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Noche de medias y pies

en Fetichismo

NOCHE DE MEDIAS Y PIES

Desde hace algún tiempo mi novia y yo practicamos el fetichismo del pie. Muchas noches mientras ella ve la televisión, me ofrece sus preciosos pies para que los lama mientras me masturbo o directamente me frote con ellos. He de decir que a los dos nos encanta.

Mi novia, Carla, tiene una amiga llamada Silvia. Siempre me he sentido atraído por ella. No es especialmente bella, pero sí resultona. De todas formas lo que realmente me vuelve loco de ella es el fetichismo que desprende por todo su cuerpo, sus vestidos, sus medias, y sus zapatos. Normalmente utiliza largos tacones para disimular su estatura (1, 65), lo que hace que sus hermosos pies aún se vean mejor por la forma que les dan las magnificas sandalias abiertas.

Un día, Carla me comentó que esa noche vendría Silvia a cenar ya que había cortado con su novio. La ruptura de la pareja me sorprendió en un primer momento, se llevaban bien y eran muy liberales, aún recuerdo ponerme cachondisimo con sus historias sobre clubes de intercambio de parejas. Me pareció una cosa lógica que quisiera contarle a su amiga lo ocurrido y no le di más importancia. Si hubiera sabido lo que vendría después…

Esa noche llegué a casa después del trabajo. Carla estaba en la cocina llenando dos copas de vino. La besé y me indico que Silvia estaba en el salón. Me acerqué para saludarla. Al llegar la vi tremendamente sexy. Un vestido negro con un gran escote, y por encime de la rodilla. Unas medias transparentes y superfinas y unos tacones que dejaban ver sus preciosos dedos y sus cuidados talones. La besé y charlamos lo mínimo hasta que llegó Carla con las copas. Por la forma de reír de las dos comprendí que ya llevaban unas cuantas copas de vino. Carla me propuso que me duchara y me pusiera cómodo, por que aún no habían terminado la charla. Acepté.

Entré en la ducha y dejé mi pijama encima del toallero. Una vez comenzó a salir el agua caliente, me toque firmemente notando como mi verga crecía y crecía. Me imaginaba en la cama con las dos comiéndome la verga. Me corrí. Acabe la ducha y al salir me encontré una enorme sorpresa. Mi pijama no estaba. Me coloqué una toalla a la cintura y salí del lavabo para preguntar a Carla que había ocurrido. Desde el sillón donde estaban recostadas Carla me hizo una señal para que me acercara. Yo, un poco avergonzado por la presencia de Silvia fui con ellas. Cuando llegué a su altura me planté de pie delante de ellas, entonces Carla me dijo unas palabras que me hicieron temblar.

Le he dicho a Silvia que te encantan los pies de las mujeres. (reían)

Carla me ha dicho que lo haces muy bien – Siguó Silvia(reían)

¿Te gustan los pies de Silvia? – Me soltó mi novia. – A mi si… Ya se lo he dicho…

Mi polla comenzaba a estar juguetona de nuevo. Aún no había respondido que el pie de Silvia con ese magnifico tacón me rozaba el paquete suavemente. Yo miraba a mi novia para notar algún tipo de disgusto en su mirada, pero en vez de esto lo único que veía era lujuria en sus ojos.

Yo también soy fetichista, me encanta que me coman despacito los pies … - Me decía Silvia.

Aún fue mayor mi sorpresa cuando mi novia se levantó, se colocó detrás mio y me susurro al oído.

Cómele los pies, pásatelo bien y haz que nos corramos…

Me quito la toalla, hizo presión sobre mis hombros para que me arrodillara. Quedé a la merced de los pies de Silvia. A cuatro patas. Ella me pasaba los pies y las sandalias por la cara y yo relamía y relamía. Note como mi novia se colocó detrás de mí y comenzó a masturbarme. Silvia creaba un arco con su pie para que mi lengua quedara entre su planta y la sandalia. Mi novia mientras me masturbaba se estaba desnudando. Silvia descalzó uno de sus pies y me señalo que abriera la boca, asentí y de pronto note todo su pie en el interior, forzando mi lengua. Silvia subió el pie lo que me hizo levantar la cabeza y ver entre sus piernas. No llevaba bragas, simplemente las medias tapaban su conejito rasurado. Pude ver también como las medias estaban mojadas, el brillo de su flujo intentando salir de allí. Mi novia se llevó mi verga hacia atrás y comenzó a succionarme lentamente. Estuvimos un buen rato así, hasta que Silvia me cogió por la cabeza y me invitó a frotar su clítoris con mi lengua. Para eso tuve que morder primero sus medias y romperlas para poder entrar. Mi novia presionaba mi ano lentamente pero con firmeza, mientras seguía comiéndose mi polla.

Entré debajo de la falda, Silvia estaba completamente excitada y me pedía acabar cuanto antes. Coloque mis labios en forma de "O" e introduje su clítoris dentro, con la lengua comencé a hacer presión en círculos. Silvia jadeaba y gemía, no duró ni un minuto. Se corrió dejando toda mi cara llena de flujo. Carla no dejaba que me corriera, iba haciendo pequeñas paradas para mantenerme tenso pero sin explotar. Silvia más relajada, se incorporó y señalo a Carla que se sentara en el respaldo del sillón, acto seguido Silvia se puso de rodillas dándome la espalda y abriendo las piernas de Carla comenzó a comerla. Yo seguía lamiendo los pies de Silvia, mientras me tocaba estaba a punto de explotar. Silvia me paró.

Trae un cuchillo- Me dijo.

Yo no entendía para que lo quería, pero rápidamente para no perder la excitación fui hacia la cocina y lo traje. Carla estaba a punto de correrse. Silvia cogió el cuchillo y girándose, corto la media a la altura del talón, un trazo recto. Dejó el cuchillo y siguió con Carla. Pude ver como Silvia introducía su pulgar en el ano de Carla mientras saboreaba su coñito. Entendí lo que quería Silvia y así lo hice. Me coloque detrás de ella, flexioné mis rodillas e introduje mi verga por el agujero que había en la media. Mi polla quedaba apresada entre su planta y la media. Sujete con firmeza su pie y comencé a frotarme, Carla al verlo todavía se excitó más y con un grito llegó a un enorme orgasmo. Yo estaba al límite, y no pude esperar más. Solté un gemido de placer y tuve una corrida descomunal dentro de la media de Silvia. Cuando se terminó mi orgasmo, retire mi verga y vi como el pie de Silvia estaba completamente mojado por mi leche. Me acerqué a las dos y nos besamos durante unos minutos.

- Silvia se va a quedar a dormir con nosotros – Me dijo Carla.