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Yo, Liliam y así soy

en Confesiones

BIOGRAFÍA

Creo que debo de responder un poco a la curiosidad de muchos que se preguntan porqué uno es así. Soy Liliam, 28 años, bonita, casada pero sin hijos por decisión mutua, muy buena figura y mi característica final: soy una calienta vergas o calentona como algunos machistas suelen llamarme. ¿Qué quiere que les diga?... bueno les cuento mi biografía en breve…

Vengo de buena familia, varios hermanos y hermanas y contrario a lo que piensan muchos, no sufrí ningún trauma con un tío o abuelo morboso que me haya manoseado o toqueteado entre las piernas. Quizás lo más era una tradición maternal de que las niñas siempre deben de usar faldas y mi colección de pantaletas era inmensa y daba mucho de comentar, según cuenta ella misma. De mi memoria solo vienen algunos casos que me parecían muy normales pero ahora que estoy en esta de psicoanálisis virtual o terapia de grupo (vaya grupo… jajajaja) pienso que pudieran haber influido en la forma que soy y creo que siempre he sido.

Como ya dije nunca use pantalones y la falda o vestido era mi ropa normal aún para el diario y compartir con mis amiguitos, montar bicicletas y para las excursiones con las chicas scouts. Ahora que recuerdo los amiguitos me preferían más que a mis otras amigas, especialmente cuando nos tocaba escalar o subir árboles por sola travesura. En la medida que maduraba y era más consciente de los cambios en mi cuerpo, pero aún con la tradición arraigada del uso de la falda o vestido encontraba que me gustaba el trato preferencial que me daban los varones, sus atenciones, sus caricias descuidadas y a veces sus manoseadas que servían para que descubriera nuevas sensaciones agradables y experimentara posteriormente bajo la ducha o en la tina con agua caliente. Mi paso por la secundaria reforzó mi actitud convirtiéndome en algo así como la que todos deseaban, muchos llegaban a tocar pero que ninguno logro poseer. Mi paso por ser porrista o cheerleader fue encantadora sobre todo con eso de abrir piernas y mostrar traseros durante los bailes y lástima que para las piruetas no era buena pero me encantaba cuando sentía la mano de mi compañero sujetarme las nalgas, o sentarme en su cuello y frotarme el pubis contra su nuca…

Debo dar una pequeña explicación con eso de frotarse el pubis. Resulta que al poco tiempo de tener una abundante mata de vellos resultado por supuesto, brutos hombres!, de mi desarrollo corporal, sufrí de un prurito que obligó a mi madre a depilarme completamente como hasta hace un par de años lucía, con la diferencia que mi sexo había cambiado. Descubrí que mis labios vaginales eran mas largos y gruesos, que mi pubis en si lucía bonito cuando estaba lisito, parecía un bollito o una fruta madura como un durazno, que mi clítoris tenía vida propia y sufría de sus pequeñas erecciones que lo hacían sumamente sensible y se ponía muy rojo. Esto siempre pasaba cada vez que me excitaba y por supuesto tenía muchos bellos orgasmos (… esto lo vine a entender con mayor edad!!! Morbosos…). Quizás el mejor descubrimiento fue aquel de cuando me bañaba y me enjabonaba me producía un gran placer acariciarme y lavarme para luego ponerme talco con una mota de plumas que me hacía ver la gloria con lo rico de la caricia de las plumas en mi cuquita depilada. Fue así como mucho antes de que se pusiera de moda entre las mujeres, yo ya lucía orgullosamente mi sexo totalmente depilado e impecable, eso sí, muy sensible a la fricción de una pantaletica apretada, o de un muslo durante un baile pegado, e incluso de un abrazo muy largo como lo que le gustan darme mis amigos cuando aprovecho por reflejo natural de sobarme contra sus piernas.

