La primera masturbación del año 2009.
Estaba tan caliente que le escribí el siguiente mensaje a mi amante:
Pepe tesoro mío, yo también te echo mucho de menos a ti y te deseo con todas
mis ganas.
Pienso en ti a cada momento y deseo estar contigo para que me hagas tuya, para
que me poseas como tú quieras. Mi vida, me muero por ti, te necesito, te deseo y
te quiero.
Prométeme que me darás todo de ti; yo te daré todo mi cuerpo y me entregaré toda
a ti.
¡Te deseo tanto!. Anhelo tus besos, tus abrazos, tus caricias y en especial
añoro a tu enorme y dura polla. ¡Ayy cariño mío, cómo y cuánto la extraño!.
Sí, métemela muy despacito, toda entera; introdúcela en mi boca, en el
chocho, en mi culo y otra vez en mi cuevita deseosa y hambrienta de ti y
entonces, mi amor, córrete dentro de mi: inúndame con tu leche deliciosa que me
vuelve completamente loca.
¡Soy toda tuya!.
Chao mi cielo, hasta mañana.
Mil besos, muaaaaaaaaaaaa.
Y después de releer tres o cuatro veces este provocativo y fogoso e-mail, me fui al cuarto de baño a masturbarme ¡Qué rico!.
Estuve allí veinte minutos y al sentarme en el wc, bien abierta de piernas, con el pantalón y las bragas quitadas, me imaginé que él y yo estábamos sobre una cama
Mientras acariciaba con mis dedos la rajita de mi húmedo y caliente chochito, pensaba en su magnífico pene y en cómo él me frota el clítoris con el glande
¡Ayy!. Al instante tuve el primer y delicioso orgasmo. Fue breve, pero muy placentero, noté como mi mano se mojaba por completo de mis gelatinosos jugos
Bajé a la entrada de mi vagina y me introduje el dedo índice derecho hasta el nudillo, lo metí muy lentamente y con suavidad lo moví en mi interior
Imaginé que era su deliciosa polla la que me penetraba y me acariciaba por dentro.
No paraba de suspirar, gemir y decir su nombre: Pepe.
Toqué mi punto G y de nuevo sentí como un líquido espeso, pegajoso y tibio chorreaba por mi dedo, por mi mano y me llegaba hasta la muñeca
Jugué con mi ano, lo empapé de mis flujos haciendo movimientos circulares con la yema del dedo corazón y volví a subir hacia el clítoris; mi botoncito estaba duro, hinchado y muy sensible
Me estimulé más fuerte y al cabo de un minuto, exploté
Tuve un profundo orgasmo. ¡Fue alucinante!.
Fin