miprimita.com

The handyman (03: Chofer)

en Grandes Series

EL HANDYMAN

Parte 3 El chofer

Se me había accidentado mi carro y tenía que usar los servicios de Pablo como chofer. La idea no me desagradaba y más cuando mis amigas me veían acompañada de ese galán, que se morían de la envidia. Tenía algunas actividades que realizar en este día que me había prácticamente robado de mi rutina de trabajo. Diligencias de casa, almuerzo con unas amigas y algunas compras. Me vestí muy sencilla con una corta falda para lucir mis piernas, una chaqueta sport corta, zapatos de tacón y una franelilla y un tanga gris con morado que se me ve espectacular. Me sentía sensual y hasta sexy. Mi maquillaje discreto y un toque de colonia en esos sitios que uno siempre desea que se lo acaricien…

Llamo a Pablo y lo encuentro pasándole una lanilla al coche que estaba resplandeciente de limpio. Pablo se veía muy bien con su traje negro, aunque la corbata gris no hacía juego con el traje. Su porte y ancho pecho lo hacían ver apetecible, con razón mis amigas me lo envidiaban. Gentilmente abre la portezuela del coche para que yo me monte, y mantiene la mirada de sus ojos marrones en mis piernas. A pesar de ser lo más cuidadosa en el montarme, siempre dejo ver mis braguitas un poco y a propósito me subo lentamente dejando que él se deleite de la visión. El muy pícaro mantiene su mirada entre mis piernas y sus ojos titilan. Apuesto que por su mente están pasando todos los recuerdos de nuestros encuentros en las tumbonas de la piscina. Siento las mariposas revolotear en mi estómago porque yo si recuerdo esos momentos…

Comienza el día con el fastidio del tráfico de la ciudad, mientras me entretengo leyendo una revista de mujeres. De vez en cuando siento la mirada de Pablo y me encuentro con sus ojos suplicantes como queriendo preguntar algo, pero mi máscara de señora de la casa se lo impide. Lo bueno de tener el chofer es que no necesitas buscar aparcamiento. Voy a un banco y luego al restaurante donde le digo que me acompañe pero que se siente en la barra y ordene desde ahí. Mis amigas al verlo comienzan a bromear y hasta a subastárselo entre ellas para ver quién se lo lleva a la cama. Las bromas se agotan y continuamos con otras cosas. Entre una copa y otra termino bebiendo lo suficiente como para que mis pudores se desvanezcan y surja aquella pasión desinhibida que se ha apoderado de mi en mis encuentros sexuales con Pablo. Terminamos de comer y nos despedimos entre risas y bromas.

Al salir me encuentro a Pablo ya esperándome dentro del carro, lastima porque en el estado de euforia que tenía le hubiese enseñado algo más que las braguitas al montarme en el carro. Me siento mucho más atrevida y comienzo a coquetear con Pablo. Mantengo mi autoridad y él no sabe como actuar. Nos detenemos en el centro comercial donde una amiga tiene una venta de lingerie francés. Le indico que me acompañe porque también quería comprarle una corbata para cambiarle la que tenía puesta que era horrorosa.

Entramos a la tienda de caballeros y comienzo a seleccionarle una corbata hasta que consigo la combinación ideal. Yo mismo me encargo de hacerle el nudo, lo cual me toma mi rato y me acerco a él tanto que casi mis senos rozan la solapa de su traje. Siento su aroma de colonia de madera de muy buen gusto, y creo ver como el bulto de sus pantalones le crece. Satisfecha con la compra nos dirigimos a la tienda de lingerie. Ahí me encuentro a Josephine, quién es muy coqueta y al ver a Pablo se disuelve en gestos y miradas con él quien no sabe como comportarse y solo le digo que se siente cercano al cuarto de probadores. Obedientemente toma asiento y sus ojos bailan de un stand a otro. No esta cómodo con tanta braga, tanga, hilos y similares rodeándolo.

Le pregunto a mi amiga que tiene de nuevo, y la muy traviesa me hace guiños y comienza a sacar unas combinaciones de hilos con sostenes preciosos y muy sexys. Insiste en que me los pruebe antes de comprarlos, a pesar de saber que si me quedan. Entiendo la travesura y la complazco. Lo primero que me pongo es un hilo blanco con un sostén media copa con bastantes lazos ideal para una recién casada. Salgo al pequeño estar de los probadores a verme en los largos espejos cuerpo entero, y la imagen es hermosa. No he notado que había dejado abierta la puerta lo suficiente para que Pablo pudiera verme completa sin ninguna limitación. Aún en desconocimiento de las miradas de Pablo, me pruebo un hilo rosado con una franelilla muy ajustada y de nuevo me encanta como se me ven mis senos bien parados. La traviesa de Josephine sigue trayendo conjuntos cada vez más atrevidos y sexys y es cuando me doy cuenta de que Pablo ha estado mirando todo el tiempo.

