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Finalmente se casó...

en Hetero: Infidelidad

Pues, hace algunos días me encontré con una chava a la cual anduve tratando de ligar para llevarla a la cama. La muy perra resulto demasiado recatada y en el momento que anduvimos nunca pude llegar más allá de besos y agarrarle las tetas por encima de su blusa.

Fuimos según novios, pero únicamente de mano sudada y esas cosas. Ella era demasiado apegada a sus costumbres de la iglesia y pues no soltaba nada la muy mierda. La vez que más acción tuvimos fue cuando la metí al lugar donde trabajaba (después de horas de trabajo, claro) y le pegué un suculento arrimón y a pesar de que estaba excitada nunca me permitió ir más allá.

Vaya, su estúpido sueño era llegar virgen al matrimonio y soñaba con conseguir un hombre que fuera virgen también y que la respetara (echando en cara mi calentura obviamente). Tal vez resulte sorprendente, actualmente de 28 años y apenas se la debe haber cogido su esposo, porque resulta que ahora que la veo ya se encuentra casada.

Como a la mayoría de las mujeres, a pesar de que se las dan de muy listas, cuando les juegas control mental y las palabreas, siempre dudan y terminan haciendo pendejadas más grandes que uno quiere que cometan. Son tan manipulables las pobrecitas que me da risa cuando las feministas estúpidas se sienten superiores. Todo lo que tengo que decirles es ja, ja, ja. Hasta la cabeza de mi pene le da risa.

En fin, volví a encontrarme con ella y pues nos sentamos a platicar en una banca en el parque. Era un día soleado pero fresca y ella iba vestida más o menos normal. Llevaba sus jeans ajustados y una blusa negra. Yo empecé a sacar el tema de cuando anduvimos y le preguntaba qué es lo que había salido mal y cosas por el estilo. Ella me respondió que ella no quería que jugaran con ella pero la muy tonta terminó confesando que yo le gustaba demasiado y que tenía miedo de que la lastimara (a lo cual yo pensé que lo haría con gusto).

Ella es una mujer bajita de estatura, morena de cabello lacio y dulce mirada, labios finos y con unas tetas más o menos grandes con un culito escaso. Sin embargo, como siempre he pensado es mejor echarselos a ella que al drenaje. Después de platicar casi una hora ella me dijo que tenía que irse porque prepararía la comida de su esposo. Yo le dije que era un gusto verla y que si quería un amigo con quien "platicar" yo estaba dispuesto. Ella accedió y me pidió mi número de celular para hablarme.

Pasaron varios días y no sabía nada de ella. Vaya no me preocupaba pues no era algo muy importante y mis ganas de coger no eran de urgencia. De todas formas, si le interesaba iba a hablar tarde o temprano. El segundo encuentro se volvió a dar de forma casual cuando yo andaba ocupado caminando por el centro de la ciudad. Yo le hablé porque ella iba muy apresurada y le dije que me había quedado esperando su llamada a lo cual ella respondió que había andado apurada y que además sentía que era incorrecto hacer eso. Como era tarde, le invité a tomar un café chantajeándola con que me lo debía. Ella accedió a regañadientes.

Ya adentró tomando nuestra taza de café, le pregunté porque pensaba que era incorrecto. Ella dijo que pues era una mujer casada y que le gente pensaba mal (como siempre sacando sus pensamientos puritanos y grises). Yo le dije que no tenía nada de malo pues estabamos en un lugar público y que finalmente lo único que deseaba era platicar con alguien que me entendiera como ella lo hacía (ja, ja, ja, ja). Después de todo, le dije, sólo tú vas a lograr que tome el camino del bien (otra vez me reí por dentro).

Mientras charlabamos, yo le confesaba cosas meramente sexuales para ver cual era su reacción y le preguntaba sobre como le iba con su esposo. Ella no decía gran caso pues le daba pena. Sin embargo pude notar en sus palabras que debido a su represión interna por su pudor puritano estaba hartando a su marido.

Ella decía que no le gustaba hacer el amor con él cuando había mucha luz, que prefería la oscuridad en el cuarto. También me dijo que no le gustaba que la besaran por todos lados pues le ocasionaban cosquillas y además, aunque eso lo deduje yo, no empleaban diferentes posiciones a la hora del sexo.

Yo por mi parte le dije que tenía que ser mucho menos pudorosa pues los hombres se chocaban de eso y que tenía que ser más explosiva en la cama. Que debía permitir muchas cosas más. Ella me dijo que tenía miedo que su esposo la dejará por otra porque sentía un distanciamiento enorme a pesar de tener poco tiempo de casados. Ese miedo fue la clave de mi éxito con ella, me dio el arma para atacar. Yo le comenté que tenía unos libros sobre sexualidad en mi casa y se los ofrecí. Le dije que cuando quisiera leerlos que me hablara para prestárselos sin ningún compromiso. Esa tarde después de estar platicando más de una hora nos despedimos.

