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Narración de una Violación

en Jovencit@s

La historia que a continuación relato es lo más atrevido y grotesco que he realizado; sólo de recordarlo me vuelvo a chorrear, en serio.

Todo comenzó un buen día que estaba en mi trabajo; yo estaba algo ocupado pegado a mi asiento realizando algunos trámites cuando de repente, por la fatiga de permanecer tanto tiempo sentado, decidí levantarme para estirarme. Salí de mi oficina y lo primero que vi fue una hermosa nena, que después supe que contaba con 21 años. Ella es de piel blanca y cabeño castaño hasta los hombros, de cara de niña y pequeños pechos pero un trasero que es formidable, es pequeña de estatura. Como me gustan.

Esta linda chica andaba en busca de empleo y no pude evitar la tentación, así que cuando nadie vió, indagué sus datos y número telefónico. El primer pensamiento que pasó por mi mente era ofrecerle dinero por sexo, sin embargo, me di cuenta de que una chica como ella no aceptaría; además, en estos momentos tengo novia, así que tampoco cortejarla era una opción adecuada para mis fines, que eran de tipo sexual únicamente.

Pasaron los días y no podía quitarla de mis pensamientos, me masturbaba una vez al día pensando en ella, en lo rico que se veía y fantaseaba como hacerla caer, pues en el lugar donde vivo las nenas son demasiado apretadas (o sea, difíciles de acceder a ellas).

Fue un día que me estaba bañando y demasiado caliente cuando maquile el plan, el cual se convirtió en la historia que detallo a continuación:

Ese día, después de salir de bañarme y haberme masturbado pensado en el plan, salí de la casa apresuradamente y me trasladé a la ciudad más próxima que queda a 20 minutos de donde vivo. Indagué en los hoteles sus tarifas y formas de pago, tiempos, si es que contaban con vigilancia. Después de visitar dos o tres lugares, por fin contacté uno adecuado para llevar a cabo mi plan.

Ese mismo día compré el resto del material que emplearía para llevar a cabo mi objetivo.

Me dirigí a tiendas donde adquirí un pasamontañas o capucha negra con los ojos destapados, soga, una pistala que pareciera real, zapatos feos, pantalón de baja calidad y playera igual. Posteriormente a eso regresé a mi casa a preparar todo y antes de que fuera más tarde, me comuniqué con esta chica por teléfono público.

Yo: "Hola, Srita. X"

Alguien: "Permítamete un segundo, de parte de quién"

Yo: "Hablamos de un negocio donde la Srita. X dejó una solicitud"

Alguien: "Ok, ya viene"

Ella: "Buenas noches, dígame"

Yo: "Hola Srita. X, le saludo de la Empresa X, para informarle que hemos visto su solicitud y estamos interesados en que colabore con nuestra empresa"

Ella: "Qué bien"

Yo: "De ser posible, necesitamos que se presente en el lobby del Hotel X o que haga favor de preguntar al recepcionista por nosotros para poder hacerle una entrevista más y un examen"

Ella: "Si, podría repetirme el nombre del Hotel y a qué horas debo estar"

Yo: "En el Hotel X, que queda en la ciudad X, si conoce"

Ella: "Sí, he ido en varias ocasiones, está cerca"

Yo: "Bien, entonces la esperamos a las 9:00 de la mañana"

Ella: "De acuerdo, ahí estaré"

Cuando ella colgó, me sentí feliz de que lo más seguro es que cayera en la trampa.

A la mañana siguiente me levanté temprano, no iba a trabajar ese día, era sábado y me vestí como acostumbro y fui a dónde se que se toma el autobús para dirigirme a al ciudad.

Más o menos calculé la hora para toparme con ella y poder verificar que fuera sola; en caso contrario, mi plan habría fallado.

Llegué más temprano y estuve a distancia, observando, acechando hasta que llegó. Iba sóla y mi corazón latió a mil de felicidad, yo traté de pasar despercibido. Pude ver, llevaba puesto unos jeans normales que resaltaban un bonito trasero y una blusa de manga corta.

El viaje duró aproximadamente 20 minutos y cuando llegamos, la mayoría del pasaje bajó en la primera parada, entre ellos yo. Rápidamente abordé un taxi y le indiqué al chofer que me condujera al Hotel X.

