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Un viaje a Mallorca (8)

en Grandes Series

UN VIAJE A MALLORCA.

Pasión y sexo en el baño.

Duermo tan profunda e intesamente como nunca en mi vida.

Parece que haya tomado un Valium o alguna otra pastilla para dormir. Abro los ojos (todos llenos de legañas) y me los limpio prestamente con la punta de la sábana.

Entorno la mirada por la habitación: todo está en silencio e inmóvil; hasta el ventilador está parado. La cortina que dá al balcón está casi cerrada del todo, pero puedo ver que ya a amanecido porque por un resquicio se ve un rayo de luz. Hoy será otro día radiante en la Isla del Amor...

Sigo en la misma postura (tumbada sobre el lado derecho, con las piernas ligeramente dobladas y con las manos en mi corazón) que ayer por la noche; mi mente recuerda perfectamente todas las preciosas palabras que me dijiste y mi cuerpo vuelve a extrañar el tuyo...

Miro por el rabillo del ojo y te veo. Estás de lado, muy pegado a mi espalda; tu mano izquierda abraza mi cadera y tu cara está hundida entre mi cabello.

Aguanto un momento la respiración y escucho la tuya: emites unos suaves ronquidos y por eso en mis labios se dibuja una sonrisa divertida.

Seguro que estabas tan cansado como yo, porque a pesar que de repites hasta la saciedad que eres insaciable también eres humano.

Quiero que te depiertes, pero deseo hacerlo de una manera sutil, como una versión moderna de La Bella (en tu caso bello) Durmiente. Como no puedo girarme y darte un besito de buenos días!, ni soplarte en la carita, ni tampoco alcanzo a tocarte el lóbulo de la oreja, empiezo a frotar mi culito muy sensualmente contra tu dormida pichita (que aunque no la vea, sé que debe estar K.O) y a tensar mi cuerpo, a fin de que te despereces.

Al poco tiempo noto que empiezas a moverte: me acaricias delicadamente la cadera y la cintura, tu mano sube por mi vientre hasta el pecho izquierdo y suave, pero firmente me lo tocas; tu "manaza" me aprisiona la tetita...

Os diré, queridos lectores para vuestra información que las mujeres somos de "izquierdas", y sentimos más placer y/o dolor en este sector del cuerpo.

Tu cara sigue entre mi pelo, me besas la nuca y acercándo tus labios a mi oído me susurras:

Buenos días, mi pequeña princesa!. Quieres algo de tu rey?.

Yo me hago la remolona y te digo que estoy agotada, que anoche en verdad participemos en un marathón. Te ries y tu mano suelta mi pecho para ir bajando por mi espalda; llegas de nuevo a mi cadera y acercando mi culo me restriegas tu pene, el cuál ya está bastante erecto y duro. Al sentir su tacto caliente y húmedo, mi cuerpo sufre otra descarga eléctrica. Me dices:

Me gustaría volver a hacerte el amor.

Doy un suspiro y presiento que se me pone la piel de gallina y noto como mi chochito se moja de nuevo. Tu mano derecha se cuela entre mis piernas y sientes mi humedad. Exclamas:

Pareces el océano Pacífico!. Déjame bañarme en él, por favor.

Como respuesta, inclino hacía adelante mi rodilla izquierda y sin más preámbulos te digo que te sumerjas en mí.

Mis piernas están un poco abiertas y por ese hueco que dá acceso a mi vagina me penetras con fuerza. Al sentir tu miembro viril en mis entrañas, de mi garganta brota un alarido seguido de inumerables jadeos de placer. Mi cuerpo sufre otra convulsión...

Comienzas a sacar y meter hasta el fondo de mi cueva tu duro pene; tu boca está junto a mi oído y además de jadear con voz entrecortada me dices:

Te quiero!. Te deseo tanto y yo también te necesito. Me haces muy feliz...

Casi no puedo hablar del placer que siento, pero aún así farfullo: "tú también a mí".

Y otra vez tengo un orgasmo brutal.

No sé cuantas veces me has penetrado, lo único que sí sé es que me ha encantado. Sonrío para mis adentros.

Sales de mi interior y te tumbas boca arriba; yo me doy la vuelta y me pongo del otro lado.

Me miras sonríendome y me preguntas:

Estás bien?.

Me pongo seria (me cuesta horrores) y te digo que no, que estoy muy mal. Tú pones cara de preocupación y al ir a abrir la boquita –como no te bese, me muero- para saber que me pasa; ya no agunto más y te abrazo por el cuello mientras te digo que estoy MUY bien, que eres un excelente amante y riendo a carcajadas añado que tu "aparatejo" vale millones...que lo asegures igual que el trasero de Jenifer López.

