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Finalmente se casó... (4)

en Hetero: Infidelidad

El día lunes llegó por fin. Después de haberme comportado como una bestia con mi pequeña amiguita me quedaron ganas de seguir maltratándola. No sé porqué me encantó tanto hacer eso y me cuesta trabajo pensar que eso le gustara a ella, porque de otra forma, muy a pesar del chantaje se hubiera negado. En fin, yo aguardaba el momento que llegara para volver someterla.

CUando oi que tocaron la puerta me excité demasiado. Me apresuré a abrir pero no era ella. Era un vendedor de libros. Lo despaché rápido y fui a cambiarme para salir en caso de que no llegara ella. Estaba en eso cuando volvió a sonar la puerta y bajé. En esta ocasión si era mi víctima favorita y traía cara de pocos amigos. Me dijo que era un cerdo desgraciado por obligarla de la forma en que lo hacía, además me reclamo porque no pudo intimar con su marido debido a las marcas que había dejado en sus pechos.

Yo le dije que callara, que iba a desquitar todo lo que no había podido disfrutar con ella en el pasado. Ella cambió el tono de su voz y me dijo que era casada y que no podía seguir con este juego. Yo le repliqué que el juego acabaría cuando yo lo decidiera e inmediatamente le exigí que se desnudara. Ella se negó como si se tratara de un juego o como si estuviera bromeando, así que le advertí que si no lo hacía, le rasgaría la ropa y le echaría a la calle así.

Ella no lo creía y me suplicaba que ya no hiciera nada más, entonces me acerqué y tuve que empezar a desnudarla yo. Ella hacía gestos de disgusto, aunque en el fondo quería ser mía. Una vez desnuda, me senté y la puse sobre mí como si fuera a nalguearla por ser una niña traviesa. Sin embargo, mi plan era atarle las manos. Obvio que se resistió pero no pudo hacer nada por la diferencia de fuerza física.

La levanté y la conduje hacía el baño en donde tenía ya la tina llena de agua. Ella no se imaginaba cuales eran mis intenciones. La puse de rodillas y ella, ya acostumbrada un poco a mis deseos entendió que debía chuparme el pito y comenzó a hacerlo. Cuando por fin me cansé de eso la tomé con fuerza del cuello y sumí la cabeza en la tina de agua como si intentara ahogarla mientras que por fuera el encajaba todo mi falo. Yo nomás ví como emergían burbujas y enseguida la saque para que respirara. Ella me dijo que si estaba loco y que poqué hacía eso; no le dí tiempo a decir más porque volví a sumir su cabeza en el agua mientras la tenía bien ensartada.

No pasó mucho tiempo antes de que entendiera lo que estaba pasando y acostumbrándose a tomar y aguantar la respiración. Fue en una de esas cuando quise probar su aguante y hacerle lo que tanto me gusta.... Saqué su cabeza, la dejé tomar respiración, la volví a zambullir y... le encajé la verga en el culo... Ella pataleó y se movió tratando de zafarse sin embargo la tenía bien agarrada y no lo logró, vi como salían burbujas y trataba de levantar la cara. Cuando por fin dejó de forcejear saqué su cabeza y vi que su rostro hacía muecas de dolor y sollozaba.

Fue con tal saña que la había ensartado por detrás o no sé si era lo estrecho de su culo que sangró. Yo volví a meter su cabeza en agua mientras placenteramente la culiaba. Ella apretaba tanto que no tarde mucho en llenarle el recto de leche. Cuando terminé, saqué mi verga llena de sangre y de mocos que se la talle en las nalgas, después la desaté. Ella me dijo que porque había hecho eso, que le había dolido mucho, casi llora cuando me reclamaba. Le dije que se bañara, de hecho, nos bañamos juntos para limpiarnos. Mientras nos bañabamos le dije que iba a volver a cogerla por el culo y que se preparara.

De primera instancia se negó, pero cuando vio que  salí de la ducha y volví con un cinto amenazándole con marcarla de las piernas accedió. Esta vez, usé un poco de crema como lubricante. Después de untarla en mi pene, la tomé por la cintura y la acerqué a mí para culiarla. Puse mi verga en su esfínter y empezé más suavamente quela primera vez a meterla poco a poco. Ella pujaba y pujaba pero después del primer embaté su culo había quedado tan abierto que si logré encajarsela hasta el fondo. Después, le ordene que se moviera como la puta que era y así lo hizo. Por lo visto, le había encantado la sodomización.

Esta vez demoró un poco más y la puse en diversas posiciones mientras le destrozaba el trasero. CUando me vine, lo hice en su cara e incluso le golpié los cachetes con mi verga. NOs terminamos de lavar nuevamente.

Estaba yo intrigado porque a pesar de todo, ella no se mostraba disgustada, vaya no quiero decir que feliz pero estaba normal. Finalmente cuando se iba a retirar de mi casa, la tomé y la abracé y le di un largo beso en los labios. Le dije que no podía esperar a volver a verla y que ella sabía que tenía que ser así pues tenía las fotos comprometedoras en mi poder. Sólo que esta vez, le dejé a ella decidir cuando iba a volver sin que pasara de esta semana (quiero medir que tanto desea hacerlo conmigo). Al salir, ella volteó y me dijo que ella tampoco iba a poder esperar tanto y se marchó.