Como verán ya en la universidad consciente de mi condición femenina y mi efecto en los hombres, me tocó experimentar muchas cosas como veía que sucedían a mi alrededor. Por supuesto me enamoré y adiós virginidad. Les cuento algunas cosas. Israel fue mi primer novio, un cubano encantador quién me llevaba como 5 años de edad y muy experimentado pero sobretodo travieso y sensual. Me introdujo en el mundo de los juguetes sexuales, ustedes saben consoladores, bolitas chinas, cremas, ropa interior de caramelo y comestibles y muchas cosas más, pero él entendió realmente lo que más me excitaba y eso era el exhibirme. El muy vagabundo planeo varias cosas, les cuento:

En una oportunidad me llevó a un cabaret de strip tease y nos divertimos mucho viendo a las chicas bailar y desnudarse. Constantemente me preguntaba que si me atrevería a hacerlo hasta que se presentó la oportunidad con el concurso de las amateurs. Acepte el reto entre risas y besos y me anote para competir. Éramos tres las atrevidas y el concurso tenía dos bailes: el primero era libre en el tubo y el segundo era un lap dance (…a un hombre seleccionado al azar del público). Me tocó de tercero salir a bailar y aunque nerviosa al principio, cada vez que oía los gritos y silbidos de los hombres como respuesta de abrir mis piernas y enseñar la tanguita metida en mis nalgas, o el de inclinarme y enseñarle el trasero solo apenas cubierto con la delgada tira de la pantaletica, sentía un escozor divino en mi cuquita y creanlo me excité de tal manera que en el momento que me agarre el tubo y me frote el pubis contra el, no pude aguantar el orgasmo que estallo entre mis piernas. Mi reacción fue muy natural y recordando mis rutinas en mi tiempo de cheerleader aderezadas con algunas ideas de los bailes de las chicas culmine mi tiempo. Queriendo lucirme con Israel para terminar me acerque a la orilla donde se encontraba y a pesar de que las luces no te dejan ver, me arrodille y separé mis muslos, inclinándome completamente hacia atrás de manera que disfrutara de la vista de mis labios depilados al aire y la tanguita metida completamente en mi sexo. Los aplausos eran ensordecedores y para mi sorpresa Israel estaba rodeado de sus compañeros de póquer quienes eran los que más ruido hacían. Sonrojada de la vergüenza salí corriendo al camerino donde me felicitaron las otras chicas.

En el segundo baile tuve una sorpresa que el tiempo la convirtió en la más bonita. En esta oportunidad era obligatorio solo tener una franelillita muy corta que apenas cubría los pezones, tanga y zapatos estiletos. Bueno, me veía espectacular y entre los gritos podía oír a los amigos de Israel que pedían ser ellos los seleccionados para el lap dance, pero no, por simple sorteo seleccionaron a uno que mas bien se veía tímido aunque estaba bien y tenía un cuerpo muy fuerte. Luego les digo la sorpresa. En esta oportunidad fui la segunda en salir y solo me copie más o menos de lo que vi. con la participante anterior. Recuerdan lo de frotarse el pubis… bueno se podrán imaginar lo mojada que estaba cada vez que me rozaba con la áspera tela del jean del premiado. Su erección era total, se puso rojo y respiraba forzado. Me encantaba como sus ojos me devoraban y cuando les puse las tetas en sus mejillas creo que se le fue algo de semen porque su gemido parecía mas bien un aullido. Al voltearme para mecer mis poderosas nalgas en su regazo y sobarle el pecho con ellas, podía escuchar los vítores de todos. Luego entendí que mientras las otras concursantes usaban tangas de gruesa tela de lycra, las mías eran de seda casi transparente dejando ver completamente mi humedad, la hinchazón de mi clítoris y lo brotado de mis labios vaginales. Imagen que era absolutamente erótica y atrevida. Al final adivinen quién ganó? Por supuesto que fui yo y me dieron hasta un pequeño trofeo que atesoro con mucho cariño. Tuve que regresar a la mesa con Israel y mientras caminaba por la sala llena, escuchaba los comentarios muy elevados de tono que recibía. Podía sentir las miradas recorrerme el cuerpo y les cuento que me excitaba muchísimo. Finalmente llegué a la mesa y luego de soportar las bromas y comentarios muy halagadores de los amigos de Israel le dije al oído que quería irme a casa. Él pensó que era porque me sentía avergonzada, pero realmente lo que quería era sentir una verga dentro y descargar toda esa excitación que me tenía las pantaletas chorreando y la respiración forzada.