También te ries con ganas y levantando la sábana, dices:

Manolito, mira lo que dice de tí mi nena!.

Cuando escucho como le hablas a tu pito, me meo de la risa. Te doy un morreo con todas mis ganas y te digo que voy al baño y también te recuerdo que hoy iremos de visita a casa de Carmen. Me preguntas:

Ella sabe que yo iré contigo?.

Te digo que no exactamente; cuando hablé con ella desde Galicia le comenté que iba a invitar a un amigo –a tí, claro-, pero que no sabía si aceptarias y por eso no le dije nada seguro y quedemos en que sería una sorpresa. Cuando termino de hablar, hago la acción de incorporarme y cogiéndome por la cintura me tumbas encima tuya y despúes de besarme apasionadamente, me dices:

Así que dudabas si iba a aceptar en venir de viaje contigo...

Te respondo que no estaba segura de si yo te gustaba y que por eso tenía un poco de miedo.

Te pones serio –tu ojos y tu boca incluso denotan un lígero enfado- y dices:

Escúchame con atención: desde el primer día que hablemos en el chat ya me gustaste, cuando me dedicaste en exclusiva un relato erótico de los que publicas en todorelatos.com y me regalaste un precioso poema con mi nombre, me sedujiste y cuando el jueves me llamaste por el messenger y luego el viernes por la mañana te vi en el aeropuerto, me enamoré de tí sin remedio.

Como te dije anoche (ahora sonries) eres mágica....eres mi "supernena".

Sin querer empiezo a temblar y de repente mis ojos se empañan de lágimas; tu te dás cuenta y abrazándome fuerte y acariciándome la espalda, me preguntas:

Y ahora por qué lloras, mi vida?. Jolines, era una escorpio en toda regla...

Te pregunto si te dás cuenta de lo que me has dicho?. Me miras, algo confuso y respondes:

No eres escorpio de signo del zodíaco?. Me dijiste que los nacidos entre el 23 de octubre al 21 de noviembre los soís, y como a tí te apasiona este tema, pues yo he mirado algunos datos...

Te digo que sí, pero que no lloro por eso (bajo la mirada y noto como me sudan las manos), que lo hago porque me has dicho....Ea!, que te me has declarado.

Levantado mi cara y clavando tus ojos –muy brillantes- en los míos, me dices:

Ah!, es por eso?. No es nada malo, o sí?. Estoy enamorado de tí como un colegial y ese sentimiento no va a cambiar nunca...

Ay!, mami que me muero.

No me lo puedo creer...Te quiero tanto!.

Suspiro de la emoción y tú con un amor infinito vuelves a estrecharme dulcemente entre tu brazos y me besas muy profundamente. Me dices:

Ala!. Ve al baño y si no te molesta, me preparas la ducha. Necesito asearme un poco...

Te comento –mientras me levanto- que si me dejas comparto esa ducha contigo. Me sueltas:

Pues si que tenemos telepatía...Iba a proponerte eso mismo.

Salto de la cama, y cogo de debajo las zapatillas y el sujetador; me calzo y abriendo la puerta corredera del armario guardo el sostén en la troley. Hoy no lo voy a usar.

Me encamino hacía el baño, al pasar de lado por delante de tí (estoy desnuda) me piropeas diciendo:

Eso es un cuerpo y no el de los bomberos!.

Me pongo enfrente tuya y me tapo el coñito y los pechos con las manos, te lanzo un besito y al decir TACHÁN! me descubro y con una pícara sonrisa te digo, que todo es para tí y dándome la vuelta agrego, y esto también...

Lo quieres, mi cosita?.

Dás un bufido de toro salvaje y me dices:

Te gusta provocarme, eh?, pues sigue así y lo vas a conseguir...

Me voy al baño, entro –dejando la puerta entornada- y enciendo los dos focos; cogo el reloj y veo la hora: las siete menos cuarto de la mañana.

Me lavo la cara y echando agua en un vaso, hago un par de gárgaras para suavizar la garganta y cogiéndo una pequeña pastilla rosa (supongo que sabeís para que es), me la tomo.

Cogo una pinza y me recojo el pelo en lo alto de la cabeza. Yo primero limpio el cuerpo, y el cabello lo lavo aparte. Es una costumbre que tengo desde pequeña.

Como tengo ganas de hacer pis, me siento en el water y hago un buen chorrete. Arranco un trozo de papel higiénico para limpiarme el chocho y cuando estoy a punto de hacerlo oígo abrirse la puerta completamente y levantando la vista te veo: estás en el umbral con las piernas un poco abiertas mientras que con la mano derecha te haces una paja.