Esa tarde salí rumbó con un amigo del bajo mundo que tenía cierto de tipo de pastillas que sirven para desinhibir el comportanmiento o conocidos también como excitadores. Le compré un par de esas preciosas píldoras y me fui a buscar los libros de sexualidad. Tenía que tender la trampa.

Pasaron casi tres días hasta que recibí su llamada, me habló y me dijo que había estado pensando en lo que habiamos platicado y que deseaba leer esos libros. Yo le dije que no había ningún problema y que como estaba ocupado no podía salir en esos momento pero que fuera a mi casa por ellos. Me dijo que llegaba como en 30 minutos... el tiempo necesario para ponerme una playera de tirantes, unos shorts sin ropa interior abajo y moler bien las pastillas para dárselas en la bebida que le iba a invitar.

Cuando llegó abrí la puerta y clásico, me disculpé por el desorden pero le dije que estaba arreglando la casa. La invité a pasar y a sentarse en la sala y por supuesto "algo" de tomar. Ella entró con nerviosismo a la casa pero entró finalmente tratando de superar sus nervios. Le ofrecí una coca-cola y aceptó. Bingo, fuí a la cocina, vacié las pastillas perfectamente molidas y serví el refresco. Iba a ser cuestión de tiempo nada más. Le llevé el refresco y le dije que iba a buscar los libros que me esperara unos segundos. Bajé y el vaso de refresco había bajado una cuarta parte apenas. Yo le entregué los libros y empecé a mencionarle capítulos que debería leer. Como el libro venía ilustrado, había fotos muy sugerentes y pues yo aprovechaba para insinuar y preguntar intimidades. Mientra platicabamos ella seguía tomando el refresco hasta que por fin se lo acabo y yo seguía haciendo insinuasiones y rosando su piel para lograr que toda la combinación la excitara.

Al cabo de unos minutos, empecé a notar el efecto, pues sus pies no los podía mantener quitos y no dejaba de verme. Ella en un momento me dijo que quería irse ya pero yo la detuve y le dije que esperara un poco más. Serví otro vaso de refresco y cuando regresé ella notó que mi falo estaba erecto y me dijo, lo tienes de buen tamaño. Wow, ella ya se había atrevido a echarme un vistazo breguetero. Le dije, y eso que no lo has visto bien ni en acción. Ella enmudeció.

Le pregunté si había yo dicho algo malo y le dije que no tenía de que preocuparse, qué estabamos en confianza. Como era de día había mucha luz en la sala y no podía dejar de mirar mis shorts. Le dije, quieres verlo. Ella se negó. Como a pesar de que estaba excitada debido a las pastillas que le había suministrado y a la charla y no se atrevía a hacer nada, tuve que acercarme más a manera de hacer contacto.

Una vez cerca tomé un libro y se lo iba a mostrar cuando por fin, de forma "accidental" quedamos cerca y nos besamos. Ella me tomó y me acercó a ella y yo comencé a besarla en los labios y cuello, a manosear sus tetas por encima de su blusa y ella con sus manos acariciaba mi falo por encima del short.

Sabía que tenía que actuar rápido antes de que sus pensamientos se apoderarán de ella nuevamente así que de forma rápida y sin dar tiempo quité su blusa y su sostén. Estaba tan entrada que ni cuenta se dio de la luz. Sus tetas no eran lo que yo me esperaba pero pues se las chupé y se las agarré como se ve que nunca lo habían hecho. Después de eso sentí que se empezaba a calmar así que cuando iba a quitar su pantalón ella se negaba quitándome las manos. Ya para esos momento decidí que no se iba a ir sin darme lo que quería así que use la fuerza.

Ella decía que no quería que estaba mal, repetía que estaba casada pero no le sirvió de nada. Antes de que se diera cuenta ya estaba bien penetrada por mi pene y moviendose como sólo una perra por naturaleza sabe. Disfruté poniéndola en diferentes posiciones en la sala y la revolqué como pude. Ella dejó de oponer resistencia y se dejó llevar por el placer. Terminé dentro de ella llenándole todo sus interior de lechita caliente.

Cuando nos dimos cuenta, habían pasado cerca de dos horas y media desde que había llegado a mi casa. Ella se asustó pues era tarde y tenía que ir a atender a su marido. Así que se vistió demasiado rápido y se marchó sin llevarse los libros (de todas formas, había aprendido más de forma práctica). Cuando la acompañé a la puerta le di un beso en los labios y le dije que la esperaría después. Ella sólo respodió bye y agachó la mirada.