruesa polla apretado a mis nalgas, yo sentía las ganas de tener metida esa polla aunque más vieja pero más gorda que la del hijo en mi coño, pero todavía no lo podía dejar que me follara, quería sentir más placer de ser deseada, le rogué que me soltara, y le dije:

Que yo no quería follar más, que yo solo lo iba a dejar verme sino pediría ayuda a su mujer para que lo sacara del probador, el me rogó que no, que quería también follarme, y más me restregaba su polla en mis nalgas y empezó a acariciar mis tetas lo cual me puso más cachonda ,yo siempre me estuve haciendo la dura ,que no quería pero no era así, deseaba tener esa polla gorda bombeándome y rozándome mi súper mojado coño, él logra darme vuelta y quedo frente a mí y me estruja las tetas contra su pecho y con una mano me recorre mi espalda y llega hasta mis nalgas y me las empieza a magrear y apretarme contra él para que sienta su gorda polla, se aparta un poco y se inclina a mamarme las tetas lo cual hace que yo empecé a gemir que me pone aún más mojada, ya no le opongo resistencia y se inclina y me da una buena mamada de coño y de pipa que me hace estremecer, diciéndome “te voy a enseñar como follamos los gitanos a una paya calentorra como tú, porque al parecer te tiene mal follada el cabrón del payo de tu marido” se levanta y yo le tomo con mis manos su polla sobre el pantalón y siento que esta está casi reventando por salirse, le meto la mano y se la saco y noto que la tiene más gruesa que la de su hijo, me quedo pensando en que no la voy a resistir, pero ya no me puedo echar para atrás, el gitano padre ya está empalmado y si le digo que no me folle por la fuerza y me va a hacer más daño.

 Su gran polla está en su máxima erección, estamos de pié, me separa un poco el hilo dental y me la acomoda en la entrada de mi coño, él me la mete poco a poco, yo empiezo a gemir mientras me va entrando, siento que mi chocho se me parte en dos y mis labios se ven como si le estuvieran dando un beso, me la logra meter toda y poco a poco empieza el vaivén suavemente y conforme se va mojando su polla empieza a darme más rápido haciéndome disfrutar de una buena y gorda polla. Ohhhhhhh…….siiiiiiiiiii, me gustaaaaaaa, quiero maaaas, quierooo que me folleeees, siiiiii lo necesitoooooooo,vaya pedazo de polla,

Claro que sí, que creías que el padre no folla mejor que su hijo, te voy a dejar bien follada para que recuerdes lo bien que follamos los gitanos.

Ohhhhhhhh, siiiiiiiiiii maaaaas….que polla mas godaaaaaaa, como la sientoooooooo, maaas, maaaaaas maaaaaas-

Toma mi pollaaaaaa payaaaaa, como disfrutooooooo, que coño mas apretaoooooo, me encantaaaa, ohhhhhhh, vaya coño tiene la paya.

-Siiiiiiiiiii, soy una payaaaaaa, muy puta, quierooo maaaaas, follame más fuerteeeeeee, maaaaaas dameeeee, Me corrrooooooooooooooo, y yo también Y yooooooooooo, vaya forma de echar leche de gitano, estábamos ya cansados pero no paraba ni se le aflojaba.

Me acuesta en el piso de la furgoneta, me abre bien las piernas y poco a poco me la vuelve a meter y siento como me inunda toda mi coño, estoy gimiendo de placer, esta se resbala ricamente por la lubricación que le dan mis jugos ,estamos así por diez minutos y logro sentir donde se va a correr otra vez, donde me va a disparar su leche dentro de mi coño y lo aprieto con mis piernas para que su polla este toda dentro de mí, él quiere retirar su polla de mi coño y yo le digo que no tenga miedo porque yo ya no puedo quedar embarazada, quiero sentir todo su leche dentro de mí y no se escape ninguna gota, me llena toda, así se junta con la de su hijo.

Cuando terminamos y retiro su polla de mi coño le doy un gran beso y le digo que pronto voy a volver para que me den otras buenas folladas, mientras me quito el bikini él me está dando una buena mamada de tetas lo cual me pone nuevamente cachonda y me coloca en cuatro patas y nuevamente me la vuelve a meter en lo más profundo de mi coño, la cual siento enterita dentro de mí, me bombea cada vez más rápido jadeando de la excitación y a los pocos minutos de sus embestidas me dispara nuevamente su leche en lo más profundo de mi, son las mejores folladas que me he podido dar, vaya con el papá gitano me ha echado tres polvos en un rato, me saca su gran polla de mi coño chorreando leche y ya morcillón yo echando leche por el coño que parecía un grifo había recibido leche del hijo y del padre me incorporo a ponerme mi ropa, me limpio mi chocho con el bikini para dejarlo impregnado de olor a sexo, le digo que la próxima semana volveré a probarme más ropa y me dice que ese día me va a atender un amigo y que también me puede mostrar ropa interior y me la pruebe con él sin ningún problema, que también me deje follar yo le digo que por quien me ha tomado, y ni me dice, por una paya muy puta.

Tocan la puerta de la furgoneta, abrimos y es su mujer muy bien conservada y creo que de mi edad, que le pide entrar porque ahora ella le tiene que enseñar ropa interior a un hombre al cual yo lo observo de arriba abajo y está muy buen tipo y se le nota un buen bulto, él me dice que ahora le toca el turno a su mujer, esta cierra la puerta, mientras me despido y me pongo de acuerdo para la próxima follada, jajá.

Vemos enseguida moverse la furgoneta y al poco rato se escuchan los gemidos y quejidos de su mujer y el cliente, esta le pide que le de toda la polla que está muy caliente había escuchado a su hijo y a su marido follarme a mí., que le de toda la leche adentro y nada afuera, yo me marcho dándole un beso en la mejilla al gitano y el me toca mis tetas diciéndome que la próxima follada será mejor y con más tiempo y serán tres hombre solo para mi coño ,que no me iba arrepentir que su mujer las había probado ya ,y que llevaban ya tiempo poniéndose los cuernos.

 Mientras abandonaba el mercadillo contenta y pensando en el futuro tan excitante que la familia de gitanos me podía ofrecer y seguir follando con los gitanos, durante los fines de semana para no perder la costumbre, creo que con esto estaré surtida de polla un poco tiempo, ya os seguiré contando mis aventuras.

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