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Clau la Virgen

en Jovencit@s

En esta ocasión, les comentaré sobre Claudia, una chica que conocí un día por azares del destino en un lugar público. Cuando la ví por primera vez me gustó muchísimo, sin embargo debo adminir que no es la diosa que yo esperaba. Es una muchachita morena, delgada que carece de un trasero enorme pero cuya carencia compenza con un buen par de tetas. Es algo baja de estatura y de cabello lacio.

Esta chica en particular no era sorprendente para mí, lo único que yo quería era manosear un rato y nada más. Como consegí su número de teléfono le hablé e invité a salir un par de ocasiones con el cuento de querer conocerla (en verdad yo sólo deseaba fornicar con ella, nada más).

Cuando platicamos la primera vez, como siempre hago, trato de sacar por medio de ciertas preguntas la verdad sobre su vida sexual, costumbres y otros detalles para ver que puedo obtener de la víctima en cuestión. Grande fue mi sorpresa al saber que esta chica es muy apegada a la iglesia católica. Pero por ser fanática religiosa es una tonta en cuestiones de chicos. De hecho en esos momentos, es más, hasta el día de hoy no tiene novio y lo más importante, lo que más me llamó la atención, es VIRGEN.

En vista de lo anterior, decidí que algo habría que hacer para poner solución a su problema y empezé a maquilar un plan para lograrlo, pues como les comenté, siempre con su mojigatez por delante impedía que alguien entrara en acción.

Con este tipo de perritas castas uno tiene que andar despacio, por lo cual la primera cita fue en un parque donde casi no pasa la gente. Estuvimos platicando y yo aprovechaba para contarle mentiras piadosas al respecto del sexo y lo maravillo que puede resultar. Ella sólo se apenaba y comentaba que no, porque deseaba llegar virgen al matrimonio.

Aprovechando que estabamos sólos, aproveché y en un descuido la besé, a lo cual ella sólo se dejó guiar (después de todo, es humana). Como estabamos sentados y no podía tener mucha acción así, le comenté que ya me había cansado de estar sentado, de manera tal que nos levantamos y nos dirijimos hacia el mirador. Dejé que ella se adelantara y yo llegué por su espalda, abrazándola. Ella tímidamente dejó que esto sucediera. Cuando eso pasó, aproveche esa posición, la cual provoqué a drede para arrimarle mi pene (el cual estaba erecto) en su trasero y pues empezé a susurrarle palabras al oido; de repente callaba y le besaba las mejillas y ella parecía disfrutar eso, aunque con mucha pena. Cuando yo noté que ella ya estaba algo encendida, de repente, subí mis mano para tocar sus pechos a lo cual ella apenas si alcanzó a reclamar que no lo hiciera. Yo por dentro me reía y le decía con seriedad por fuera que no tenía nada de malo que la acariciara.

Después de un rato de caricias, me dijo que tenía que irse a su casa, cosa que no pude evitar por lo cual ella se fue y yo me quedé con el pene en su máxima expreisón. Ese día no sucedió absolutamente nada más que el manoseo. Quedé pensando como lograr mi objetivo primordial el cual ya sabemos cual era (para los que no sepan cual era el objetivo, este era el de poder cogérmela hasta que supiera para que estaba en el mundo).

Al pasó de los días sólo logré hablar por teléfono con ella, mis múltiples ocupaciones me impedían topármela. Una noche, la recordé porque estaba viendo un video porno titulado Virgin First Time (sabemos que eso es una mentira, pero el título es excitante) y fue cuando me decidí a hacerla mía, romperla por primera vez. En principio, dude que se fuera a dejar, así que tenía que preparar todo el plan de manera las cosas salieran lo mejor posible.

El plan era sencillo, echarle una mentira, llevarla a un motel con el pretexto de ir a recoger unas cosas que se me habían olvidado y pues meterme al baño y salir desnudo delante de ella. Otra era ir al motel y poner "accidentalmente" una película porno para decirle que si le daba curiosidad y quería aprender. En caso de que se negara a ser penetrada por el frente, emplear lo aprendido en un relato que leí apenas en el cual lo mejor era convencelar de que para llegar virgen al matrimonio me podía dar el culo y así no tendría problemas. En fin, estuve maquilando cualqiuer cantidad de alternativas posibles para llevar a cabo mi plan.

Finalmente, el día llegó.

