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Mi querida nerea

en No Consentido

MI QUERIDA NEREA…

Por aquella época yo tenía 24 años, trabajaba de portero en una famosa discoteca, mejor decir relaciones públicas es lo que nos ponía en la nómina, aunque no trabajaba a jornada completa, es lo único que tenía a la vista, no encontraba trabajo de lo que me agradaba a mi trabajar, me salió un trabajo en cobro a morosos a jornada completa, no me lo pensé y cambié de trabajo y de ciudad, las condiciones de trabajo eran muy buen sueldo, más comisiones, más residencia. Trabajaba en una misma provincia tres o cuatro meses y nos cambiaban de provincia. La empresa tenía sucursales en las provincias más grandes de España.

Me casé a los 18 años, con Nerea, una chica guapísima, de pelo largo y morena, dos años mayor que yo, por aquél entonces me llamaron a filas, el servicio militar era obligatorio. A ver quién es el guapo que no se presentaba, al que no se presentaba o reincorporaba lo mandaban al penal, yo por supuesto cumplí con mis obligaciones con la patria. La mili, duraba 16 meses, mi matrimonio aún duro menos. Yo es que estaba muy enamorado y le daba todos los caprichos que quería a ser posible, menos que me pongan los cuernos. A mí no me gusta ser infiel, también quería que fuera honesta conmigo.

Así que nos separamos, se junto con mi rival, este la maltrataba, la pegaba, más de una vez la obligo a tener sexo con sus amigos y con él, la verdad es que la trataba peor que a una prostituta. Que también son dignas de respeto, aunque ejerzan la profesión más antigua del mundo. Para mí una persona es digna de respeto por ser persona, aunque elijan caminos equivocados, cada cuál es libre de tomar sus decisiones. Llevando ya casi que tres años, en la empresa de cobros, recibí una llamada a la empresa de mi ex-cuñado, que es 10 años menor que yo. Le facilitó el número un hermano mío, con el cuál me llevo muy bien, nos llevábamos como los hermanos gemelos.

Pedí una semana de vacaciones, así que volví a mi ciudad, a ver que es lo que quería. Me entreviste con mi ex-suegra, para mí siempre fue mi suegra. Me comento que mi ex, quería separarse de su compañero porque la maltrataba, que tenía un niño de tres meses, y se quería ir a vivir con su padre, ella y su hermano pequeño, Carlos de 14 años, les dije que si, que conforme que los acompañaría. Los acompañe a vivir con su padre, su padre vivía en otra ciudad a más de 300 km. Mis suegros eran separados, familia numerosa, unos hijos vivían con el padre y otros con la madre. Pues bien los dejé con su padre, y yo vuelvo a mi trabajo y a vivir de mis puños, la verdad es que aún estaba enamorado de ella. Les dejo un número de contacto para que me localizaran, si necesitaban otra vez de mí.

Cosa del mes siguiente, un martes, recibo una llamada de Carlos, que Nerea está asustada, que se presentara el domingo el padre de su hijo en la ciudad. Les dijo que no se preocupen que el sábado yo estaré allí para protegerlos. Llamo a la oficina de la empresa y les digo que necesito vacaciones, para solucionar unos problemas personales urgentes. Así que me lo conceden, me traslado a su ciudad y voy para la casa de su padre, la casa es pequeña solo tiene tres habitaciones, en una habitación duerme el padre, en otra Nerea y su hijo de tres meses y en la restante duerme Carlos, así que deciden que durmamos Carlos y yo juntos.

El domingo se presenta en la ciudad la pareja de Nerea con dos amigos más, a lo que les digo que no tienen nada que hablar con Nerea, que por donde han venido que se vuelvan. A lo que el padre del hijo de Nerea le quiere arrebatar a su hijo, lo enganche por el cuello apretándole que casi se asfixia, a lo que sus amigos, se tiraron hacia mí, para defender al amigo, hubo unos pocos, bastantes puñetazos y algunas patadas se llevaron, viéndose perdidos uno saca una navaja de resorte, yo viendo su acción traicionera voy y les saco de mi bota mi cuchillo de monte, al cuál me acostumbre a portarlo del servicio militar. Me tiró una estocada a fondo, la cuál esquive, poniéndome a su espaldas lo cojo de la cabeza y le pongo el cuchillo en la garganta, tipo comando cuando va a degollar a un centinela enemigo.