Enseguida noto como mi coño se pone como loco, saca flujos sin parar y tengo otro orgasmo fortísimo...

Como dice Bisbal: "Esto es increíble"!.

Tú te acercas un poco más y sin dejar de mirarme (echando fuego por los ojos), me dices:

Quiero que te mansturbes para mí...ahora mismo.

Tu tono de voz es alto; me sorprende bastante, porque en estos casi cinco meses que te conozco nunca me has dado muestras de ser un hombre violento y a pesar de que no tengo miedo mi cuerpo se estremece por entero.

Dás un paso más y te quedas a unos centímetros de mí, te agachas –yo estoy sentada en la taza- y me coges por el cuello y apretando un poco exclamas:

Te quiero!. Esto era una broma; no pensarías que iba a pegarte?.

Nunca he golpeado a una mujer y menos lo haría contigo. Antes me mato!.

Te digo que (sonrío e intento calmarme) ya sabía que estabas de coña, que eres muy buen actor y que podías hacerle la competencia al genial, pero por desgracia recientemente fallecido Marlon Brando...y añado que además te pareces un montón a él, cuando rodó "Un Tranvía llamado Deseo".

Me sueltas el cuello y me acaricias el rostro, tu mano se desliza por mi hombro, por mi brazo derecho y al llegar a mi mano me la coges y comienzas a chuparme el dedo índice, mientras me miras fijamente y sigues pajeándote. Yo cierro los ojos y empiezo a respirar con fuerza. Me dices:

Fóllate para mí, cariño!.

Sueltas mi mano, me la meto entre las piernas y muy lentamente introduzco mi dedo todo lleno de tu saliva en mi interior. Mmmmmm!. Al momento presiento otro pequeño orgasmo...y otro y otro más. Me follo muchas veces.

El baño se llena de ese olor que tanto os gusta a los hombres y mi garganta sólo emite jadeos mezclados con tu nombre.

Abro los ojos. Tú continúas moviéndo tu pene (enorme ya) de arriba a abajo, pero paras cuando yo saco el dedo todo pringado de mis jugos. Te lo enseño y tus ojos brillan intensamente. Me ordenas:

Chúpatelo; cómetelo todo. Y sigue povocándome...

Yo te obedezco, te miro fijamente y levantándolo acerco mis labios y sacando la punta de mi lengua empiezo a lamerlo desde la base, por delante y por detrás; sigo subiendo, pero ahora lo meto entero en la boca y lo chupo como si fuera un caramelo...tan dulce como la miel.

Estás que te sales; con algo de fuerza me coges por los hombros y dándome un tirón me pones de rodillas frente a tí, me sacas el dedo y me introduces la mitad de tu polla –no me cabe más de tan gorda que está- y en un susurro y gimiendo como un condenado, me dices:

Bébete toda mi leche!.

Yo lo hago, no porque me lo mandes sino porque lo deseo. Deseo llenarme de tu simiente...

Descargas en mi boquita tu esperma; está tibia y espesa. Es abundante, me lo trago casi todo, pero un poco cae por las comisuras de mis labios y hago la acción de pasarme la lengua por ellos para no desperdiciar ni una gota, y después de limpiarme tú que no dejas de sobarme las tetas, me preguntas:

Te ha gustado?.

Te respondo que sí, que tu semen es Ambrosía, el alimento de los Díoses de la Antigüa Grecia.

Esa respuesta te ha gustado mucho. Me ayudas a ponerme de pie mientras me abrazas y me comentas:

Sabes por qué me gustas tanto?. –Me encojo de hombros y poniéndome muy seria te digo que no, pero algo sé porque en el w.c del avión y en el bus cuando fuimos a Manacor me dijiste tu opinión sobre mí.-

Pues porque además de satisfacer mi cuerpo, llenas mi mente; eres sumamente inteligente e instruida, tienes un conocimiento muy variado de diferentes temas y me seduces constantemente,además de conseguir que sonría. Eres fascinante.

Me sonrojo y te agradezco tus palabras, me alegro de que mi conversación te guste, pero tambíén te digo que tengo un lado oscuro, que no soy tan buena como parezco. Sonríes y exclamas:

Buena no, buenísima!. Estás para hacerte dos favores: uno por delante y otro por detrás...

Te digo (sonriedo también mientras te toco tu "dormida" picha) que por la tarde, cuando regresemos al hotel jugaremos otro rato y que entonces me cobraré esos favores y alguno más.