Ese día andaba caliente así que le hablé por teléfono y le invité a tomar un café, con el pretexto de que quería platicar ya que me sentía triste. Ella accedió de inmediato y pues quedamos en la hora y lugar. Cuando llegó al café iba vestida de forma normal, nada fuera de lo normal, un pantalón azul de mezclilla y una blusa roja. Tomamos un par de cafés y me dijo que tenía que llegar temprano a su casa. Fue en ese momento cuando le pedí que me acompañara a visitar a un amigo que venía de fuera (fue de momento esa idea) que se hospedaba en un hotel (tuve que decir hotel en vez de motel) para recoger un encargo de mi madre y que después la llevaría a casa.

Ella no sabía la diferencia, así que salimos de la cafetería, tomamos un taxi y le pedí al chofer que nos llevará a Las Palmeras, un motel de la ciudad donde vivo. Ella no sospechaba nada. Cuando llegamos bajamos del taxi, este salió y yo le pagué. También le pagué el costo del cuarto a la encargarda discretamente para que no hubiera sospechas.

Subimos a la habitación la cual para su sorpresa estaba vacía, sólo con la cama, la TV un mueble para sentarse y el espejo, baño. Ella pusó cara de extrañeza como sospechando algo ya en esos momentos. Le dije que era probable que hubiera salido mi amigo. Le pedí que esperáramos un momento lo cual ella aceptó con dudas (pobre tonta, si hubiera sabido que nunca llegaría mi amigo). Después procedí a encender al TV y sintonizar el canal porno, cuando ella lo vió se tapó los ojos (ja, ja, ja, ja) y pusó cara de espanto. Entonces yo le expliqué que eso era sexo y que era bueno y bla, bla, bla, todo el rollo que le había dicho anteriormente.

En esos momentos, saqué un preservativo y se lo mostré, le dije que ese era el remedio para muchas cosas. Ella titubeaba, estaba nerviosa. Le dije que era momento que aprendiera el arte del sexo. Saqué mi verga, que estaba erecta y grande, recién afeitada. Le dije que la tocara y que le pusiera el condón. Ella temblaba de miedo, parecía saber que no tenía otra alternativa. Cuando me lo pusó, la sujete, la acosté en la cama y yo me puse sobre de ella.

Ella quería reclamar, pero tenía miedo, lo cual aproveche para empezar a desnudarla. La besé en los labios pero ella parecía rechazarme. Cuando por fin la tuve desnuda, ella me dijo que me detuviera. Entonces, le dije que estaba en edad, que no debería tener miedo y que no por esto se iba a ir al infierno. Entonces, abrí sus piernas, vi su concha completamente peluda y, cuando estaba a punto de penetrarla, me quité el condón sin que se diera cuenta, como era virgen podría tener confianza en ella. Después de eso, apunté mi verga en su entrada y empeze a tallarsela. Ella resperaba agitadamente. Yo comenzé a introducir mi pene lentamente dentro de ella, que empezó a quejarse por el dolor de la primera vez. Ví con placer como sangró lo normal al ser desvirginada, al ser penetrada por primera vez. Ella trató de safarze sin lograrlo y yo empezé a saciar mis instintos en ella, que ya tenía una lágrima en su rostro debido a lo turbada que estaba en ese momento. Wow, que ricura esa sensación.

Ella era mi títere ya que no se movía, sólo se quejaba la puse en varias posiciones y ella sólo se dejaba dominar por mí. Cuando por fin logré excitarle fue cuando noté que estaba húmeda. Fue en esos momento cuando la monté encima mío y le metí mi dedo índice en el culo.

Fue el único momento en que jadeo de placer. No hablaba, sólo jadeaba, la parecer le gustaba pero no sabía como expresar sus sentimientos.

Cuando iba a terminar, saqué mi verga y le eché el semén en la cara. Le dije: "Eres una perra, que rico coges, me encantó". Ella no sabía que decir. Le dije que era tarde y que como mi amigo no llegaba teníamos que irnos para que ella llegara a su casa. Le ordené que se limpiará el rostro y que se vistiera.

Ya más calmados y fuera del motel, caminando le pregunté sobre si le había gustado. Ella tímidamente me respondió que la principio le dolió, pero que la sensación fue rica, que le había agradado. Le dije, vas a ver que la próxima vez nos vamos a divertir más, mucho más. Tengo mucho que enseñarte.

Continuará.... más corto para no aburrir.

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