UN VIAJE A MALLORCA.

Celos, amistad, diversión, amor y odio (un poquito) en la discoteca. IV.

Nos levantamos de las butacas a la misma vez y al erguirnos chocamos nuestros cuerpos; como dije anteriormente Carlos es muy alto -más largo que un día sin pan- y yo soy tan bajita que apenas rozo su pecho.

Me dice con un poco de verguenza:

Le respondo que sí, que no se preocupe...y le pregunto qúe cuál es su canción preferida?. Él me dice:

Le contesto textualmente: "Sorpresa" y me voy con Juan a la cabina del disc-jockey.

Mientras nos diriguimos hacía allá, Juan me dice:

Le digo que no importa, pero que desde ayer por la noche ya somos novios oficiales; me paro un segundo y le enseño la gargantilla que me regalaste. Juan, sonríe y me comenta:

Me río y le pregunto: "Tú crees"?. Me responde con un guiño de ojo y dice:

Me sorprendo un poco al escuchar este comentario y para quitar punta al asunto le pregunto qué edad tiene?. Mientras seguimos caminando me responde:

Contesto que la primera vez que lo vi le eché esa edad y también añado como anécdota que Maika, mi cuñada los cumple ese mismo día. Él me dice:

Con una gran sonrisa le digo que por supuesto que lo haré y que le deseo todo lo mejor con Ana.

Ya hemos llegado al garito del "Pinchadiscos".

Es una habitación pequeña, pero acogedora y luminosa –del techo prende un foco redondo-, en su interior hay una mesa cuadrada de formica negra, dos sillas metálicas y en las paredes hay dos grandes estanterias de hierro de color azul metalizado a tope de discos compactos ordenados por temas. Al lado de la mesa hay un mueble con un léctor de CD’S. Me acerco y miro los 4 temas: Música Española de los 60, Pop Español y Extranjero, Baladas Nacionales e Internacionales y Música Disco variada.

Me quito la mochila y la coloco sobre una silla. Juan me dice:

Lo pone y al sonar, se abraza a mi cintura y comenzamos a bailar.

La verdad es que es una canción muy hermosa:

Es por tí/ que soy un duende cómplice del viento/que se escapa de madrugada/para colarse...por tu ventana...

..Y decirte, tus labios son de seda/tus dientes del color de la luna llena/tu risa la sangre que corre por mis venas/tus besos la tinta de mis versos/que siempre te cuentan...

Toda una declaración de amor.

Mientras danzamos veo por el cristal a Pelayo: está colocando un micrófono sobre la plataforma del escenario, fijo mis ojos en él –igual que cuando lo vi por primera vez en el comedor- y cuando me mira, le sonrío. Él mira alrededor y al no percibir a nadie me lanza un beso.

Mmm!. Que me desmayo!.

La melodía está a punto de acabar y en ese momento veo entrar al numeroso grupo del IMSERSO, a Paul y Katy, Miguel y a Carolina. Pero ni rastro de tí...

Me separo de Juan y asomándome a la puerta llamo al conductor y le pregunto por tí. Me dice:

Por supuesto que lo sé (vosotros también, o no?), pero cambio de tema y le pregunto con una sonrisa: "Miquelet, cuál es tu canción preferida?". Me responde con cara de sorpresa:

Le sonrío y le digo que a mí también me encanta; así que lo busco, lo pongo, subo el volumen y nos deleítamos todos con esa voz tan increíble.

Miro el reloj: las 23:09 minutos. De un momento a otro llegarás. Ya te extraño...

Al cabo de un minuto, veo a Pelayo que mirando hacía mi me indica con un gesto –como el de "tiempo muerto" en un partido de baloncesto- que pare la música. Detengo el CD y él saluda al público diciéndo:

Al terminar de decir estas palabras, la sala irrumpe en aplausos y en silbidos de halago. Juan exclama con un grito:

Pelayo se ríe y en tono de broma le dice

Y continúa diciéndo:

La gente me aplaude y también me piropéan diciéndo: "Guapa", "Maja" y un andaluz "Olé tu arte"...Juan me empuja fuera de la cabina y yo me pongo roja como un tomate maduro.

Pelayo sigue hablando y dice:

La abuela María (quién sino), levanta su mano derecha y pregunta:

Pelayo le sonríe y muy tiernamente la llama con un gesto –mueve su dedo índice-; María se arrima al escenario y él agachándose, le susurra.

Y mirando al público exclama:

Juan coge un compact y se escucha "Oye el boom" de David Bisbal.

Veo el reloj: casi las 23:20. Joer, ven ya!.

Mientras pienso en tí, apareces...Estás guapísimo: llevas puesto el pantalón vaquero y las zapatillas deportivas que vestías el viernes por la mañana cuando nos vimos en el aeropuerto, sin embargo no llevas la camisa de manga larga azul, en su lugar luces una camiseta de manga corta de color azul marino. Tu rubio cabello está mojado. Seguro que te has duchado; te imagino desnudo en la ducha y me pongo "mu malita".