En cuanto llegué, me coloqué unas gafas, me dirijí al recepcionista y me registré, como siempre, intenté que no tuviera contacto visual conmigo, de hecho, casi no me vio. Me solicitó mi nombre, le dí uno falso, le dije que no era necesario ningún trámite, pedí la llave y me fui al cuarto. Vigilé cada detalle en el pasillo y por fin, abrí, entré y comenzé a cambiar mis vestimentas, hablé a recepción y le di instrucciones que a el chico de la recepción que si una Srita. iba y le preguntaba por la empresa X, que la pasara inmediatamente a mi habitación.

Pasaron aproximadamente 45 minutos cuando tocaron a la puerta, me asomé por la rendija para mirar y era ella. Me coloqué la capucha y abrí la puerta, escondiéndome yo detrás de ella y dije: "Pase Ud. por favor", con voz fingida.

Apenas había cruzado la puerta cuando la cerré y la tomé por la fuerza del cuello y del brazo, tapándole la boca y haciéndole sentir la pistola que había comprado y le susurré que se cayara o que moriría.

Ella empezó a llorar y guardo silencio, ya la había tumbado en la cama. Como tenía ya preparado todo, tomé la soga y até sus manos a la espalda, después, le puse una venda en los ojos y tape su boca con una mordaza; después de todo, en su desesperación si le metía la verga en la boca, capaz que me la mordía. Más vale prevenir, además, mis objetivos eran otros. ;)

Ja, ja, ja, ja. Ahí estaba, sometida por fin, sólo se oia un leve llanto debido a que tenía la boca tapada. Y empezé a susurrar en su oido mientras procedía a desnudarla:

"Ya ves perrita lo que les pasa a las chicas bonitas como tú que andas calentando nomás".

Como ya no había problema, comenzé a desnuarme, tenía la verga a punto de estallar sólo de ver lo que me iba a comer en esos momentos.

Una vez desnudo, procedí a desnudarla. Primero quité su zapatos, sus tobilleras, su pantalón. Wow, que delicia, tenía un trasero de película cuberto por un pequeño bikini blanco con corazones pequeños, conforme lo iba bajando sentía que me venía. En verdad está deliciosa esta perra, pensé. Sus vellos púbicos eran finos y no muy abultados. No pude evitar besar sus deliciosos glúteos.

El problema más grave se presentó cuando quise quitar la blusa, ya que como estaba atada de manos, no podía sacarla. Para lograr la voltié boca abajo, yo desnuda encima de ella cerca de la parte de su trasero (mmmmmmmmm, no podía más, si no hubiera sido por el morbo de verla completamente desnuda, la hubiera atravesado en esos momentos) le desaté las manos momentaneamente hasta que logré quitársela y volví a atarla.

Cuando por fin llegó el momento, le dije al oido: "Te quitaré la mordaza, pero tienes que permanecer callada porque sino sabrás lo que es dolor, sólo quiero oir tus gemidos cuando te posea".

Le quité la mordaza y empezó la función.

Empezé a lamer sus pechos mientras acariciaba su trasero, la voltié y le restregaba mi falo en sus nalgas, por la vagina pero sin penetrarla. Quería que se excitara. Cuando por fin llego el momento, la levanté de la cama, la senté en una silla, la dirigí hacía mi y comenzé a introducirle el pene lentamente. Ella, hizo gestos con los labios. Cuando tuvo toda la verga adentro, la dejé un momento para que se acostumbrara y después empeze muy despacio a meter-sacar. Ella empezó a quejarse y suspirar conforme aumentaba la velocidad de mis movimientos. Como soy muy desesperado, la laventé de la silla, la monté sobre mí, la tomé de manera que quedara recostada sobre mi pecho y comenzé a cogerla a gran velocidad gracias a esa posición. Me excitó tanto, ella sólo gemía y no pude contenerme más y me vine dentro de ella, llenándole toda su vagina de leche. Ella se espantó y me dijo que qué había hecho, que podía quedar embarazada; a lo cual yo respondí que ese era su problema y además, que esa no sería la única ocasión que íbamos a estar juntos.