Te doy un besito y quito tus manos de encima de mi cuerpo. Voy al mueble donde están los productos NÍVEA y cogo el bote de gel y una manopla; me acerco a la bañera, los dejo es la esquina y cogiéndo la manguera de la ducha abro los grifos del agua caliente y de la fría.

Me giro para preguntarte a qué temperatura quieres el agua y me sobresalto al notarte pegado a mí como una lapa; te acaricio el rostro y tus manos vuelven a la carga: me tocas todo el cuerpo y dando un suspiro dices:

Yo también quiero tu Ambrosía!.

Ufff!. En verdad eres insaciable.

Me besas con pasión en el cuello mientras tus traviesas manos acarician toda mi anatomía. Poco a poco vas tumbándome en el suelo...El agua sale a borbotones, no me ha dado tiempo a cerrar los grifos.

Una vez que estoy ahí tirada; a tu merced, me miras con lujuría y me dices:

Como me has dado mucho placer, ahora te lo voy a dar yo.

Te agachas a mis pies y abriéndome las piernas de par en par, empiezas a lamerme el chochito. Yo siento tanto placer que me retuerzo de gusto. Jadeo como una loca...

Sigues chupándome el coño y yo continúo gimiendo. Ahora metes tu lengua en la rajita y tengo otro orgasmo que me hace temblar desde la cabeza a los pies.

Sacas la lengua y me introduces uno de tus largos dedos: lo metes entero, hasta la última falange y lo mueves dentro. Cuando lo sacas está muy pringado, parece gelatina y levantándome un poco más las piernas me frotas el ano con el dedo todo chorreoso; me haces círculos alrededor de él...Me dices:

Puedo follarte el culo con mi dedo?

Te digo que sí, y con mucha dificultad y con voz entrecortada te pido que lo hagas con suavidad.

Muy despacio y con un cuidado sublime me lo vas introduciendo. Estoy muy estrecha, porque desde ayer por la mañana en nuestro encuentro aéreo no habías urgado en mi esfínter.

Al principio noto un poco de daño y por eso emito un gruñido y un pequeño grito de dolor; aunque me dices que lo lamentas y me pides perdón, sé que ése chillido te ha excitado mucho.

Sigues presionando y ahora el dedo ya entra mejor; vuelves a sacarlo, lo metes de nuevo en mi coñito y te lo mojas, lo sacas de ahí y lo metes otra vez en mi agujerito –esta vez más fuerte- y al notar como lo mueves, estallo en una oleada de jadeos de placer. Lo sacas algo sucio, te pones de pie y cogiéndo un poco de papel te lo limpias. Lo tiras al water y tiras de la descarga...

Yo sigo tirada en el suelo, estoy estirada boca arriba y con las piernas abiertas. Me miras con mucho deseo (es qué no te cansas nunca?) y me dices:

Nos duchamos ya?.

Hago el ademán de levantarme, pero me cuesta un poco. Estoy bastante echa polvo...

Me alargas un brazo y me ayudas a incorporarme; yo te cogo de la mano y con un pequeño impulso me levanto. Te doy las gracias, pero sonriéndo pícaramentre me dices:

Sólo gracias?. Quiero algo más...

Me acerco a tí y echándote los brazos al cuello te beso primero con varios piquitos rápidos y cortos, para finalmente darte un apasionado y caliente beso en los labios.

Estás muy contento y se te ve feliz. Eso me encanta; creo que estoy logrando mi objetivo...

Tu reloj suena y anuncia las siete y media.

Me coges en brazos y me metes en la bañera; y cuando estás a punto de meterte tú también suena el teléfono. Ringg!. Vas corriendo a cogerlo y al descolgarlo dices:

Buenos días por la mañana, Carol!.

Y te oígo decir varias veces sí y un sólo no. Antes de colgar, te despides así:

De acuerdo, guapa. Pasarlo bien en Palma y saludos para Miguel. Se los daré. Gracias.

Vienes otra vez y al entrar en la bañera, me acaricias de nuevo todo el cuerpo y me dices –poniendo cara de vicioso-, pero al mismo tiempo sonríendome:

Tengo hambre, dame leche!.

Y acto seguido comienzas a chuparme una teta. Lo haces flojito y con tu lengua lames mi pezón...Enseguida se pone tan duro como un diamante.

Te pregunto por lo que te dijo Carolina. Me dás otro lametón y me respondes:

Primero me preguntó si dormimos bien –te ries de oreja a oreja-, si en la habitación todo está a nuestro gusto, y si necesitamos algo y también me dijo que los horarios para el desayuno son de 8 a 10; que vayamos al comedor, que nos sirvamos nosotros mismos y nos sentemos en la mesa que queramos.

Al final me comentó que se van de excursión después de acabar de desayunar y que volverán sobre las 19:00 horas.

