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La Edad de la Inocencia

en Jovencit@s

Está ocasión les contaré sobre una chica que conozco. La verdad, la tipa es chica de edad, apenas cuenta con 16 años y no es la gran belleza ni mucho menos; es una chica normal que podría pasar desapercibida en cualquier lugar pues no impresiona de primera vista. Mi verdadero interés en conocerla y tratarla es simplemente por coger pequeñas como ella.

Creo que las chicas de nivel secundaria y bachillerato son las mejores, siempre están sino apretaditas, aún estrechas. Tienen poco bello y sus pechos varían de tamaño pero siempre son algo normal y un deleite para los labios. Ah, además debemos recordar que esas vaginas aún inocentes puede ser lamidas sin resentimiento alguno.

Yo conocí a esta chica un día que iba caminando por la secundaria donde ella estudia; nos habiamos saludado en varias ocasiones (creo que fue como, gusto a primera vista) hasta que un día le hablé y le pregunté su nombre. Ella me dijo su edad y yo le dije la mía. Ambos respondimos de forma chistosa porque ella dijo 16 y preguntó - muy chica verdad - y yo le dije - 24 muy grande verdad -. A ninguno nos importó esa parte. Conforme pasaron los días la seguí buscando, ella llegaba por las tardes a clases sóla, caminando. Por las noches siempre iban sus padres a recogerla en automóvil. Deduje inmediatamente que era una chica muy reprimida por sus padres (grave error señores, es como poner a un animal salvaje en cautiverio y luego liberarlo, inevitablemente será alimento de lo demás).

Después de aquella brillante deducción, yo sólo la veía por las tardes cuando iba al colegio y por las noches, salvo que supiera que sus papás no irían por ella, no la veía. Poco a poco las pláticas y el tomarse de las manos fue siendo más común, ella aún inocente debido al encierro autoinflingido por sus estúpidos padres no sabía en qué se estaba metiendo.

Poco a poco empezaba a faltar a clases por quedarse conmigo a platicar y darnos besitos tiernos mientras la sentaba en mis piernas. Nos abrazabamos y todo iba bien. Yo sabía que por su edad no podía ir más rápido de lo normal con cualquier mujer.

El proceso siguió de esa forma a lo largo del mes (bastante aburrido entrar en detalles) hasta que la estrategia para llevarla a la cama (y "a la cama" es un decir porque para cogermela es en cualquier parte). Comenzé a llevarla a casa en donde le daba tremendos apañes (besos y caricias eróticas) que le dejaba colorada. Empero, como siempre, no se avanzaba demasiado pues ella se recataba por su edad; obvio, le daba miedo.

Recuerdo que la primera vez, llegamos a casa y le invité a tomar una soda mientras escuchabamos la radio y platicabamos sentados en el mueble principal de la sala. Afortunadamente como para ella era su novio, podía tenerla cerca y estar toqueteandola. La sentaba en mis piernas mientras le daba besitos en los labios. Ella es delgada debido a su edad, de tal forma que la tomaba con facilidad. Mientras nos besamos pasaba mis manos con intención de rosar sus senos para excitarla poco a poco. Después de un rato, todo era besos y más besos recostados en el sofá. Sin embargo, no todo podía ser gloria pues un par de ocasiones tocaron la puerta para intentar vender algo y el encanto se esfumaba; además, tenía que regresarla a la escuela para que sus padres la recogieran como era costumbre.

Algunos fines de semana la llevaba al parque, tomados de la mano y besándonos como dos tontos enamorados. Vaya que fue una inversión de tiempo esta niña. Sin embargo, todo mi teatro estaba a punto de rendir frutos en los días siguientes.

Después de un fin de semana, en el cual además de ir al parque pudo escaparse al cine conmigo, diciendo a sus padres que iba con unas amigas, vimos una película de corte juvenil cachondona. Esa estancia en el cine fue buena, puesto que aprovechando la oscuridad y el lugar que escogí astutamente en la sala, pude besarla en el cuello y meter mis manos dentro de su blusa. Ella cerraba los ojos y suspiraba, sentía como sus latidos incrementaban rápidamente y como ella me acariciaba no sabiendo que agarrar más que mi nuca. Mientras avanzaba la película después del primer intermedio, seguí excitándola logrando llegar a tocar su vagina y acariciarla con mis dedos. Eso estaba bastante húmedo y ella estaba súper caliente. Cuando salimos del cine nos fuimos caminando, vaya, iba colorada y nos fuimos besando todas las calles. Cuando llegamos a una cuadra de su casa nos despedimos con un beso largo de lengua y todo y nos despedimos.