La traviesa en mi, había tomado control y comienzo a cambiarme en el propio estar, de manera que Pablo se deleite de la vista de mi hermoso cuerpo desnudo. Mis jugos comienzan a fluir y siento como se humedece mi coño. Temo manchar las braguitas y pienso que es hora de calmar este fuego. Me doblo para arreglarme los zapatos y le muestro mis nalgas, mi coño húmedo y mi culito completamente a Pablo. Me quedo un rato así sintiendo el calor de la mirada de él. Le digo a mi amiga que me traiga un conjunto de bragas negras abiertas en el medio entre las piernas y dejan el coño al descubierto, unas ligas con sus medias y un sostén que dejan al aire los pezones y comienzo a vestirme calmadamente. Pablo veía mi coño depilado y como lentamente me colocaba las medias y el liguero. Le pedí a Josephine que me dejara sola por un rato y luego de vestirme llame a Pablo. El muy tonto se hizo como el que no había visto nada, pero la erección que se notaba en su pantalón lo delataba. Me paré frente a él y me di media vuelta con suma lentitud para que observara todos los detalles de mi atuendo. Me sentía putísima y eso me agradaba, la sensación era excitante.

Estábamos de pie uno junto al otro y nos quedamos mirando fijamente, el solo estiró un brazo y me agarró por la cintura y me atrajo hacia él. Al estrecharme contra su cuerpo pude sentir la enormidad de su polla, deseosa de ser liberada del encierro en los pantalones. Lo bese fuerte, era deseo lo que me poseía y quería sentir sus caricias rudas y profundas. Busque su lengua con la mía mientras lo abrazaba, y sus manos comenzaron a acariciarme las nalgas por encima de las bragas. Sus besos eran desesperados, después de tanta exposición y todas esas bragas a su alrededor lo tenían excitado. Necesitaba descargar toda esa energía sexual y me tenía a su disposición. Me pegó de espaldas a la pared y comenzó a mamar mis pezones descubiertos. Mis manos agarraban su cabeza por detrás y la dirigía hacia esos sitios que más me gustaba que me mamara.

En su mismo afán, se saca su polla que ya hervía de la excitación y me levanta por las nalgas, abriendo yo mis piernas rodeándole la cintura. Por los espejos se reflejan cientos de imágenes de Marie vestida putísimamente y siendo follada de pie. Pablo buscó mi cuquita al final y empezó a meterme su polla. La situación en el estar, las imágenes a mi alrededor y la atracción sexual que sentía hacia Pablo sirvieron de estímulos para que mi orgasmo comenzará a crecer. Sentía un dedo de Pablo hurgar mi culito y su boca buscar la mía. Sus besos eran ardientes y continuaba metiendo y sacando su hermosa polla en mi.

Pablo comenzó a moverse más frenéticamente y a apretarme más duro, sentía como su polla crecía y palpitaba y yo apretaba con más intensidad mis músculos vaginales. Afloje el esfínter de mi culito y le di paso al dedo de Pablo quien me lo metió con desesperación y a pesar del dolor la sensación de entrega es total. Le susurro al oído: - Cógeme, cógeme, cógeme duro mi semental, méteme hasta lo huevos – y siento mi orgasmo explotar. Trato de aumentar mi ritmo y siento como mi culito aprieta el dedo metido en él. No se que es más estimulante el dedo en el culo o la verga en mi coño, y solo grito: coño!......

Pablo me saca el dedo y me agarra con las dos manos por las nalgas y aumenta sus movimientos y acaba, siento el calor de su semen dentro de mí y su gemido de placer muere en un susurro en mis oídos. Lentamente me deposita en el piso y nos damos un beso suave, tierno y de satisfacción. Pablo se guarda su polla flácida dentro del pantalón se arregla su corbata nueva y sale del estar.

Decido quedarme con este atuendo y solo completo mi vestimenta con mi propia ropa. Tomo el resto de las piezas y las pongo en una bolsa, me arreglo un poco el pelo, me retoco el maquillaje y salgo. Voy al mostrador donde esta mi amiga con una enorme sonrisa de complicidad y solo me dice que después pase a pagar. Voy al baño antes de salir y me encuentro a mi Pablo esperándome en el carro como el chofer que es. La señora de la casa solo le da instrucciones para que la lleve devuelta. Ni siquiera cruzan miradas en el espejo retrovisor. Cada quien tiene puesta la máscara de su vida real