- Si no os vais para vuestra ciudad, alguno va ha salir malparado.- Les digo. Dándole un empujón al que tengo agarrado hacia sus amigos.

A lo cuál deciden dejar la pelea y a hacerme caso. Yo quedé como un héroe a los ojos de ella, de su hermano y de los presentes. Los amigos y el padre del hijo de Nerea, decidieron abandonar el lugar, la ciudad y volver por donde habían venido. La familia presente de Nerea, me dan las gracias con abrazos, Nerea al final decide darme las gracias y un beso en la mejilla a lo que yo giro un poco la cabeza para que me lo dé en mis labios. No tuve suerte, me lo dio en la comisura de los labios. A lo que pienso ya habrán más besos, yo decido enamorar a Nerea de nuevo, la verdad es que siempre he estado enamorado de Nerea. Yo no hago más que intentar rosarme con Nerea, robarle un beso, lo cuál conseguí no uno, varios besos.

A la noche, pues nada a dormir cada uno a su cuarto ella con su hijo recién nacido y yo con Carlos. Iba más caliente que el demonio en el infierno. Yo soñando otra vez con Nerea, haciendo el amor, Carlos durmiendo a mi vera, mi cuerpo reaccionó al contacto con otro cuerpo, así que le paso los brazos por encima y lo abrazo, Carlos de espaldas a mí, le paso mi pierna izquierda por encima sus piernas. Su culito pegado a mi nabo, mi nabo que se va creciendo. Y yo dormido abrazado al nene, soñando que tenía abrazada a Nerea. No paso nada, por la mañana me desperté con la polla tiesa y cada uno mirando en direcciones distintas.

Durante el día, llame a la empresa y les pedí que me dieran de baja, ya que me quedaban 15 días de vacaciones, era la notificación de los 15 días que hay que dar a la empresa. Me pidieron los datos de la ciudad donde me remitirían los documentos. Así mientras me llegaban los documentos, yo a intentar enamorar a mi antiguo amor. La verdad es que en casi dos semanas solo conseguí roces tocamientos y algún que otro beso, siempre a escondidas del padre, es católico y todos los domingos va a misa. Yo la religión es que me da igual, no me da de comer, así que la religión para otro. Bueno, me dije para mí ya vamos prosperando, ya hemos tocado algo.

Por las noches al ir a dormir con Carlos, lo mismo que siempre, caliente, ni la metía en un lado, ni la metía en el otro, yo la verdad es que los hombres no me van. Aquél lunes va Carlos y me pregunta.

- ¿Eres maricón?- Me pregunta.

- No. Pregúntale a tu hermana, que le gustaba follar conmigo y ahora no sé porque no me deja. ¿Por qué me has hecho la pregunta?- Le respondo y le pregunto.

- Por nada, olvídalo.- Me responde.

- Y tú. ¿Eres gay? – Le pregunto.

- No.- Me responde.

Pues nada, a la noche a dormir, hacia un calor bochornoso, a lo que me propone que nos quitemos los calzoncillos. Bueno, mejor, más fresquitos, pienso yo. Hala, a dormir nos ponemos a dormir, por lo menos yo. Y allí está Carlos al cabo de un par de horas, comprobando quién la tiene más grande, la coge con la mano ha ver quién la tiene más gorda. Yo que me despierto y veo al nene con su polla en la mano y en la otra mano mi polla, me pensé que me estaba haciendo una manuela, acompañando su solitario, o sea que me pensé que se estaba pajeando a mis costillas y me la estaba pajeando. Lo agarro del cuello, le digo todo serio.

-¿Que es lo que estás haciendo?- Le pregunto.

- Nada, nada.- Me responde con lágrimas.

Yo en la oscuridad no lo vi si le saltaron las lágrimas, yo todo calentorro, con la polla calentita en su mano, pienso. Ahora, se va a enterar el nene, me va a terminar de hacer la paja. Así que lo obligo a pajearme, me va a decir que no y yo le aprieto más el cuello, lo que no tiene más remedio que pajeármela. Yo aflojo la presión de su cuello, cuando ya está mi polla creciendo a un tamaño considerable, lo agarro de las orejas y le digo;

- Ahora me la vas a terminar de hacer con la boca.- Le digo.