Israel siempre me llevaba a las ferias y sitios como New Orleáns de manera que si exhibía mis lindas tetas me regalaban un collar con muchas perlas, y siempre terminaba con un montón de ellos en casa. En ese caos lo único que me molestaba era la constante manoseadora de los hombres. El descaro era terrible en la forma como me metían mano por debajo de mi falda. Caricias, agarrones, pellizcos y hasta un mordisco he recibido en esos relajos. Me molesta es cuando tratan de meterme los dedos en mis agujeritos. Es cierto que se humedece por la excitación del momento pero eso se lo reservo a Israel que sabe muy bien que al final con lo excitada que estoy, es él el que cobra las ganancias de mi aventura exhibicionista. Se dirán si todo era tan bonito porque no me case con él. Bueno, resulta que sus juegos de exhibición se hicieron cada vez mas atrevidos, especialmente con sus amigos de póquer a quienes tenía que atender cada día vestida más atrevidamente, hasta llegar al punto de comprarme ropa especial para esas noches las cuales conseguía en sex shops. Se imaginaran lo que era eso. Al principio me encantó y de veras que hasta me corrí varias veces con solo las miradas y comentarios de sus amigos. Al poco tiempo ya no eran palabras sino también manoseos y agarraderas en mis nalgas, tetas y cuquita la cual rara vez cubría con un tanga. El acabose fue una noche que el muy tonto se durmió de la borrachera que tenía mientras que sus amigos sin estar muy lejos con los tragos sacaron provecho de la situación y me dieron un merecido castigo.

Siendo breve me conseguí que el más grandote y bruto me tomo por la espalda mientras los otros dos me quitaban la poca ropa que tenía puesta y comenzaron a lamerme, besarme y agarrarme con un hambre acumulada de tantas noches de calentamiento para ir a follar a sus esposas pero imaginándose que era yo. Consciente que el oponerme solo serviría para que me hicieran daño y realmente deseándolo de hace un tiempo colabore con los chicos ampliamente. Al darse cuenta de que no oponía resistencia el bruto inmediatamente me acostó en la endeble mesa de póquer y se bajo los pantalones dejando ver una corta pero gorda verga que parecía más bien una lata de refrescos. Consciente de mi estado de humedad y relajamiento acepte su penetración tranquilamente, la sensación era curiosa porque me sentía muy llena pero como atorada ya que no sentía la penetración a fondo. El bruto no tardo en acabar e inmediatamente me encontraba en cuatro aceptando una penetración mas profunda mientras mamaba y pajeaba al tercero que me sujetaba por los hombros y seguía el ritmo de las penetraciones que tenía. Tenía un grueso dedo metido en el culito el cual no era muy virgen porque a Israel siempre le gusto darme por ahí a pesar de que no lo practicábamos muy seguido. Acabe, me corrí, y me canse de gemir, aullar e insultar a estos hombres aprovechadores pero que me causaban un placer indescriptible. Israel ni siquiera parpadeo y sus ronquidos hacían coro con mis gemidos. Ese fue el comienzo del fin, a las pocas semanas me separe de él por desconsiderado y mal novio.

La sorpresa?.... me olvidaba, aquel del baile en el club de strip tease resultó ser mi actual esposo Roy quién al igual que Israel es un voyeurista que le encanta mi forma de ser y comportarme, solo que es un poco más celoso y no le gusta la idea de compartirme con alguien. Quizás por eso fue que esa noche en que Pablo y su grupo repitieron la escena ya lejana aunque siempre recordada mis sentimientos se me cruzaron. Disfrute, pero también lloré de frustración, la follada por el culo que me dio Pablo me recordó lo sabroso que puede ser cuando se desea, por cierto a Roy no le llama la atención el sexo anal, y la sensación de llevar a cabo el deseo de follar y expresar tu deseo sin tapujo, resultó en que ahora continuo siendo la misma calienta vergas de siempre con la diferencia que cada dos semanas soy algo como una esclava sexual o un machista diría una puta bien caliente quién recibe su ración de verga por mal comportamiento…

Si estas de acuerdo hazme llegar tus comentarios…. mariepablo@hotmail.com