Salgo de la cabina y te llamo con un sensual "Hola cariño". Al verme vienes hacía mí y abrazándome por las caderas me estrechas contra tu perfecto y musculoso cuerpo. Me sonríes y me dices:

Voy a responder -mientras cruzo los dedos por mi espalda- que he sido una nena muy buena, cuando Juan te dice:

Uff!. Vaya susto que me ha dado!. Tú respondes:

En un plis-plas te explico lo que Pelayo dijo y te aconsejo ir al escenario a rellenarla y depositarla. Le digo a Juan que por favor busque el tema de Lorna tan pegadizo "PAPICHULO" y que lo ponga.

Enseguida que te dás la vuelta me reuno con Juan y con un silencioso grito le digo que me dio un susto de muerte. Él me mira con una cara como diciéndo "De que hablas tía?. Si te he ayudado...", pero al comprender su extrañeza le doy un amistoso abrazo y besando sus mejillas le digo "gracias". Con una sonrisa me explica:

Le pregunto qué por qué y él me responde guiñándome un azul ojito y me dice:

Ya vienes y al llegar me coges de la mano y me sacas a bailar; al cabo de un instante esa canción acaba, pero de seguido suena mi canción favorita: "Suerte" de la guapa Colombiana Shakira.

Comienzo a bailar igual que la coreografía de la canción...Me enloquece!.

Tu reloj suena y anuncia las 23:30.

Mientras salto como una india noto un golpecito en mi hombro, giro mi cabeza y veo a Matilde que me dice:

Tú le dices que sí. Me dá la mano y llevándome al escenario me hace entrar por la parte trasera; al ir a subir me fijo que Carolina se acerca a tí y baila cerca tuya. Por suerte esta canción no es lenta...

Al entrar veo a Pelayo sentado en la escalerilla, me soríe y me dice:

Le comento que la tengo en la mochila, que me dé un segundo para ir a buscarla, pero con rápidez me dice:

Antes de dármela, la besa y al acercármela me desea suerte. También me dá su propio bolígrafo...

Se lo agradezco y escribo lo siguiente:

PILI.

Habitación 609.

Número 6 y color rojo.

Se la doy y mirándome fijamente me pregunta:

Le respondo que no, que puede mirar sin ningún problema.

Me la va a devolver y al hacerlo se le cae al suelo, me agacho para recogerla y cogiéndome por los hombros levanta mi cara; al hacerlo junta su boca contra la mía. Me besa apasionadamente con un beso tan caliente como la arena del desierto y a la vez tan húmedo como la selva del Amazonas. Yo deseo tanto ese beso como él mismo y estamos tan hipnotizados por la pasión que no nos damos cuenta en la figura que nos ve a escasos centímetros.

Mientras nos besamos me estrecha entre sus fuertes brazos y como está sentado queda a mi altura, por eso acaricio su corto y rizado cabello; desliza sus manos por mi espalda y llega a mis nalgas. Me separo de su boca y acercándome a su oído le susurro: "Tú tienes mi tanga". Lo miro a los ojos y mordiéndome el labio inferior me bajo un poquito el pantalón y mi Monte de Venus aparece desnudo ante él.

Me mira con la boca abierta y los ojos desorbitados; se dibuja una pícara sonrisa en sus labios y me dice:

En el momento en que vamos a volver a besarnos oímos un ruído, nos giramos hacía ese lugar y aunque no vemos a nadie ambos sabemos que nos han pillado.

Rápidamente me arreglo la ropa y el pelo, le doy un piquito y al ir a salir exclamo:

"Tú también me gustas mucho a mí". Y respirando profundamente me voy.

Salgo fuera y al pasar cerca de una mesa veo a los dos matrimonios de abuelitos; estoy muy nerviosa y siento mi cara caliente...tan caliente como el fuego que arde dentro de mí al recordar la boca, las manos y los ojos de Pelayo sobre mi cuerpo.

Apenas los saludo con un breve "Buenas noches" y casi corriendo me voy al fondo, a la izquierda, es decir al baño.

De fondo suena "Jaleo" de Ricky Martin. Carliños meu rei, va por tí. Veo mi reloj: casi las doce menos cuarto...

El servicio está vacío; hay tres huecos con un water cada uno, una gran pila de mármol negro con dos lavamanos y sobre ellos un espejo rectángular que cubre la pared frontal.

Me meto en el water de en medio y cierro la puerta con pestillo; tiemblo como un flan Dhul, pero al mismo tiempo estoy tan excitada que no me sorprendo al ver una pequeña mancha oscura entre la piernas –en la tela- del pantalón pirata. Por suerte para mí es de color lila y casi no se nota...