Y allí tengo al nene obligado a hacer lo que yo me pensaba, que quería hacer. Ahhhh, que gusto, que boquita más calentita y que suavemente e inexperta que es esta boquita. Así que lo engancho de los pelos fuerte, para que note quién manda y le dirijo como debe de hacerlo, cada vez se la meto más honda en la boca y el nene dando arcadas, así que disminuyo el ritmo y la profundidad. Le levanto de mi polla, me levanto y voy a encender la luz cierro la puerta por dentro.

- No, no por favor, no es lo que te pensabas.- Me dice.

- Yo solo sé que te la estabas pajeando y haciéndome una paja.- Le digo. –Además te gusta y te va a gustar. Menuda cara de vicio estabas poniendo cuando me la chupabas.

Me voy a la cama lo agarro del cuello y le digo al oído.

- Como no hagas lo que te digo, o se lo dices a alguien, te rompo el cuello.- Le digo para atemorizarlo. - ¡Ah! Y otra cosa.- Le vuelvo a decir.- No intentes nunca metérmela, como lo intentes siquiera, te la corto con mi cuchillo de monte.

- Sí, si, haré lo que tú digas y lo que quieras.- Me dice con miedo.

Así que decido soltarlo, y meterla en caliente, en su boca. Le digo que ya que está con su picha en la mano, que termine de pajearse. La tenía pequeñita, mi polla comparada con su picha era casi que el doble de larga y el doble de ancha. Me mira, la polla y se mira la suya, así respectivamente un rato, no sé que pensaría, quizás miedo al ver semejante polla agrandarse al estímulo del placer. Yo ya estaba super-caliente, creo que ya me daba igual tres que veinte y tres. Así que actúe sin pensar, solo hacer, solo darme placer. Lo tumbé sobre la cama, me eché encima de él, le dije que se siguiera haciendo la paja con su mano izquierda y con la mano derecha me la siguiera meneando. Cuando noto que ya me voy a correr, le digo que pare de pajearse y pajearme y se coja la nalga derecha con la mano derecha y la opuesta con su mano opuesta, abriendo el ano, para despejar la entrada en su culo, un culito sin pelos, un culito casi de mujer, el nene no tenía ni un solo pelo por todo el cuerpo excepto en la cabeza, una larga melena negra, como hay hoy en día muchos nenes, que no sabes si son nenes o nenas.

Cuando ya estaba en posición, yo apunto mi polla con mi mano izquierda en su ano y con mi mano derecha le tapo la boca, a lo que empujo suave, le voy dando suavecitos empujoncitos, a lo que la cabeza de mi polla ya estaba casi emposición de entrar siento que mi polla empieza a escupir lo que aprovecho para que se lubrique y entre por si sola, fue como caer en arenas movedizas, su culito empezó a chuparme la polla hacia dentro de él que parecía que iba a terminar por engullirme todo. Seguí empujando suave centímetro a centímetro, hasta que hicieron por fuera contacto nuestros cuerpos, aquél nene se tragaba por su ano toda mi polla. Si más polla hubiera tenido más polla se hubiera tragado como las arenas movedizas.

Empecé suave a bombearlo para dentro y para fuera, hasta que ya no le vi cara de dolor, entonces empecé a bombearlo a placer, todo el recorrido. Algunas veces la sacaba del todo, y metía la polla hasta el fondo, pegando sus nalgas con mis huevos. Así hasta que me corrí otra vez pero esta vez dentro de su culito, un culito hermoso, que se adaptaba a mi polla, se expandía y se contraía tal como entraba y salía mi polla. Le saque la polla de aquél agujero calentito que era su culito, tal como se la saco me siento en su pecho mirando a su cara y le introduzco mi polla en la boca para que me la limpie, de mis líquidos y de algo de su sangre, que le salió un par de finos hilillos de sangre manchando las sábanas, le peté el culo, de aquél agujero no sería virgen nunca más.

Nos levantamos, cogí y cambié las sábanas ya que aquellas sábanas estaban manchadas de su semen y de su sangre. Me visto, me voy a ir a la cocina a coger una bolsa de basura y el nene detrás de mí. Me giro

- Nada de ir a ducharte, quiero que tengas y retengas mi lefa en tu culo.- Le digo.

- No me ducharé, lo que tú quieras.- Me dice, saltándole una lágrima.

