Midori, querida
La abuela acariciaba a la joven nieta.
-Pobre Midori... como sufren tus padres
-¿Tu crees abuela?
-No se puede mantener una hija en este país
-Eso son tonterías
-Te niegas a casarte
-Ninguno me gusta abuela
-Eso no importa, un hambre ha de convenirte, no de gustarte
-eso ya no debería ser así
-Pero lo es
-No me casare con alguien que no ame
-No sabes lo que me duele oírte decir eso
-No debería, es mi vida
-Y la de tus padres... Y la mía
-Buscare trabajo
-¿Una joven trabajando?
-Hay muchas
-Sería un deshonor
-Olvidaros de esas antiguallas
-La tradición es la tradición, mi dulce niña
-Pero se puede romper
La abuela abofetea a la nieta.
-No debes pensar eso... Mi familia siempre se ha regido por las tradiciones, y lo seguira haciendo
-¿Y de que comerán mis padres?
-Por eso mismo estas aquí... Tu madre aun esta a tiempo de engendrar un varón...
-Pero... ¿La política del hijo único...?
-Si no hay mas hijos... Si el primogénito muere
-¿Muere? ¿Qué pretendéis?
-Oh, mi dulce y bella Midori. Tu muerte facilitara la mejora de nuestras vidas... Tu carne nos alimentara durante semanas
La muchacha corre hacía la puerta... Una muchacha arrodillada la corta la salida. La muchacha levanta el rostro hacía la aterrorizada Midori... Algo que ve, Midori, en aquel rostro la aterroriza aun mas...
... Dos cuchillas curvas, cortan, dibujando un aspa, aire y carne. La vida de Midori se escapa mientras en sus labios se dibuja la siguientes palabras:
-Sus ojos
La asesina permanece de rodillas, sujetando en sus manos los cuchillos ensangrentados... La abuela arrastra el cuerpo de Midori hasta la cocina.
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Horas después.
Caída la noche, dormidos los padres tras los primeros platos de Midori, la abuela se entretiene maquillando a la joven asesina.
-Tienes unos labios tan jugosos... Que envidia te hubiera tenido ella... Mi Midori siempre tan coqueta con su ropa y su maquillaje... Zorrita capitalista... Mataba de hambre a todos nosotros a causa de sus caprichos... Ahora ya nos paga por ello.
La asesina calla, permanece quieta y silenciosa.
Se concentra en la imagen de su amada Terry, se concentra en sus carnosos labios, aquellos que tanto la gustaba mordisquear cuando se besaban... Ella aun era una niña, Terry, en cambio, iba camino de ser la mujer que es ahora, entonces solo era una adolescente... Se podría decir que ella fue la discípula, y Terry la maestra... Pero sus juegos iban mas allá de un mero aprendizaje sexual.
Siente como las arrugadas manos de la anciana se deslizan por su redondo rostro de niña.
Vuelve a concentrase en el recuerdo de Terry.
Su mente vuela por todos los rincones, busca belleza... La belleza que su hermano la robo...
Una chica de rasgos orientales, boca carnosa y gafas de pasta, sentada, sola, en un cibercafe en Tokio, a miles de kilómetros del lugar donde se encuentra ella.
Una mirada perdida, una muchacha recién salida de la ducha... Es atractiva... La esta mirando...
-¿Quién eres? ¿Por qué has venido?
La sintió... ¿Cómo pudo ser? Cierra toda conexión, regresa a su localización corporal.
La abuela la ha desnudado... Ella es ciega, no ve donde esta la anciana, pero, la siente lamiendo sus pechos desnudos... Mira en el alma de la anciana... Ve los demonios que la habitan... Pálidos y ojerosos, hambrientos después de tanto tiempos guardados... Reprimidos.
La deja hacer... Sabe que no la dañara.
La anciana se ve descubierta... Llora... Tantos años de represión....
-Que rica eres... Que rica que estas... Mi niña... Mi Midori.