Aprovecho y hago pis y a pesar de que estoy mojadísima y chorreo flujo como una loca no me masturbo (más que nada por falta de tiempo, maldita sea!), pero al deslizar el papel higiénico por el chochito me imagino que es tu lengua o la suya y tengo un orgasmo bestial. Ummm!.

Me arreglo y tiro de la cisterna. Me acerco al lavabo y me la lavo las manos y la cara con agua fría; en ese instante la señora Patro –la abuela amiga de María- sale de otro water y me dice muy seria y en voz baja:

Cogo un pliege de papel secante y me seco (valga la redundancia) la manos y el rostro; y le digo que es mejor que hablemos después porque ahora van a sortear cosas. Sonrío y le pregunto si participó?.

Me coge del brazo y con un triste tono de voz me dice:

Me quedo atontada durante un segundo, no sé que pensar, ni que decir. Ella me abraza y exclama:

Le pregunto con varios interrogantes: Cómo?, Dónde?, Con quién? –solllozo- y Por qué?. Su respuesta hace que mi corazón se rasgue de dolor. Me dice:

Le digo que por favor siga, me hago la valiente y me limpio los ojos con rápidez. Me dice:

Estallo en un mar de lágrimas.

Rememoro nuestra primera noche juntos y tu declaración de amor, las sucesivas veces que hicimos el amor y tus palabras y gestos tan cariñosos. Todo mentira. Embustero...

Por qué me has traicionado así? Y además con Carolina...

No sé si creer a la señora Patro, ahora bien ella no tiene ninguna razón para mentirme y en dos ocasiones más quiso avisarme e incluso me previno con un: VIGILA A LA GUÍA. Sí, me está diciendo la verdad...no hay duda.

Por qué Marcos?. Yo te quería con mi cuerpo y con mi alma; el director me gusta, me atrae es cierto, pero sólo lo he besado, no me entregué a él. Sólo tú tenías ese galardón, pero ahora...lo has perdido.

Dejo de llorar y le digo a Patro que por favor me deje un ratito sola, le agradezco mucho su sinceridad y así mismo le pido que sea discreta. Ella me responde:

Cuando ella se va, comienzo de nuevo a llorar. Te odio!.

Por qué me has hecho tanto daño?.

Me miro en el espejo; tu atractivo y sonríente rostro se proyecta junto a mi horrible cara. Tú lo has provocado...

La ira me ciega, con violencia me froto los ojos, aprieto los puños e hinco mis largas uñas en la suave piel de mis manos.

Mi reloj suena y anuncia las doce en punto.

Respiro profundamente y abriéndo la puerta del baño, salgo. Cierro dando un portazo...

La música que se escucha ahora es un popurrí de los años 60: La chica YÉ-YÉ, La Escoba, El baúl de los recuerdos, 15 años tiene mi amor...

Todo el grupo del IMSERSO está bailando.

En otras circustancias sonreiría e incluso cantaría y bailaría yo también, pero ahora mismo lo único que quiero hacer es irme de aquí.

Al pasar por delante de la barra del bar, Carlos me ve y dice:

Me giro, voy hacía él y le digo con rabia: "Ese cretino se puede ir a la mierda!".

Hecho a correr y me voy a la cabina a recoger la mochila. Juan sigue ahí, pero no está solo, con él hay un chico igualito a DJ. Neil –el presentador del programa de TVE "MúsicaUno-", me lo va a presentar y él se adelanta y dice:

Como estoy de muy mala ostia no le digo nada. Miro a Juan y le digo que me voy.

Cogo la mochila de encima de la silla, me la coloco en la espalda y al ir a salir, llegas tú y dices:

Te miro fijamente con los ojos rojos de dolor, tengo ganas de escupirte y pegarte una bofetada, pero abro la boca y te suelto: "Pues ese ramo puedes metértelo en el culo!.

Me doy la vuelta y salgo pitando de la discoteca. Por el rabillo del ojo veo como Pelayo desde el escenario, me mira con preocupación.

Subo a toda prisa los peldaños de la escalera de caracol, cruzo la zona de descanso –veo sentado en un sillón de cuero verde a un señor fumando en pipa- y atraviso como una bala el hall. Ana me ve de refilón y exclama:

Como paso de largo sin decirle nada, me pregunta de nuevo con tono de voz alarmado:

Yo no contesto.

Me acerco a los ascensores...no hay ninguno abierto. Mierda!.

Los llamo a todos, a los cuatro. Mientras espero –muerta de impaciencia- oigo a Ana que dice:

Loco tú, hijo de puta!.

En ese momento llega un elevador, me meto con tanta rápidez que casi me caigo de bruces, pulso el botón del sexto piso y cuando las puertas están a punto de cerrarse, tu mano se mete en medio y lo evita; entras dentro y alargas tus brazos hacía mí, pero yo te digo con todo el odio del que soy capaz, el cuál es mucho:

" Déjame en paz, cabrón!".

Continuará...