Me acerco a él, le acaricio la cara quitándole con mis dedos la lágrima, entre nosotros nunca hubo un simple beso, solo está caricia y más caricias como está. Yo soy muy hombre, aunque trate a algunos hombres como a mujercitas. Hubo una vez en la mili, tres que quisieron hacerme una novatada, quisieron metérmela por el culo mientras dormía, me cogieron uno por un brazo y otro por el otro brazo, y el tercero fue a bajarme los calzoncillos, me desperté y cogí mi cuchillo de monte de debajo mi almohada, con mi mano derecha y le arreó un tajo al de mi derecha en la pierna y al que estaba detrás de mí, le solté un cuchillazo que casi se la corto del todo. Yo es que para esas cosas soy muy hombre. A quién me la juega o intenta jugármela, se la juego en cuanto puedo.

Cogí las sábanas, las metí en una bolsa de basura y me fui a tirarlas al contenedor. Para que nadie de su familia se enterara, esto iba a quedar entre nosotros dos.

El martes, le dicen al padre que lo van a trasladar a otra ciudad, que la empresa una constructora internacional, estaban las obras avanzadas y les pillaba muy lejos los desplazamientos, mejor era trasladar a los operarios trabajadores a otra ciudad a más de 100 km. Pues bien el miércoles se traslada quedándome yo de cabeza de familia. La casa es propiedad de mi ex-suegro, ha mí siempre me trató bien, yo tampoco me porté nunca mal con ellos.

Seguimos toda la semana igual, yo intentando enamorar a Nerea y ella intentando esquivarme. Por las noches también seguimos igual, Carlos durmiendo a mí lado, pero ya no hubo ni un roce por mi parte. Estuve todo el fin de semana, sin ver a Nerea, más salido que un choto. El domingo por la noche;

- ¿Dónde está Nerea?- Le pregunto a Carlos.

- Se ha ido, ha venido su amante y se ha ido con él.- Me dice.

- ¿Y tú lo sabías?- Lo agarro por el cuello, con rabia pero sin apretar.

- Sí, lo sabía. Nerea no quería que tú lo supieras.- Me dice.

- ¿Y se ha llevado su ropa? ¿Así que estamos solos tú y yo?- Le digo.

- Sí estamos solos, Nerea no se ha llevado nada para que no te enteraras.- Me dice.

Yo sin soltarlo me lo llevo a la habitación de Nerea. Cierro el pestillo para que no se vaya, lo suelto y empiezo a registrar por los cajones, saco unas bragas un sujetador, unas medias, un liguero y un vestido sexy, el que me gusta a mí tanto. Miro en el aparador y allí están todos los cosméticos de Nerea.

- Ahora tú serás Nerea para mí.- Le digo.

- No, yo soy Carlos.- Me dice.

- Desde ahora mismo tú eres Nerea.- Le digo, soltándole un bofetón.- Así que cámbiate, para mí.

Se cambia para mí, yo me acerco le toco los pechos como tomándole las medidas. Saco unos zapatos de tacones, le digo que se los ponga y empiece a caminar y que no pare. Yo me voy al comedor y registro a ver que encuentro, encuentro unos globos de fiesta, cojo cuatro y me voy a la cocina los lleno con agua tibia, los compruebo y si, me gustan, dan la medida casi exacta, también cojo una cinta de embalar. Me voy al dormitorio, lo veo que ya caminaba bien. Me siento en la cama y le digo que se acerque a mí, que se quite el vestido y las bragas, a lo que me hace caso, le digo que se aguante la cosita en alto y le doy varias vuelta a la cintura con la cinta de embalar aguantando su cosita. Le digo que se olvide de su cosita mientras esté conmigo y que se ponga las bragas que busque unas con aberturas, se cambia las bragas. Le meto los globos de relleno de agua, en las copas del sujetador, le digo que se vaya a la punta del dormitorio y se de varias vueltas. Y sí, ya tenemos allí a Nerea, no tan explosiva, pero si muy cariñosa, el bofetón lo ablandó del todo. Yo para mí que también le iba el morbo y exhibirse para mí. Le digo que se cambie los zapatos por unos de tacón de aguja, que siga practicando, que yo me iré a hacer la cena.