Y también me dio recuerdos para tí, qué maja es, verdad?.

Te respondo (con un tono de voz de pitorreo) que es majísima...

Bajando con rápidez tu mano derecha y presionando para que abra las piernas, me dices:

No estarás celosa?. No tienes motivos para estarlo; cuando ella y yo hablemos ayer lo aclaremos "todo" – lo dices con voz misteriosa-, y además Carol no me interesa...Tú me dás lo que necesito.

Te digo: Ah sí?, y te pregunto qué es?.

Cómo respuesta metes tu mano entre ellas y empiezas a frotarme el chochito, el cuál sigue recuperándose del repaso que le diste hace un rato. También me besas el cuello.

Me sacudo con frenesí...Sabes perfectamente donde tocarme y besarme para que ponga a mil. Me haces enloquecer de placer...

Quiero decirte que no sigas, que tenemos que arreglarnos y bajar a desayunar, que estoy cansada y un poco dolorida, que tengo hambre...Cien excusas, pero al final no digo ninguna.

La única frase que pronuncian mis labios es: "Hazme lo que quieras".

Me miras fijamente y en un susurro me dices:

- Desde que te conocí en el chat, sueño con acariciarte, con besarte, con hacerte el amor, con follarte y por fin mi sueño se ha hecho realidad. No dejaré pasar esta oportunidad...

Y seguidamente me besas apasionadamente en la boca; me abrazas con pasión y me pegas con la espalda a la pared; me coges con fuerza por la cintura y me levantas unos centímetros en el aire. Yo tengo mis manos apoyadas en tus hombros; de mis labios no sale ni una palabra, pero mis ojos no paran de repetir: " te quiero"!, "te amo", "te deseo" y "estoy enamorada de tí". Entonces, como si leyeras mis pensamientos me dices:

Yo también a tí.

Suspiramos a la vez y a continuación me penetras muy fuertemente una, otra y otra...y muchas veces más.

No puedes parar...

Yo hinco mis uñas en tus hombros, doy un grito y me desmayo de dolor; tu notas mi cuerpo rígido y cómo muerto. Me llamas a gritos:

Pili, Pili, mi amor!.

Sacas tu pene de mi vagina; esta lleno de flujo y sangre.

Me coges en brazos y me llevas a la cama, me tumbas en ella y me tapas con la sábana. Como no tienes ninguna botella de alcohol, te abalanzas sobre la mochila y sacas el frasco de perfume.

Es –Abril- de Vicctorio & Luchinno; me lo dás a oler a la par que pronuncias mi nombre y me pides perdón.

Muy poco a poco comienzo a abrir los ojos y te veo: estas sentado a mi lado. Cuando ves que vuelvo en sí, me dás un suave beso en los labios y me dices:

Lo siento mucho, por favor perdóname. Te quiero tanto!.

Y enterrándo la cara entre tus manos, empiezas a sollozar...

Yo, los primeros segundos no reacciono, todavía estoy medio aturdida; no sé muy bien que ha pasado. Entonces te miro otra vez y escucho tus lamentos; no dejas de culpabilizarte y de –entre suspiros- pedirme perdón.

Te llamo en voz baja y cómo no me oyes con mi mano te toco en el brazo; dás un respingo al notar mi tacto frío como el de un cadaver. Giras tu cara hacía mí y veo caer torrentes de lágrimas de tus hermosos ojos.

Te pregunto que por qué lloras?. Me respondes:

Pensé que te había matado. Lo lamento; nunca más te haré daño...

Te digo que esto a pasado sólo por mi culpa –me miras extrañado, como diciendo: "por qué te culpabilizas?. Sigo explicándote que me desmayé porque estoy cansada y muy débil, que tengo hambre (te sonrío), pero de comida y también te pido que no dejes de amarme porque yo estoy aquí para intentar que seas un poco más feliz.

Me miras fijamente, me acaricias el rostro y me besas tiernamente, mientras dices:

Te juro que nunca dejaré de amarte. Eres un autentico encanto.

Me incorporo para besarte, pero me desplomo hacía atrás mientras doy un aullido. Ayyyyyy!. Me dices:

Pili, mi cielo!. Son las 8; si quieres duerme un rato, yo mientras me ducharé y me arreglaré; luego te llamo y ya te duchas y te vistes tú. Te parece bien?.

Muevo mi cabeza en gesto afirmativo y vuelvo a decirte que te quiero. Me cubres también con la colcha y dándome un cariñoso beso en la frente, me susurras:

Idem!.

Cierro mis ojos, y me entrego en los brazos de Morfeo.

Continuará...

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