Al otro día nos vimos por la tarde y como suele pasar, ella estaba apenada y no me quería ver. Insistí en averiguar el porqué. Ella dice que tenía miedo de que jugará con ella y de quedar embarazada. Me dijo que sentía mucha pena. Esto dió pie a encaminar la situación hacia el desenlace que yo esperaba con ella.

Tuve que iniciar a contarle que, por un simple juego de toqueteo no podia embarazarse. Le dije que eso era normal entre dos personas que se querían. También le dije que para embarazarse tenían que suceder otros eventos (conocidos por todos nosotros) y claro, los describí como lo máximo y más tierno del mundo para ella. Por otra parte, le dije que no la obligaría a nada que no quisiera ella (aunque mentalmente ya la tenía en la bolsa... muah, ha, ha, ha). Ese día nos besamos como si nada hubiera pasado cuando nos despedimos.

Al otro día la invité a mi casa nuevamente a lo que ella accedió sin dificultad alguna, después de todo, era mi novia no. Ya en mi casa, lo de siempre, le invité una soda y prendí el estéreo para escuchar algo de música. El momento de seducirla se presentó cuando le invité a ir a mi habitación para mostrarle mis fotos. Ella pasó al cuarto, se sentó en la cama y yo le llevé las fotos para que viera, mientras se las mostraba yo aprovecha para acariciar su pierna. Se veía divina en su uniforme, como casi todas las mocosas se ven.

Empezé a echar la carne al asador y la besé. Nos recostamos en la cama y puse las fotos sobre una repisa y nos fundimos en un abrazo y largos besos. La besaba en la boca y en el cuello, mientras tocaba su traserito. Ella decía - ya basta -, pero yo ya no la iba a dejar salir viva. Fui bajando lentamente por su cuello, besando cada parte de él. Ella estaba excitada y lo deseaba, pero también el estorboso pudor hacia acto de presencia. De repente se levantó y se dirigió hacia la puerta del cuarto, yo la tomé por detrás y besé su nuca, al mismo tiempo que tomaba sus senos con mis dos manos. Ella recostó su cabeza hacia mí y la seguí acariciando. Volví a conducirla dentro del cuarto y a tumbarla en la cama. Ella no pudo resistir más y dejó que que volviera a besarla; primero desabroché su blusita y comenzé a besar parte de su pecho y la parte descubierta de sus senos hasta que porfin quité su sostén. Llegué a ese lindo botón de sus pechos, chico, lindo y lo lamí y le daba suaves mordiscos que la volvían loca. Ella decía - ya no, ya no -. Yo no sabía si era un "ya no" de párate o un "ya no" de ya no aguanto más, métemela.

Como todo, lo tomé a mi conveniencia por supuesto y seguí adelante. Mientras besaba sus senos, aprovechaba mis manos para acariciar su vagina. Estaba más que húmeda, la tenía prácticamente convertida en agua. Sin darle oportunidad a nada, quité su falda y sus braguitas y listo, a lamer se ha dicho. Probé toda su vagina, pasaba mi lengua a largo y le daba de vueltas en círculos. Aquellas entrada contaba con poco vello, el que había era delgado y se veía bien. Yo continuaba lamiendo y ella sólo gemía y gemía, permanecía inmóvil ante toda esta situación.

Después de un instante en esa acción, me desvestí de forma rápida y regresé a sus labios, yo, completamente desnudo, enfilé mi pene hacía su vagina. Ella me besó y sintió cuando acerqué mi miembro con todas las negras intenciones de penentrarla. Ella me vio y me dijo que lo hiciera despacio. Estuve a punto de venirme de la excitación que provocaba el tener la cabeza de mi pene sintiendo la húmedad de su cuevita. Fue entonces cuando comenzé a enterrársela lentamente mientras ella apretaba, estaba nerviosa y tensa. Tuve que decirle palabras dulces para que se relajará hasta que por fin, estaba adentro. Las primeras ensartadas le dolieron, pero una vez que pasó el dolor todo fue placer. Ella gemía y yo estaba a punto de la explosión. Es tan placentero robar la inocencia que vaya, no pasó mucho tiempo antes de que vaciara todo el semén dentro de esa vagina.

Cuando terminé, la abracé y pensé que todavía me faltaban cosas por hacerle. Después de un rato acostados, endulzándole el oido con palabras de amor, nos levantamos y nos vestimos para llevarla a la escuela no sin antes explicarle que podía quedar embarazada por lo que le indiqué que se tomará una píldora del día siguiente. Eso como primera vez, después de todo, tenía diversión para unos meses más con ella, meses durante los cuales planeo hacerle todo tipo de cosas sexuales...

Continuará...