Ella: "Ya tuviste lo que querías, déjame ir por favor"

Yo: "Qué, crees que esto ha acabado, aún no preciosa, falta el plato fuerte"

Ella: "Qué es eso"

Yo: "Ya verás, te va a gustar mucho pequeña perra. Sabes, vas a ser de hoy en adelante mi perra personal. Mira, acabo de sacar fotos tuyas desnuda y podría enviárselas a tu madre. Por el momento no me verás el rostro, eso será después. Si me denuncias le haré daño a tí y a tu familia. Sólo te queda aguantar y portarte como la perra que eres"

Ella calló y yo, mientras tanto, recuperaba fuerzas para lo siguiente, que era mi objetivo principal. Darle por el ano.

Ella no sabía lo que le esperaba. Saqué de mi maleta un lubricador anal y comenzé a echarle en la raya que separa las nalgas y sintió frescó; yo también me unte en el falo. La levanté de la cama, la puse de rodillas pero con el resto del cuerpo recargado sobre la cama para poder tener una mejor posición de su culo. Oh, qué maravilla de trasero, que culo; su ano estaba limpio, tan pequeño, una delicia.

Ella: "Qué haces, qué me estás echando"

Yo: "Calla y no desesperes, es un aceite"

Ella: "Qué me vas a haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa......... "

Inmediatamente tuve que taparle la boca con mi mano. Comenzó a moverse tratando de zafarse cuando sintió mi cabezita tratando de entrar en su recto. Como estaba atada, no pudo hacer gran cosa. Tuve que empezar a hacer presión y empezó a entrar, poco a poco mi pene en su anito. Cuando estaba ya a la mitad, de un solo empujón se la clave completa. Ella lanzó un grito ahogado, ya que tenía tapada la boca por mi mano. Nuevamente, al igual que la vez anterior, deje mi pene dentro un momento para que se acostumbrara. Ella lloraba amargamente y me suplicaba que lo sacara, que le había dolido mucho. Yo sólo le dije que esperara, que ya iba a pasar del dolor al gozo.

En esa posición y con la verga clavada, comenzé a meter-sacar y ella se quejaba cada vez menos. Como la posición era medio incomoda, la levanté (pude observar con placer como un hilillo de sangre recorría desde su ano por el muslo), la coloqué en la cama con las nalgas arriba, volví a montarme encima de ella y se la volví a clavar, esta vez de un sólo golpe. Ella ya no gritó, sólo fue un quejido más leve y después comenzé a bombearle mientras le decía: "Ya ves perra, sabía que te gustaría. Yo sabía que eras una putita.

Verás que bien la vamos a pasar en el futuro golfa barata. Que ricas cosas tienes y ahora son mías". De repente terminé llenándole todo su interior de leche.

Volví a taparle la boca y la dejé atada a la cama para poder darme una ducha. Al salir ella había tratado de liberarse, me cubrí con la ropa que entré al Hotel y con la capucha, saqué una cámara digital que llevaba y me puse el arma de juguete a la vista para que no hubiera ningún problema. La desaté, le quité la mordaza y la venda de los ojos y le ordené posar.

Comenzé a tomarle fotografías desnuda en varias poses y ángulos (las conservo escondidas, ya saben, para masturbarme).

Después de eso, le ordene que se quedará quieta y volví a atarla y vendarle los ojos y amordazarla. Le dije: "Mira perrita, me gustas mucho, no creo poder dejarte en paz así que no dirás nada de esto y pronto me comunicaré contigo. No se te ocurra denunciarme porque entonces haré daño a tus seres queridos y a tí. Pronto te diré cuando te volveré a ver.

Recuerda que tengo fotos tuyas desnuda posando y que puedo argumentar que lo que pasó aquí fue por voluntad propia. Por el momento no sabrás quien soy sino después. Otra cosa, el hotel está pagado, si quieres puedes quedarte a lavarte y a llorar, como gustes. Yo saldré y te dejaré libres las manos, sólo estarán atados tus pies, vendados tus ojos y la mordaza en tu boca, tu ropa está en el baño, otra abajo de la cama. Sólo me llevaré tus pantaletas para olerlas. Ya sabes, si mientras salgo haces algo estúpido, vendré y te mataré".

Después de eso, me cambié de ropa, empaque mis cosas y salí de ahí, feliz y relajado y sin ninguna complicación.

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