Hago la cena, pongo la cena en la mesa del comedor y aparece por la sala, tan radiante y tan guapa como una mujercita, como mi Nerea, pintada su boquita, sus ojos, guapísima como una muñequita, me voy para aquella mujercita, la cojo de la mano, la llevo al sofá la inclino en el reposabrazos, la cabeza en el sofá, con todo el culo en pompa, le levanto el vestido, y allí mismo me lo cepillo. Me bajo la bragueta, saco mi polla que ya está tiesa, y voy a introducirla en su ano, esta ve y todas las demás ya fue más fácil, la coloco en el orificio, le doy un suave empujoncito y espero a que se la engulla él mismo. Que delicia de culo tiene tan calentito y como me la comprime, parece una víbora.

Me lo folle siempre vestido, por las noches al ir a dormir, siempre dormía en bragas y sujetador, para los pechos encontramos solución, un relleno que lo cosió a los sujetadores. Para mí fue mi mujercita, Nerea. Siempre que me la ponía o se ponía mi polla tiesa, pues nada, iba y se la metía. Que nena más cariñosa tenía, siempre que yo quería me la comía, o mi polla toda se la engullía. A las dos semanas que ya andaba y se contoneaba como una mujer. Que ya podíamos pasar por pareja, ya salíamos a la calle a dar una vuelta, la hice pasar por Nerea, la verdad es que era una mujer, Nerea, nadie supo nunca que era Carlos. Más de dos machos la piropearon, me lo folle delante de ellos, en los aparcamientos sobre el capó de mi coche. También me lo folle en el parque delante las viejas. La verdad es que casi siempre intentaba que hubiera alguien mirándonos.

Hasta que cinco meses después me cansé de aquél juego y le propongo;

- ¿Quieres ver, como un hombre muy hombre te la chupa?-

- Sí, me gustaría que me la chuparan.- Me dice.

- ¿Quieres ver a dos hombres follando, mientras te la chupan? ¿Quieres volver a ser Carlos. – Le digo.

- Sí, quiero volver a ser Carlos.- Me dice.

- Bien muy pronto lo verás. Haz las maletas, la de Nerea, las tuyas y las mías, que el sábado nos iremos- Le digo.

Aquella noche me lo folle todas las veces que quise, incluso durmiendo. El sábado por la tarde, fue a vestirse de hombre, le digo;

- Aún no, aún eres Nerea, Ya serás Carlos cuando yo te lo diga. Vístete de Nerea. Coge las maletas mételas en el coche. Y vuelve aquí espérame fuera de casa en los pasillos.- Le digo, cortándole la cinta de embalar con su cosita.

Se vistió de Nerea y se fue a hacer lo que le mandé. Yo me voy a casa de un vecino muy macho que maltrataba a su mujer y sabía que intento en una ocasión abusar de Nerea. Le propongo un trio, él, Nerea, y yo. Aprovechando que su mujer, no está en casa ya que lleva unos días en casa sus padres. Así que acepta, pero yo pongo condiciones. Voy al pasillo por Nerea que siempre a sido Carlos. Nos introducimos en la vivienda, cojo las llaves de la puerta y me las echo al bolsillo, cojo mis grilletes le digo que ponga las manos detrás, y lo engrilleto. Y le digo;

-Aquí empieza el juego.-

Le digo a Nerea que se acerque y empiece a rozarse con el vecino, cuando ya están calientes le digo a Nerea que desvista al vecino Y que se quite el vestido solamente, que le haga un beso negro al vecino. Y allí está el machote, dejándose hacer, le digo a Nerea que sea Carlos, que lo penetre como un hombre. Y sí, allí está Carlos violando a aquél macho, muy macho. Le digo a Carlos que se siente en la cama la espalda en la pared, cojo del cuello a aquél hombre y lo arrimo a Carlos que sigue en bragas y sujetador. Carlos le introduce la polla en su boca al vecino y yo que ya la tengo dura tampoco me quedo ocioso, voy y le meto mi polla en el culo de aquél oso. Me corro en su ano, y Carlos en su boca. Le digo a Carlos que se vista con el vestido que traía puesto, de Nerea y que salga del piso y me espere en el coche. A lo que me quedo solo con el macho, machote y le digo;

- Así que querías violar a mi mujer... ¿Te ha gustado que mi mujer te viole? ¿O te ha gustado más que te viole yo?- Le digo y le pregunto.

Tal como estaba acostado boca abajo, le quito los grilletes y salgo de su piso, cerrando la puerta con sus llaves que cogí antes previamente y rompo la llave en la cerradura. Yo me fui de allí, tranquilamente como un angelito...

Me encanto destrozarlo como hombre, con la ayuda de una mujer... Carlos.

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