miprimita.com

La Edad de la Inocencia (2)

en Jovencit@s

La Edad de la Inocencia (2)

Nuevamente los saludo para continuar con la historia de esta chica de 16 años a la cual quité su inocencia. No es algo fuera de lo común, al contrario y en contra de lo que mucha gente piense, esto ya es una práctica normal.

Como conté en mi relato pasado, todo pasó después de algún tiempo de andar de novio tierno con esta chica. Realmente le gustó a la condenada pues después de la primera vez que lo hicimos, continuamos haciéndolo varias veces más.

Todos sabrán que es algo común que después de tener sexo una vez con tu pareja, esto se vuelve un hábito común, una rutina o por lo menos algo que tiene que sucede con mucho mayor frecuencia que antes de no hacer nada.

Total, no crean que todos los días nos íbamos a ponerle, como comunmente se dice. Era algo normal una o dos veces por semana. El problema principal era por no levantar sospechas en su casa o en la escuela donde las faltas cuentan; además, su rendimiento escolar (del cual no sabía nada) debía permanecer como si nada pasara.

En el afán de poder cogermela y hacer varias de mis perversiones favoritas, las primeras cuatro o cinco veces tuve que hacerlo de forma normal, es decir, calentarla mediante caricias cachondas, desnudarla y hacercelo en posiciones normales, más o menos.

La primera vez que elegí iniciar con algo diferente o más "hard" para una inexperta como ella fue que me la chupara. En esa ocasión todo iba normal, habíamos acudido a mi domicilio para una sesión normal de sexo con mi "novia". Empero, le tenía una nueva tarea preparada. Sin andar con rodeos se lo pedí, le dije que me gustaría que me la chupara. Ella pusó cara de susto, de disgusto, de qué. Tuve que iniciar con una sesión de convencimiento verbal, diciéndole que todo el mundo lo hacía y que era placentero. Le expliqué en qué consistía el 69 y le dijé que para hacerlo con confianza nos lavariamos primero. Ella accedió, como niña bueno y obediente y cada quien se lavó su parte íntima. Yo ya me relamía los bigotes y mi verga estaba erecta, dura como el acero en espera de ser derretida por esos tiernos labios.

Cuando ella salió de lavarse, yo ya estaba desnudo. Le ordené que se acercar y que se pusiera de rodillas. Ella tomo mi miembro entre sus manos y empezó a jalarmelo suavemente hasta que le dije que se la metiera en la boca. Ella accedió pero como siempre, debido a su inexperiencia me lastimó con sus dientes. Sin embargo, esto mejoró cuando le dije que no hiciera eso. Le dije que recorriera con su lengua desde mis huevos hasta la punta de mi falo. Era tan excitante ver como hacia eso que estuve a punto de venirme en su cara. Cuando ya ví que mi alumna había aprendido como chuparla, si bien no de una manera excelente sí sin lastimarme, le pedí que se pusiera de pie. Acto seguido la cargué y a pesar de no ser un tipo muy fornido, le di la vuelta para hacer el 69 de pie. Después de todo es lo que ayuda de ese tipo de niñas, que las puedes manipular físicamente de forma sencilla.

En ese posición le mamé su vagina hasta que pidió la verga a gritos, entonces, ya lista para penetrar, la bajé y la cargué para hacercelo de a columpio. Ella jadeaba y mientras más pedía más me daba cuenta que se estaba volviendo mi puta particular, sumisa, obediente, curiosa por descubrir más y más. Yo le estaba dando con fuerza para que sintiera lo más posible. Me la llevé hacia una cama y la desmonté, le hice volver a bajar a chuparme el falo mientras yo le metía los dedos en su vagina. Después, otra vez la volví a subir para que me montará. Se movía con torpeza pero se movía, mientras que yo me deleitaba con sus pequeñas tetas, ricas, duras, lindas.

Cuando terminaba, siempre terminaba dentro de ella, me daba más morbo. Ya para esas alturas había comprado anticonceptivos que yo mismo suministrava diario. Obvio los tenía en mi poder para evitar que en una torpeza de ella fueran encontrados por sus padres, maestros o alguna amistad indiscreta.

Después de esa vez, en ocasiones que siguieron era riguroso el sexo oral. Fue en la tercera sesión después de esto que en un descuido de ella se los eche en la cara y en la cuarta hice que se tragará el semen; desafortunadamente esa vez salió corriendo a vomitar pues no aguanto el sabor del semen fresco y calientito, yo sólo pude pensar ja, ja, ja.

Y seguimos cogiendo, yo tratando de conseguir lo que más me gusta de una mujer...

Continuará...